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25 de Agosto del 2021
Historias
Lectura: 25 minutos
25 de Agosto del 2021
Redacción Plan V
Francisco Carrión: tomo esta misión en México como una gran recompensa a mi carrera
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Francisco Carrión junto al umbral de la Casa Lutecia, la antigua casa de la hacienda Cununyacu, donde vive junto a su familia. Fotos: Luis Argüello / PlanV

 

El nuevo embajador en México, Francisco Carrión, ocupará el cargo diplomático que tuvo su abuelo, Benjamín Carrión. Ello tiene para él un efecto personal muy profundo. Pero ante todo, el experimentado diplomático está consciente de las potencialidades y los problemas de la relación del Ecuador con México: desde la imposición de duros requisitos para otorgar la visa, el problema migratorio y de derechos humanos de los migrantes, la relación comercial...


El embajador Francisco Carrión fue nombrado como nuevo embajador en México, el país al que su abuelo, Benjamín Carrión, llegó como asilado político en la década de los 60, y luego como embajador del Ecuador. Carrión Mena, excanciller de la República, exembajador del país ante la ONU, Washington y España, asume esta misión diplomática en uno de los momentos más importantes, por su potencialidad y sus problemas, de la relación del Ecuador con México. 

Carrión recibe a Plan V en su domicilio, la antigua casa principal de la hacienda Cununyacu, llamada Casa Lutecia, en la parte sur occidental del valle de Tumbaco. La casa ha conservado no solo la estructura original, su techumbre, su pisos, su distribución y hasta algunos de sus muebles, sino también un viejo aguacate que reina en medio del patio central de la casa, que también decoran grandes árboles de buganvilla. El embajador dice que la adquirió derruída por los años (tiene 300 aproximadamente) y la reconstruyó poco a poco. 

Es la primera vez en mucho tiempo que Ecuador nombra en esa misión un diplomático de la experiencia y trayectoria de Francisco Carrión. Por lo general, la embajada mexicana ha sido ocupada por nombramientos políticos, pero el delicado tema migratorio, la relación comercial, las compartidas raíces culturales, el acceso a la Alianza del Pacífico y otros temas comunes, hacen que la presencia de Carrión sea una alta apuesta del gobierno del Ecuador en la relación con ese país. Tanto es así que México se demoró menos de 36 horas en darle el beneplácito una vez que el canciller Mauricio Montalvo, en persona, entregó la solicitud respectiva a la embajadora de México en Ecuador. Gestos diplomáticos que hablan más que las palabras.

¿Dada su trayectoria diplomática, embajador, su nombramiento es una señal de que el gobierno de Guillermo Lasso da importancia estratégica a la relación con México? 

Creo que el Ecuador, el gobierno del presidente Lasso, está consciente de la importancia las relaciones con México. Hay temas que realmente interesan y precupan a los dos países, que obligan a que tengan canales de comunicación expeditos, y si en eso puedo ayudar y así lo ha pensado el presidente Lasso, estoy muy agradecido con el presidente.

La relación con México tiene muchas potencialidades pero también muchos problemas. Sobre las primeras, está el tema Alianza del Pacífico. El presidente Lasso ha viajado en visita oficial a México en estos días. ¿Por qué es importante la Alianza, por qué el Ecuador está empeñado en ella y por qué México es importante en este camino?

A la Alianza del Pacífico (ADP) hay que verla de manera pragmática. Hay personas que se oponen, cuando en realidad puede decirse que prácticamente ya somos miembros de una "forma" de Alianza del Pacífico. Chile, Perú, Colombia y México son países latinoamericanos miembros de la Alianza. ¿Cuál es la situación del Ecuador con estos cuatro países? Con Chile acaban de firmar un ACE, que es Acuerdo de Complementación Económica, por lo cual hay libre comercio con ese país. El Congreso acaba de ratificar ese convenio. Con Colombia y Perú tenemos libre comercio, siendo miembros de la CAN, y el último país que falta para efectos del libre comercio es México. Con este país tenemos un ACE también, pero es un acuerdo al que le faltan algunos temas por ser resueltos. Para ser miembro de la Alianza es necesario tener acuerdos bilaterales de libre comercio con todos los integrantes, y nos falta México. El asunto con este país es un poco más largo, y en esto no es que falte voluntad a México, pero este país tiene un acuerdo con Estados Unidos que impone ciertas restricciones que tienen que ser resueltas. Uno de los temas es la solución de controversias, sobre el cual se puede encontrar una salida, y por eso es que México es de una enorme importancia en el ámbito comercial. Si se llega a suscribir este acuerdo de libre comercio estaríamos prácticamente dentro de la Alianza, porque ya tendríamos un mercado abierto con estos países y se proyectaría a la otra orilla del Pacífico, hacia Asia, que es el gran mercado protagonista del Siglo XXI.


