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12 de Abril del 2021
Crónica
Lectura: 18 minutos
12 de Abril del 2021
Susana Morán y Manuel Novick
Cuando el correísmo apagó las luces de la tarima
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En la calle Piedrahita, la fiesta de los seguidores de Andrés Arauz terminó temprano, sin candidato y sin discursos.
Fotos: Luis Argüello. PlanV

 

El correísmo perdió por primera vez una contienda presidencial en 14 años y además reconoció la derrota el mismo día de los comicios. El #11A estuvo lleno de simbolismos, viejos y nuevos, para un movimiento que convirtió sus triunfos en espectáculos multitudinarios, con cargados discursos. Pero en estas elecciones, Unes y su candidato Andrés Arauz tuvieron que levantar la fiesta antes de tiempo. Una crónica.


El animador le pidió a un músico, al que llamó el ‘Negrito del Whatsapp’, a que salte al escenario a bailar salsa choque. El músico dejó su instrumento y movió las caderas con gran destreza. Pero ni las habilidades del ‘Negrito del Whatsapp’ ni la orquesta La Familia pudieron levantar los ánimos de los seguidores de Andrés Arauz. En la calle Piedrahita, los simpatizantes del candidato correísta solo esperaban. Unos bailaban, pero la gran mayoría se quedó sentada. Observaba una tarima sin candidato.

“Los planes cambiaron”, dijo la persona que cuidaba el ingreso a la tarima. Esos planes consistían en una fiesta hasta la medianoche. El correísmo suele festejar sus triunfos con grandes tarimas, grandes pantallas y grandes shows hasta la madrugada. Cuando Lenín Moreno ganó la primera vuelta, el 19 de febrero del 2017, Alianza País -que se fracturó después- levantó un gran escenario en la Av. de los Shyris, frente a su sede. Asambleístas y funcionarios correístas no soltaron los micrófonos y las pantallas no se desconectaron de las señales de los canales oficialistas. En abril de ese año, cuando se confirmó el triunfo de Moreno en segunda vuelta, él y Correa cantaron en la tarima ‘Venceremos’ con los puños arriba.

Ahora el nuevo bastión se ubicó en la Piedrahita, donde queda la sede del movimiento Unión por la Esperanza (Unes). Estuvo repleta de gente vestida de color naranja. Todos esperaban Arauz. Sonaron las canciones más utilizadas en su campaña que tenían repetían las frases “Todos con Arauz”, “Mañana todo va a estar bien”, “Andando con mi pana Andrés” o “Andrés es Ecuador”.


Unos 300 seguidores de Arauz llegaron hasta la sede de Unes, en la calle Piedrahita. Allí se instaló una tarima con una gran pantalla. Fotos: Luis Argüello. PlanV

Pero pasadas las 20:00, no hubo cantos, ni discursos, ni información en las pantallas. Arauz había dejado la tarima tres horas antes, donde dio un breve discurso. “Que nadie se me asuste”, les dijo a unos 300 seguidores apretados en un reducido callejón donde el distanciamiento social había quedado en el olvido.

Quince minutos después de la difusión de los resultados exit poll, Arauz se subió a la tarima para hablar de un “triunfo contundente”, pese a que la encuestadora afín al correísmo, Clima Social, declaró un empate técnico.

“Contundente” volvió a repetir para referirse a las provincias de Guayas, Manabí, Los Ríos y Azuay. Unos tibios aplausos lo acompañaron. “Y en el distrito Quito Sur también hemos logrado la victoria”, decía el candidato mientras caminaba de lado a lado en la tarima.

A pesar del discurso del candidato por la lista UNES no había un ánimo sobrecogedor entre los espectadores. Aunque la música era estruendosa, la gente era pasiva y estaba expectante. Tras su discurso, Arauz bajó de la tarima para encontrarse con la gente más próxima al escenario. Al sonido de la orquesta el candidato bailó y se abrazó con sus seguidores. La gente se acercó por doquier, tenían a su candidato ahí entre ellos. Arauz saludó en todas las direcciones, mientras en la tarima continuaban los mensajes de aliento.


