Los nuevos presidentes de Estados Unidos, tras jurar su cargo en el pórtico del Capitolio, suelen trasladarse a la Casa Blanca, el palacio presidencial norteamericano, para encontrar sobre el tradicional escritorio del mandatario una carta de su antecesor, con algunos consejos importantes.

En el despacho del presidente, que lleva décadas en el mismo lugar, se encuentra un escritorio antiguo, construido con la madera de un barco emblemático, el escritorio Resolute. 

Pero en el Ecuador ni hay escritorio tradicional, ni el despacho presidencial se encuentra siempre en el mismo sitio: de hecho, en los últimos tres gobiernos, Rafael Correa, Lenin Moreno y el propio Lasso han adecuado su despacho en tres ambientes distintos del ala sur de Carondelet, usando muebles de distinto tipo, pues mientras Lasso ha preferido uno más clásico, Moreno y Correa usaban muebles modulares como en cualquier oficina. 

Lasso anunció en Washington que quiere importar la tradición norteamericana de la carta, que dejará en Carondelet cuando se vaya. Ahí, anticipó, dejará tres consejos sobre sendos temas: la seguridad, la desnutrición crónica y la dolarización.

"Hay tres temas que voy a dejar escritos en una carta al nuevo presidente. Esto no ha sido costumbre en Ecuador, sino en Estados Unidos, pero lo voy a copiar por primera vez”, admitió Lasso, durante un foro en la capital norteamericana, no se sabe si para halagar a sus anfitriones o para parecer más republicano.