
Ingeniero Ambiental por la Universidad de Cuenca. Maestro en Ciencias de la Sostenibilidad por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Para varios sectores, Fernando Villavicencio se convirtió en un símbolo de la lucha anticorrupción. Foto: Facebook de Fernando Villavicencio
Es probable que las elecciones de 2023 queden marcadas en la historia nacional como el punto de no retorno del narco Estado. Es difícil hallar otra explicación al asesinato de un candidato presidencial como Fernando Villavicencio que, justamente, fue el hombre que con más fuerza y persistencia denunció a las mafias del narcotráfico y a sus acólitos en la política y en las instituciones estatales durante años. Aunque la cúpula correísta ha pretendido victimizarse cuando se les vincula con el asesinato de Villavicencio, no les es fácil desmarcarse, al tratarse del opositor y enemigo a quien con mayor ahínco su organización denostó y persiguió.
No es casualidad que Villavicencio sea uno de los emblemas y en última instancia el mártir de esa tendencia conocida como “anticorreísmo”. Del anticorreísmo hablaré hoy.
Acto 1
La candidatura de Villavicencio empezó con una alianza dudosa e improbable con el partido Construye - 25, reciclado de la Ruptura de los 25, que tiene entre sus figuras más importantes a María Paula Romo, a quien él acusó de “repartidora” en el caso de los hospitales durante el gobierno de Lenin Moreno. La justificación de Villavicencio: “cuando me dicen, y con razón, desde afuera: ‘oye, Fernando, pero cómo te fuiste a meter con ese partido’, yo les digo que todos entramos dispuestos a contaminarnos; si yo entro a destapar una alcantarilla tengo que mancharme de mierda, ¡punto! (…), esa es la política”.
Da para pensar; ¿le dijo “mierda” a su partido aliado o a la política en general? Si el personaje hubiera sido, por ejemplo, Andrés Arauz, seguramente no habría tenido el beneficio de la duda. Habrían circulado los memes y videos cortados y sin contexto con títulos como: “Arauz le dice mierda a su propio partido” o “Arauz, el lelo, la embarra de nuevo”.
Pero fue Villavicencio, y ni la metáfora de la alcantarilla ni la incoherencia de juntarse con una de sus acusadas por nada menos que “repartir hospitales” pasaron a mayores.
Acto 2
Dudosa, improbable, torpe y arbitraria fue también la designación del candidato a primer asambleísta nacional de la alianza Construye – Gente Buena: Patricio Carrillo. Recordemos: Carrillo fue el jefe de la policía que poco y nada hizo ante las masacres carcelarias, y que, de manera insensible e irresponsable, salió del país en medio de las indagaciones por la desaparición de María Belén Bernal, que terminaría en la tragedia que conocemos. Esto le costaría a Carrillo un juicio político y una censura que le impide ejercer cargo público por los próximos dos años.
No se puede obviar que el correísmo y el izismo utilizaron el juicio a Carrillo para realzar las protestas de junio de 2022, que tuvieron como componente innegable el asedio a las ciudades y a la población civil. Pero tampoco se puede obviar la inoperancia de Carrillo, especialmente en el feminicidio de Belén Bernal. Recordemos que el propio Villavicencio no votó en contra de la censura, ni siquiera a favor de reconsiderar la censura; simplemente se abstuvo.
El 24 de agosto, el Ministerio de Trabajo confirmó que Carrillo tiene un impedimento legal para ejercer cargo público. Nuevamente, si hubiera sido el correísmo quien proponía un candidato con impedimento legal, el anticorreísmo hubiera impugnado y criticado a rabiar. De hecho, es exactamente lo que sucedió cuando Glas intentó ser candidato de manera ilegal. Pero fueron Construye y Gente Buena...
