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7 de Marzo del 2022
Historias
Lectura: 14 minutos
7 de Marzo del 2022
Soraya Constante
Ecuatorianos en la frontera entre Polonia y Ucrania, a la espera de la nada
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Jóvenes ecuatorianos llegan a albergues en Przemyśl, una ciudad polaca cercana a la frontera con Ucrania. Fotos: Eduardo León.

La reportera Soraya Constante y el fotorreportero Eduardo León, ambos ecuatorianos, en una entrega especial para Plan V, reportan desde la ciudad polaca de Przemysl, en la frontera con Ucrania. Ahí, en un albergue religioso, permanecen varios compatriotas que se resisten a regresar al Ecuador a la espera de que las cosas cambien.

Un hogar de religiosas católicas franciscanas en Przemyls, la frontera entre Ucrania y Polonia, es el punto de acogida de los ecuatorianos que buscaban una carrera universitaria en Ucrania. En el portal de este albergue hay un folio que tiene escrita a mano la palabra “contacto” y aparece un número de teléfono con el inconfundible código +593. Dentro, hay más avisos en español que parecen innecesarios, pero que los pusieron para manejar el gran flujo de personas que se alojaron aquí hasta poder operar los vuelos humanitarios. Unos carteles explican las normas de la casa. Otros, la ubicación de las duchas, el comedor, la cocina, la capilla. Y hay uno muy aleccionador que pide a los estudiantes que “no salgan innecesariamente” del recinto.


Przemyśl es una ciudad en el sureste de Polonia con 66 mil habitantes. Está a 15 kilómetros de la frontera con Ucrania. 

Los mensajes fueron escritos por los funcionarios de Cancillería que llegaron hasta esta frontera europea para acompañar a los ecuatorianos que huyeron de la guerra en Ucrania. Ahora solo queda una decena de ecuatorianos que espera el próximo vuelo de repatriación en la planta abuhardillada del albergue fronterizo. La operación de salida, sin embargo, se mantendrá abierta hasta que pueda salir el centenar de ecuatorianos que continúa en las ciudades ucranianas que han quedado aisladas por los bombardeos, según el cónsul de Ecuador en Viena, Luis Narváez, que estuvo coordinando todo.

La operación de salida, sin embargo, se mantendrá abierta hasta que pueda salir el centenar de ecuatorianos que continúa en las ciudades ucranianas que han quedado aisladas por los bombardeos, según el cónsul de Ecuador en Viena, Luis Narváez, que estuvo coordinando todo.

Tres estudiantes de medicina, que cruzaron la frontera la madrugada del domingo, fueron las últimas en llegar al hogar de las franciscanas. Salieron de Zaporiyia el jueves pasado, un día antes del ataque a la central nuclear de esa ciudad. Tardaron dos días en llegar a la ciudad ucraniana de Lviv sin sospechar que se acercaban a Polonia. Solo lo supieron cuando se bajaron del autobús de la Cruz Roja que les dejó en Przemyls. Su huida se retrasó porque no tenían dinero para hacerlo. “Los amigos nos decían que necesitabas entre 150 y 300 dólares para llegar a cualquier frontera”, cuenta Jessica Ortiz, de Quito. El miedo de quedarse aisladas las empujó a la estación de trenes y consiguieron un hueco en el último vagón. “No teníamos comida ni agua y decidimos coger los pasaportes e irnos”, cuenta Lesly Torres, también de Quito. Gabriela Caicedo, de Macas, que se unió a sus compañeras con su pequeña hija tuvo miedo de que una bomba detuviera su salida. “Estuvimos 24 horas en el tren, cuando el tren se paraba nos pedían apagar todo y yo pensaba lo peor”.


Przemysl, Polonia, se ha convertido en un punto multitudinario de tránsito para los miles de ciudadanos que salen de Ucrania cada día. El Gobierno polaco ha establecido servicios de transporte gratuito para hacer frente a la demanda de movilidad humana.

Las muchachas no pueden pensar en el futuro. Estaban a dos meses de graduarse y querían seguir un postgrado en Ucrania. Ahora no saben si podrán terminar su formación, si recibirán un título por los años estudiados, si ese título será homologado en Ecuador. “En la universidad nos dijeron que habrían clases online, pero el último mensaje es que las clases están suspendidas por dos semanas”, cuenta Gabriela. Por ahora su urgencia es descansar y recuperarse de las noches insomnes que pasaron por el ruido de las sirenas.

