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4 de Julio del 2023
Historias
Lectura: 31 minutos
4 de Julio del 2023
Fermín Vaca Santacruz
Otto Sonnenholzner se sitúa al margen de las ideologías y vende pragmatismo
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Guayaquileño de 40 años, con estudios en Europa y Estados Unidos, propone una opción de centro político. Foto: Cortesía Otto Sonnenholzner

 

El ex vicepresidente de Lenin Moreno prefiere marcar distancia de ese gobierno. Su campaña cuenta con el apoyo de Suma y Avanza, dos organizaciones políticas del centro derecha. Pero para Sonnenholzner, un empresario de Guayaquil, la palabra ideología no significa nada. Su discurso se basa en la vieja receta de Silvio Berlusconi: un empresario exitoso que vende su capacidad como gobernante, al margen de las ideologías.



 

Otto Sonnenholzner se posesionó del cargo de vicepresidente de la República el 11 de diciembre de 2018, y fue el tercer vicepresidente de Lenin Moreno. Viendo en retrospectiva, y ante las revelaciones del propio Moreno sobre la precariedad de su salud, se entiende que en el morenato la sucesión presidencial fuera un asunto clave.

En una fría mañana quiteña, el nuevo vicepresidente se presentó acompañado de su esposa en el pórtico norte del Palacio Legislativo. Ambos vestidos de azul, él de traje y corbata y ella con un vestido largo de encaje. Aunque el primero de la terna para vicepresidente había llegado más temprano al Palacio y esperaba en las oficinas de la Presidencia de la Asamblea, volvió a salir en un vehículo para hacer su ingreso ante la guardia de honor de cadetes de la Policía que desde temprano esperaban para rendirle honores militares.

Otto Sonnenholzner llegó a la vicepresidencia de la República encabezando la terna de Lenin Moreno. Fue el tercero de cuatro que tuvo el ex mandatario. Foto: Eduardo Flores / Archivo Presidencia de la República.

Sonnenholzner llegó a la vicepresidencia encabezando la terna que el ex presidente envió a la Asamblea Nacional, luego de la renuncia de María Alexandra Vicuña, quien sucedió a su vez a Jorge Glas, el compañero de fórmula que le había impuesto Correa a Moreno.

En el piso resbaloso que era el Carondelet de Moreno, en donde los impedimentos físicos del presidente y su escasa capacidad de trabajo eran el caldo de cultivo perfecto para conspiraciones palaciegas, Sonnenholzner llegó a ocupar el cargo de potencial sucesor del ex presidente.

Pero tampoco completaría el período: Otto, como prefiere que lo llamen el empresario de Guayaquil, de ascendencia alemana y libanesa, también se alejaría del régimen el 11 de julio de 2020, cuando la pandemia azotaba aún al país y al mundo, y las escenas de cadáveres abandonados en las calles de Guayaquil habían puesto al Ecuador en la vitrina del horror mediático global.

La mañana que se posesionó no fue del todo auspiciosa. El joven vicepresidente fue electo con 94 votos, tanto de la oposición cuanto de los alineados con el morenismo. Para cuando se proclamó la votación, el empresario radial de Guayaquil estaba listo para hacer su entrada oficial. Caía una intensa llovizna a esa hora sobre la Plaza Juan Montalvo, que da acceso al Palacio Legislativo, y Sonnenholzner abrió un paraguas que él mismo sostenía para que su esposa no se mojara. Tomados de la mano, ambos ingresaron al edificio legislativo cruzando la alfombra roja. Adentro lo esperaban los legisladores y varios de los miembros del Gobierno, que se sentaron en un sector del estrado del Salón del Pleno. En su discurso, que fue leído en un teleprompter, Sonnenholzner anunció sus deseos de contribuir a la gobernabilidad y el desarrollo del país.

Para julio de 2020, el gobierno morenista, empeñado en su agenda anticorreísta y tras sufrir el duro golpe de la pandemia, perdió a Sonnenholzner, quien nunca ha hablado públicamente de los motivos de su salida.

Un tuit publicado por su padre Ramón, del que se desmarcó, daba a entender que se alejaba por tensiones con la "mesa chica" capitaneada por María Paula Romo y Juan Sebastián Roldán, y que tomaba buena parte de las decisiones en el gobierno de Moreno.