El ex canciller recibió el beneplácito del Gobierno mexicano como embajador del Ecuador. Juan Carlos Calderón lo entrevistó sobre temas como migración, visado, y asilo a correístas.

con la crisis, las expectativas, la inestabilidad que se produjo durante el gobierno del presidente Moreno, muchísimos ecuatorianos empezaron a salir a México, no con el afán de quedarse sino de cruzar hacia Estados Unidos.

¿Este salto que da el Ecuador, cómo se lo ve desde los intereses del país?

Lo vemos como muy importante y útil. En política exterior hay que actuar con pragmatismo: qué es lo que conviene al Ecuador, a los intereses nacionales. En este caso lo que más interesa es consolidar el área del Pacífico latinoamericana, por nombrarla de alguna manera, y lo que vendrá después que es la proyección de todos los países del Pacífico, con el desarrollo tan importante que tiene, y eso va en beneficio del Ecuador. 

Después de la visita del presidente Lasso, ¿qué viene, cuál es el siguiente paso en el acuerdo con México?

Ya lo ha dicho el canciller mexicano, el propio presidente, es el apoyo para que el Ecuador se incorpore a la Alianza del Pacífico. Habrá que hacer un seguimiento a las negociaciones para cubrir esta brecha aún no cubierta de la relación bilateral. Ahí el Ministerio de la Producción tendrá que hacerlo, son cuestiones técnicas y ese trabajo permitirá solventar las dificultades que puedan persistir con México. 

Hablando de dificultades, México acaba de imponer duros requisitos a los ecuatorianos para entrar a ese país, después de un periodo en que se podía ingresar sin visa. ¿Qué pasó con el Ecuador, incumplió protocolos en el tema migratorio? Ecuador ya había logrado una migración ordenada a México, ¿qué le pasó al país?

El tema de la migración y la concesión de visas es un asunto soberano de cada Estado. Cuando subió al poder el presidente Correa resolvió quitar la visa a todos los países del mundo y luego se presentaron los problemas que conocemos; tuvo que recular en su decisión y tuvo que poner visa a ciudadanos de algunos países. Así mismo, México tomó la decisión soberana de levantar la exigencia de la visa a los ecuatorianos y empezaron a fluir a México sin ninguna restricción. No es porque el Ecuador haya cumplido alguna condición o requisito, porque tampoco México puede imponer al Ecuador alguna condición en este tema. Lo que sucedió es que con la crisis, las expectativas, la inestabilidad que se produjo durante el gobierno del presidente Moreno, muchísimos ecuatorianos empezaron a salir a México, no con el afán de quedarse sino de cruzar hacia Estados Unidos. Las últimas cifras eran escandalosas. Si no estoy equivocado, durante los primeros meses de este año cerca de sesenta mil ecuatorianos viajaron a México, de los cuales regresaron setecientos. Me imagino que, en aplicación del principio de soberanía, México resolvió establecer, no una visa, sino el cumplimiento de ciertos requisitos que son muy difíciles y muy severos, y eso ha hecho que se considere como que México esté solicitando visa a los ecuatorianos, cosa que no es así. 

¿La visa a Estados Unidos sirve para entrar a México?

No. En su momento, hace varios años era una de las fórmulas que aplicó México, pero ahora eso no es así. Para entrar a México se necesita una visa de México. En el caso de ecuatorianos que van a trabajar a México, que van a hacer inversiones, no tienen problema en cumplir con los requisitos que exige el gobierno mexicano desde el 4 de septiembre.

