Un grupo de artistas jóvenes pasó cinco jornadas en el penal de Cotopaxi. Realizaron dinámicas con unas 30 mujeres privadas de la libertad. Fotos: Graffitodas
Un colectivo de artistas jóvenes se adentró en el pabellón de mujeres del Centro de Rehabilitación Social Cotopaxi, en las afueras de Latacunga, para hacer una serie de actividades culturales, a fines de 2021. Pero tuvieron algunas dificultades. Solo hacer un círculo para hacer una dinámica fue un obstáculo gigante. Y es que muchas reclusas no soportaban estar una a lado de otra.
A lo largo de cinco días de los diez que habían previsto en un principio, las artistas se fueron ganando la confianza de las mujeres en el pabellón. En la cárcel la realidad es otra. “Se nota en el aire que el lugar está tomado” cuenta Camila o “Kamikaze” como la conocen, una de las integrantes del colectivo.
Adentro del penal incluso un esfero es un objeto preciado. Las mujeres del pabellón incluso discutieron por quedarse con algunos materiales que el colectivo llevaba.
En el centro penitenciario “el piso cuesta”. Las chicas del colectivo constataron que se cobra “arriendos” desde los USD 20 por celda. “Adentro se mueve mucho dinero” cuenta Camila. Hasta el agua es un privilegio, pues a pesar de los años que tiene el penal de Cotopaxi, aún no se soluciona la provisión de agua potable.
Con algo de pudor e incomodidad, otras miembros del colectivo cuentan que las mujeres pasan libremente al pabellón de los hombres a hacer “lo que ya se sabe”. Según pudieron ver, los policías se mantienen con recelo y temor en los adentros del centro penitenciario.
El colectivo ganó un fondo concursable para impulsar actividades artísticas y prevenir la violencia de género en el centro penitenciario.
Se hicieron murales, clases de composición artística y espacios de escritura de los sentimientos de las reclusas. También actividades de dibujo, pintura, aeróbicos y acuarela.
“Nadie quería usar el color naranja” cuenta las miembros de Graffitodas, ya que ese es color de sus uniformes. Algunas experimentaron por primera vez pintar con spray. Experiencias que les liberaron del stress y el tedio del día a día.
Si bien hubo actividades predeterminadas se dejó a libre disposición el contenido de las pinturas. Las mujeres del pabellón demostraron su curiosidad por el funcionamiento de las cámaras fotográficas.
Una de las mujeres privadas de la libertad contó que nunca tuvo la oportunidad de estudiar. La mayoría de las personas con la que tuvieron contacto las integrantes del colectivo están cumpliendo sentencias por microtráfico. Parte de una realidad de mujeres que no tienen muchas más opciones de vida.
En el pabellón de mujeres también hay aglomeraciones y malas condiciones alimentarias. Hay celdas para mujeres de la tercera edad y otras para las demás edades donde “están una sobre otra” según cuenta Graffitodas. El colectivo presentó una recopilación de su trabajo en un documental. Graffitodas es una red que nace con la intención de unificar y visibilizar a mujeres y personas de diversidad sexogenérica así como a artistas urbanas latinoamericanas. Algunas de sus miembros ya han visitado otras cárceles del país.
Una de las actividades fue la pintura de un mural a pesar de que el colectivo Graffitodas pasó por varios controles y restricciones que les impidieron ingresar todo el material que hubieran querido.
El colectivo cree en el poder de la educación y el arte. En el centro de Cotopaxi se encontraron con una emisora producida por las mujeres del pabellón, que tienen un programa que se transmite por la radio de la Asamblea.
Graffitodas es una red de arte urbano de mujeres y disidencias a nivel latinoamericano. Presentaron su obra en el Instituto Ecuatoriano Brasilero de Cultura. Foto: Luis Argüello. PlanV
La visita del colectivo fue en diciembre de 2021. Muchas de las conversaciones con las mujeres del pabellón eran sobre los motines. Las PPLs contaban que cuando se toman las cárceles se esconden y temen por su seguridad. Otras se unen a los motines.
La visita iba a ser de diez días pero al final pudieron quedarse solo cinco. El director del pabellón de máxima seguridad les comentó que “ es una bomba de tiempo” antes de que estalle otro motín.
En ese centro penitenciario fue donde se reportó la violación de una Policía durante los disturbios de julio del 2021 que dejaron más de 10 asesinados en el penal.
Tuvieron una relación fluida con las PPLs. En cambio, sostienen que recibieron acoso y malos tratos de la Policía.
Trabajaron con alrededor de 30 mujeres que son parte de un grupo de buena conducta. “Adentro todo es por méritos” cuenta Camila que agrega que adentro hay grupos de estudio o la emisora de radio.
En los murales, las mujeres del pabellón pintaron mensajes con palabras como libertad, esperanza o mujer libre.
[RELA CIONA DAS]
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