Foto Bukele: EFE
En la Plaza Mayor de San Salvador, la capital de la República del Salvador (llamada así en honor a Jesucristo) se levanta el Palacio Nacional, sede ceremonial de la presidencia de la República. El edificio de principios del siglo XX comparte la plaza con la Catedral y una construcción más nueva, alta y luminosa: la Biblioteca Nacional, construida con recursos de China y cuyas líneas modernas y profusa iluminación arquitectónica le recuerdan a algunos un casino.
Y aunque la mole de la Biblioteca desentona con el resto de construcciones de la plaza, es el símbolo más visible, junto con un mega panóptico en donde se ha encarcelado a miles de presuntos pandilleros, de la era de Nayib Bukele. Las detenciones de pandilleros han llegado a las 70 mil personas y a la presunta derrota de pandillas como Mara Salvatrucha y Barrio 18.
Biblioteca Nacional de El Salvador (Binaes)
En el centro de San Salvador queda el recuerdo de un vaso comunicante con el Ecuador: antes de llegar a Quito como presidente de la Real Audiencia, a principios de 1800 el Barón de Carondelet, constructor del Palacio de Gobierno, pasó por ahí en calidad de intendente de San Salvador. El buen barón estuvo poco en esa ciudad, y sus obras más importantes fueron en Quito. En la Plaza hay otro nexo con el Ecuador más duradero: la estatua del general Gerardo Barrios, que fue diseñada por Francisco Durini, uno de los arquitectos más famosos de Quito.
Súmele a eso la confesa admiración de políticos de derechas de Costa y Sierra por la figura de Bukele, que, según admitieron algunos de sus ex funcionarios, llegó a influenciar hasta en Guillermo Lasso (de ahí salió, dicen, la moda de las gorritas militares que Lasso coleccionaba).
El pasado domingo, Bukele, un ferviente católico y defensor de la familia, apareció junto a su esposa en el balcón central de Palacio, para proclamar su triunfo en unas cuestionadas elecciones en las que, además de maniobras legales y el evidente sostén militar, Bukele parece haber recurrido a una de las más sombrías tradiciones políticas centroamericanas: las dinastías familiares en clave de dictadura. Al final, Bukele es un hombre joven que, a diferencia de algunos políticos ecuatorianos ya en el ocaso de su vida y trayectoria, parece tener claro que aún tiene la posibilidad de perpetuarse en el poder. La posibilidad no es descabellada: en la vecina Nicaragua, el poder ha pasado a ser patrimonio de dinastías familiares, como los Ortega, que actualmente prácticamente reinan en el empobrecido país.
Pero la figura de Bukele, que dió al traste con la grieta entre los tradicionales partidos de izquierda, de inspiración marxista, y las derechas antimarxistas, parece haber impuesto un nuevo tipo de tecnopopulismo, en el que el joven publicista ha echado mano de todos los recursos posibles: desde su hija pequeña pasando por su esposa, hasta la forma en la que se viste, para proclamar que su gobierno autoritario es el más "cool" del mundo.
Y aunque el Tribunal Supremo Electoral del país centroamericano no proclama resultados -de hecho, la presidenta del organismo, Dora Esmeralda Martínez dijo que se van a abrir 2.547 urnas de las 8.562 que aún quedan por escrutar- Bukele y su esposa aparecieron ya en el balcón de Palacio, frente con frente a la Biblioteca, para reivindicar el 85% de los votos, mientras su principal oponente, Manuel 'El Chino' Flores, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (el viejo partido de izquierda marxista en el que, curiosamente, Bukele inició su carrera política), que logró apenas 139.025 sufragios, cuando los votantes de Bukele superan los 1.6 millones.
El medio digital El Faro, un periódico investigativo financiado por la cooperación internacional en ese país (y contra el que el gobierno de Bukele ha arremetido en varias ocasiones y al que también ha acosado legal y administrativamente), relató así el gesto de Bukele en el balcón: "Bukele no esperó siquiera a que el Tribunal diera datos preliminares y minutos antes de las 7 de la noche ya se había declarado ganador con el 85 % de los votos en un tuit, apenas dos horas después del cierre de urnas, cuando el Tribunal no había dado ni un dato y en la mayoría de centros de votación no se habían abierto las urnas de diputados: “De acuerdo a nuestros números hemos ganado la elección presidencial con más del 85 % de los votos y un mínimo de 58 de 60 diputados de la Asamblea”. A la madrugada de este martes 5 de febrero, el Tribunal aún no había llegado ni al 50 % del conteo".
