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30 de Junio del 2022
Historias
Lectura: 13 minutos
30 de Junio del 2022
Patricio Carpio Benalcázar

Sociólogo y académico de la U. de Cuenca.

Lo que devela un paro indígena
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Por pocos días, ciudadanos de Quito se autoconvocaron en la avenida de Los Shirys, en la zona bancaria de Quito, para reclamar contra el paro. Foto: Luis Argüello. PlanV

 

Estos grupos al contrario de su pacificidad como señala el presidente Lasso, enarbolaban cánticos racistas y muchos de ellos portando palos y cables. El racismo que brotó en toda conversación y en redes sociales fue impresionante e irónico, en un país de mayoría mestiza y rostro andino.


El Inty Raimy, fiesta del Sol, y la cosecha llega en el 2022 vestido de protesta; los pueblos originarios de los andes y la amazonía de Ecuador habían decidido expresar -nuevamente- su malestar por la negligencia gubernamental para atender la precaria situación social y económica de sus comunidades y en general de los estratos populares empobrecidos de todo el país.

No vinieron por migajas, ni por bonos, ni por nada de aquello que el presidente Lasso acostumbra a ofertar en cada fiesta cantonal en que se emponcha y se disfraza de bonachón. Vinieron con agenda propia y donde caben las demandas de toda la sociedad: bajar los precios de los combustibles y focalizar subsidios, moratoria con la banca para los pequeños productores, precios justos para la producción agrícola de la canasta básica producida por manos campesinas, control de precios a los productos de primera necesidad, inversión pública para generar empleo, defensa de los derechos laborales, potenciación del IESS a través del pago de la deuda del Estado, límite a la minería y petróleo en áreas sensibles y territorios indígenas, no a las privatizaciones de sectores estratégicos y por último, medidas contra la delincuencia y el narcotráfico que azota al país.

Por su parte el guion que el gobierno tenía preparado era muy simple: invisibilizar la agenda planteada por la Conaie y las otras organizaciones indígenas y sociales y poner sobre la mesa un relato mediático: «El país necesita reactivarse» «La mayoría quiere trabajar» «Los que promueven el paro quieren caotizar al país» «Son delincuentes, narcoterroristas, promueven la violencia» «A defender la capital de la destrucción que generan los violentos». «Desconocer a los dirigentes y acusarlos de golpistas» «La represión será la respuesta».

«Ahora que hemos empezado a reactivarnos, #NoPodemosParar. Quienes cometan actos vandálicos van a responder ante la justicia y el pueblo ecuatoriano» (Guillermo Lasso, twitter del 21 de junio del 2022).

Los medios de comunicación televisivos y las redes sociales inmediatamente sintonizaron esta frecuencia y desataron una campaña directa para descalificar la movilización. El mensaje ciertamente incubó en las mentalidades más retrogradas de las clases medias, en algunos sectores de pequeños productores y comerciantes y por supuesto en el sector empresarial en su conjunto. Estos últimos haciendo eco de los millones que pierde cada sector por día, cuyas cifras ciertamente son astronómicas y que están en correlación con el informe de CEPAL en el que se señala que en Ecuador la evasión fiscal por año es de 6.700 millones de dólares.


Indígenas reunidos en la Universidad Central protestan contra el gobierno de Guillermo Lasso durante las jornada de junio del 2022. Foto: Luis Argüello. PlanV

Ocho muertos es el saldo hasta el 29 de junio, incluyendo un sargento del ejército de un convoy militar que arremetió contra comuneros que habían tomado una vía en Sushufindi en la amazonía y que conduce a campos petroleros.

Los sectores acomodados de las principales ciudades aparecieron apadrinados por las fuerzas represivas y del propio presidente Lasso:

«Gracias a todos los ecuatorianos que con civismo salen a defender la democracia del país de manera pacífica y demuestran las ganas de trabajar y sacar adelante al Ecuador» (Guillermo Lasso, twitter del 24 de junio).

Estos grupos al contrario de su pacificidad como señala el presidente, enarbolaban cánticos racistas y muchos de ellos portando palos y cables. El racismo que brotó en toda conversación y en redes sociales fue impresionante e irónico, en un país de mayoría mestiza y rostro andino pero que niega su origen y genera malabares psíquicos para engañar al espejo imaginándose rasgos caucásicos o de añorados chapetones.

La violencia ejercida por las fuerzas represoras ha sido exaltada por el propio presidente  «….agradezco su valentía e ímpetu con el que defienden a cada hombre, mujer y niño del Ecuador. Mi total respaldo a la labor que desempeñan por regresar la tranquilidad del país» (Guillermo Lasso, Twitter 24 de junio).

Ocho muertos es el saldo hasta el 29 de junio, incluyendo un sargento del ejército de un convoy militar que arremetió contra comuneros que habían tomado una vía en Sushufindi en la amazonía y que conduce a campos petroleros, generando, según fuentes directas, una “batalla campal” en medio de la noche.

La violencia de este evento fue causa inmediata y suficiente para que el gobierno retomara el discurso de descalificación al movimiento indígena y al Presidente de la CONAIE y rompiera el incipiente dialogo que se había iniciado, reactivando la represión tal como es la tónica del círculo de la supuesta “inteligencia militar” que le rodea y asesora y que mira guerrillas urbanas en los escudos de madera y bolsas de piedra que portan grupos estudiantiles sumados al paro y mariateguistas del sol rojo en cada comunidad rural de los andes.

