
Se llama Jorge del Castillo y su estudio jurídico es el que ha asupiciado los procesos de refugio político de personajes ecuatorianos como Ramiro González, Carlos Pareja Cordero (Capaco) o Wilmer Quezada. Es un personaje poderoso, antiguo militante del APRA (del fallecido expresidente Alan García), partido del cual se dice en Perú que "controla" la justicia peruana. Del Castillo fue alcalde de Lima, prefecto de Lima, diputado por varias ocasiones y presidente del Consejo de Ministros en el 2006, a inicios del segundo mandato de Alan García. Dos años después debió renunciar a su cargo luego de verse involucrado en el escándalo de los Petroaudios.
Del Castillo es uno de los abogados más poderosos del Perú, y ha hecho de este tipo de asilos o pedido de refugio un exitoso modus operandi, según fuentes peruanas vinculadas a los procesos.
La salida de prisión de González y la concesión del refugio es, para fuentes de la cancillería ecuatoriana un "acto inamistoso del Perú", pues se señala en el palacio de Najas que el gobierno del sur no ha dado paso a los pedidos del gobierno ecuatoriano para la extradición. Sin embargo, también el Ecuador tiene sus vacíos. Esta columna supo que la embajada del Ecuador en Lima dejó de recibir instrucciones sobre los procesos que se llevaban adelante con los respectivos pedidos de extradicción.
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