
El asunto empezó con un mensaje capturado de Whatsapp, atribuido al periodista Miguel Rivadeneira, del grupo El Comercio y director de Ecuadoradio y Radio Quito: "Este sábado asistí junto con mi familia a la misa de 5 de la tarde en la Iglesia de La Dolorosa. Fui a esta iglesia a los tiempos porque se cumplía un mes de la muerte de un tío mío que vivía en Los Ángeles desde hace años y fue enterrado allá. Había unas 120 personas. Resulta que el cura en forma inusual en el sermón se mandó una crítica dura al periodismo y a los periodistas. Generalizó y al comparar con la parábola de la Biblia dijo y repitió que los periodistas son muy inquisidores y que hacen mucho daño. Son como un tribunal de la Inquisición. Defendió a los sectores sociales e indígenas. Ese momento, resolví que iba a comulgar y allí le diré algo al cura, que no se divisaba desde atrás quien era. Parecía joven. Fui a comulgar. Me ubiqué intencionalmente al último. En la columna reconocí que el cura era nada menos que el rector de la PUCE, padre Fernando Ponce. Cuando me iba a dar la hostia le dije: permítame padre unas pocas palabras. Me reconoció y me dijo preocupado: si Miguel. Le dije: respetuosamente le digo que usted no puede sembrar el odio contra los periodistas. No puede envenenar a los feligreses con las mismas frases que usaba Correa las sabatinas, en lugar de usar comparaciones positivas y enviar mensajes de esperanza. Las generalizaciones son malas. Qué le parecería si le dijera a usted que todos los curas son violadores y pederastas y usted es uno de ellos un cura violador y pederasta. Se quedó helado y me dijo. Excusas. Acepto su crítica. Cuerpo de Cristo. Amén. Una fila más adelante mío estuvo el ex comandante de Policía, general Patricio Franco. Se acercó al final de la misa y me dijo: qué mal el cura, pero así es. Yo siempre vengo a esta iglesia. Me solidarizo con usted porque usted no es así, le he respetado siempre y me dio un abrazo".
El mensaje de wasap había sido enviado a una persona de mucha confianza del periodista, pero por algún motivo se filtró y se hizo viral en los chats de conversación. Al recibir el mensaje, varios colegas de Rivadeneira le preguntaron si de él mismo era el texto, lo cual confirmó. Mientras tanto, el texto ya estaba circulando en Twitter por impulso de algunos periodistas y directivos de gremios que cuestionaron el contenido del sermón del padre rector de la PUCE. Ya para entonces estaba en circulación el artículo de Miguel Rivadeneira en la página de opinión de El Comercio, titulado No más odio desde el púlpito. Y también fuentes cercanas a la Conferencia Episcopal Ecuatoriana revelaron que había molestia en la jerarquía eclesiástica por lo que había ocurrido. El mensaje de un alto jerarca del clero fue que lamentaba lo sucedido en La Dolorosa con el rector de la PUCE. El alto prelado consideraba que la homilía debía ser siempre un encuentro entre la Palabra de Dios, el corazón de las personas y la realidad. En ningún momento debía ser una plataforma política, peor para beneficios personales. Así, la Iglesia dijo estar al tanto del hecho y se anunciaron acciones. Se sabía entonces que había presiones para que el padre rector ofreciera una disculpa pública, ya que el sermón fue escuchado por decenas de personas.
Finalmente, Fundamedios emitió una alerta, que fue calificada como tal porque se trataba, de acuerdo a su protocolo, como una "agresión verbal", en contra de las víctimas "periodistas de medios". El padre rector fue consultado sobre esta alerta pero dijo, vía mensaje de texto, que no se pronunciaría antes de consultar con algunas personas.
Este portal hizo una larga entrevista el rector de la PUCE, luego de las protestas de octubre.
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