Sea como fuere, Lenin Moreno estrenó su cuarta vicepresidenta cuando se posesionó María Alejandra Muñoz, un personaje que fue asociado con el entorno con quien Sonnenholzner tenía un conflicto. Mientras estuvo en el cargo, fue de largo el hombre más rico del Gabinete: declaró en la Contraloría un patrimonio de cerca de seis millones de dólares.

Nacido el 18 de marzo de 1983, acaba de cumplir 40 años. Hizo la secundaria en el Colegio Alemán Humboldt con la especialización en ciencias sociales y comunicación. Como muchos de los estudiantes de los colegios alemanes en Ecuador, su perspectiva fue estudiar en universidades europeas. Estudió economía en la Schiller International University y, recientemente, se encontraba en Harvard realizando un doctorado, cuando tomó la decisión de correr para presidente del Ecuador.

El emporio familiar de los Sonnenholzner es la radio Tropicana de Guayaquil, lo que lo llevó a ejercer la gerencia de la estación y luego la presidencia de la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión (AER) en Guayas. En esa radio mantenía también un programa de entrevistas, por lo que recuerda con frecuencia sus funciones como comunicador y líder gremial. Según ha dicho, sus negocios personales tienen que ver con el sector inmobiliario y con la explotación de una cantera.

Sonnenholzner prefiere no hablar de Lenin Moreno y de su paso por ese gobierno. Foto: Eduardo Santillán / Archivo Presidencia de la República.

Las funciones que Lenin Moreno le entregó fueron "el seguimiento del Diálogo Social Nacional, la coordinación de las acciones de los Consejos Sectoriales, y ser parte del desarrollo de la agenda sostenible y la atracción de inversiones".

Pero nadie anticiparía lo que se venía. En marzo de 2020 la pandemia llegó al Ecuador y el gobierno dispuso confinamientos, una estrategia que se aplicó en todo el globo. Las muertes por el coronavirus fueron especialmente evidentes en Guayaquil. Sonnenholzner fue encargado de combatir los estragos de la enfermedad, que llevó a implementar nuevos espacios en cementerios y ante la falta de ataúdes, al entierro de cadáveres en cajas de cartón.

Tras alejarse del morenismo, Sonnenholzner declinó una posible candidatura presidencial en 2021, lo que facilitó el triunfo de Guillermo Lasso. Pero desde 2021, Sonnenholzner mantenía conversaciones con organizaciones políticas como SUMA, el movimiento de centro derecha que llevó a Mauricio Rodas a la Alcaldía de Quito, y con Juntos Podemos, del político azuayo Paúl Carrasco (que actualmente se llama Reto y apoyo a Xavier Hervas), en busca de construir una plataforma política. Estuvo analizando en esa época también ser candidato a alcalde de Guayaquil, pero eso no se concretó.

Habría que esperar hasta estas elecciones anticipadas para que Sonnenholzner concrete su nominación con el apoyo de SUMA y también con el de AVANZA, una fuerza política creada por el ex presidente del IESS, Ramiro González, un ex político de la ID que se encuentra prófugo por presunta corrupción.

Pero en la campaña de Sonnenholzner no se ve a los militantes de ambas fuerzas políticas. Hay, más bien, personajes desencantados del lassismo, como "liberales del siglo XXI" y otros militantes del centro hacia a la derecha, que creen que el fracaso de Guillermo Lasso aún se puede enmendar.

Otto Sonnenholzner recorre el país en auto y realiza encuentros con sectores sociales y políticos.  Foto: Cortesía Otto Sonnenholzner

Sonnenholzner asegura que la mejor manera de acercarse al mundo andino es el contacto directo y evitar a ciertos dirigentes. Foto: Cortesía Otto Sonnenholzner

El ex vicepresidente asegura que su propuesta es pragmática. Foto: Cortesía de Otto Sonnenholzner

El postulante parece coincidir en ofertas de campaña con Jan Topic, sobre todo en su interés por las soluciones tecnológicas y ambos tienen en común ser parte del empresariado de Guayaquil. A diferencia de otros presidenciables, Otto Sonnenholzner no ha pedido resguardo policial, si bien se admite en su campaña que usa escoltas privados en visitas a zonas de alto riesgo. Se moviliza por tierra y ha decidido no andar en helicóptero por su alto costo. Varias fuentes de la consultoría política afirman que uno de los estrategas de su campaña es Jaime Durán Barba. Conversamos con él en Ocho y Medio de La Floresta. 

Uno de los ejes de su propuesta tiene que ver con la paz. ¿Cómo lograr la paz en un país en donde la violencia y la muerte de se han vuelto hechos cotidianos?