No es la primera ola migratoria del Ecuador. La de ahora no es tan grande como la de fines de los 90 e inicios del nuevo siglo, pero al parecer el problema radica en el Ecuador, no en los países acogientes. 

Soy de la teoría de que los temas de migración se resuelven en los países de donde salen los migrantes. Paradójicamente, el problema migratorio ecuatoriano debe resolverse en el Ecuador. Fui embajador en Madrid de los años 2000 al 2005, cuando llegó la gran ola de ecuatorianos que fueron a España por la crisis de fines de los años 90. Los ecuatorianos empezaron a ir a España, que no exigía visa y porque España necesitaba la mano de obra sudamericana. España se benefició mucho de los ecuatorianos, a quienes buscaba para trabajar. Yo suscribí en esa época un acuerdo para que vayan ecuatorianos de manera ordenada, de acuerdo a los requerimientos que tenía España. Ahora, con Estados Unidos se produce una situación similar. No es una crisis tan marcada como la de fines de los 90; no es menos leve, pero ahora hay desconfianza en las instituciones del Ecuador,  en su futuro, lo cual es más difícil de manejar. La pandemia y la crisis han significado la pérdida de puestos de trabajo, y ellos van a buscar trabajo en Estados Unidos donde hay oportunidades, y se juegan la vida porque piensan que aquí no hay salida.  Entonces lo que buscan es el camino a Estados Unidos, camino que pasa por México. 

plantearé a las autoridades mexicanas una suerte de arreglo tripartito con Estados Unidos, porque el migrante lo que quiere es llegar al sueño americano, y es legítimo que México no quiera complicarse la vida con Estados Unidos.

Ahí se impone la visión de Estados Unidos, que tiene a la migración ilegal y la trata de personas como uno de los más graves atentados a su seguridad. ¿La postura de Estados Unidos ha influido en la decisión de México?

La decisión de México se da a efectos de intentar detener la migración de ecuatorianos a Estados Unidos. Los ecuatorianos no van a quedarse en México, eso está claro, porque en México no hay la misma capacidad de absorción de mano de obra como en Estados Unidos. Este país tiene como principio de su política exterior controlar el ingreso de migrantes irregulares. Tienen medidas, algunas excéntricas, como levantar un muro entre México y Estados Unidos. Eso es un absurdo porque lo único que hace es alentar a los coyoteros para subir los precios que cobran. Es muy difícil, por no decir imposible, controlar la migración irregular, ni siquiera Estados Unidos lo ha logrado. Pienso que México, en conversaciones con Estados Unidos habrá valorado esta posición y habrá tenido alguna influencia en su decisión de controlar los grupos humanos que van hacia el norte.

En este contexto ¿qué le toca hacer al Ecuador?

El Ecuador lo que tiene es que conseguir inversión, para crear unidades productivas que a su vez produzcan puestos de trabajo. Y ahí es donde Estados Unidos no comprende que en la medida en que hayan inversiones estadounidenses en Ecuador, en productos que generen miles de puestos de trabajo, la situación cambiará. Si Estados Unidos es capaz de invertir en el Ecuador para beneficiarse de esos productos que serían exportados a ese país, estará contribuyendo en buena medida a solventar el problema. Nadie sale de su país si no es por una razón. Sea una guerra, motivos religiosos, violencia o motivos económicos. 

Sobre la decisión que ha tomado México a los ecuatorianos, imponiendo requisitos severos para otorgar la visa, ¿estos pueden ser reversibles? ¿De qué depende eso?

Depende de que se regularicen los flujos migratorios. En la medida en que los flujos migratorios están regularizados no hay inconveniente. De ahí es que en un momento México no exigía visa y los ecuatorianos podíamos ir libremente. Es una de las funciones más importantes que deberé abordar con las autoridades mexicanas para establecer mecanismos de regularización de los flujos migratorios. 

¿Cómo regularizar los flujos migratorios?