“No teníamos comida ni agua y decidimos coger los pasaportes e irnos”, cuenta Lesly Torres, también de Quito. Gabriela Caicedo, de Macas, que se unió a sus compañeras con su pequeña hija tuvo miedo de que una bomba detuviera su salida. “Estuvimos 24 horas en el tren, cuando el tren se paraba nos pedían apagar todo y yo pensaba lo peor”.

Los veinteañeros Benjamin León y su hermana, que salieron de Odesa, también pasaron por el albergue franciscano y ahora están en el lado polaco esperando el vuelo de repatriación. Al igual que todos los ecuatorianos que entraron en la Unión Europea, tiene un visado de 15 días que está por caducar y no está convencido de volver al Ecuador. Este guayaquileño emigró hace 10 años para estudiar música y hasta antes de la guerra era uno de los organizadores del Odesa Latin Fest. “Yo tenía mi vida prácticamente hecha acá”, dice apesadumbrado. “Me dicen que puedo buscar trabajo en las camaroneras, ayudando como traductor con los rusos, ya veré”.

Benjamin León posa junto a su hermana que estudiaba periodismo en Ucrania.Ellos dejaron Odesa y huyeron junto a dos gatos y un perro. Abajo, Ronald Guadalupe de 29 años es de Ibarra y estudiaba administración en Ucrania

Todas los relatos recogidos en la frontera dan cuenta de vidas rotas o en pausa y no hay ninguna respuesta que les reconforte. Ninguno de los entrevistados se veía de vuelta al Ecuador. Estaban contentos en Ucrania, sobre todo, los que habían encontrado trabajo y ganaban más de lo que podían ganar en Ecuador.

Ronald Guadalupe, 29 años, es otro de los huéspedes del albergue. Llegó con 19 años a Vínnytsia, siguiendo a un amigo de Ibarra, y en 10 años tuvo tiempo de sacar una ingeniería y una maestría en administración. Estaba a punto de recibir su residencia permanente por la hija que tuvo con su expareja ucraniana cuando estalló la guerra. “Quiero estar cerca de mi hija, no quiero volver a Ecuador, no sé qué haría allá”. Ahora es parte del grupo de ecuatorianos que tienen los días contados para salir de Europa. Sin embargo, él ha decidido quedarse por sus circunstancias y de momento ayuda a las religiosas en el albergue.

Todas los relatos recogidos en la frontera dan cuenta de vidas rotas o en pausa y no hay ninguna respuesta que les reconforte. Ninguno de los entrevistados se veía de vuelta al Ecuador. Estaban contentos en Ucrania, sobre todo, los que habían encontrado trabajo y ganaban más de lo que podían ganar en Ecuador.


Jessica Ortiz, Lesly Torres y Gabriela Caicedo son estudiantes de medicina, estaban a dos meses de graduarse. Dejaron su hogar un día antes del ataque a la central nuclear de su ciudad, 
Zaporiyia.

La aventura de muchos de estos ecuatorianos empezó con la propaganda del Programa Universitario Europeo Latinoamericano (Puelat) que cobraba USD 5.000 a los estudiantes que buscaban una educación europea. Se vendían los destinos de Rusia, Polonia y Ucrania, pero nada se decía de la tensión en este punto de Europa del este. La reciente ofensiva de Rusia contra Ucrania obligó a actualizar el censo de ecuatorianos en ese país europeo y descubrieron que casi 800 se habían dejado conquistar por el sueño de estudiar en Europa, en esa parte de Europa.

Las religiosas y los voluntarios se impresionaron de ver a tantos ecuatorianos y de escuchar español en este lado del mundo. “Me sorprendió ver a tantos estudiantes luchando por su futuro lejos de su país”, dice Sebastian Dobelli, un voluntario francés que solo tiene palabras amables para los estudiantes que poco a poco abandona el refugio. Las nuevas ocupantes son mujeres y niñas ucranianas que buscan descansar en este punto antes de continuar su viaje. La pasada madrugada llegaron al refugio casi 30 mujeres y una decena de niñas y este lunes apareció un cartel para orientarlas porque ya empiezan a ser muchas. Junto al folio que ponía en español “cocina”, ahora hay otro que pone lo mismo, pero en ucraniano: “кухня”.

