A 8D, Trópico Cine y Vaivem los une un mismo objetivo: diversificar las carteleras de cine en Ecuador. Las tres iniciativas abren un camino que prácticamente no se ha recorrido en el medio cinematográfico del país: la distribución. En tiempos donde el foco ha sido la producción de películas, estas distribuidoras emergentes suponen un punto de partida en la tarea de abrir mercados e, incluso, formar públicos.

Según cifras del Consejo Nacional de Cine (CNCine), en el país existen aproximadamente 48 salas que, a su vez, representan 300 pantallas. Esta cifra está manejada, en su mayoría, por cadenas comerciales que exhiben los contenidos de los grandes estudios de Hollywood. Sin embargo, hay historias que salen de esa línea global de producción, “propuestas periféricas”, que ahora pueden verse en Ecuador gracias a la apuesta de los ‘nuevos distribuidores’. 
  
8D:
Cine como una “poderosa herramienta de comunicación”

Luego de 15 años a la cabeza del Ochoymedio, Mariana Andrade decidió asumir el riesgo en el rol de distribuidora. Así nace 8D, una propuesta que busca mostrar el cine que no está en la historia oficial. Bajo ese principio desarrolló un catálogo que incluye películas de la “periferia”, es decir, que no están en Hollywood.

“Frente a Hollywood que ocupa casi el 90% del mercado mundial, el cine europeo, asiático y latinoamericano venimos a ser la periferia”, explica la fundadora de 8D. En ese sentido, la distribuidora pretende fortalecerse desde esa línea tangencial, ofreciendo películas con historias y contenidos potentes que demuestren que sí hay público para esa oferta.

Ese es el caso de El círculo del amor se rompe. La película belga fue el primer estreno de 8D, el pasado enero, y resultó positiva en este ejercicio. “Si bien no tenemos colas de gente, hay un público que sale conmovido de la sala. La película queda, se la conversa y comenta al respecto”, dice Andrade. Por tal motivo la estrategia del ‘boca a boca’ es una de las principales herramientas para difundir la iniciativa. “Apostamos por un público más pequeño que disfrute de material de gran calidad. Ofrecemos películas que entienden al cine como una poderosa herramienta de comunicación”.

8D planifica el estreno de cuatro filmes para este 2016. Este mes, es el turno de Relatos Iraníes (Irán), en marzo se estrenará La piedra paciente (Afganistán) y para abril está prevista Difret (Etiopía). El catálogo incluye otros títulos como El Sueño de Wadjda (Arabia Saudí), Grandir (Francia- Ecuador), Carlitos (Ecuador) y Con Mi Corazón en Yambo (Ecuador).

La ex secretaria de Cultura del Municipio de Quito comenta que 8D cuenta con un banco de películas cuyos derechos están cedidos a Ochoymedio. De esa manera, se entiende a la distribución como un proceso que implica la búsqueda de títulos, negociación de licencias de exhibición por título o por catálogo, promoción y publicidad de las películas o producciones, negociación y venta de las licencias de exhibición.

En la labor de crear modelos de mercado alternativo, periférico y diferenciado, el rol del Estado, en palabras de Andrade, debiera ser el de fomentar la demanda. “La oferta ya la ponemos nosotros, ya hay películas, la demanda está en el público y los espacios”. En ese sentido considera que desde el CNCine han existido propuestas que intentan demostrar que se distribuyen películas en distintos espacios a escala nacional, pero carentes de un modelo de gestión.
“Para acercar a la audiencia hay que marcar la diferencia. No pretendemos captar a una masa, porque ya está captado por la gran industria desde hace décadas. Pelear con ellos es una guerra perdida”, concluye.

Trópico Cine:
“Mejorar la calidad del cine con una propuesta diversificada”

El próximo 25 de febrero Trópico Cine estrenará su primera película, Carneros en Ochoymedio.

Lucas Taillefer, Christian Obando y Estefanía Arregui asumieron el riesgo de diversificar las carteleras. A través de Trópico Cine, el ‘trío’ genera una propuesta de distribución, un eslabón prácticamente ausente en el medio cinematográfico del país. Lucas explica que la importancia de estos emprendimientos es la posibilidad de ofrecer propuestas nuevas, películas independientes, atrevidas y que no llegarían a Ecuador sin esos intermediarios. En pocas palabras: acercarse a un nuevo cine.

Según uno de los fundadores de la distribuidora, el público ecuatoriano no consume cine, sino canguil. “Pero no es su culpa”, aclara. “El problema es que no se le ha dado otra opción”.