Hasta julio de 2020 que seguí las cifras de seguridad, esto no ocurría. Las muertes por cada cien mil habitantes eran menos de siete y los delitos como secuestro y extorsión eran marginales. Más allá de seguir viendo en el retrovisor y en el análisis, pienso que lo que hay que hacer es controlar las cárceles, pues es desde ahí que está operando el delito. Hay que recurrir a la tecnología con escáneres, cámaras de seguridad biométrica, inhibidores de señal, los delincuentes tienen mejor internet que cualquiera en su casa desde las cárceles. Sistemas de apertura y cierre automatizados para reducir la discrecionalidad de los guías penitenciarios, y crear regímenes de máxima seguridad que en Ecuador no existen.

Los delincuentes que han atentado contra la vida, los violadores, necesitan estar en un régimen de seguridad especial por el riesgo que representan para la seguridad ciudadana, debemos crear un régimen más restringido y controlado.

El monopolio del uso de la fuerza que tiene por ley el Estado está en entredicho, los delincuentes están mejor armados que la fuerza pública y hay que desarmarlos. Para ello debemos invertir en inteligencia, debemos estar cinco pasos adelante y no dos pasos atrás de ellos y no cinco pasos atrás como ahora.

Debemos saber de dónde vienen las armas, cómo se pagan y dónde las guardan. Es necesario un mayor respaldo a la fuerza pública, algo que ya dice este gobierno pero no lo ejecuta, con entrenamiento y misiones claras. En la justicia, los jueces y fiscales están arriesgando su vida y algunos ya han pagado el precio más alto, como un fiscal que fue asesinado. Ellos necesitan protección y debemos darles garantías, en caso de que la seguridad sea un riesgo muy alto, ellos puedan trabajar en forma telemática desde cualquier lugar del mundo hasta que podamos resolver esta crisis.

Fotos: PlanV

Las masacres carcelarias que se produjeron tanto en el gobierno del señor Moreno, del que usted fue parte, cuando en el actual del señor Lasso, evidencian la falta de control del Estado en las cárceles. ¿Cómo retomar su control de forma definitiva?

La primera masacre fue en febrero de 2021, yo ya había salido hace siete meses de eso (el Gobierno de Lenin Moreno) pero en todo caso hay mucha discrecionalidad de los guías y no hay tecnología, como escáneres para saber qué se mete. Es necesaria la separación de los reos, debe separarse a los delincuentes según su peligrosidad.

¿Qué opina usted del blindaje legal que dejó implementado Lasso para proteger a la fuerza pública? ¿Y del porte de armas?

La violencia no se combate con más violencia. Lo que hay que hacer es desarmar a los delincuentes, no armar a la ciudadanía, no se trata de traspasar al ciudadano las responsabilidades del Estado. Creo que el porte de armas debe estar regulado para zonas rurales en donde no hay acceso a la policía, en actividades ganaderas y de acuicultura. Pero eso fue un error y no una respuesta. Sobre el porte de armas se quedaron en el anuncio. Pero es verdad que hay temor actual de la fuerza pública en actuar en circunstancias en que se requiere fuerza letal por temor a las consecuencias legales. Si un funcionario de la fuerza pública ha usado su arma de manera legal, tiene el derecho de defenderse en libertad y que el Estado va a asumir y garantizar una buena defensa. Tiene que haber respaldo político para los policías de los que se ha verificado que hicieron bien su trabajo al utilizar la fuerza y que aún así hayan sido condenados. En esos casos habrá indulto presidencial. En el año 2022 se dieron amnistías por las protestas de 2019, pero estoy en contra de que se haya incluido a quienes traficaban tierras o secuestraban, los que no son delitos políticos, mientras se excluyeron a más de 200 policías. La Policía se siente abandonada por la clase política y eso hay que cambiarlo.

No es el primer político que ofrece apoyo a la Policía y los resultados siguen siendo los mismos: hay más violencia e inseguridad ¿Cómo cuánto más apoyo más les falta?

