

Foto: Plan V
Para Daniel Crespo, el encargo de la Cancillería al periodista Xavier Lasso tiene el propósito de usar su imagen en contra de la de su hermano, el ex banquero opositor Guillermo.
Daniel Crespo
Magister en Relaciones Internacionales por la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito con mención en conflictos y negociaciones internacionales y magíster en Estudios Medievales por la Universidad de Navarra, Pamplona, España. Es profesor de Humanidades en la Universidad de los Hemisferios de Quito.
¿Cómo interpretar el encargo de la Cancillería al periodista Xavier Lasso, a pesar de lo cual, el canciller Ricardo Patiño sigue actuando en temas de politica exterior?
El manejo de la diplomacia nacional responde a la politica efectista y clientelar de este Gobierno. La estructura de Alianza PAIS es muy jerarquizada y no permite el surgimiento de nuevos líderes. Hay ciertos personajes que son reciclables en otras funciones, en el Gabinete hay un baile de sillas, como en el juego infantil. El canciller Patiño es funcional a la forma personalista del poder que tiene el Presidente, pero su función más que administrativa es eminentemente política. Se lo necesitó para atender las bases de Alianza PAIS, pero no se lo desligó de las funciones en Cancillería. La presencia de Lasso obedece, por un lado, a tener una persona que no opaque al canciller y, por otro, es una forma de lesionar la figura de Guillermo Lasso.
¿En qué sentido lesiona a Guillermo Lasso? Xavier ha dicho que él es distinto de su hermano y que no se le debe asociar con él, además de que hay un vicecanciller que podría cumplir perfectamente esas funciones...
Para entenderlo hay que recordar cómo se manejó la figura del hermano del Presidente, de Fabricio Correa. Tener a un miembro de su familia hablando en contra, de sus aspectos personales y hasta siquiátricos, ha sido una forma de minar la figura del Presidente como persona y como funcionario. En el caso de Lasso, tenemos una persona que es del mismo origen que el representante de la oligarquía, pero comprometido con la revolución. Si uno ve la forma en la que se desgasta la figura de Guillermo Lasso en las sabatinas, se ve que es la figura más atacada por el presidente. El canciller no deja ciertos temas sensibles porque son de impacto político. Hay algunas líneas en la política exterior ecuatoriana que sí se pueden identificar: una es intentar posicionarse internacionalmente y otra dar golpes de efecto para que el Ecuador figure internacionalmente.
"Estos golpes de efecto no siempre les han dado resultado, veamos el caso de Julián Assange, que se ha convertido en una piedra en el zapato, en un asunto sin solución. Un proceso lento y costoso para el Ecuador".
En el marco de esas dos líneas acción, en un momento inicial Ecuador votó en contra de que la crisis entre Colombia y Venezuela se maneje en la OEA y la propia reunión en Unasur fue postergada. Pero Ecuador se mostró como mediador de la cita, ¿se buscó darle al país más relevancia regional?
Creo que sí. Lo de la OEA no fue sorpresa, porque el Ecuador ha adoptado una política de erosionar a la OEA, de minimizar sus organismos como el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, y buscar un sistema de integración sin Canadá ni Estados Unidos por medio de la Celac. Tengo que admitir que me llamó la atención el tema de Unasur, pero fue muy bien aprovechado por el Gobierno para dar un golpe de efecto.
Estos golpes de efecto no siempre les han dado resultado, veamos el caso de Julián Assange, que se ha convertido en una piedra en el zapato, en un asunto sin solución. Un proceso lento y costoso para el Ecuador. A nivel regional, a partir de la muerte de Hugo Chávez, el presidente Correa ha intentado posicionarse como un líder regional. Pero es una posibilidad que debe ser descartada casi de inmediato, porque si bien tenemos en Rafael Correa un líder con un carisma y verbo superiores a los de Nicolás Maduro y Evo Morales, es evidente que el peso geopolítico del Ecuador no da para eso.
Pero esta política exterior, ¿no ha logrado insertar al Ecuador en las "grandes ligas" de la diplomacia internacional? ¿El tema de Assange no puso al país como interlocutor de Gran Bretaña o Suecia por ejemplo o la ayuda a Edward Snowden para que huya con un salvoconducto ecuatoriano a Rusia?
Son golpes de efecto, sí, pero que son insostenibles en el mediano plazo, porque el Ecuador no tiene el peso político que le permita sostenerlos. Una cosa es tener a Assange en la Embajada en Londres y otra es que el Ecuador tenga un diálogo simétrico con la Gran Bretaña, eso no se va a dar. Una cosa es querer reemplazar el discurso de Chávez en los foros como Celac o Unasur, pero el Ecuador no tiene el "poder blando" para ejercer medidas de presión. No podemos ejercer ese tipo de influencia ni siquiera sobre nuestros vecinos inmediatos. En el marco de la CAN estamos a la par de Bolivia y un escalón más abajo de Colombia y Perú. Debemos tener claro que no podemos tener un líder regional basado simplemente en el carisma de ese líder: el Ecuador no es el centro del proceso regional. Me explico: no porque la sede de la Unión Europea esté en Bruselas Bélgica es el centro del proceso regional europeo. Las decisiones se toman en Alemania; en el caso de Unasur, el centro claro es el Brasil, el papel de Venezuela también fue muy destacado, pero las grandes líneas son intereses geopolíticos del Brasil, como el Banco del Sur, el anillo energético, y ante todo el Consejo de Defensa Sudamericano.