En el afán de ampliar las opciones en el momento de ver una película, Trópico cine propone filmes que generen un interés al estar en el país. Películas que cuenten algo, historias fuertes con un tratamiento cinematográfico particular.

Ese es el caso de Carneros. El primer estreno de Trópico Cine, previsto para este mes, es una historia clásica de dos hermanos que no se hablan, aislados en Islandia. A eso se le añade un contexto cultural en donde las ovejas juegan un rol determinante. “Puede sonar simple, pero hay un tratamiento especial en cuanto a dirección de actores, locaciones y fotografía”, dice Taillefer. La película se estrenará en Flacso, Ochoymedio y la Alianza Francesa.

Otro de los objetivos de la distribuidora es multiplicar las pantallas, estar en el circuito comercial, en el independiente e inventarse nuevos lugares. Sin embargo, Lucas reconoce que esta última fórmula es complicada. “Ubicar esos sitios es complicado. Acercarse no es fácil porque ellos ya tienen sus mecanismos y la idea de modificarlo no suele ser una opción… No hay cultura de profesionalización en la exhibición”, indica. Como distribuidores, ya hicieron un acercamiento a las salas comerciales para proyectar Carneros. De todos modos, no esperarán su visto bueno para estrenar. “Lo que nos importa es que las películas sean vistas. Serán bienvenidos si se quieren sumar”.

The Brand New Testament (Bélgica), Neon Bull (Brasil) y Alba (Ecuador) son otros de los títulos que conforman su catálogo. Se trata de películas con temáticas diferentes, pero que tienen en común la rigurosidad en el guión, imágenes, sonido… A futuro, Trópico Cine estaría interesada, como distribuidora, en contar con otras películas ecuatorianas para comercializarlas en el extranjero.

Lucas Taillefer también reflexiona sobre el rol del Estado en la etapa de distribución. Para él, la tarea del CNCine debiera ir más allá de la entrega de fondos e involucrarse en la regulación del mercado, “intentar poner reglas en este ‘relajo’”. El distribuidor sostiene que Ecuador es un contexto donde prima la ley del más fuerte, y eso no está bien. “Si queremos diversidad cultural, debemos apoyarla, porque no es lucrativa.  Nosotros somos cine ecuatoriano, aunque no distribuyamos solamente películas ecuatorianas, hacemos parte del medio”.

Vaivem:
Una vitrina al cine contemporáneo

En enero, Vaivem estrenó Aventurera. La ópera prima de Leonardo d'Antoni fue premiada en el Festival de Cine La Orquídea.

Tomás Astudillo y Pedro Orellana son productores y realizadores de cine a quienes la incógnita de cómo mostrar sus películas los impulsó hacia la distribución. Es así que se asocian e instalan Vaivem en Ecuador. La distribuidora es una empresa con base en Lisboa (Portugal), Río de Janeiro (Brasil) y Buenos Aires (Argentina). Como distribuidores su objetivo es ofrecer cine contemporáneo iberoamericano.

Aventurera es su primer ensayo. La ópera prima de Leonardo d'Antoni se estrenó en noviembre de 2015 en el Festival de Cine La Orquídea, de Cuenca. Llegó al Ochoymedio en enero de este año. El catálogo de Vaivem incluye tres películas más. Caballo Dinero (Portugal), No todo es vigilia (España) e Instantes de Campaña (Ecuador).  Además, planifican la realización de la primera semana del cine portugués en Ecuador.

La estrategia para la difusión de las películas consiste en la organización o presencia del filme en un evento importante y tras ello dejarla en cartelera. Por ejemplo, Aventurera se presentó en La Orquídea, donde además ganó el premio a Mejor Actriz. Para estrenar Caballo Dinero se organizará la primera semana del cine portugués, con una retrospectiva de su director, Pedro Costa; mientras que No todo es vigilia se estrenará en los Edoc.

Tomás y Pedro buscan un público cinéfilo. De ese modo, apuestan a pocas proyecciones pero que generen crítica y diálogo. “No hay una cultura cinéfila ni un público que exige calidad a nivel técnico y de contenido. Desde las salas ha habido poco interés por distribuir cine contemporáneo, acorde a lo que pasa en el mundo”, insisten. 

En ese contexto, para ellos es clave que haya distintos modelos de distribución y empresas dedicadas a hacerlo. La idea de presentar ese tipo de cine es acercar al público a contextos de producción que podrían funcionar Ecuador, en donde con pocos recursos se logran producciones modernas.