Ecuador busca renovar su flota de guerra con la incorporación de dos fragatas, que serían compradas a la Marina Militar italiana, según reveló el portal especializado en noticias de defensa Infodefensa. El medio digital, con base en España, indicó que la Armada del Ecuador busca comprar a la Marina italiana dos fragatas de la clase Maestrale, la F571 Grecale y la F572 Libeccio, (ambas en servicio desde 1983) en una adquisición que incluiría repuestos, mantenimiento y capacitación.

Estas naves, fabricadas en astilleros italianos en los 80, tienen un desplazamiento de 3.040 toneladas, motores a diésel y gas, están armadas con misiles antiaéreos, antibuques y torpedos y son capaces de llevar dos helicópteros. Su tripulación es de 225 personas y su autonomía es de 11 mil kilómetros, lo que les permitiría alcanzar fácilmente la región Insular y las zonas de influencia económica del Ecuador.

Aunque se trata de naves fabricadas para la lucha antisubmarina, se han desempeñado de manera eficaz en operaciones anfibias y antiaéreas. Todo el armamento y la electrónica de estas naves ha sido desarrollado por la industria militar italiana.

Según precisa el medio internacional, Ecuador busca reemplazar sus dos fragatas de clase Leander, que forman el corazón de la Escuadra Naval, conocidas como BAE Morán Valverde (FM-01 buque insigna de la Armada) y BAE Presidente Alfaro (FM-02), cuya situación operacional sería cada vez más complicada, por lo que se piensa en darlas de baja y reemplazarlas. Ambas fragatas fueron compradas nuevas por Chile en los años 70 en un astillero británico y vendidas al Ecuador en 2008, tras más de 30 años de uso.

Infodefensa sostiene que el Ecuador, por medio de Astinave, desarrolla un programa propio para la construcción de buques de guerra, pero hasta tanto, estaría gestionando la compra de las fragatas de la Marina Militar de Italia.

En Colombia se desarrolla un programa con un astillero holandés para construir fragatas con un costo de 435 millones de dólares por unidad, pero también se explora la posibilidad de una alianza con una empresa de Corea del Sur, con costos menores y transferencia tecnológica, en la que también entraría el Ecuador en el mediano o largo plazo.