Fotos: Luis Argüello. PlanV

La intervención de Arauz duró siete minutos y no fue transmitido ni por su página oficial en Facebook. Pero sí lo hizo el exasambleísta Virgilio Hernández, histórica figura del correísmo. Hernández grabó con su cámara a unas eufóricas Paola Pabón, prefecta de Pichincha, y Marcela Holguín, asambleísta reelecta. Arauz se fue del lugar con una aseveración: había ganado con 1.5 puntos sobre Lasso. Pero el conteo oficial lo obligaría a cambiar de discurso a las pocas horas.

***

Un impaciente Jimmy Jairala, aliado histórico del correísmo, apareció en la pantalla gigante que se ubicó en la calle Piedrahita, minutos antes de las 17:00. Mientras Arauz llegaba al lugar y saludaba a sus simpatizantes, Jairala anticipaba que pronto publicaría los resultados del ‘exit poll’ de Clima Social, la encuestadora afín del correísmo. Jairala pidió a su equipo que lo conectaran con la encuestadora cinco minutos antes de las 17:00. “Santiago Pérez (director de Clima Social) saldrá en un minuto, tengan un poquito de paciencia”, decía Jairala.

Pérez apareció a las 17:02 en la señal en vivo del programa de Jairala en un gran escenario de TV con una gran pantalla. “La diferencia entre los dos candidatos no es lo suficientemente significativa”, dijo Pérez donde lo único que apareció en esa pantalla fue el logo de su encuestadora.

Con una lámina, Pérez explicó la decisión de Clima Social de declarar un empate técnico. En la diapositiva constaba el artículo 3, literal N, del reglamento de encuestas a boca de urna del CNE. Según esa norma, no se pueden presentar resultados cuando el margen de error es +- 1.5%. Esa misma diapositiva llevó el encuestador a varios medios para justificar su decisión de no publicar los datos de sus 13.820 encuestas en 24 provincias del país.  Sin embargo, dijo, que a lo largo del día los datos de esta encuestadora tuvieron una leve ventaja a favor de Arauz.

Esa misma diapositiva llevó el encuestador a varios medios para justificar su decisión de no publicar los datos de sus 13.820 encuestas en 24 provincias del país.


Por la noche, los asistentes al evento de la Piedrahita lucían desconcertados. No sabían si quedarse o irse, hasta que el escenario apagó las luces.

Pero Jairala hizo caso omiso de la prohibición legal. En medio de una pregunta, el comunicador difundió las cifras que ni Pérez se atrevió a dar. “Teniendo las cifras que nosotros tenemos, que dicen 50,8% Andrés Arauz, 49,2% Guillermo Lasso, lo que le da una ventaja de 1,6% al señor Arauz, pregunto ¿por qué estas cifras no se pueden anunciar?”. El encuestador le respondió que estaba impedido por ley. Así que Jairala leyó los resultados sobre todo de las provincias donde Clima Social daba una amplia ventaja a Arauz.

Casi al mismo tiempo, Correa lanzaba un tuit con los mismos datos. “Pero el conteo oficial -si no hacen trampa- ratificará y ampliará esta diferencia”, aseveró el exmandatario que días antes empezó a hablar de un supuesto fraude. 


Fotos: Luis Argüello. PlanV

Mientras una orquesta tocaba salsa y música nacional, en la esquina una mujer -vestida con una banda tricolor, traje y una espada- hizó la bandera nacional en el escenario.

A esa hora, el discurso del correísmo se enfocaba en dos aspectos: esperar a los resultados oficiales y atacar la encuesta de Cedatos, que daba más de seis puntos a favor de Lasso. Carlos Rabascal, excandidato a la Vicepresidencia, apareció desde Guayaquil en sus medios aliados y afirmaba que el margen era estrecho. “Cedatos sigue teniendo malas prácticas”, dijo después de referirse a que esa encuestadora dio una ventaja de 7 puntos a Lasso en la contienda con Lenín Moreno en el 2017.

