Foto: Jeremy Smith / Pixabay
El consumo de alimentos procesados y frescos se ha convertido en uno de los grandes negocios del país.
Portada del Atlas preparado por varios académicos.
Los alimentos son uno de los negocios más rentables en el Ecuador. Con la coordinación de Carlos Pástor Pazmiño y la participación de 15 investigadores y cinco geógrafos, se publicó recientemente el Atlas: Los Grupos Económicos Agroalimentarios que es una radiografía de las grandes empresas que producen y comercializan alimentos en nuestros país. En la preparación de la obra han dado su apoyo por lo menos 16 organizaciones no gubernamentales, universidades y centros de investigación, así como han consignado su respaldo organizaciones como Acción Ecológica, Cedhu, Cedocut, Conaie, Ecuarunari, Fenocin, Fese, Feue, FUT, UNE, entre otros.
El Atlas recopila abundante información pública sobre las grandes empresas de alimentos en nuestro país: su historia, sus accionistas y sus vinculaciones políticas. En la parte introductoria, analiza el contexto de la región y el uso de semillas y agroquímicos en la economía nacional. Las fuentes consultadas son el Servicio de Rentas Internas, la Superintendencia de Compañías y, en muchos casos las propias páginas corporativas de las empresas. El Atlas contiene abundamente información gráfica sobre los ingresos de los principales grupos empresariales del país.
La agroindustria y sus principales exponentes
Los cultivos tropicales, sobre todo en la Costa, son la base de grandes empresas de agroindustria, la mayoría de las cuales tienen sus cuarteles generales en Guayaquil. Así, el primer caso analizado es el del Ingenio San Carlos, una empresa de Guayaquil que tiene su origen en 1893 y que actualmente según datos del Servicio de Rentas Internas tiene un patrimonio de USD 443 millones, por lo menos 65 socios, entre empresas y personas naturales.
Los cultivos tropicales, sobre todo en la Costa, son la base de grandes empresas de agroindustria, la mayoría de las cuales tienen sus cuarteles generales en Guayaquil.
El grupo tiene inversiones no solo en la agroindustria, sino también en el sector inmobiliario, en la venta y fabricación de productos farmacéuticos, pero el grueso de sus ingresos, calculados en más de USD 660 millones entre 2015 y 2016, provienen de sus actividades industriales. Los cultivos de caña de azúcar de este gigante de la agroindustria están estimados en por lo menos 25 mil hectáreas, sobre todo en el valle del Río Guayas.
Otro caso similar que consta en el Atlas es La Fabril, una empresa que explota todas las posibilidades de la palma aficana, un cultivo que también se realiza en las provincias de la Costa y en algunas zonas de la Sierra y el Oriente. Sus orígenes se remontan a 1935, consigna el Atlas, y actualmente su producción en el país está relacionada con aceites de uso doméstico así como productos de jabón, que se obtienen de las grasas que produce la palma africana. El conglomerado está conformado por 31 integrantes, de los que son cabezas visibles los empresarios Carlos González Artigas-Díaz y Carlos González Artígas-Loor. Los activos de esta empresa superan los 300 millones de dólares, pero los autores destacan también algunas páginas a analizar las problemáticas sociales que genera el cultivo de la palma africana. También destacan que el terreno en donde el gobierno de Rafael Correa intentó construir la Refinería del Pacífico, cerca de Manta, era originalmente de propiedad de La Fabril.
Otro caso similar que consta en el Atlas es La Fabril, una empresa que explota todas las posibilidades de la palma aficana, un cultivo que también se realiza en las provincias de la Costa y en algunas zonas de la Sierra y el Oriente.
El caso de Toni, una industria láctea que se fundó en Guayaquil, tiene un matiz distinto, pues mientras las dos anteriores son de propiedad nacional, esta fue vendida a una transnacional extranjera. Toni fue fundada en 1978 y en una época los hermanos Isaías formaron parte de sus accionistas, si bien sus propietarios principales fueron los Alarcón Alcívar, parientes del actual presidente de la Cámara de Comercio de Quito, Patricio Alarcón.
Actualmente, Arca Continental, la empresa embotelladora de Coca Cola en la región, es la dueña de Toni, consigna el Atlas, que destaca que que su patrimonio supera los 100 millones de dólares.
