

El escenario es una instalación policial al norte de Quito. El protagonista, el coronel de la Policía Pablo Dávila, y sus tropas antimotines, vestidos de negro y con armaduras especiales, enmarcados en dos modernos "trucutús". El mensaje, que es un vídeo institucional de la Policía producido por la Comunicación Estratégica, se dirige a "las damas y caballeros de la paz, al servicio de la sociedad de la hermana República de Colombia, quienes portan el peso de una armadura de justicia y honor".
El oficial habla con un tono entre sacerdote y policía. Y su mensaje es de apoyo a Escuadrón Móvil Antimotines (ESMAD) del país vecino, señalado por violaciones de derechos humanos, abuso de la fuerza en la represión de las protestas, muertes de manifestantes y las consabidas mutilaciones oculares.
El mensaje del coronel Dávila tiene dos elementos: por un lado, una fuerte carga religiosa, pues en la Policía se hace profesión de fe católica sin tomar mucho en cuenta el carácter seglar de las instituciones del Estado laico.
El otro, el apoyo prácticamente incondicional a los uniformados colombianos y la crítica total a los manifestantes, a quienes les desea que Dios les "sane el corazón", deslegitimando así cualquier validez que puedan tener los reclamos de la población colombiana.
Y para enviar su mensaje-saludo-bendición, mientras las cámaras pasan de los cascos a los chalecos, de los chalecos a los trucutús y de ahí a las botas, sin olvidar el bolso lleno de bombas lacrimógenas, los escudos, el lanzagranadas y una que otra pistola en el cinto, el coronel no escatima metalenguaje digno de una misa: "con sus escudos en lo alto ante los ojos de Dios todopoderoso, quien derrama sus bendiciones día a día sobre cada uno de ustedes nuestros hermanos policías antidisturbios de corazón de la ESMAD".
"Desde el centro del mundo les damos nuestro incondicional apoyo", dice el entusiasta mensaje del coronel, quien asegura"entender el cansancio, las largas jornadas de trabajo, las diversas acciones violentas a las que se encuentran expuestos" y sobre todo "al cuestionamiento y señalamiento de una sociedad que no visualiza el sentir de un policía que a pesar de su casco y armadura tiene sentimientos pues es un ser humano".
Y tras la solidaridad institucional -que hasta sería legítima- el coronel volvió a la homilía: "nuestras oraciones se encuentran con ustedes, pidiéndole a nuestro Señor que les de su protección, que le de sabiduría en su accionar y, sobre todo, por su divino intermedio, sane el corazón de las personas que llevan consigo la violencia y de por terminados los acontecimientos lamentables que se están desarrollando en su país".
En declaraciones a El Comercio, el general Fausto Salinas, jefe de Operaciones de la Policía, dio su apoyo al vídeo, que supuestamente busca "darle moral" a los policías colombianos. Sin embargo, no ha habido pronunciamientos del ministro de Gobierno o de la Comandancia de la Policía sobre el vídeo fue autorizado.
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