Pero olvidó mencionar los desaciertos de Pérez como encuestador oficialista. En 2014, Opinión Pública -como se llamaba la encuestadora de Pérez- aseguró que Augusto Barrera ganaría con 2% a Mauricio Rodas en las elecciones para la Alcaldía de Quito. Pero en el conteo oficial, Rodas venció con más de 20 puntos de diferencia. En la consulta popular del 2011, el ‘exit poll’ de Pérez afirmó que el sí ganaría con un 62% de los votos. Con esos resultados, Correa aseguró que esa victoria era histórica. Pero el mismo día, el CNE informaba que el sí en algunas preguntas llegaba al 51% y 56%.

“Confirmaremos, dentro de poco, la victoria”, decía Pabel Muñoz, asambleísta correísta pasadas las 18:00. Cedatos, según Muñoz, era la única de cuatro encuestadoras que se “salía del comportamiento normal”. Lo normal, para él, era dar la ventaja a Arauz, por mínima que esta sea. Aseguró que tres encuestadoras -cuyos nombres no mencionó, pero se entiende que una era Clima Social- daban 1,6% más a Arauz. Muñoz se sostuvo a la idea de que las cuatro provincias con más votos -Guayas, Manabí, Los Ríos y Pichincha- ganaba a esa hora el candidato de Unes.

Mientras tanto, Pierina Correa se alentaba también con la idea del bajo escrutinio en las provincias bastión del correísmo como Guayas y Manabí. A las 19:00, la asambleísta electa pedía esperar los datos que el movimiento recogía con ‘big data’ y en tiempo real. Pero solo una hora más tarde, más del 90% de las actas habían sido escrutadas y la tendencia era irreversible: 47% de los votos para Arauz y 52% para Lasso.

Como es tradicional de los eventos del correísmo, los asistentes recibieron una sánduche y bebida al final de la noche.

***

Un paneo abierto y música de fondo. Un candidato que aparece en medio de los asistentes, que lo aplauden de pie y este le responde con abrazos. Un estilo muy propio de las sabatinas de Correa. La única diferencia es que el discurso final de Arauz del #11A no fue en una tarima.

El candidato de Unes se ubicó en el atril de un salón del hotel Mercure, en el centro norte de Quito. “Hoy ha llegado el momento de avanzar, tenemos que tender puentes y construir consensos”, fue la primera idea que manejó en su discurso que lo leyó a momentos.

Luego se refirió a los resultados: “este es un traspié electoral, pero de ninguna manera es una derrota política ni moral”. Arauz enfatizó que Unes es la primera fuerza política, pues tiene 49 curules -incluido las alianzas-.

El tercer momento de su intervención y uno de los más simbólicos fue la mención que hiciera a Lasso y dijo que lo llamaría para felicitarlo. “Y le mostraré nuestras convicciones democráticas de seguir aportando al desarrollo del país cuando se trate de beneficiar a la mayoría de nuestra gente y de oponernos responsablemente cuando se busque atender privilegios”. Más tarde, uno de los hijos de Lasso contó en Twitter que la conversación entre ambos candidatos fue caballerosa. 

“Ayer sentí que no vivía en Ecuador, por tres horas fuimos Suiza”, describió el analista político y director de ICARE, Pedro Donoso, al reconocimiento de la derrota por parte de Arauz. “El CNE no cometió errores, los candidatos se felicitaron, los medios publicaron dos ‘exit poll’. Fuimos una democracia ideal durante 4 horas y eso es positivo”, agregó.

Una cuarta idea fue el anuncio de construir un bloque de mayoría que reúna al progresismo, la plurinacionalidad y la socialdemocracia. Con eso se refirió al correísmo, a Pachakutik (la segunda fuerza en la Asamblea) y a la Izquierda Democrática. “Están buscando ocupar el imaginario de la izquierda progresista”, cree Donoso sobre la ruta que marcó Arauz a su bloque tras las votaciones. No fue casual que el candidato apareciera acompañado de sus asambleístas electos. “No es el final, es la reconstrucción del poder popular”, sostuvo Arauz.

Una cuarta idea fue el anuncio de construir un bloque de mayoría que reúna al progresismo, la plurinacionalidad y la socialdemocracia. Con eso se refirió al correísmo, a Pachakutik (la segunda fuerza en la Asamblea) y a la ID.

