

Ganar tiempo, patear la pelota hacia adelante. La posición oficial del Municipio de Quito para sostener el semáforo en rojo hasta el 31 de mayo, pase lo que pase, está horadando la unidad interna que se había consolidado en torno al alcalde Yunda, por su efectivo manejo de la epidemia.
Hay dos posiciones entre los concejales: que se mantenga hasta el 31 de mayo, incluso algo más, hasta cuando haya la plena seguridad de que el virus no va estar circulando por ahí ni causando daño, y o la otra que plantea que se puede y debe salir porque el virus no se va a ir nunca y no podemos congelar Quito hasta no haya peligro alguno. La primera, la del aislamiento radical, se sostiene en informes de la Secretaría de Salud sobre la curva de contagios: en Quito esta no se ha aplanado. Es más, los contagios en Quito son los de más rápido crecimiento. El secretario de Salud sostiene que todos los países del mundo que han sostenido la cuarentena ha sido de al menos tres meses. Quito va a cumplir "apenas" dos meses y ya quieren salir. Otros países como Francia mantendrán sus restricciones hasta junio, dicen en Salud. Olvidamos muy rápido lo que pasó en Guayaquil, se sostiene.
Aunque en el Municipio se reconoce que la economía y la productividad están sumamente afectadas (devastadas es la palabra usada) se cree que las autoridades nacionales no comprenden los desafios epidemiológicos que ha planteado esta epidemia. En la Secretaría de Salud se cree que hay que buscar incansablemente a los asintomáticos, diagnosticarlos y disciplinarlos en el aislamiento. Bueno, no solo eso. Para la gente del Municipio es fundamental que los empresarios evalúen la capacidad adquisitiva de la gente, porque insisten tanto en abrir sus negocios, pero cuando abran no habrá quien compre, porque la gente habrá cambiado sus prioridades, incluso su forma de vida. Foto: Luis Argüello / PlanV
[RELA CIONA DAS]


NUBE DE ETIQUETAS
[CO MEN TA RIOS]
[LEA TAM BIÉN]




[MÁS LEÍ DAS]