Hasta el año 2020 que estuve en el servicio público, las cosas estaban bastante mejor en materia de seguridad. Pero ahora la Policía no está bien. Al Distrito Sur mandan 200 policías a reforzar pero no les mandan ni colchones. En Duale les pregunté de su capacidad de respuesta a los policías, pues estamos analizando un sistema de videovigilancia, y resulta que los patrulleros no tenían batería. No es un tema de plata sino de capacidad de gestión. Si yo que soy un ciudadano más puedo llegar a resolver el tema de los colchones y la batería, es algo que el Estado puede hacer. Hay descuido al tener a la Policía con sus mínimas capacidades operativas. Se habla de aumentar policías, y tal vez hacen falta unos cinco mil, pero no sirven de mucho sin equipamiento. Me preocupa más que los 55 mil que tenemos hoy estén en su máxima capacidad operativa. Cada policía debe contar de verdad.

¿Pero la solución de este gobierno ha sido reclutar más gente sin darles equipo?

Yo soy de una lógica simple en la vida. ¿De qué sirve aumentar miembros de la fuerza pública si no hay patrulleros, sino tienen armas no chalecos? El aumento de reclutas en la Policía podría reducir su carga laboral, pero prefiero tener bien armados y equipados a los 55 mil que tenemos antes de nada. Creo que el aumento que requiere la Policía realmente es de unos 5 mil efectivos.

Otro de sus ejes se define como "plata", ¿en qué consiste su propuesta económica?

Estamos hablando de la necesidad de reactivar la economía, los hogares están en serias carencias. Desde el 2015 se viene reduciendo la inversión pública, luego la economía fue duramente afectada por las protestas de octubre y luego por la pandemia que no sólo golpeó al Ecuador sino a todo el mundo. Se tomaron decisiones difíciles que las han pagado los ciudadanos, para lograr la estabilidad fiscal. Pero en eso nos hemos quedado, la estabilidad fiscal es solo un medio. En 2022 y 2023 se debió reactivar la economía y en eso han fallado.

Mi planteamiento es captar fondos de multilaterales, buscar bonos especiales para educación y salud, levantar entre 1500 y 2000 millones de dólares e invertirlos de forma inmediata en la reactivación de la economía.

Nuestra propuesta es recuperar la infraestructura deteriorada, sobre todo la vial, la hospitalaria, la educativa, que están abandonadas. Se esas cantidades se invierten rápidamente a partir del tercero o cuarto mes de gobierno, va a generar empleo, pues se va a tener que contratar personas para la construcción, pintores, albañiles, choferes, entre otros. Cada dolar que se invierte en infraestructura es un dólar y medio en crecimiento económico. Si logramos cumplir con esa meta, vamos a tener un crecimiento adicional de entre el 2,5 y el 3%, que significa más plata para los hogares, esa es nuestra propuesta.

Este gobierno ha sido un tanto dogmático en cerrarle la llave a la inversión pública, ¿usted cree que es necesaria la participación del Estado en la dinamización de la economía?

Siempre que se haga de forma responsable y sin comprometer la estabilidad fiscal. Aún no conocemos el impacto que pueda tener el fenómeno de El Niño, pero con nuestra planificación al día de hoy, pensamos que esa reactivación de la economía es necesaria. Sin embargo, estaría mintiendo si ofreciera más dinero que ese, porque no es viable en este momento.

¿Qué hay sobre la inversión extranjera? Este gobierno esperaba captar hasta 30 mil millones, ¿cuánto es realmente posible obtener de ella en el Ecuador actual?

Estuve a cargo de eso como vicepresidente, en 2018 fue el año récord y no llegamos ni a dos mil millones, igual en 2019 y 2020 se llegó a 600 millones a pesar de la pandemia. Pero para la inversión extranjera es necesario resolver el problema de inseguridad, que es lo que ahuyenta a los inversionistas. Hay muchas posibilidades en sectores como el agrícola y el apícola, pero se debe construir primero la confianza y la seguridad.

¿Qué opina sobre la explotación minera y petrolera, en especial sobre la consulta del Yasuní?

Mi opinión es que hay lugares donde se puede hacer explotación de recursos naturales no renovables y otros en donde no. Y en donde se debe y se puede se tiene que hacer con las mejores técnicas posibles y con remediación ambiental. Ya tenemos en el Ecuador dos mineras a gran escala, y siempre hubo preocupación sobre el tema del agua. Creo que debemos ir a Los Encuentros, que es la localidad donde están las minas Mirador y Fruta del Norte, y ver si realmente hay contaminación de agua. Si no la hay entonces nos mintieron y realmente sí se puede hacer esa actividad. Pero si vemos contaminación de agua no lo podemos permitir porque eso es irremediable e irreparable. Creo que la consulta popular es una cuestión de sostenibilidad, que es una mesa de tres patas: social, económica y ambiental. Tengo planificado un viaje a Yasuní, primero va a ir nuestra binomio y luego iré yo. Mis preocupaciones son si la comunidad ha sido impactada favorablemente, si el impacto ambiental es como dicen. Yo no he estado ahí y quiero ir. Tomaré decisiones informadas con base en la sostenibilidad, pero bien informado.