Nayib Bukele lidera un proceso político que superó el conflicto entre izquierda y derecha en su país.Foto: EFE / Rodrigo Sura
Bukele, citado por El Faro, dijo que "El pueblo salvadoreño dijo: queremos continuar el camino que llevamos… El Salvador quiere hacer comercio con todos, El Salvador quiere que vengan a visitarnos, queremos que vengan, que nos visiten, que nos conozcan. Pero lo que no vamos a ser es sus lacayos. Ya probamos sus recetas durante 50 años”.
El Faro reseña también las irregularidades que se empezaron a detectar desde el cierre mismo de las urnas: votos duplicados a favor de Bukele, apagón informático, ausencia de información, publicación de un pocos datos incongruentes, y, en durante la campaña, el uso descarado de fondos públicos a favor del movimiento oficialista Nuevas Ideas. Y sin tomar en cuenta que, en rigor, Bukele no podía optar por la reelección, y que esta se produjo por medio de maniobras legales.
A pesar de las duras críticas al autoritarismo de Bukele, El Faro destaca que "goza de la más alta popularidad para un jefe de Estado en América Latina y la gran mayoría de salvadoreños le quiere ver más años en el poder. Su discurso de combate a las pandillas, y la desarticulación de sus estructuras, han surtido efecto y han transformado las vidas de muchos ciudadanos que vivían aterrorizados bajo el control de las maras. Y tanto que los salvadoreños ya no consideran la seguridad como su principal preocupación".
El panorama que el editorial del digital salvadoreño plantea no es fácil: "Los salvadoreños hemos perdido nuestros derechos constitucionales. Primero mediante los decretos de emergencia por la pandemia y después con los regímenes de excepción que terminaron con toda apariencia de estado de derecho. No podemos pasar por alto el hecho de que hemos tenido elecciones bajo un régimen de excepción".
"La breve, muy breve era democrática en la historia salvadoreña ha terminado ya. Nayib Bukele ha inscrito su nombre en una de las peores tradiciones políticas centroamericanas: la del dictador" sentencia.
Al igual que el Ecuador, El Salvador usa el dólar como moneda, y sus cifras de inversión extranjera son cuando menos, escasas. La derrota de las pandillas podría mejorar ese escenario, mientras el Gobierno ha hecho campañas para promover el uso de bitcoins, algo que ha quedado en la mera anécdota.
Por su parte, el director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, Mauricio Alarcón, estuvo en San Salvador en el marco de una misión de observación del proceso electoral. Conversamos con él sobre lo que vió en ese país y sus perspectivas.
ENTREVISTA
"La candidatura de Bukele violó los candados constitucionales en El Salvador": Mauricio Alarcón
Desde las primeras horas del escrutinio en el Salvador hubo denuncias sobre una especie de apagón informático y de que se habría multiplicado los votos. ¿Qué es lo que pudo observar al respecto?
Partamos del hecho de que el sistema electoral en El Salvador es complicado, tanto para el votante cuando para el escrutador, pues hay varias formas de votar sobre todo para la Asamblea Legislativa. En las elecciones del pasado domingo se evidenció que la gente no sabía cómo votar, y que los miembros de las juntas receptoras tampoco sabían contar las votos. En el caso de la elección presidencial, se podría decir que fue un asunto más sencillo, pero en la papeleta de la Asamblea Legislativa, solo en San Salvador había 18 puestos, lo que provocaba problemas serios en el escrutinio. La consecuencia de esto es que no hay votos todavía procesados.
Fue impactante la presencia de los "vigilantes" del partido político de Bukele, que no estaban haciendo control electoral sino que tenían conocimiento privilegiado del proceso y eran quienes tomaban decisiones dentro de las juntas receptoras del voto.
¿Hay un apoyo significativo para Bukele o caben sospechas sobre la manipulación de las elecciones?
El apoyo significativo es indudable, por eso sorprende que se falle de manera tan garrafal en el conteo de votos. No era necesario llegar a extremos como volver a contar los votos de la Asamblea Nacional. No puedo hablar de un fraude, porque es inoficioso, pero cabe hablar del fracaso del sistema electoral.
