La situación económica del país es compleja, y los problemas financieros que Daniel Noboa, el presidente electo que espera asumir a principios de diciembre el gobierno no tendrán una receta fácil de solución. 

La falta de recursos, provocada por distintos factores, entre ellos, algunas de las decisiones políticas de Guillermo Lasso, y la imposibilidad de cumplir algunas de sus metas como duplicar la producción petrolera o conseguir por lo menos 30 mil millones de inversión extranjera en el Ecuador, así como la disolución de la Asamblea Nacional, han creado un escenario de incertidumbre económica.

Según cálculos del Observatorio de Política Fiscal, el déficit fiscal, es decir, el dinero que le falta al Estado para cubrir sus obligaciones, solo entre enero y agosto de 2023, alcanzó los 2.800 millones de dólares, mientras que en el mismo periodo del año anterior, se había logrado en cambio un pequeño superávit.

Solo en ese indicador, se evidencia que Noboa recibirá el gobierno en diciembre, el mes más duro del año (la burocracia civil y militar recibe sueldos extra por navidad, como el décimo tercer sueldo) y contará con un escaso margen de maniobra.

Consultamos a dos economistas de distintas tendencias sobre las perspectivas económicas del nuevo régimen para finalizar el 2023 y durante el 2024. 

Vicente Albornoz: "Me da mucha ternura la pobre persona que acepte Finanzas en el momento actual"

Es posible entender cómo el actual gobierno ha llegado al momento económico actual, pero no tengo claro cómo se podrá salir de esta situación ni con qué fórmulas. Llegaron a este punto por dos razones: en primer lugar es complicado frenar el creci,miento del gasto en el Estado, se puede creer que es fácil pero realmente no lo es. Además de eso, en este gobierno no han sido muy hábiles en intentarlo. Súmele a eso que bajaron los impuestos, aunque al principio los subieron, lo que les dejó en una situación de más gastos con menos ingresos. Como no pueden sacar más dinero, porque nadie les presta, hay una cantidad de atrasos muy significativa. De enero a agosto del año pasado el gobierno tuvo el mismo nivel de ingresos que de gastos, pero en 2023 el déficit del Gobierno central pasaba a 2.700 millones de dólares. 

Los meses fáciles del año son, precisamente, de enero a agosto, mientras los complicados son los del último trimestre por el final del año. Esto se debe a que los impuestos se cobran en los primeros meses del año, pero luego hay meses de gastos importantes. El gasto del gobierno se divide en trece partes, pero en diciembre es un mes durísimo para el Tesoro porque debes pagar los décimos y los contratos que terminan en ese mes.

El nuevo ministro de Finanzas llegará en diciembre y no sé cómo irá a pagar todo lo que tenga que pagar, porque se sienta en el puesto en el peor mes del año. En este año bajaron el impuesto a la renta, se subió el sueldo de los profesores, hubo más gastos y pagos a la Seguridad Social, y la verdad no han sido hábiles en reducir el gasto público. Es posible además que el Fenómeno de El Niño provoque gastos adicionales y también cayeron los ingresos petroleros. 

Como en cualquier situación similar, si te falta dinero dejas de pagarle a alguien o buscas que te presten. Frente a ello, es posible que se obtengan préstamos pequeños, porque el hecho de que el gobierno de Noboa dura poco y no ha anunciado sus intenciones económicas no motivará grandes préstamos.

Por otro lado, al gobierno actual no le van a dar ni un centavo, pues los multilaterales están muy molestos con la decisión de Lasso de haber subido impuestos y luego haberlos bajado, pues son del criterio de que en el Ecuador se pagan muy pocos impuestos. 

Sobre la reserva monetaria, se ha usado la pequeña parte que se puede gastar, pero usar más implica o violar la ley o cambiar la ley. Cambiar la ley ocasionaría un pánico entre los depositantes, y el Banco Central no puede entregar esa plata. 

Diría que para 2024 el panorama es complejo, hay que cerrar el Yasuní, va a haber menos dólares, se deberá atender el fenómeno de El Niño, habrá tasas altas de interés. Deberían hacer reformas económicas que permitan que el Banco Mundial y el Fondo Monetario les presten un poco más de plata, la verdad es que no hay espacio para más cosas.

Sobre la presencia de Alberto Dahik, creo que es un excelente técnico y tiene la ventaja de que tiene acceso a los organismos internacionales de crédito, pues conoce a las personas clave, pero sí ha generado críticas en lo político contra Noboa.

Jhon Cajas: "Noboa podría buscar liquidez de corto plazo usando las reservas internacionales"

Los desafíos que el Ecuador tiene que enfrentar en el corto plazo son varios para el próximo año, en especial los relacionados con el pago de deuda, pues hay bonos que se emitieron en 2014 que van a empezar a caducar. El primer reto importante será administración que genera el pago de deuda, además de los impactos económicos del fenómeno de El Niño. El gobierno de Lasso realizó una reforma tributaria que anuló la anterior que ellos mismos habían empujado, lo que significa que habrá menos ingresos fiscales, lo cual es otro reto. 

El gobierno de Lasso también va a dejar un déficit, aunque se habían planteado reducir el déficit fiscal, en los hechos, el ministro Pablo Arosemena ha mencionado que habrá uno de por lo menos 2.800 millones de dólares, lo que evidencia que se mantuvo la brecha entre ingresos y gastos. No sé si el nuevo gobierno quiera meterse a hacer un ajuste que tendrá un costo político muy complejo. Esos serían los retos del muy corto plazo. 

En el tema de las reservas internacionales, creo que ni siquiera entre los economistas en el Ecuador nos hemos puesto de acuerdo sobre cuál es el rol que cumplen las reservas y cuál debería ser el monto, pues actualmente hay reservas de entre seis y siete mil millones de dólares. 

No estoy muy seguro sobre cuál es el objetivo de Noboa, pero si es una estabilización de la economía a corto plazo, hay que considerar que antes de cumplir un año va a estar en la campaña por la reelección, por lo que no sería nada raro que empiece a usar las reservas internacionales para darle liquidez a la economía. El gobierno de Lasso ha dejado una subejecución de los presupuestos del Estado y no se han realizado inversiones que el gobierno había planteado. 

Habría que ver también si no se lanzan a un acuerdo con el Fondo Monetario, en donde podrían argumentar que son un gobierno nuevo que comparte algunas de las políticas de los organismos multilaterales, lo que les permitiría obtener recursos. El riesgo país, que no se ha movido prácticamente desde la elección de Noboa, evidencia que no van a tener chance de emitir bonos.

Mientras tanto, en la deuda interna, el gobierno puede renovar los bonos con el dinero de la Seguridad Social o analizar si la banca local le quiere prestar. Tememos en cuenta que solamente en 2024 entre capital e intereses de deuda toca pagar hasta 9.500 millones de dólares, lo que aumentará paulatinamente hasta 2026. 

El gobierno de Lasso ha sido incompetente, no ha logrado cumplir ni siquiera sus propios objetivos. Por ejemplo, anunciaron que iban a producir un millón de barriles diarios de petróleo y realmente a duras penas se producen medio millón de barriles, y a mitad del periodo se hubiera esperado que ya avancen en ese tema. Subieron impuestos y aumentaron los ingresos, pero luego dieron marcha atrás es como que intentaron algunas reformas para tener más liquidez pero luego las retiraron. En el gobierno de Lasso nunca hubo un equipo económico consolidado, y no pudieron ejecutar el presupuesto, y se quedó en un estado de inacción que acumuló reservas pero no propició una tasa de crecimiento adecuada en la economía.