Acto 3
Villavicencio no tenía equipo para su posible gobierno. Cuando se le preguntaba sobre el tema, se limitaba a decir que no tendría en su gabinete a ninguna persona que haya sido parte de gobiernos anteriores, ninguna que haya sido corrupta, y ninguna, sobre todo, que haya trabajado en el gobierno de Correa (aunque la mayor parte de la ex Ruptura lo hizo). Muestra del plan de Villavicencio y del anticorreísmo plegado a su causa: saber qué no se quiere hacer y con quién no trabajar, pero no qué se quiere hacer y con quién.
Una lástima, porque el anticorreísmo, en lugar de exaltar su parte “anti”, tiene mucho que reafirmar en cuanto a lo que pretende defender; esto es, todo lo que el correísmo intenta destruir: la democracia, el estado de derecho, la vigencia de los derechos humanos, los valores éticos…
El martes 8 de agosto de 2023 Fernando Villavicencio presentó en la Fiscalía General una denuncia sobre la renegociación de los contratos petroleros durante el correísmo. Foto: Cortesía
Acto 4
Y ocurrió la tragedia, el asesinato de Villavicencio. Aunque lo más importante es y tiene que ser hablar del crimen y exigir verdad y justicia, también es necesario poner sobre el tapete otra cuestión: su elevación a mártir. El mártir, como el ídolo, tienen un gran problema: que, a decir de sus seguidoras y seguidores, nunca se han equivocado. Luego de su muerte, se acabaron las dudas sobre su alianza y sobre las personas escogidas: es la lista que escogió el líder, y hay que votar por esa lista. ¿Suena conocido?
La muerte de Fernando Villavicencio impactó a sus seguidores y a sectores del anticorreísmo más ortodoxo, así como debilitó las opciones electorales de Luisa González. Foto: Reuters
Que quede claro: Villavicencio fue un hombre de una valentía única, que se enfrentó a las mafias del narco y la política hasta su última hora en este mundo. Un hombre a quien, en 10 años de persecución con poder casi absoluto, el correísmo no le pudo encontrar ningún trapo sucio. Los errores que pudo cometer no desmerecen su causa contra la corrupción y la narcopolítica. Al contrario, su memoria exige que se le pueda cuestionar libremente: ¿no fue acaso opositor acérrimo y enemigo jurado de una persona a quien nadie podía cuestionar, so pena de linchamiento y persecución?
Acto 5
Andrea González Nader y Christian Zurita asumieron el durísimo papel de reemplazar a un candidato asesinado, y lo hicieron con enorme valentía. Pero Zurita no es político: en una de sus primeras declaraciones como candidato, no supo explicar una propuesta acerca de dar dinero a jóvenes pertenecientes a pandillas para que entreguen sus armas. Con cualquier otro candidato o candidata, esto hubiera sido motivo de memes y carne de Twitter, pero fue Zurita, y hubo, nuevamente, doble estándar. Si Zurita y González Nader deciden continuar su carrera política, lo peor que les podría pasar es rodearse de personas que les adulen y no les cuestionen.
El periodista Christian Zurita asumió la candidatura presidencial y anunció su paso a la política. Foto: EFE
Epílogo
Alianzas dudosas, obviar la ley, un proyecto basado en el contra quién y no en el qué, idolatría y, sobre todo, doble rasero. La derrota del anticorreísmo no es haber perdido una elección, donde, por el contrario, tuvo una votación importante. La derrota del anticorreísmo es haberse convertido en el enemigo al que querían derrotar.
Si el país tiene memoria, esta elección se recordará como el punto de quiebre hacia el narco Estado. Produce una profunda tristeza que Villavicencio haya tenido que morir para que su punto quede demostrado.
Quienes defendemos la vigencia del Estado de derecho, la democracia y los derechos humanos, debemos exigir justicia y continuar con el legado de Fernando Villavicencio de valentía y búsqueda irrenunciable de la verdad. Eso sí, sin renunciar tampoco a nuestros principios y valores democráticos y éticos. Si renunciamos a ellos, el correísmo habrá ganado definitivamente, porque esa es, finalmente su única búsqueda: la destrucción de la democracia y la ética en el país.
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