Fotos: Presidencia de la República y Archivo PlanV
El movimiento Creando Oportunidades (CREO) que llevó a la presidencia de la República a Guillermo Lasso, anunció que no va a presentar candidatos en estas elecciones anticipadas, ni para presidente y vicepresidente de la República ni para legisladores. CREO se abstiene así de participar en el proceso electoral que su propio líder propició, al firmar la disolución de la Asamblea Nacional y la terminación anticipada de su propio periodo.
Aunque hasta la tarde de este 5 de junio se especulaba sobre una posible postulación del ministro de Inclusión Social, Esteban Bernal, para la presidencia de la República, lo cierto es que fue el propio dirigente del oficialismo quien, acompañado de otros líderes de CREO, como Guido Chiriboga y Fernando Flores, anunció la decisión del lassismo de no correr en estas elecciones, prometiendo volver en 2025.
El pasado 2 de junio, el presidente Lasso compareció ante los medios en Palacio de Gobierno para anunciar que no se iba a presentar a las elecciones anticipadas. Foto: Bolívar Parra-Presidencia de la República
En una intervención desde un salón del hotel Quito, Bernal no escatimó elogios para Lasso, pero zanjó de un tajo la posible presentación de candidatos de CREO. Los representantes de 35 listas de precandidatos apoyaron su anuncio de no presentar ningún candidato en estas elecciones.
Bernal destacó que se han conectado con "la decencia del presidente de la República", y dijo que su estructura partidista no apoyará a ninguna tendencia en los comicios que se vienen.
Pero sostuvo que eso no significa que CREO no vuelva en 2025. Aseguró que sus estructuras continuarán trabajando con miras a las nuevas elecciones generales de esa fecha, en las que sí esperan presentar candidatos en todo el país. Aunque una publicación del diario norteamericano The Washington Post, que aseguraba que Lasso no iba a correr fue desmentida por el Gobierno, lo cierto es que los hechos fueron confirmando la versión que supuestamente era un error de traducción.
¿Tiene futuro CREO? ¿Cómo entender un proceso político que parece haberse quedado corto en el ejercicio del poder? Fabricio Villamar, ex asambleísta y ex concejal de Quito, estuvo vinculado al proceso de Lasso por lo menos desde 2012 y ha seguido de cerca la génesis del movimiento lassista hasta la actualidad. Villamar relata que en 2016 le propusieron una candidatura a la Asamblea, pero luego lo descartaron para nominar a Fernando Villavicencio. Cuando el actual postulante presidencial no aceptó, CREO le volvió a ofrecer la postulación. Fue legislador entre 2017 y 2021 y se retiró del bloque, pero mantuvo su cercanía con la dirigencia nacional.
¿Cómo y cuánto tiene lugar su vinculación con CREO y el lassismo?
En el año 2012 yo era concejal de Quito y recibí una llamada de Guillermo Lasso para tener una reunión con César Monge. Las personas que trabajaban conmigo y yo fuimos a conversar con Lasso y Monge, porque se planteaba la necesidad de conocer a los dirigentes territoriales y a la gente de base, porque podían tener una intención pero no conocían nada sobre la estructura territorial de Quito, sus dirigentes y preocupaciones. Habíamos tenido acercamientos anteriores para su primera postulación, pero era una organización muy cerrada.
¿Por qué define como cerrada a CREO? Su agenda siempre se basó en aglutinar fuerzas contra el correísmo, sobre lo que se construyó el relato de Lasso
En esa época el correísmo era una organización muy fuerte, y lograron articularse sobre el discurso contra la parttidocracia, lo que complicaba la conformación de organizaciones políticas. Las leyes exigían que hayan partidos, pero éstos salían del cero absoluto, sin estructuras ni bases. Pero Lasso llegó a ser el único candidato que podía enfrentar al correísmo, que se financiaba con diezmos y la única forma de combatir eso era contar con una persona como Lasso, que podía enfrentar a esa maquinaria.
