La inversión del Municipio de Quito en conservación del patrimonio edificado se ha reducido de forma paulatina durante los últimos diez años. Si se compara la inversión municipal histórica del antiguo Fondo de Salvamento (Fonsal) entre 2009 y 2011, y se analiza cuánto tiene el Municipio destinado para tareas similares en la actualidad, la baja es de casi 70 millones de dólares. 

En 2009,  con el advenimiento del correato, el Fonsal realizó grandes inversiones en proyectos como la recuperación de la imagen urbana, la recuperación del espacio público en el Centro Histórico, el Centro de Arte Comteporáneo en el antiguo Hospital Militar, los teatros Bolívar y Capitol, el Palacio de Gobierno, el Palacio de la Circasiana, y en sitios arqueológicos y de interés histórico en las parroquias cercanas a Quito. En ese año, la inversión del Fonsal en patrimonio fue de USD 86 millones, 19 mil 394.

Para el año 2011, en cambio, la inversión empezó a bajar, y se destinó a otros proyectos. Así, se destinaron casi cuatro millones de dólares al proyecto Cumandá, que rehabilitó el antiguo terminal terrestre y lo convirtió en un parque y centro de actividades culturales y deportivas, y más de cinco millones se destinaron al proyecto Yavirac y la rehabilitación de la avenida 24 de Mayo. En San Diego se realizó una intervención de un millón de dólares, y hasta 15 millones se destinaron a varios proyectos en el centro y norte de la ciudad. 

Más de dos millones se invirtieron en obras en los edificios administrativos de la Universidad Central, cuatro millones en varios hospitales del centro y el norte de Quito, y otro millón en reparaciones en edificios del Centro Histórico, como la Casa de Mejía, la Casa Pérez Quiñónez, la Casa 781 en La Ronda, la Capilla del Robo, entre otros. La inversión en patrimonio para 2011 fue de 52 millones, 99 mil, 662. Si  bien el correísmo realizó algunas obras en el Centro Histórico, otras tantas se quedaron en proyecto, como el fallido Barrio diplomático, que pretendía que las embajadas extranjeras se asienten en el casco antiguo, emulando el Embassy Row de Washington,  o convertir el Penal García Moreno en un hotel temático para amantes de alojarse en una antigua prisión. 

Por su parte, en su última rendición de cuentas de 2018, la administración de Mauricio Rodas destacó obras como las plataformas únicas en el Centro Histórico, como  el “Paseo de las siete Cruces” en la calle García Moreno, el “Paseo de la Merced” en la Calle Chile y el “Paseo de las Artes” en la calle Galápagos,  llamada “La Guaragua”. La administración Rodas destacó también obras como trabajos de mantenimiento estructural en  edificaciones religiosas como San Agustín, Santa Clara, San Roque, San Blas, la Capilla de los Milagros, Convento de San Diego, Convento de Santo Domingo, Convento de la Concepción, Convento de las Agustinas de San Juan, y en parroquias la iglesia de Nono, la Antigua Iglesia de Puéllaro, Capilla de la Tercera Orden Franciscana, entre otras. También se destacaron trabajos en la torres de la Basílica del Voto Nacional. 

Estas cifras contrastan con el presupuesto del actual Instituto Municipal de Patrimonio, (IMP) que para 2019 cuenta con 18 millones, 663 mil 640 dólares. De estos, casi cuatro millones son de gasto corriente (gastos administrativos y de personal), y casi quince millones restantes son gastos de inversión. Entre los rubros de ese gasto de inversión están la apropiación y socialización del patrimonio, la conservación del patrimonio arqueológico, el mantenimiento y rehabilitación del patrimoni urbanístico y arquitectónico, la restauración y conservación del patrimonio y el sistema de información del patrimonio cultural. 

Pero la sensible baja del gasto municipal en Quito preocupa a la concejala Luz Elena Coloma (CREO) quien preside la Comisión de Patrimonio del Cabildo Metropolitano. 

Se han anunciado nuevas inversiones privadas en edificios del Centro Histórico, como el antiguo Hotel Humbolt-La Previsora y en el ex colegio jesuita. ¿Cómo ve la situación de la conservación del patrimonio en el Centro de Quito?

Es importante que el Centro Histórico no sea un espacio gentrificado dirigido a sectores pudientes, pero tampoco estamos de acuerdo con la tugurización y con que el Centro esté perdiendo población. Eso genera un espacio más inseguro y amigable. Pienso que una salida es traer gente que venga a vivir al Centro. Sobre los proyectos que menciona, tanto en el complejo jesuita cuanto en el edificio de La Previsora, creo que son buenas ideas, que pueden ayudar a que el Centro Histórico nos convoque a todos los quiteños por su diversidad de ofertas y de precios. Tristemente vimos en octubre un conflicto político que cerró el Centro, sobre lo que el alcalde opinó que los poderes públicos deberían dejar el Centro. Eso es un desacierto, se debe recuperar y mantener el símbolo. 