El último eje de la alocución de Arauz fue el llamado que hizo a  “acabar con la persecución política”. Habló de las trabas para la inscripción del partido y de los “difíciles” momentos que tuvo en la campaña. “No podemos encarcelar a los ecuatorianos por su forma de pensar”, sostuvo sin mencionar toda la historia de su movimiento respecto a la criminalización y la violencia estatal contra las protestas de los sectores sociales

“Este discurso debió ser el inicio de la campaña y no al final con la derrota”, consideró el analista quien espera que el discurso de Arauz se traslade a una autocrítica del movimiento correísta.

Arauz se despidió sin permitir las preguntas de la prensa. Algunas cámaras lo rodearon en el auditorio, cuyo acceso estuvo restringido para quienes no se habían registrado un día antes. El resto de medios esperó afuera en medio de un gran hermetismo. Pero el candidato usó un coro que ha marcado la lucha del colectivo Nos faltan tres y de las familias los periodistas asesinados de El Comercio. “Nadie se cansa”, gritó varias veces con frases proselitistas ya sin tarima, ni orquesta ni bailes.


Fotos: Luis Argüello. PlanV

 

  OPINIÓN  

Los 5 errores que minaron a Andrés Arauz

Andrés Jaramillo, analista político

En la segunda vuelta electoral de las elecciones generales de Ecuador, Guillermo Lasso logró remontar los 13 puntos porcentuales de distancia que tenía con Andrés Arauz. Si bien los resultados dan cuenta de los aciertos de la campaña de Lasso, también son el resultado de los errores de Andrés Arauz:

1) Aire de triunfalismo. En las provincias, sobre todo luego de los buenos resultados en las elecciones legislativas, las estructuras del correísmo se sintieron ganadoras y no se involucraron con la campaña política con la misma intensidad que en la primera vuelta. Los legisladores y representantes estuvieron más preocupados de captar los espacios de poder locales, que en impulsar a su candidato. Se activaron solo cuando Arauz visitó las ciudades y con una agenda modesta.

2) Poco capital político propio. En la segunda vuelta electoral, la campaña se ató a la imagen y perfil de Andrés Arauz. Al desmarcarse de Rafael Correa, el candidato quedó expuesto y se lo vio como el político novato y desconocido que es, sin un liderazgo fuerte, ni el carisma y capacidad para conectar con la gente.

3) Las Alianzas no sumaron. El equipo de Arauz no tuvo la capacidad de operación política para lograr alianzas que arrastren votos. Se sellaron acuerdos con personas de poca monta como el expresidenciable Isidro Romero, que no logró ni el 2% de votación en la primera vuelta. Y la adhesión de Jaime Vargas, del sector indígena, finalmente se volvió un búmeran, porque las fricciones internas que generó hicieron que la preferencia de votación se incline hacia Lasso.

4) Carencia de discurso político fuerte. En la segunda vuelta electoral se repitieron los eslóganes y frases hechas que el correísmo acuñó desde 2006. No pudieron orientar la conversación pública y dejaron que el oponente marque la agenda con temas que resultaron nocivos como: Andrés no mientas otra vez, el pasado laboral de Arauz en el Banco Central, la desdolarización y el pasado misógino y autoritario de Rafael Correa y por el que obligaron a responsabilizarse a Arauz.

5) El continuismo. Una de las explicaciones del por qué el correísmo eligió como candidato a Andrés Arauz fue que representaba una renovación, que precisamente era lo que el electorado esperaba. Por eso, nadie de las figuras conocidas pudo aspirar a ese puesto, lo que provocó cortocircuitos.  Sin embargo, en la segunda vuelta electoral, el equipo de Arauz dejó que lo vinculen con Lenin Moreno y se vuelva un ícono del continuismo.

Con Arauz lejos de Carondelet, el correísmo enfrenta el peor escenario posible. La desaparición simbólica de Rafael Correa, que ya no podrá volver al Ecuador para resucitar su movimiento.

 

 

 

 

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