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28 de Mayo del 2020
Historias
Lectura: 11 minutos
28 de Mayo del 2020
Redacción Plan V
Los empleados de TAME buscan opciones para salvar la aerolínea
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Los trabajadores de TAME protestaron en el edificio matriz de Quito por la liquidación de la aerolínea estatal. Foto: El Universo

 

El Gobierno decretó la liquidación de la Empresa Pública TAME, lo que implica la venta de activos, el pago de sus deudas y el despido de sus 932 empleados. La aerolínea, que se encontraba empeñada en un lento plan de recuperación desde el año pasado, no podría sobrevivir a la crisis global del transporte aéreo como consecuencia del coronavirus. Pero los empleados creen que es posible mantener una aerolínea regional local para la conectividad interna.

Las alas de TAME, una aerolínea estatal que fue fundada por la Fuerza Aérea Ecuatoriana en el siglo pasado, como una alternativa para el desarrollo y la conectividad del país, se estaban acortando paulatinamente en los últimos años, cuando su flota, su personal y sus rutas se fueron reduciendo de manera significativa. Pero el coronavirus llegó, con su implacable golpe, y el Gobierno, el 19 de mayo, decretó la liquidación de la empresa.

Los empleados creen que es posible salvarla, como una aerolínea regional que sirva, sobre todo, a Galápagos, aunque el proceso de liquidación, ordenado por el presidente Lenin Moreno está en marcha y parece poco probable que el Gobierno, que alega carecer de liquidez para casi todo, esté dispuesto a mantener la aerolínea. 

En febrero de este año, en diálogo con este portal, el ex gerente Luis Miguel Reyes había planteado un esquema que permitiría una lenta recuperación. La propuesta pasaba por unificar el tipo de aviones que usaban, abandonar rutas que no eran rentables y reducir la nómina, con la intención de lograr pequeñas ganancias. Se pensaba, según relató Reyes, que "un proceso de desarrollo tecnológico" podría mejorar la situación de la aerolínea. 

Reyes admitió pérdidas en 2018 de más de 80 millones de dólares y dijo que en ese mismo año los costos de operación de TAME fueron de USD 227 millones, mientras que en 2019 lograron bajarlos a USD 155 millones.

Empezaba recién este año nefasto de 2020 y ex el gerente creía que habrían pérdidas de USD 31 millones en TAME, mientras que en 2019 se perdió USD 39 millones.


Luis Miguel Reyes, ex gerente de TAME, renunció al conocerse el decreto de liquidación.  Foto: PlanV

Empezaba recién este año nefasto de 2020 y ex el gerente creía que habrían pérdidas de USD 31 millones en TAME, mientras que en 2019 se perdió USD 39 millones.

Un plan que no despegó

Su plan era que la reducción de la flota y de los gastos podrían reducir ese monto de pérdidas para 2021 y su meta era lograr unas modestas ganancias de hasta dos millones. El ex gerente explicó entonces que desde el 2019 TAME opera con ingresos propios, mientras el Estado estaba cubriendo los pagos por indemnizaciones de las personas que eran desvinculadas.

Actualmente, hay 932 empleados en la empresa, que está oficialmente en liquidación, según dispuso el presidente Lenin Moreno por decreto ejecutivo. El decreto establece que, como ocurre cuando se liquida cualquier empresa, se paguen las deudas, incluyendo las de liquidaciones del personal, se vendan los activos y si algo queda, pase al Ministerio de Transportes. 

Reyes creía que lo ideal era que la empresa tenga no más de 110 personas por avión, que es el estándar de la industria. 

La renovación de la flota era otra propuesta del ex gerente, quien renunció tan pronto el Gobierno decretó la liquidación de la Empresa Pública. 

Creía que debería tener por lo menos ocho aviones jet, de preferencia de Airbus, para poder realizar una operación internacional rentable. Los gastos de combustible alcanzan hasta el 38% de los costos de operación de una empresa, y Reyes pensaba que se podrían arrendar esas naves, pero en todo caso no antes de 2021, cuando terminara el actual gobierno. Actualmente, los aviones de TAME son solo cinco: un Airbus A320 (HC-CPB), un Airbus A319 (HC-CGT) (ambos arrendados) y tres  propios del tipo ATR42-500 (HC-CLT, HC-CMB, HC-CMH) aviones más pequeños que son producidos de manera conjunta por fábricas de Italia y Francia.

Actualmente, los aviones de TAME son solo cinco: un Airbus A320 (HC-CPB), un Airbus A319 (HC-CGT) (ambos arrendados) y tres  propios del tipo ATR42-500 (HC-CLT, HC-CMB, HC-CMH) aviones más pequeños.

La propuesta de los trabajadores

Pero la llegada de la peste dejó los planes en cero. Con el decreto de liquidación, lo más probable es que la aerolínea devuelva los dos jets que arrienda y venda los tres aviones ATR-42 que son de su propiedad para pagar sus deudas y liquidar a sus empleados. Al menos ese es el escenario que el ministro de Transporte, Gabriel Martínez, ha planteado. 

