De haberse cumplido, la orden emitida por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de suspender todo tipo de vuelo entre Ecuador y México, incluyendo escalas técnicas, habría significado que los vuelos directos entre Quito y la Ciudad de México que efectúan aerolíneas como Aeroméxico habrían terminado.

La orden, que apareció en el sistema Quipux, la plataforma de comunicación oficial del Estado, a las 09:35 de este domingo 7 de abril, disponía a todos los aeropuertos internacionales del país y a varias dependencias de la DGAC encargadas del tráfico aéreo internacional que se suspendan los vuelos de naves privadas y militares entre Ecuador y México.

El oficio, firmado electrónicamente por el piloto Fausto Peñaherrera, subdirector de Aviación Civil encargado, señalaba que se tratataba de una "disposición expresa de la máxima autoridad de la DGAC" y fue enviada por correo electrónico a todas las dependencias aeronauticas. 

Hay constancia de que la orden llegó al aeropuerto Mariscal Sucre, la oficina de Gestión de Autorizaciones, la Dirección de Servicios de Navegación Aérea, el Aeropuerto Internacional de Cotopaxi, entre otros. No llegó sin embargo a generar una alerta en el sistema NOTAM, que permite publicar este tipo de avisos a escala mundial para todos los aviadores.

Lo que ocurrió después fue cuando menos curioso: la DGAC emitió un comunicado calificando de "falso" al oficio, aunque en rigor fue oficial y fue emitido a todas las dependencias, lectura de la que se hizo cargo en un principio el ministro de Obras Públicas, Roberto Luque, de quien depende la Dirección. Luego el ministró admitió que la orden sí se dio, aunque no fue decisión del Gobierno.

El lunes 8, el director encargado, Oswaldo Ramos, renunció. Estaba ocupando dicha dirección desde el 16 de diciembre de 2023. No dejó claro quién o por qué ordenó el bloqueo de los vuelos a México, pero no faltaron las teorías de conspiración que sostienen que sectores cercanos al correísmo en la entidad podrían haber promovido el fallido bloqueo.