Lasso tuvo tres intentos diferentes con distintas suertes. Luego vino la construcción de Compromiso Ecuador, que buscaba una transición en el odio de los partidos a las organizaciones sociales que se agrupaban por un proyecto común.
¿Cómo fue ese proceso de construir una organización política nacional?
El Ecuador es un país hiperdividido en cada barrio ves ese tipo de división, pero el proceso político permitió aglutinar a muchos en un espacio en donde no se tomaban decisiones, que se tomaban en un círculo muy cerrado entre Lasso, César Monge e Iván Correa, así como dos o tres personas. Creo que se logró un grupo de base vinculado al partido pero no a su toma de decisiones y que aupaba la candidatura de Lasso.
¿Pero esa ya no podría ser considerada una militancia?
No lo es porque no llegaban a tomar decisiones, ni formaban parte del organismo que toma decisiones. Yo llegó a ser presidente de CREO en Quito, pero las decisiones se tomaban en otro estamento, de acuerdo con la estructura de CREO, entre los presidentes provinciales y la directiva nacional. Es una militancia en una organización de poderes concentrados, que tomaban decisiones sin mayores debates, pues las tomaban entre Lasso y Monge. Luego se abrieron a buscar gente que pudiera darles criterios y sugerirles cosas, como círculos de intelectuales en Quito y Guayaquil, que les permitieron tener acercamientos ideológicos.
¿Tuvo CREO un matiz ideológico o su propuesta fue solamente aglutinar a todos quienes estaban en contra del correísmo?
Necesitabas crecer en la oposición contra el populismo. En algún momento llegaron personas del MPD, de la Red, de la ID, de la Democracia Popular, porque era lo único que se podía hacer frente a lo avasallador del correísmo, lo mismo que sucedió en el año 2008 cuando la candidatura de Lucio Gutiérrez aglutinó a sectores anticorreístas. Lo importante era que alguien que tuviera recursos y fuera aglutinando posturas un poco más liberales, como menos impuestos y mejor voluntad frente al sector privados que el gobierno de Correa.
¿El hecho que usted menciona sobre la necesidad de recursos económicos, implica que CREO está sostenido solo en la fortuna de Guillermo Lasso?
En la parte administrativa sí, pero CREO empezó a sustentarse en su propio recorrido, con su reconocimiento territorial y fue avanzando en la construcción de la organización, que se sustentó en el peso territorial de sus dirigentes.
Finalmente Guillermo Lasso llega al poder en 2021 y César Monge muere a los pocos meses. ¿Cuál fue el impacto de esa muerte en la organización de CREO?
Monge hacía el trabajo para el que nadie más se prestaba, para la carpintería, era el que ponía la cara cuando le ofrecieron el mismo puesto a siete u ocho personas. Enfrentaba los conflictos y luego aparecía a solucionar las cosas.
Lo que ocurrió con su muerte fue que él era el único que sostenía la estructura partidista, por lo que CREO quedó a la deriva con su ausencia. Eso es algo que recién empiezan a solucionar hace poco con la llegada de Esteban Bernal.
Él es un hombre de partido, un animal político que se hace cargo del partido en el peor momento. Lo de Monge destruyó la estructura que había, era un trabajador incansable, era el motor de CREO.
Llegan al poder con el eslogan del Ecuador del Encuentro. Se proponen nuevos entendimientos pero no cuajan. ¿Qué pasó en el camino?
El punto más alta de Lasso en sus candidaturas es la de 2017. Con algunas alianzas CREO tiene hasta 36 asambleístas y entre 2017 y 2021 logramos destruir el modelo correísta de Alianza País. Empezamos a combatir los diezmos en la Asamblea, destituimos a Carlos Ochoa de la Supercom así como al Consejo de Participación. Fue el descalabro de Alianza País.
Pero está hablando de la agenda de Moreno. ¿Hubo una agenda de Moreno que apoyó Lasso o fue al revés y Moreno fue un simple ejecutor de Lasso?