Pronaca, otro gigante de los alimentos, tiene su origen en 1979, como fusión de varias empresas de alimentos relacionadas con el negocio avícola. Una parte de la empresa continúa en manos de los descendientes del dueño original, la familia Bakker, de origen neerlandés. Su negocio es básicamente la venta de alimentos de pollo, pavo, pescado, carne y embutidos y su patrimonio neto alcanzó los 845 millones de dólares en 2016. Como detalle en este caso, el Atlas consigna la presencia de dos empresas off shore y relacionadas con Pronaca que aparecieron en los Panamá Papers. Pronaca tiene relación con otra empresa de alimentos, Conservas Isabel y recientemente vendió el 50% de sus acciones a la Corporación Multiinversiones de Guatemala, cuya marca más conocida son los pollos Campero.
Los autores destacan también algunos problemas ambientales ocasionados por la operación de Pronoca con sus granjas porcinas y avícolas, que se encuentran en las provincias de Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Chimborazo, Azuay, Santo Domingo, Manabí, Los Ríos y Guayas.
La agroexportación
Las empresas que producen alimentos para exportarlos aparecen en el Atlas agrupadas como de agroexportación. Al igual que en el caso anterior, se trata de grandes emporios que están centrados sobre todo en cultivos tropicales y productos del mar, por lo que su eje está en las provincias de la Costa.
Los autores mencionan de manera especial a Bananera Noboa, el origen de la fortuna del hombre más rico del Ecuador, Álvaro Noboa, y de su hermana, Isabel y destacan la influencia política que tuvieron sobre todo en los años 70 y 80.
Los autores mencionan de manera especial a Bananera Noboa, el origen de la fortuna del hombre más rico del Ecuador, Álvaro Noboa, y de su hermana, Isabel y destacan la influencia política que tuvieron sobre todo en los años 70 y 80.
El otro emporio bananero es Reybanpac, del empresario Segundo Wong Mayorga, que continúa bajo control de sus herederos. Según los autores, durante el "periodo neoliberal" los altos ejecutivos y abogados de las empresas bananeras se ubican en importantes puestos del Gobierno ecuatoriano. Para entender la dimensión de la Bananera Noboa, los autores consignan que se codea con las grandes transnacionales del negocio, como Chiquita Fyffes de Irlanda, Dole Food de Estados Unidos, y Fresh Del Monte también norteamericana.
A pesar de las confrontaciones entre el gobierno de Correa y Noboa, los autores admiten que poco o nada se hizo para desmontar el esquema agroexportador de la empresa bananera. El banano se cultiva en el Ecuador sobre todo en un agosto callejón de las estribaciones occidentales de la cordillera, en provincias costeñas y en valles andinos de clima propicio. Ambas empresas bananeras tienen relaciones con paraísos fiscales, destacan los autores.
El pescado y el mar son, en cambio, la fuente de otra gran fortuna. Se trata de Real, una empresa que tiene una flota pesquera que obtiene atún y sardina de los mares ecuatorianos, por lo que tiene su base en Guayaquil.
Camarón, pescados y todos los derivados de estos productos del mar son el centro de la operación de Real, que es propiedad de la familia Aguirre Román de Guayaquil. El grupo tiene por lo menos 62 empresas, y un patrimonio cercano a los USD 210 millones. Además de exportar buena parte de su producción, Real tiene participación en el mercado nacional de alimentos con marcas de arroz, congelados de pescado y camarón, enlatados, jugos y fideos.
Los supermercados
El otro puntal del negocio de los alimentos en el Ecuador son los grandes supermercados, que se colocan también en lugar destacado entre las empresas más grandes del país.
La empresa bandera del sector es la Corporación Favorita, con sede en Quito, una iniciativa de empresarios ecuatorianos -la familia Wright- quienes tienen una relación familiar con el con el ex presidente Sixto Durán Ballén. Aunque en rigor es una cadena de supermercados de alcance nacional, Favorita también tiene otro tipo de empresas de producción de alimentos, venta de energía eléctrica, inmobiliaria, e ingresos que se acercan a los 2000 millones de dólares. Su patrimonio supera los mil millones de dólares y según los investigadores del Atlas, ha enviado dinero a paraísos fiscales como Panamá.