Cuando tenga clara la postura le informaré al país. Yo no soy una persona radical, creo que cuando las cosas se deben hacer se hacen y bien. En donde se pueda hacer minería se hará en donde no, no lo permitiremos. El mundo industrializado también debe darle una compensación al Ecuador por sus activos ambientales. Cuando se planteó eso hace diez o quince años no tuvo éxito, pero hoy están los mecanismos que lo pueden permitir. Se debe tener algo de justicia ambiental que se traduzca en justicia social. La pobreza rural es el doble que la urbana en Ecuador y en la Amazonía, de donde salen esos recursos, es mucho peor. Creo que es importante se debe beneficiar a las personas que sacrifican su entorno y su ambiente.

¿Cuál es su percepción sobre el mundo andino, sobre el movimiento indígena y su capacidad de movilización, que se evidenció en los estallidos sociales de 2019 y 2021?

Esa capacidad de movilización nace de la pobreza rural, los jóvenes ya no quieren hacer lo mismo que sus abuelos porque no los sacan de la pobreza.

Pero si algo aprendí en 2019, fue que hay que ir a hablar directamente con las comunidades y evitar la intermediación de ciertos dirigentes, que tienen agendas personales de promoción mediática y política.

A mi me fue muy bien hablando con las comunidades y buscando solución a sus problemas. Es con ellos que hemos planteado los centros de acopio de leche, que les pueden sacar de la pobreza. La discusión es sobre justicia social, sobre cómo se hace para que el trabajo de ellos tenga una compensación real. Tenemos un proyecto de venta de leche, de centros de acopio de leche, en donde pueden obtener un precio justo. Pasas de 10 o 12 centavos a 50 centavos el litro, generas diez dólares por familia diarios y empiezas a salir de la pobreza. Hay que atender el abandono en que están las comunidades indígenas.

¿Qué significa la palabra progreso en su propuesta?

Es la equidad, la justicia social, que los subsidios que tiene el país lleguen a quien los necesita. No nos sobra la plata, peor cuando roban. Los pocos recursos que tenemos si pueden cambiar la realidad de una familia si se los canaliza adecuadamente. Un joven, independientemente del color de su piel o del tamaño de su bolsillo, debe recibir una educación y una salud que le permitan tener una oportunidad real en la vida. Hay que equilibrar esta cancha inequitativa y brindar oportunidades. Para mi ese progreso es garantizar la igualdad de oportunidades.

¿Qué ofrece su campaña sobre la cultura y la promoción cultural?

En mi familia hemos promocionado el arte y la cultura desde que yo era niño. Tengo una cercanía muy estrecha. En el cantón Nobol artistas nacionales nos pidieron que los recursos nacionales se inviertan en artistas ecuatorianos. Hay que fomentar festivales de arte y culturales, que son plataformas para que los artistas puedan dar a conocer su trabajo.

Usted ha señalado un cierto relativismo frente a las ideologías. ¿Por qué no cree usted en las ideologías?

Creo que son etiquetas anacrónicas que se debieron actualizar hace tiempo, cuando se cayó el muro de Berlín. No es que no crea, yo las he estudiado, y creo que hay buenas ideas en todas ellas. Yo invito a dejar de ver esto en dos dimensiones: izquierda, derecha o centro y verlo en tres dimensiones, aver si empezamos a ir hacia adelante. Cuando fui servidor público trabajé con funcionarios de todas las ideologías, yo no les preguntaba de qué partido o afinidad ideológica eran, sino cómo les podía ayudar. Pusimos millones de millones al servicio de los gobiernos locales para alcantarillado, agua potable, es algo que no es ideológico sino sentido común. En el Ecuador seguimos con problemas del siglo XVII, que debemos combatir y luego nos ponemos a debatir de izquierdas o derechas.

Pero algún principio rector debe tener, ¿en qué cree?