Según ha dicho públicamente el ministro, las deudas de TAME alcanzan los USD 200 millones y los activos USD 75 millones. “La aerolínea tiene deudas con Petroecuador, concesionarias aeroportuarias y otros proveedores”, dijo el ministro. Admitió que tampoco se habían pagado los sueldos y que liquidar al personal costaría por lo menos USD 16 millones. 

Andrés Muñoz, piloto y vocero de los trabajadores de TAME. 

Los empleados de la empresa podrían plantear alternativas, explicó en diálogo con PLANV Andrés Muñoz, piloto y vocero de los trabajadores. 

Muñoz explica que los empleados de TAME fueron a la Asamblea y se logró que se realicen algunos vuelos humanitarios, en especial a Argentina y Estados Unidos, durante la pandemia. Muñoz admite la grave situación de la aviación mundial, que ha llevado a Avianca y Latam a acogerse a la bancarrota según las leyes de Estados Unidos. Ambas aerolíneas operan en Ecuador, así como Aeroregional, una compañía de capital mexicano que se mudó al país luego de cerrar sus operaciones en México tras un trágico accidente en Cuba. 

El piloto sostiene que es posible proponer que TAME se mantenga como una aerolínea pequeña y regional, que sirva a las poblaciones alejadas, como fue concebida desde un principio. Así, destacó que los habitantes de Galápagos volaban más en TAME porque tenían un descuento importante.


Tres aviones ATR42 de este tipo son de propiedad de TAME.  Foto: Nicolás Larenas/nlarenas.com

Pero el piloto destaca que los estados de Colombia y Chile, por ejemplo, de donde son originarias las dos aerolíneas extranjeras, han anunciado sus intenciones de proteger a sus aerolíneas para garantizar la conectividad en sus países, mientras en el Ecuador se está haciendo todo lo contrario, al liquidar TAME. Muñoz cree que no se debe apostar por un capital que no defiende los intereses nacionales, pues es probable que las empresas extranjeras que operan en el país trasladen su patrimonio a sus países de origen. 

Muñoz dijo que la empresa pública TAME fue creada por un decreto ejecutivo del ex presidente Rafael Correa, por lo que en teoría se podría eliminar con un decreto. Pero la empresa "se puede salvar si se sincera. Es inevitable una reducción de personal", admite el piloto. 

Otro recorte que podría realizarse tiene que ver con los arrendamientos de aeronaves, aunque admite que en el pasado en lugar de devolver los aviones lo que se hizo fue tener paradas las aeronaves en tierra, lo que tiene un alto costo financiero. Destacó la gestión del ex gerente Octavio Pérez, quien fue reemplazado por personas sin conocimientos aeronáuticos. También cuestionó el mal uso de los aviones en el gobierno de Rafael Correa y el hecho de que la empresa haya tenido que operar a destinos como Caracas, La Habana, Tena y otros en donde ya se sabía que no habría rentabilidad alguna. 

El piloto sostiene que es posible proponer que TAME se mantenga como una aerolínea pequeña y regional, que sirva a las poblaciones alejadas, como fue concebida desde un principio. Así, destacó que los habitantes de Galápagos volaban más en TAME porque tenían un descuento importante. Sobre el arrendamiento de los aviones, cree que el uno termina su contrato este año y el otro en 2023, por lo que aún se los podría utilizar en busca de recursos. 

"Vamos a presentar un proyecto al Gobierno, tal vez con baja probabilidad de que sobrepase intereses políticos". Las exigencias de los empleados son actualmente tres: el respeto de los derechos laborales, no poner en riesgo la conectividad del país y vigilar la transparencia en el servicio para los habitantes de las islas Galápagos. 


TAME operaba en Galápagos cobrando la mitad del pasaje a los colonos. Foto: Nicolás Larenas/nlarenas.com

Mientras tanto, las empresas extranjeras como Latam y Avianca se prepararan para volver a operar en Ecuador. Latam cuenta con siete aviones Airbus que vuelan en nuestro país, y la crisis hizo que despidiera a 130 empleados en Ecuador. Pero las aerolíneas dependen de la reapertura de los aeropuertos domésticos y el grueso del transporte aéreo nacional se sigue moviendo entre Quito y Guayaquil. El aeropuerto de Quito anunció que abrirá el 1 de junio, pero Guayaquil no retomará las conexiones con la capital hasta el 15 de junio. Los vuelos a Galápagos, entre tanto, continúan suspendidos hasta nuevo aviso, mientras miles de residentes de las islas han tenido que pasar un proceso de cuarentena para lograr volver a sus hogares desde el continente.

En España, Iberia anunció que retomará solamente vuelos domésticos, pero con muy pocos cupos disponibles: “El grupo ha puesto a la venta solo el 21 por ciento de la capacidad inicialmente prevista para la red de corto y medio radio, que podría aumentar hasta el 35 por ciento en función de la demanda y de la eliminación de restricciones", dijo Iberia y no tiene fecha para retomar vuelos de largo alcance como los que unían Madrid con Quito y Guayaquil. 

¿Podrá TAME seguir volando y el Gobierno derogar el decreto que la liquida? El cierre de la aviación y la falta de liquidez del Estado hacen pensar que el último intento de volar de la empresa se enfrenta a cielos muy sombríos. 

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