Se ha dicho que no hubo las mismas posibilidades de hacer campaña y que la oposición del Frente Farabundo Martí no tuvo mayores opciones proselistas, ¿qué se pudo conocer allá?
Recordemos que en una elección no solo debe ir a la gente la votar, sino que todo el proceso debe ser democrático y transparente. Candidatos en situación de ventaja o desventaja no permiten que el proceso sea justo. La candidatura de Bukele se oficializó violando el mandato constitucional contra la releección así como los candados constitucionales vigentes en El Salvador. Si la cancha se desequilibra no hay condiciones justas. El presidente siguió haciendo campaña a pesar de su licencia, viola el silencio electoral el mismo día de las elecciones con una cadena nacional llamando a votar por sus candidatos, siguió haciendo obras y repartiendo canastas. Se confundió esa figura entre presidente y candidato.
Medios opositores como El Faro hablan abiertamente de dictatura, al más puro estilo de otros países centroamericanos. ¿Se puede eternizar Bukele en el poder?
Es posible, si alguien es capaz de violar la Constitución para un segundo mandato, es capaz de cualquier cosa. Si bien es cierto que el panorama de seguridad es positivo, hay otras libertades que no pueden ser pasadas por alto.
Precisamente sobre la seguridad, el Gobierno reivindica la derrota de las pandillas, de las maras como se les conoce allá, ¿qué percepción hay en ese país sobre el combate al crimen?
Es importante escuchar a la gente de allá sobre la seguridad. Hay ciudadanos que te cuentan que perdieron a sus parientes en acciones de las maras, que actualmente tienen una sensación de seguridad frente al crimen y la extorsión y la violencia. El tema de la seguridad es indiscutiblemente un resultado positivo, pero cuánto de libertad estamos dispuestos a sacrificar. Creo que libertad y seguridad no son términos incompatibles para un demócrata.
¿Cuál es el papel de las Fuerzas Armadas en ese proceso político?
Los militares hacen tareas de seguridad interna y hay presencia notoria en todas las ciudades. Eso contribuye a la imagen de un país más seguro. El Salvador está en estado de excepción y eso es lo que le ha permitido realizar esas acciones de seguridad.
¿Hay puntos de coincidencia entre la situación de El Salvador y la situación actual del Ecuador?
Las situaciones son distintas. Creo que no son comparables las maras con los grupos terroristas vinculados al crimen organizados, aunque hay resultados similares como extorsiones, sicariatos o vacunación. En el caso ecuatoriano tenemos un gobierno de transición que busca una legitimación definitiva en 2025, pero creo que Ecuador está muy lejos de ese resultado.
Por lo menos 70 mil personas han sido detenidas y muchos detenidas en una mega cárcel en donde hay dudas sobre el debido proceso y los derechos humanos, ¿cuál es la percepción sobre este proceso?
No pudimos hacer una constatación directa de ese sistema de rehabilitación, pero la información disponible indica que si bien ha habido más de 70 mil detenidos, también se han presentado habeas corpus de personas que habrían sido injustamente detenidos. Pero de esas, ninguna ha tenido resolución favorable y hay familias que ante la falta de noticias sobre los detenidos ha empezado a considerarlos desaparecidos. Se debe mejorar las condiciones de seguridad pero con plena vigencia de los derechos y libertades fundamentales.
El control de todas las funciones del Estado es otro rasgo que se señala como muestra de la concentración del poder por parte de Bukele. ¿qué indicios son visibles al respecto?
El partido de Bukele tomó el control de la Asamblea en 2021, así como la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, mientras se han minado atribuciones de instituciones como la Agencia de Acceso a la Información Pública.
¿Cómo entender la fascinación de ciertos políticos ecuatorianos por Nayib Bukele?
La incoherencia política está a la orden del día, si los politicos ecuatorianos no tienen clara su ideología, es obvio que aprovechen el populismo y la democracia. en el caso ecuatoriano hay que rescatar la política y la ideología, porque las ideas importan. Se debe rechazar a quienes plantean un discurso similar al de Bukele solo para pescar a río revuelto y obtener réditos electorales.
[RELA CIONA DAS]
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