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Ese jueves de 2011, Cosíos era uno de los estudiantes que protestaba en los exteriores del colegio, en el centro de la capital, en contra de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI). Cursaba quinto curso, en la especialidad de Ciencias Sociales y se oponía al Bachillerato General Unificado. En las imágenes de prensa se observa una batalla campal entre policías y colegiales: palos, piedras y bombas. En los noticieros se hablaba de "una jornada más violenta que las anteriores". Cuatro uniformados resultaron heridos. Y Édison convulsionaba en el piso…
Dos días después, el 17 de septiembre el entonces presidente Rafael Correa afirmó que "estas cosas no pasarían, si no hubieran irresponsables, criminales que manipulan y utilizan a nuestros jóvenes para sus protervos fines politiqueros". Durante el enlace ciudadano prometió indagar los actos de violencia y que el caso del joven de 17 años no quedaría impune. "Investigaremos si hubo exceso policial", aseguró.
"Gracias queremos darle, señor Presidente, porque ha firmado nuestra sentencia de muerte… Ayer un amigo les lanzaba una piedra y hoy recibe santa sepultura", cantaban los exMejía, compañeros de Édison, entre llantos y gritos durante el funeral. "Muy triste noticia. Falleció Edison Cosíos. La situación de Edison siempre fue muy grave. Solo el infinito amor de su familia, especialmente la abnegación de su madre, lo mantuvo con vida tanto tiempo.
Todo nuestro cariño y solidaridad a la familia Cosíos", tuiteó Correa.
El actual Mandatario -que en el momento de la tragedia se desempeñaba como Vicepresidente- también se pronunció en Twitter. "Ha muerto el joven Édison Cosíos, víctima del abuso de poder. Que su ejemplo nos ayude al reencuentro, a la sensatez, a la unidad y no al odio. Mi más sentido pésame a su familia y compañeros", escribió Lenín Moreno.
"Justicia con Édison Cosíos no se hizo", insistía Vilma Pineda, mientras velaba a su hijo. Durante casi ocho años, la mujer se mantuvo devota a cuidar de su muchacho. Se convirtió en una enfermera 24/7 y vigiló cada instante de su día junto a la cama a la que lo condenó la bomba.
El 21 de septiembre de 2011, seis días después del enfrentamiento entre policías y estudiantes, José Serrano, responsable del Ministerio del Interior, en entrevista en Contacto Directo (Ecuavisa), informó que se había identificado al presunto responsable de disparar la bomba que postró para siempre al colegial. En diciembre de ese año, Hernán Salazar se entregó a las autoridades, alegando su inocencia ante la acusación de tentativa de asesinato.
El Teniente de Policía retirado no fue juzgado por ese delito. En octubre de 2013, la justicia le condenó a cinco años de prisión y a una reparación a la víctima por $100.000, por lesiones con incapacidad permanente. Salazar salió en libertad condicional por buen comportamiento y el dinero nunca llegó. Se declaró insolvente. "Estaba trabajando, no salí a matar, cumplía disposiciones", decía el acusado a la prensa.
Gianna Benalcázar publicó el primer gran fotorreportaje en la edición 369 de la revista Vanguardia, el 3 de diciembre del 2012.
A la familia Cosíos el cuidado de Édison les representaba cerca de $2.000 mensuales. "La situación es desgastante. Terrible. Si hubiéramos tenido una indemnización económica, pudiéramos aceptar que el Ministerio de Salud (MSP) nos dé lo que pueda, pero una como madre, como padre, no puede ver sufrir o estar a la espera de que ellos tengan ganas de hacer las cosas", comentaba la mamá de Edi a este portal, en agosto de 2018. En junio del año pasado, la justicia desechó la demanda impuesta por los Cosíos contra el Estado por considerarla extemporánea.
De acuerdo al MSP; desde noviembre de 2013 se cumplió con la atención domiciliaria que la situación requería. A través de un comunicado, se especificó que anualmente las atenciones médicas, terapias y cuidado de enfermeras representaban más de $132.500. Se destinaba $8.840 al año en medicina y $1.740 en entregas a domicilio y retiro de desechos infecciosos.
La ministra de Salud, Verónica Espinosa, se condolió por la muerte del exMejía a través de un trino. "Mi abrazo solidario para la familia de Edison ante su partida y la más profunda admiración a su madre que luchó día a día junto a él. Fortaleza para sus familiares y amigos que siempre lo acompañaron", publicó.
El exMinistro del Interior hizo lo mismo. "Tan dolorosa esta partida, como cuando nos enteramos de la tragedia que había sufrido Édison y su familia, que la afrontamos para que ese acto no quede en la impunidad", escribió José Serrano en la red social.
¿Quién responde si en este caso hubo o no justicia? Porque la opinión de las autoridades y la familia Cosíos no coincide. Para los padres del chico que el próximo 30 de junio hubiera cumplido 25 años, la sensación durante los últimos siete años y siete meses fue de abandono. "Nadie se ha hecho presente", confirmó la señora Pineda el miércoles 17 de abril, horas antes de enterrar a Édison en un camposanto en el sur de la ciudad. El Ministerio de Educación envió un arreglo floral y una nota de pesar.
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