La empresa bandera del sector es la Corporación Favorita, con sede en Quito, una iniciativa de empresarios ecuatorianos -la familia Wright- quienes tienen una relación familiar con el con el ex presidente Sixto Durán Ballén.
Su gran competidor es otro supermercado, la Corportación El Rosado, de la familia Czarninski, con sede en Guayaquil. El grupo tiene inversiones en diversos sectores, como un supermercado, ferretería, juguetes, centros comerciales, cadenas de cines, una radio de Guayaquil llamada Disney, y cadenas de restaurantes. Sus ventas se acercan a los mil millones de dólares al año y su patrimonio a los 250 millones. Sus transferencias de dinero hacia Panamá son destacadas en el Atlas.
Un supermercado con presencia nacional es TIA, fundada en Guayaquil en los 60 y con ingresos de 633 millones de dólares. Su patrimonio es de 50 millones de dólares. También ha sacado dinero del país hacia paraísos fiscales.
De menores dimensiones es Santa María, una cadena de supermercados con base en Quito, que hoy tiene 32 locales en varias ciudades del país. Sus ingresos anuales superan los 320 mil dólares, y su patrimonio alcanza los 40 millones.
En todos los casos, los investigadores analizan las relaciones laborales en los supermercados, destacando quejas de empleados por largas jornadas, así como la ausencia de organizaciones sindicales.
La comida rápida
La principal franquicia de hamburguesas del país genera pérdidas desde hace varios años.
El mercado de la comida rápida, con el auge de los patios de comidas en el país, es motivo de estudio. En el país opera una franquicia de la transnacional Mc Donalds, una cadena de hamburguesas de Estados Unidos que se vende en toda la región. Pero a esa empresa, destacan los investigadores, no le va bien. Desde 2013 que solo declara pérdidas, a pesar de lo cual mantiene por lo menos 24 locales en el país, ubicados en Quito, Guayaquil, Cuenca y Machala.
Mucho mejor le va a KFC, un conglomerado cuya marca bandera es el pollo brosterizado, pero que en la práctica es dueña de la mayoría de las marcas que se ven en los patios de comida de los grandes centros comerciales del país. Se trata de otra transnacional que es una sucursal de una empresa domiciliada en Panamá, cuyo presidente es Juan Carlos Serrano y que es propietaria de la mayoría de marcas de comida rápida. Así, dependen de KFC marcas como Tropiburguer, El Español, Juan Valdez, Las Menestras del Negro, Pollo Gus, Baskin Robins, China Wok, Cinnabon, entre otras, con por lo menos 7300 empleados.
Entre las figuras públicas del grupo están personas como Franklin Tello, Jaime Leiva, entre otros. Sus ingresos en 2016 alcanzaron los 200 millones de dólares. Forman parte del grupo empresas como Int Food, Deli International, Shemlon, y Promotora Ecuatoriana de Café de Colombia. Hay marcas que también son de KFC, como Arrecife, Noe, Kobe, y Casa Res Steak House.
Las conclusiones
El Atlas concluye con varias reflexiones, como la constatación de que el crecimiento de los grandes grupos en el Ecuador está relacionado con la diversificaciones de inversiones, las relaciones políticas, el modelo estatal, y la dolarización.
La diversificación se evidencia cuando los grandes grupos económicos reseñados en el Atlas tienen otras líneas de negocio, como la energía eléctrica, las inmobiliarias, la comunicación y los alimentos preparados. Aunque en algunos casos hay participación extranjera, los altos ejecutivos suelen ser de las familias que crearon el negocio, lo que permite promocionar que se trata de un empresariado nacional.
En particular, la dolarización favoreció a estos grupos al facilitar las importaciones de productos de primera necesidad que venden en sus locales, y además, al ampliar la base socioeconómica de consumo que ellos han captado.
"Concluimos, no como un nuevo argumento pero como uno que tristemente coincide con otros análisis, de que durante la "revolución ciudadana" no se produjo ningún cambio sustancial y menos estructural en cuanto a la distribución de la riqueza a la mayoría de la población ecuatoriana, en tiempos de (Lenin) Moreno esta dinámica se ha profundizado, como hemos presentado el Ecuador es ahora un Estado-empresarial", concluyen los autores.
[RELA CIONA DAS]
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