La reciente ofensiva de Rusia contra Ucrania obligó a actualizar el censo de ecuatorianos en ese país europeo y descubrieron que casi 800 se habían dejado conquistar por el sueño de estudiar en Europa, en esa parte de Europa.


Según datos de la ACNUR citados por el canciller Juan Carlos Holguín, habría más de 1.5 millones de desplazados de Ucrania. De ellos, 750 mil habrían ido a Polonia.  

Hay 166 ecuatorianos más y un nuevo vuelo humanitario

Mientras tanto, hoy en Quito, el canciller ecuatoriano, Juan Carlos Holguín, dijo que el Servicio Exterior tiene registrados 166 ecuatorianos más. La mayoría está a la espera de retornar al Ecuador, en un tercer vuelo humanitario, "pero estamos haciendo un llamado a los ecuatorianos que aún no salen de Ucrania, para que puedan tomar este vuelo".

El nuevo vuelo humanitario, dijo, se ha estado preparando desde el sábado 5 de marzo. Holguín dijo que, de estos, 82 están en Varsovia, 50 que han confirmado su regreso al Ecuador y 30 que se han movido por su cuenta dentro de territorio Schengen. Holguín dijo que los ecuatorianos que han actuado por sí solos, son los que "por sus propios derechos y su libertad han tomado esa decisión bajo su propia responsabilidad. Aclaramos que hemos sido comunicados por algunos Estados de la Unión Europea de que ellos entrarían en irregularidad una vez que se cumplan los quince días, por lo cual volvemos a hacer este llamamiento para que regresen", dijo.

El canciller anunció, además, que en  Eslovaquia hay diez ecuatorianos, de los cuales siete han avanzado por su propia cuenta. Hay once ecuatorianos en Rumanía, que avanzan a Budapest, que junto a Varsovia es uno de los dos centros principales de acogida de ecuatorianos.

El canciller anunció, además, que en  Eslovaquia hay diez ecuatorianos, de los cuales siete han avanzado por su propia cuenta. Hay once connacionales en Rumanía, que avanzan a Budapest, que junto a Varsovia es uno de los dos centros principales de acogida de compatriotas. En el caso de Hungría, 52 han confirmado su presencia en el vuelo. Este saldría al final de esta semana, desde Varsovia, pasando por Budapest. Holguín espera que haya más de 200 ecuatorianos que ocupen ese vuelo.


En un hogar de religiosas franciscanas en Przemyls, cercano a la frontera entre Ucrania y Polonia, se instalaron albergues. A este lugar llegaron las autoridades de la Cancillería para dejar servicios de contacto.

En las últimas 24 horas, la Cancillería ha otorgado dos pasaportes de emergencia. Holguín dijo que este lunes 7 de marzo se tuvo que abortar una misión humanitaria de la Cruz Roja Internacional, con siete ecuatorianos que están dentro de un programa de evacuación en Sumy, donde están más de 700 personas de la India, que al no haberse activado un corredor humanitario, dijo el canciller, el Ecuador ha aceptado que la Cruz Roja haga la operación. Holguín pidió tranquilidad a las familias.

Holguín contó el caso de un niño de seis años de edad que está con su madre en una de las zonas bélicas en este momento, "su padre tiene todo nuestro apoyo, él estará acompañado por todas las autoridades del Ecuador y estamos trabajando en este caso dentro de los de alto riesgo y alto interés para nosotros".

Mencionó también el caso de un niño de seis años de edad que está con su madre en una de las zonas bélicas en este momento, "su padre tiene todo nuestro apoyo, él estará acompañado por todas las autoridades del Ecuador y estamos trabajando en este caso dentro de los de alto riesgo y alto interés para nosotros". Lo mismo, dijo, en el caso de Diego Moncayo, (en el cual) pedimos que haya prudencia en la comunicación de este caso, puesto que está en una zona de conflicto, necesitamos la luz verde del gobierno ucraniano y de la Cruz Roja para que podamos atenderlo con toda la seguridad posible, dijo. 

En este marco, el canciller anunció la reapertura de la embajada del Ecuador en Polonia, embajada que fue cerrada en el 2014, "sin un sustento técnico". El viceministro, Luis Vayas, que está en Varsovia, encabeza esas negociaciones. Vayas se reunió hoy con funcionarios de la Cancillería polaca en esa capital. 

 

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