
Fotos: Jorge Vinueza G.
Cristoph Baumann y Alfredo Espinosa en una parte de la obra Un enemigo del pueblo.
Christoph Baumann es el culpable. Al alemán le pareció buena idea que Roberto Aguilar adapte un texto de Henrik Ibsen. El actor tiene la culpa de que una de las plumas más incómodas para el gobierno de Rafael Correa ahora haga de las suyas desde el teatro.
Para entrar en materia, Henrik Ibsen (Noruega) toca tabúes. Es un autor incómodo que marca el inicio del teatro moderno. Reflexiona sobre la verdad y cuestiona a la sociedad y su sistema político. Si bien su obra desembocó en escándalos a fines del siglo XIX, sus temáticas se mantienen vigentes. Basta decir que, después de William Shakespeare, es el segundo autor más representado del mundo.
En ese contexto, Baumann invitó a Aguilar a adaptar Un enemigo del pueblo, acorde a la realidad local. La obra, que se ha montado en España, Argentina, Chile, Alemania…, aborda cómo los intereses políticos se sobreponen a intereses como la ecología, el bienestar y la salud.
Luego de analizar el texto, Christoph Baumann pensó que presentarla en Ecuador despertaría paralelas en el contexto socio político actual. Un enemigo del pueblo habla del juego que existe entre el poder político, medios de comunicación y ‘la mayoría’.
A inicios de junio de este año, mientras en la avenida de Los Shyris los ecuatorianos se manifestaban a favor y en contra del gobierno, el actor y el periodista tomaban café y evaluaban el proceso de adaptación del texto. A Baumann lo motivó la creatividad de Aguilar para cuestionar el sistema político.
Esta es la primera vez que el cronista se enfrenta a un guión de teatro. Su reto: salir del texto escrito. “El primer intento de adaptación chocó con los actores en el momento de representarlo porque no asumía su oralidad. Ese ha sido el descubrimiento. Es otra experiencia, oigo el bullir de las voces y los personajes”, explica.
Hace 30 años Roberto Aguilar se inició en el periodismo cultural. Era 1984 cuando empezó su recorrido por la prensa escrita. El mismo año en que Christoph Baumann llegó al Ecuador. Ahora la dupla tiene un objetivo: que el público se sienta incómodo.
Para tenerlo claro. La historia narra el vía crucis de un médico que descubre que las aguas del balneario del pueblo están contaminadas, pero esa es una fuente de ingreso económico. El personaje pretende revelar su descubrimiento y en el proceso advierte una serie de irregularidades que incomodan al poder. Su hermano es el alcalde del lugar y se niega a difundir dicha información. En su trajín, el médico evidencia cómo el poder político manipula a la prensa,a las fuerzas sociales, y sufre la impotencia de cambiar las estructuras de esa sociedad. Al final, en su intento por salvar al pueblo de lo que le hace daño, es declarado su enemigo.
La indignación es el motor para poner en escena Un enemigo del pueblo en las tablas de Quito. Baumann cita lo ocurrido con los Yasunidos. “El teatro genera reflexión. Cuando se intentó evitar la explotación petrolera del Parque Nacional Yasuní, se observó cómo intereses económicos y políticos aplastaron la iniciativa. Se recogieron firmas que fueron desvirtuadas y se deslegitimaron los principios de la bandera del movimiento que incluía los derechos humanos de los pueblos en aislamiento voluntario, los derechos de la naturaleza…”, dice el actor y director alemán. Los miembros del colectivo Yasunidos serían al Ecuador lo que el Dr. Ayora (personaje) a Un enemigo del pueblo. El protagonista de la puesta en escena se adentra en la política ingenuamente, sin percibir los intereses políticos y económicos que hay de por medio. Y eso, en palabras de Baumann, duele.
Desde esa mirada, el texto cuestiona la responsabilidad de la gente en el funcionamiento del sistema político; pero no tiene una dedicatoria directa a la política del momento. Baumann, a cargo de la dirección del montaje, destaca que el dramaturgo, Aguilar, fue fiel a la obra de Ibsen.
Pero ¿qué es ser fiel al texto de un autor incómodo? El periodista explica que esa fidelidad se sostiene en mantener la intención política del autor: cuestionar. “Ibsen dice que el enemigo de la verdad y de la libertad es la mayoría absoluta. Eso será incendiario de cualquier manera”.
Y si la meta es disparar diálogos y generar conversación, Baumann puso el texto en buenas manos. Roberto Aguilar cuestiona, con la palabra, al sistema político. Desde el cierre del diario Hoy (agosto del 2014) en donde se desempeñó como editor, el periodista difunde sus escritos a través del blog Estado de propaganda (estadodepropaganda.com). Incluso el pasado 25 de junio fue notificado para rendir una confesión judicial a pedido de Fernando Alvarado, secretario de Comunicación. Alvarado lo acusó de “calumnias y desprestigio” por las opiniones emitidas desde esa plataforma.
La expectativa por su estreno en las tablas resulta evidente. Entre risas, Baumann y Aguilar comentan que Guillaume Long, ministro de Cultura, pidió ser invitado al estreno, que se realizará el próximo 11 de septiembre (19:00) en la Fiesta Escénica de Quito.
Un enemigo del pueblo contará con la actuación de Alfredo Espinosa, Pablo Aguirre, María Beatriz Vergara, Martha Ormaza… La adaptación de Roberto Aguilar también se presentará el 12 (17:00) y 16 de septiembre (19:30). Sí, el mismo día de la próxima marcha nacional a la cual colectivos y organizaciones sociales convocan para cuestionar las políticas del gobierno nacional.
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