Tengo principios éticos, morales, de servicio. Creo que he hablado bastante de cómo veo la vida y la administración pública. Creo que uno va lo público no a rendir homenaje o culto a un individuo, no a hacerle barra a una ideología, sino a resolver problemas y esas soluciones pueden tener distintas respuestas. El país debe tener una hoja de ruta clara. Yo viví en Alemania seis años, ahí hay una hoja de ruta clara, una institucionalidad clara, da igual si el Gobierno es de izquierda o de derecha. Las garantías que tiene que dar un Estado deben estar institucionalmente blindadas, independientemente de quién gobierne. A mi me rigen mis valores, mi vocación de servicio y mi capacidad de resolver problemas, a eso me dedico.

Hubo una polémica en Guayaquil, su ciudad, sobre en dónde y en qué términos debía darse la marcha de la diversidad sexual. ¿Cuál es su postura sobre los derechos de la diversidad sexual?

Todos tienen derecho a manifestarse, minorías sexuales, defensores de la vida, hay un derecho a la libertad de expresión, que defendido como comunicador y líder gremial. Si el alcalde de Guayaquil ha establecido una nueva normativa que aplica para todos, por seguridad o tránsito y por eso ya no se aceptan más protestas en el centro, lo comprendería. Pero si se trata de un acto de discriminación o de odio en contra de un grupo, y mañana vemos una concentración de un grupo afín a él en el centro, sería repudiable.

Otto Sonnenholzner fue vicepresidente de Lenin Moreno. ¿Qué es lo que rescataría de su paso por el poder, por Carondelet?

Solo quiero aclarar que fui vicepresidente de los ecuatorianos.

Lenin Moreno le puso encabezando la terna y la Asamblea lo nombró a usted

Pero yo fui a servir al país. La gente vio que yo no me dediqué a la bronca sino que fue a resolver problemas. Sobre los aprendizajes, fueron muchos. Creo que un buen gobernante debe tener inteligencia emocional, respirar hondo, tomar las decisiones con la razón y escuchar con el corazón. Al Ecuador le han hecho mucho daño gente que no tiene equilibrio emocional, que no se puede gobernar a sí misma.

Cuando uno aspira al poder debe considerar si tiene la inteligencia emocional para el cargo, ese es el mayor desafío. Puedes rodearte de los mejores expertos, pero debes gobernarte primero a tí mismo.

¿Y esto lo aprendió en el ejercicio público o aprendió algo de Lenin Moreno?

Durante la vida, en el ejercicio público y todos tenemos cosas buenas y malas.

¿Cómo tomó ese tuit de Rafael Correa que le recordaba su pasado a su binomio? ¿Tuvo que recurrir a los cuadros del correísmo debido a la paridad?

Es la primera participación electoral tanto de Erika Paredes cuanto mía. No hemos pertenecido a ningún proyecto electoral ni político. El principal error de esa tendencia política es creer que una secta a la que uno se queda unido para siempre. Ahora mismo en mi equipo hay gente que trabajó en otro gobierno, y están aquí porque lo hacen con honestidad y experiencia. ¿De dónde saco yo alguien joven y preparado que no haya trabajado en alguno de los últimos gobiernos? ¿Busco a alguien que trabajó con Velasco Ibarra o con Durán Ballén? Yo no satanizo a nadie, soy una persona objetiva y pragmática. La hoja de vida de Érika Paredes es impecable y tiene una preparación valiosísima.

No voy a marginar a las Érikas Paredes del Ecuador por haber trabajado en otro gobierno. Esto no es una secta ni un matrimonio, como creen ciertos líderes.

Pero son precisamente las visiones sectarias las que han creado algo parecido a lo que en Argentina llaman "la grieta" entre los que están a favor y los que están en contra. ¿Cómo superarla?  Lasso se definió porque él no era Correa. ¿Cómo salir de eso?

Correa es Correa, Lasso es Lasso y yo soy Otto. Cada cual responde por sus actos. Yo lo que tengo es límites en valores y en principios. En mi gobierno no habrá gente deshonesta, corrupta. Quiero superar esa polarización haciendo un gobierno con el mejor equipo posible.

Santiago Basabe, que es uno de los politólogos más conocidos de esta capital, ha planteado que no se debe votar por una persona que dice que no tiene ideología, porque miente. Y tampoco por uno que dice que gobernará con los mejores ecuatorianos y no con su entorno, porque también miente. ¿Qué opina al respecto?

Respeto lo que dice, pero no lo comparto. Él es un politólogo tradicional y yo no comparto las etiquetas ideológicas existentes. La juventud lo que exige son nuevas formas de definir la política, porque no nos sentimos identificados con lo existe. Capaz que me hace falta ponerle un nombre a mi forma de pensar.

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