Era la agenda que nosotros nos habíamos propuesto como oposición y que coincidió con la llegada de Moreno. El primer juicio político fue la destitución de Carlos Pólit. Se desarmó a la Revolución Ciudadana y se separan de Moreno. Ahí logramos romperles el bloque y pasar algunas leyes. Cuando estuvieron en el poder nunca respetaron a las minorías. No tenían noción de la democracia y logramos descalabrarlos. Logramos que dejen de ser una mayoría absoluta.
Para las elecciones de 2021 había otros frentes de oposición y el discurso del anticorreísmo y contra la corrupción ya no eran suficientes para aglutinar, algo que creo que también va a pasar en las elecciones anticipadas. Al final el debate de la segunda vuelta tuvo que ver más con los zapatos rojos que otra cosa.
Al llegar al poder lo hacen con un bloque pequeño, que es acosado por la oposición en la Asamblea y sacan del cargo a Guadalupe Llori. Y el Gobierno se escuda en que no es que no tienen programa, sino que no les dejan gobernar.
Algunos de los mejores y más competentes legisladores dejaron la Asamblea, lo que dejó un bloque pequeño y sin experiencia, así como la falta de cumplimiento de la palabra dada. Monge logró un acuerdo legislativo con el correísmo y el PSC, pero tras la crítica de los intelectuales en Quito y Guayaquil rompen ese acuerdo. Y el bloque se les fue desgranando y terminaron arrinconados, porque no pudieron administrar los conflictos en la Asamblea.
El Gobierno abandona su eslogan del encuentro, tras denuncias de corrupción. ¿Admitieron así que no lograron el acuerdo nacional ni el consenso que vendían?
Sí, creo que eso pasó al final. El eslogan del encuentro no pudo concretarse, cuando parte de la ID fue a hacerle el juego al correísmo y los indígenas cambian de opinión según sus intereses. Entonces el encuentro duró un ratito, para poner a PK en la presidencia de la Asamblea, y así tratar de salvar su prestigio con los intelectuales. Al final sin eso se convierten en un gobierno a la deriva.
¿Qué balance se puede hacer en términos de legislación en este Gobierno? ¿Qué rescatar de sus proyectos de ley y ahora de sus decretos-leyes?
Siempre se dice que la Asamblea ha sido pésima, pero esta no produjo nada. El Gobierno logró pasar la reforma tributaria en busca de recursos para pagar las deudas y estabilizar las financias públicas. Pero hay que balancear las necesidades fiscales con las de la gente y siempre fueron pésimos para comunicar. Perdieron el contacto con la ciudadanía y con la clase media serrana, con lo que dinamitaron el respaldo que tenían en votos.
Tras mucho pensarlo se deciden por disolver la Asamblea y el presidente empieza a tener un declive físico. ¿Hacía dónde van el Gobierno y CREO a partir de ahí?
El cargo de presidente es muy demandante, hay que recordar como entraron Febres Cordero o Borja y cómo salieron. Es un cargo que afecta la salud del más pintado. El ejercicio del poder desgasta. Pero el problema más grave fue que CREO se pensó como un proyecto electoral para llevar a Lasso a la presidencia, por lo que había quienes pensábamos que CREO debía ser un partido ideológico con una toma de decisiones democrática. Pero cuando Lasso llega al poder el movimiento no tiene la importancia que debe tener y dejar de ser un partido vehículo. Esteban Bernal tendrá mucho trabajo con las estructuras que queden luego del Gobierno.
Esteban Bernal acaba de anunciar que no van a presentar ningún candidato, ¿Qué opina al respecto?
Es una triste eutanasia para una organización política que logró tener un impacto importante sobre todo en las clases medias ecuatorianas.
¿Hay diferencias entre el PRIAN de Álvaro Noboa y el CREO de Lasso o terminarán igual?
Esperaría que no terminen igual. En el PRIAN hubo muchos errores, mientras que CREO podría reanudar el esfuerzo de construir una organización política. El abandono de la cancha y no participar en una elección es una especie de suicidio colectivo que no es justo para una organización que ha logrado tener los éxitos que ha tenido en su corto tiempo de vida.
[RELA CIONA DAS]
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