Lo que esa inteligencia ni los asesores de Lasso no están en condiciones de entender es que las razones estructurales de la movilización nacional están en otra frecuencia:

1. Los planteamiento de la CONAIE se relaciona directamente a la ninguna planificación estructurada existente en este gobierno. Este sigue la agenda que impone el FMI para viabilizar los créditos, y este es su único interés, pues ya van 4.800 millones de dólares que ha recibido y que nadie sabe donde van. Se habla de combate a la desnutrición crónica infantil, pero es discurso vacío pues hasta ahora no se evidencia inversión alguna en salud.

2. La ausencia de gestión pública se evidencia en el estado del sistema vial ecuatoriano, en la crisis hospitalaria, en la situación del IESS, en los indicadores de desempleo, en el crecimiento de la informalidad, en el desastre de la infraestructura educativa, en disminución del presupuesto para educación y pago a maestros, lo propio con los profesionales de la salud; en el crecimiento de la delincuencia, de bandas criminales y narcotráfico cada vez más vinculadas con las instituciones del estado y de las propias FFAA. Y

3. La CONAIE y el movimiento indígena organizado no es Leonidas Iza. Existe detrás un Consejo de Gobierno que toma las decisiones fundamentales. Por tanto es absurdo focalizar el odio y la razón del levantamiento en una persona; el representa un colectivo, quizá el más organizado de Ecuador y latinoamérica. Si el poder desconoce a Isa, desconoce a todo el movimiento, si los medios lo insultan, insultan al indigenado organizado.


Leonidas Iza, presidente de la Conaie, habla a las comunidades movilizadas en el atrio del teatro de la Universidad Central del Ecuador. Foto: Luis Argüello. PlanV

La CONAIE y el movimiento indígena organizado no es Leonidas Iza. Existe detrás un Consejo de Gobierno que toma las decisiones fundamentales. es absurdo focalizar el odio y la razón del levantamiento en una persona. el representa un colectivo, quizá el más organizado de Ecuador y latinoamérica.

El gobierno queda deslegitimado

En grandes líneas, lo que dejan esta movilización y paro nacional es lo siguiente:

1. El gobierno queda deslegitimado por sus vaivenes e incapacidad de dialogar peor de negociar y lograr acuerdos.
2. Demuestra en este primer año, y el paro lo devela, que es un gobierno incapaz de atender estructuralmente los problemas de la sociedad
3. El limitado apoyo con el que contó en la Asamblea Nacional para evitar su destitución desnuda el nivel de soporte político. En adelante su debilidad le obligará a múltiples malabares para viabilizar sus políticas.
4. La “casta” política aupada en partidos políticos ha demostrado una vez más que está fuera de la realidad nacional y que su lógica no es otra que la lucha por ocupar espacios de poder para fines propios.
5. Que una vez más es el movimiento indígena y popular el que pone los muertos, heridos y soporta el racismo de una parte de la sociedad mestiza que se hace eco del discurso del poder.
6. Aun así, demuestra que es la única voz y movimiento de oposición, digno, identitatario.
7. La fragmentación de la sociedad entre los que defienden el sistema porque sufren de pánico a la incertidumbre de un gobierno “indio” y los sectores populares del campo y la ciudad que lo que aspira es mejores condiciones de vida y vida digna.

La necesidad real de construir un Estado Plurinacional

Boaventura de Souza Santos dice que "cuanto más amplio sea el concepto de justicia, más abierta será la guerra de la historia y de la memoria: la guerra entre los que no quieren recordar y entre los que no pueden olvidar”. Justamente este es el dilema que nos queda por resolver para de una vez avanzar en la construcción del Estado Plurinacional que la constitución señala, desterrando ese obsesivo imaginario de ser como en el norte de cuerpo, mente y alma.

la sabiduría acumulada nos obliga a que, en estos escenarios conflictivos, podamos mirar oportunidades para construir sociedades sustentables, incluyentes y democráticas a través de abrir espacios de conversación y propuestas.

Y pues para quienes consideran que el modelo gubernamental basado en su idea neoliberal y mercantilista de “más mundo en Ecuador y más Ecuador en el mundo” —donde prima la inversión transnacional extractivista tal como lo ha señalado su ministro de economía en Minería, Petróleo y Electricidad— así como en tratados de libre comercio son la panacea para el desarrollo, sólo queda informarles que esto mismo es lo que se hace desde siempre en Ecuador: exportación de materias primas. Y el resultado no es otro que el mismo: fortalecimiento del sector exportador, comercial importador y la banca, cuando el punto nodal que ningún gobierno afronta es el desarrollo y fortalecimiento del aparato productivo nacional agrícola, industrial, desde la pequeña escala y desde el mercado interno.

Por último, la sabiduría acumulada nos obliga a que, en estos escenarios conflictivos, podamos mirar oportunidades para construir sociedades sustentables, incluyentes y democráticas a través de abrir espacios de conversación y propuestas; pensar en modelos territoriales de acuerdo a las potencialidades existentes, formas de gobernanza local para evitar el deterioro ambiental que traen consigo megaproyectos extractivistas sin consulta previa e informada a las comunidades.

Estamos obligados nuevamente a debatir la descentralización y el control territorial. A imaginar formas de incidencia para que se pongan en marcha políticas públicas de fomento a la economía y de apoyo al pequeño y mediano productor; en definitiva somos la ciudadanía el actor para construir desde abajo un estado democrático, real y efectivo, y como dice la dirigente amazónica Nina Gualinga:

«Que se derogue el decreto 95 y 151 sobre la expansión petróleo y minería! Apostemos por un plan de transición que sostiene y levanta a los sectores más vulnerables. Ecuador es un país hermoso megadiverso y se hace bien podríamos ser un ejemplo para el mundo @lassoGuillermo» (Nina Gualinga, twitt del 28 de junio)

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