Se debe establecer mecanismos que permitan que no se violen los derechos humanos de los migrantes, que haya seguridad de los migrantes, porque México es un país de paso hacia Estados Unidos. Y en esto debiéramos trabajar conjuntamente con Estados Unidos. En términos de política exterior y en términos de diplomacia, mi criterio es que debemos trabajar —y eso plantearé a las autoridades mexicanas— una suerte de arreglo tripartito con Estados Unidos, porque el migrante lo que quiere es llegar al sueño americano, y es legítimo que México no quiera complicarse la vida con Estados Unidos. Entonces podemos llegar a acuerdos, porque, hasta donde conozco, Estados Unidos requiere mano de obra para ciertos sectores productivos. Eso ya se produjo en España.

¿Cómo fue la experiencia con España?

Lo curioso fue que ni Ecuador ni España estaban preparados para algo así. Ecuador no había sido un país de emigrantes ni España de inmigrantes, porque los españoles habían sido emigrantes. Llegó tal cantidad de ecuatorianos, como consecuencia de la crisis que se vivía en el Ecuador, que se acomodaron muy fácilmente en una especie de boom económico en España en esos años. Y eso fue realmente lo que hizo que se complementaran, tanto el migrante que llegaba cuanto el país que acogía ese migrante. Hubo trabajos en la agricultura, la construcción, los servicios, el turismo, asistencia sanitaria... Puedo decir que España y Ecuador se beneficiarion de esta penosa situación de la migración de los ecuatorianos. 

Con México hay una fluidez en términos culturales, políticos. Hay muchas afinidades. México es un país muy amigo del Ecuador y el Ecuador lo es de México. Hay un tradicional respeto entre los dos países.

¿Cree usted que lo migratorio es la parte más difícil de la relación con México?

No diría que es así. Con México hay una fluidez en términos culturales, políticos. Hay muchas afinidades. México es un país muy amigo del Ecuador y el Ecuador lo es de México. Hay un tradicional respeto entre los dos países y eso hace que dificilmente hayan pasado por momentos de tensión. (La migración) es, claro, un problema, donde existe un tercero, que es Estados Unidos, el cual es parte del problema. No es un problema con México verdaderamente, pero es complicado porque se trata de seres humanos. No se está contrabandeando maíz, plátano... son seres humanos. 

Dice que hay afinidad política, pero México es un gobierno de izquierda; tiene posturas distintas sobre, por ejemplo, la crisis venezolana. Sin embargo ahora se ha visto una visita muy fluida del presidente Lasso y el canciller Mauricio Montalvo con Andrés López Obrador. Desde la diplomacia moderna, ¿cómo se mira esta relación diplomática entre diferentes?

Veo que el presidente Lasso está siendo un presidente pragmático. A diferencia de Correa que fue hiperideologizado en su comportamiento internacional. Se llevaba más con aquellos países con los que tenía afinidad política, cosa que es un disparate. Aquí tiene que buscarse la defensa de los intereses nacionales. Entonces vemos que el presidente Lasso no tiene empacho alguno en pedir vacunas a China y a Rusia. Países con los cuales no se tiene precisamente una afinidad política e ideológica. 

Pero, además, hay un involucramiento personal del presidente Lasso, se ve un comprometimiento, lo cual para el tema de las vacunas en China fue fundamental. La carta que envió el presidente Lasso a Xi Jin Pin por los cien años del Partido Comunista fue muy bien recibida por el gobierno chino. 

Los gestos diplomáticos tienen mucho que ver en esto. Por eso tengo la impresión que el presidente Lasso, guardando su ideología, lo que hace es en función de los intereses del país. El ejemplo más claro es el de las vacunas, porque en esto no debe primar la ideología sino el interés del país.

Hay un tema que causa ruido con México y es la presencia de dirigentes políticos del correismo asilados en México. Hay un exministro, una expresidenta de la Asamblea Nacional, ¿cómo va a actuar el embajador en este caso?

México es un país que ha tenido una política exterior ejemplar en el sentido de cumplir con los principios que han guiado esa política exterior. No importa quién esté en el gobierno y por eso se habla de México como país de asilo, al margen de las ideologías. Por eso es que en la aplicación del convenio de asilo diplomático, estas personas incursionaron en la embajada de México en Quito, se hicieron los trámites, y el Ecuador, firmante de ese convenio, lo que hizo fue dejarlos salir. No tenía más remedio a pesar de que pudieran existir acusaciones sobre algunas de estas personas, que en algunos casos no estaban formalizadas. Pero es admirable cómo México ha sabido mantener una política coherente por encima de las ideologías de los distintos gobiernos que han recorrido la historia reciente de ese país. 

el convenio de asilo prohíbe a los asilados hacer pronunciamientos políticos respecto del país de acogida, del país de origen y de países amigos de los dos países. si los asilados ecuatorianos en México cumplen con lo que el convenio les exige, yo no veo problema alguno.

