
Con poca o ninguna resistencia de la Policía, una marcha de activistas por los derechos de las mujeres logró llegar al propio Palacio de Gobierno y dejó una serie de graffitis con pintura verde en las paredes del edificio, en la Plaza de la Independencia y en la columna que recuerda a los héroes del Diez de Agosto de 1809, así como en algunas paredes del Palacio Municipal y las casas del sector. Los hechos provocaron un airado debate en redes sociales. El Municipio de Quito, que dirige Jorge Yunda, no dudó en calificar de "vandalismo" a los actos, y mostró imágenes de sus agentes pintando de nuevo las paredes y quitando el spray de las piedras de la fachada de Palacio.
Activistas como Pamela Troya cuestionaron la postura del Municipio: "Quito, sobre todo, el Centro Histórico es un gran meadero. Además de que está atestado de comercio informal. Toda la ciudad en general está cubierta por rayones vandálicos, y solo cuando las mujeres protestamos, se preocupan del cuidado del Patrimonio", explicó la activista, quien también compartió un análisis sobre hechos similares ocurridos en la Ciudad de México, en donde también ocurrió lo mismo con el monumento a la Independencia.
Foto: Diario El Universo
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