¿Qué limitaciones hay para que las personas puedan volver a vivir en el Centro Histórico?

La Ley de Cultura de 2016 impide vender predios patrimoniales de propiedad municipal. El Municipio tiene una gran cantidad de predios de su propiedad, hay 287 predios de propiedad pública, y en ellas hay 60 unidades de vivienda que están listas pero no se pueden vender, están simplemente cerradas, por esa disposición legal. Se trata de proyectos como San Diego Cinco, Casa San Diego, el Hotel Colonial, entre otros. 

El Centro Histórico se ha convertido en un área comercial, al pasar en la noche por las calles principales no hay indicios de que aquí viva nadie. ¿Cómo encontrar el equilibrio entre la gentrificación y evitar los tugurios?

Se debe promover la vivienda desde el Municipio de Quito. Hay familias del Centro que podrían querer seguir viviendo en el Centro. Las viviendas que tenemos están vacías y no se pueden arrendar por su precios que serían altos. Estos proyectos se inspiraron en lo que hizo la Junta de Andalucía en España con su Centro Histórico. 

¿Cómo se podría realizar una reforma legal que facilite este proceso?

He tenido acercamientos con el asambleísta de Pichincha Fabricio Villamar sobre este tema. El alcalde también planteó el tema con la bancada de asambleístas de Pichincha y el propio Gobierno ha reconocido que fue un error. El edificio del Hotel Humbolt fue vendido por el Estado poco antes de que esta ley se apruebe. 

¿Qué hacer con otros lugares, como el Penal García Moreno o el Colegio Simón Bolívar, que están en el abandono?

Creo que hay que convocar inversión privada, alianzas público-privadas. En el Instituto de Patrimonio se están realizando nuevos estudios sobre el complejo del Colegio Simón Bolívar, pero aún no está claro qué uso se le puede dar. Podría ser un complejo de oficinas, un hotel, un centro de artesanías o vivienda. Lo mismo podría pasar con el Penal García Moreno. El Centro Histórico requiere de más conectividad  y de analizar lo que se hizo con las peatonizaciones. Es verdad que en torno a la Plaza Grande están espacios deshabilitados, pero hay barrios como La Loma o San Marcos con mucha gente. 

¿Cree que hay demanda para plazas hoteleras en el Centro Histórico?

Hay hoteles como Casona de la Ronda o Casa Gangotena con alta ocupación. En el caso de La Ronda se está queriendo ampliar a las casas vecinas. El inversionista de turismo es quien hace la inversión de riesgo, y por ejemplo, las aerolíneas reclaman más habitaciones de hotel.

¿Cuál es la situación de la inversión en patrimonio en la ciudad?

La situación es pobre y eso me preocupa mucho. La inversión en patrimonio en 2019 y 2020 ha sido de 14 millones de dólares, mientras que se si se compara con el Fonsal, se llegó a ejecutar en 2009 hasta 80 millones de dólares. Tengo entendido que el Gobierno sigue aportando los casi noventa millones para el patrimonio, pero solo están llegando 14 millones al Instituto de Patrimonio. Creo que ni el Municipio sabe a dónde se van esos recursos. 

¿Pero esa dismunición se puede explicar porque han concluido ya proyectos específicos?

Es verdad que puede haber habido más proyectos y más frentes, que tal vez ya se no se hagan. He pedido ese dato para conocer qué cosas ya no estamos haciendo y qué cosas sí. Aún así hay que sincerar el tema de los recursos para el patrimonio. El problema es que con el metro 60 mil personas van a llegar a la Plaza de San Francisco y falta visión sobre qué ofrecerles. 

Sobre este diagnóstico, ¿qué cree que se debe hacer en esta administración con el patrimonio de Quito?

Es importante actualizar el inventario de inmuebles patrimoniales. Hay mucho patrimonio moderno que no consta registrado. En barrios como La Floresta debe haber una declaratoria conjunta, pues no se ha respetado el plan especial. Es una espacio de la ciudad que debe tener una gestión especial. Se requiere una nueva ordenanza, debe haber incentivos para mantener inmuebles patrimoniales. Los inmuebles sin uso deben ser viviendas. Entre los incentivos debe haber tributarios, como excenciones del impuesto a la Renta para propietarios en el Centro Histórico. Hay que financiar también los edificaciones privadas civiles, ahora solo hay dos millones que alcanza para apenas cuarenta casas. Debemos superar también la visión del patrimonio edificado. El Centro debe volver a ser un espacio donde vives. El alcalde habló de que el Centro debe ser como Disney es decir, como un sitio donde hay muchas cosas que ver pero todo está ordenado y organizado. En el mundo real no podría ser así, pues no se trata de empleados disfrazados sino de gente de muchos tipos. Hay fenómenos como la migración, la tugurización, la pobreza y muchas otras realidades complejas. El Centro se está despoblando y debemos atraer a la gente joven para que venga a vivir a la ciudad antigua. El Municipio debe ser un facilitador.