Así como es ejemplar en otorgar el asilo, ¿México también es riguroso en no permitir pronunciamientos ni acciones políticas de los asilados?

Precisamente el convenio de asilo político prohíbe a los asilados hacer pronunciamientos políticos respecto del país de acogida, del país de origen y de países amigos de los dos países. De tal manera que si los asilados ecuatorianos en México cumplen con lo que el convenio les exige, yo no veo problema alguno. Esta situación se mantendrá hasta cuando estas personas resuelvan regresar al Ecuador y someterse, los que estén judicializados, a la justicia ecuatoriana.

Para volver al tema de los requisitos para entrar a México, uno de los problemas que se avisora es el de los viajes turísticos, pero eso también depende del Ecuador. Hay regulaciones sobre las responsabilidades de las aerolíneas y las agencias de viajes sobre los documentos de viaje y todo eso. El embajador en México tiene un papel en ese tema, pero ¿que le compete a las demás instituciones en ese asunto?

Ahí, la embajada del Ecuador es muy respetuosa de la empresa privada X, que es una agencia de turismo y tiene que cumplir con las leyes y reglamentos que se establecen para el ejercicio de esa actividad, y quien controla eso es el Ministerio de Turismo, de Gobierno, en fin... La embajada como tal, estando en México no tiene mayor rol que cumplir, pero lo hará en caso de que se presenten situaciones difíciles para ecuatorianos que han resuelto ir a México. 

A propósito, hay muchos reportes sobre ecuatorianos que deambulan la frontera mexicana con Estados Unidos en una grave situación humanitaria ¿qué se puede hacer al respecto?

La verdad es que el Ecuador poco puede hacer. Cuando fui embajador en Washington una de nuestras conversaciones recurrentes con las autoridades americanas era precisamente el tema de la migración ecuatoriana, que para Estados Unidos no es un gran problema, porque no es de una gran dimensión. Como sí lo es la de los países del triángulo norte de Centroamérica: Honduras, El Salvador y Guatemala. Paradójicamente los migrantes mexicanos no son un problema tan grave como los centroamericanos, que huyen por la inseguridad. Creo que con Estados Unidos es muy difícil. Ellos tienen, y como embajador ante el gobierno del presidente Trump lo vi, una política absolutamente rigurosa respecto de permitir el ingreso de migrantes. Incluso Trump se refería con palabras ofensivas a los migrantes mexicanos y centroamericanos. Eso hacía muy difícil encontrar una salida a este problema, que es un problema humano y que llegó a extremos muy penosos: se violaron derechos humanos, niños fueron separados de sus padres y se los "repartía" por Estados Unidos y estos niños no han vuelto a ver sus padres.

¿Cuáles son sus espectativas personales en esta nueva misión diplomática?

Esta misión tiene una connotación personal muy profunda. Mi abuelo, Benjamín Carrión, fue embajador en México y también fue asilado político. El huía de la Junta Militar correspondiente y después fue embajador. Él recibió el Premio Benito Juárez, que por única vez se concedía a tres latinomericanos en tres diferentes ámbitos, y a mi abuelo se lo dieron por Humanidades. Esto tiene un efecto personal en mi muy importante. El único ecuatoriano que tiene una estatua en México es Benjamín Carrión.  Y es una estatua curiosa porque está jugando ajedrez en una céntrica plaza de Ciudad de México, donde hay una interacción entre el público y la estatua de mi abuelo, sentado frente a una tabla de ajedrez con las fichas puestas, y hay niños y adultos que se toman fotos. Por estos antecedentes personales —además del afecto personal que guardo para este gran país que acogió a mi abuelo en los momentos duros, y también en los momentos gratos— tomo esta misión como una gran recompensa a mi carrera. 

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Francisco Carrión: tomo esta misión en México como una gran recompensa a mi carrera
 


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