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Gabriel Hidalgo Andrade

Politólogo y abogado. Docente universitario.

18/07/2016
El correísmo es fascismo
El correísmo es hoy un capitalismo de Estado. Su modelo empresarial público busca convertir a la economía ecuatoriana en un sistema donde se estatiza los aportes del Estado a entidades públicas no estatales y se confisca lo privado. Representa lo más agrio del capitalismo de Estado porque se considera dueño de las asignaciones constitucionales a los municipios y a los demás gobiernos locales, a las universidades públicas y cofinanciadas, a los jubilados en forma de pensión y, próximamente, de los sueldos del funcionariado público.
11/07/2016
Rafael, contigo nunca
Rafael Correa no puede ser candidato en las próximas elecciones. Aunque lo deseara con desenfreno o aunque esto dependa de la bravuconería de los mismos de siempre, no puede. Correa, contigo estarán los que estén dispuestos a derogar la democracia. Los demás, Rafael, contigo nunca.
04/07/2016
¿Viteri contra Lasso?
El correísmo tiene que decidir qué poder del estado quiere conservar. Si se decide por mantenerse en el Legislativo y bloquear la fiscalización de los últimos nueve años de impunidad, entonces candidatizará a Lenin Moreno en el primer puesto de la lista nacional para asambleístas. Pero así gastaría su única carta para conservar el poder Ejecutivo, con el riesgo de que la Asamblea se llene de opositores con ganas de fiscalizar.
20/06/2016
Agente de la CIA
Las acusaciones de Telesur, del diario El Telégrafo y de otros aparatos de propaganda correísta acompañadas de las confirmaciones hechas por el mismo presidente Correa revalidan los intentos trasnochados de incriminar a los críticos en trabajos espionaje para la CIA. Esto delata la textura de un estilo político antidemocrático y el intento de ejecutar moralmente a los opositores.
08/06/2016
Sed de venganza
En estos días, TeleSur, la cadena chavista financiada con impuestos de los países bolivarianos, se encuentra en una apasionada campaña de desprestigio a algunos de los opositores y críticos por desvelar graves denuncias de corrupción en contra del gobierno del presidente Correa. En la fantasía correísta todos los críticos son traidores. Por eso los oficialistas insisten en su teoría de que una nueva época para la política en Ecuador es imposible sin ellos. Ellos son la patria y lo demás, es la antipatria.
23/05/2016
El triunfo de la estupidez
Las libertades de opinión y de expresión, la separación de poderes, los límites al ejercicio del poder, la transparencia en la administración de las cuentas y la moral pública son algunos de los elementos más representativos, además de muchos otros, que demuestran que esta década será recordada como la derrota de la democracia.
03/05/2016
Glas es el hombre
Las sociedades no se organizan solo en las instituciones estatales, señor presidente. Sociedad, partidos, gobiernos y Estado son cuatro categorías distintas de la política que el correísmo confunde. Por eso ustedes desconocen cualquiera de las otras formas de organización social por fuera del Estado.
27/04/2016
Nuestra revolución
El presidente no entiende que la sociedad civil autónoma y sin partido político exige al presidente bajar el tono de su indolencia y de sus burlas, le reclama tirar a la basura su show semanal televisado y radio difundido destinado a insultar a todo ecuatoriano que se muestre crítico con su gobierno y a gastar dinero público en aquella extravagancia en donde él mismo narra lo que comió “su majestad” en sus recorridos o cuál es su interpretación de las noticias que cuentan algo sobre su gobierno.
18/04/2016
Moral revolucionaria
Lo sucedido confirma el culto a la personalidad que el mismo presidente practica sobre sí mismo. Otro atractivo que éste país le ofrece al mundo es la persona del presidente, la encarnación de un pueblo sufriente, redimido por su liderazgo descollante. Pero este líder es, no solo simpático y atractivo, sino la cara visible de un nuevo país que “es ejemplo para todo el mundo”, en términos del propio mandatario. Es el líder, el partido y el estado en una sola persona: Rafael Correa Delgado.
04/04/2016
De juanas a pamelas
Se llama “juanitas” a las candidatas que prestan sus nombres para hacerse cargo de una elección de alta fricción política y después entregar intacta la función pública a un sucesor. Al igual que un fusible, la misión de las juanitas es alquilar su imagen a otra persona, a cambio de una retribución política, para quemar su reputación, mantener a salvo el circuito de intereses partidistas y servir como una pieza de fácil sustitución.

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