

Ganadero, empresario taurino, hacendado y castizo, amigo personal de Lenin Moreno, así como de varias figuras del toreo español y padre de su secretario de Gabinete. Esas fueron las credenciales para nombrar embajador del Ecuador en España a Cristóbal Roldán Cobo, quien representó al gobierno anterior en Madrid desde el principio de la administración de Moreno.
Al mismo tiempo, en Quito, su hijo, Juan Sebastián Roldán, ocupaba el cargo de secretario de Gabinete, aunque en la práctica era una especie de secretario de la Administración y embajador itinerante, una condición en la que realizó un viaje a España y también acompañó a Moreno en la audiencia que el rey Felipe VI le concedió en los salones de la residencia real de La Zarzuela, en Madrid.
Los Roldán, padre e hijo, fueron uno de los pilares de la administración morenista, pues desde los primeros días del régimen, ambos se pusieron a las órdenes del nuevo gobierno, e invitaron con frecuencia al ex presidente a su hacienda de Peñas Blancas, cerca de Pifo. Moreno y otros aficionados aparecieron en unas fotos con el matador español Enrique Ponce, quien asistió a una tienta en esa hacienda.
Pero la gestión de Roldán padre, al parecer, era más que toros, toreros y realeza. Según una carta firmada por Martha Sandoval Riofrío, cónsul del Ecuador en Málaga entre el 1 de septiembre de 2018 y el 20 de mayo de 2021, y dirigida a la encargada de Negocios del Ecuador en Madrid, Verónica Peña (la funcionaria actualmente a cargo de la misión, hasta que se posesione el nuevo embajador, Pascual Del Cioppo), la mujer asegura que fue "víctima de acoso sexual y hostigamiento laboral por parte del señor Cristóbal Roldán Cobo, quien no merece siquiera ser llamado ex embajador".
La ex cónsul, quien también formaba parte de la cuota política, relata en la misiva "abusos de poder" de Roldán, ocurridos justo cuando la Cancillería había implementado un Protocolo contra el Acoso Sexual y Hostigamiento Laboral. Sandoval explica que aunque la Cancillería anunció que se iba a implementar un enlace para enviar denuncias de este tipo de casos, nunca fue puesto en línea. Para la ex cónsul, "el Ministerio de Relaciones Exteriores no es una entidad libre de violencia de género, ni su personal, sea de nivel alto, medio o bajo, está preparado para afrontar ni corregir abusos de este calibre".
Para la ex cónsul, las autoridades de la Cancillería no inspiran la confianza en sus funcionarias para hacer una denuncia, en especial contra "un personaje oscuro e inmoral, a quién -increíblemente- le permiten representarlos en la esfera internacional", en alusión a Roldán Cobo.
Según relata Sandoval, los atropellos cometidos por Roldán eran conocidos en la diplomacia ecuatoriana, pero al parecer, en el Servicio Exterior el tema es un tabú, por lo que la ex funcionaria les recomienda capacitarse en el tema. Se describe como "una víctima que pocas veces puede hacer algo sin poner en riesgo su empleo, y, por ende, sus ingresos y la estabilidad de su familia". La ex funcionaria pone a la encargada de negocios Peña de testigo de los hechos y destaca que ella también fue víctima de "humillaciones, ofensas y abusos de parte del mismo individuo machista, misógino y embriagado del poder inmerecido y fugaz que tuvo gracias al mal logrado reparto de cargos que impera en nuestro país".
"Todos somos humanos, la tolerancia y la solidaridad son valores que abanderan como diplomáticos; ustedes son la élite del servicio público", dice la ex cónsul a los funcionarios de carrera de la Cancillería. La mujer describe que recibió el apoyo de la encargada de negocios, a pesar de que eso molestó a Roldán Cobo y ahondó sus diferencias con él.
Menciona entre las personas que conocieron el caso y le dieron su apoyo a la diplomática Loty Andrade, a Verónica Gómez, a Luis Vayas, a Christian Espinosa, a Magno Perlaza, y a la internacionalista, quien no forma parte del Servicio Exterior, Grace Jaramillo.
También acusa a Cristóbal Roldán de "trabas, omisiones, negligencias, injusticias, argumentos inexactos y artimañas tramposas" y se refiere a él como "acosador". La carta concluye con la mención de otros tantos funcionarios que habría sido "receptores de ofensas verbales inmerecidas" del empresario taurino que ocupaba la embajada del Ecuador en Madrid.
En declaraciones al portal colega Código Vidrio, Roldán Cobo señaló que “Cuando hay correspondencia no hay acoso, no puedo mencionar más detalles por respeto a mis hijas y a la familia de la señora”, dijo por vía telefónica. “Sí le debo insistir que cuando hay correspondencia no puede haber acoso. Esto fue anterior”, comentó el ganadero.
De su lado, en un comunicado, la Cancillería dijo que "realizadas las indagaciones pertinentes, ha establecido que en esta Cartera de Estado no reposa denuncia formal alguna sobre este particular.
Las partes involucradas en este penoso incidente están en todo su derecho para emprender las acciones legales que estimen pertinentes y que el sistema jurídico garantiza ante las instancias judiciales competentes, para que, en el marco del debido proceso, se puedan esclarecer estos hechos y determinar responsabilidades.
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana rechaza y censura este tipo de actos repudiables y reitera su política institucional de cero tolerancia con estas acciones. Igualmente, sus autoridades estarán siempre atentas para evitar que se produzcan y, de darse, aplicar la normativa con el mayor rigor y objetividad".
La Cancillería precisó además que tanto Roldán cuanto Sandoval dejaron de ser parte del Servicio Exterior el pasado 20 de mayo de 2021.
Foto de Cristóbal Roldán: EFE
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