"Debemos tener claro que no podemos tener un líder regional basado simplemente en el carisma de ese líder: el Ecuador no es el centro del proceso regional. No porque la sede de Unasur esté en Quito podemos olvidar el hecho de que la agenda de integración responde a los intereses del Brasil".
Sin embargo, Ecuador logra reunir a Maduro y a Santos a discutir su crisis fronteriza, a pesar de que Argentina y Brasil mandaron sus cancilleres a ofrecerse como mediadores. ¿Cómo interpretar esta decisión de los dos países en conflicto?
El Gobierno del presidente Correa ha buscado desde tiempo atrás buscar protagonismo en lo que ha sido el conflicto colombiano. Ha habido algunas intervenciones del Presidente en interponer sus buenos oficios en el conflicto interno colombiano. Aunque se puede decir que este podría ser un éxito de este Gobierno, no debemos sobredimensionarlos. Seguramente hay acuerdos, pero no olvidemos que en la política exterior cuando se llega al nivel de jefes de Estado es porque ya acuerdos básicos en otros niveles, es iluso pensar que no se tenga ya algo negociado previamente. Por ello va a haber acuerdos, esto va a fortalecer la imagen del presidente Correa, pero no olvidemos que el Ecuador tiene un peso geopolítico muy concreto que no le va a permitir despegar más allá de estos golpes de efecto. El Gobierno va a capitalizar casa adentro este tema, como uno de los grandes logros de un Gobierno que tiene reconocimiento internacional. El discurso presidencial se usará para vender este nuevo producto comunicacional.
Ha mencionado que el Ecuador no tiene lo que se conoce como "poder duro" ni tampoco "poder suave", pero este tipo de golpes de efecto mediáticos en los que se apoya un gobierno parodógicamente anti prensa y anti libertad de expresión que usa el influjo del gran mercado mediático internacional, ¿no ha incrementado ese "poder suave"?
Estamos frente a un modelo que se ha agotado en el interior y en el exterior, lo que también han señalado los medios internacionales. Cada cierto tiempo el Gobierno saca un nuevo enemigo interno o externo, parece que Carl Schmitt es muy leído por los asesores del Gobierno, pero eso no puede repetirse ad infinitum. Esto va a ocupar algunas planas de diarios internacionales, pero dudo que lo haga más de una semana. Cuando no se tiene nada más atrás, es muy difícil llegar más lejos. Salvando las distancias, creo que podemos tomar el caso de Grecia: un pequeño país ocupando primeras planas con un líder carismático, enfrentado a la burocracia europea y al Gobierno alemán, pero que finalmente tuvo que dar un paso al costado.
"Cuando no se tiene nada más atrás, es muy difícil llegar más lejos. Salvando las distancias, creo que podemos tomar el caso de Grecia: un pequeño país ocupando planas con un líder carismático, enfrentado a la burocracia europea y al Gobierno alemán, pero que finalmente tuvo que dar un paso al costado".
¿Cómo evalúa la postura del Ecuador frente a la crisis humanitaria en Siria y a la barbarie del Estado Islámico? Países como Chile se han ofrecido a recibir a los refugiados, Estados Unidos está combatiendo al Estado Islámico, pero Ecuador no se ha pronunciado firmemente sobre estos temas...
En el caso sirio hay que ver la coyuntura regional. Estados Unidos ha condenado al Estado Islámico en Irak, a donde ha enviado ayuda militar. Pero con relación a Siria, Estados Unidos ha pedido la salida del poder de Bashar al-Asad y quiere fortalecer a grupos rebeldes, de los que hay por lo menos treinta. El escenario es complejo, pues deben debilitar al Gobierno, fortalecer a la oposición y evitar que se fortalezca el Estado Islámico. Estados Unidos sabe que Al-Asad tiene el apoyo financiero de Irán. Si esa es la postura de Estados Unidos, es obvio que los gobiernos "progresistas" de la región condenen el intervencionismo en Siria.
En todo caso, el Ecuador no ha mostrado su apoyo a los refugiados sirios ni ha condenado los asesinatos de Estado Islámico o la destrucción de Palmira, ¿el antiyanquismo justifica esa postura?
Todo tiene relación. El núcleo de la política exterior es reactiva a la postura de Estados Unidos, como vimos en el caso de Gaza. Se desconoce la realidad local del Medio Oriente, tenemos expresiones de solidaridad superfluas y nos abrimos a países que no son democráticos, como las monarquías del Golfo Pérsico, como Qatar. Hubo también acercamientos a Irán, que no han dado más que escasos frutos diplomáticos. He conversado con diplomáticos de la Embajada de Irán, que tienen un nulo conocimiento de nuestra realidad. Los fundamentos de las políticas de ambos países no permiten una aproximación ideológica ni hay un fortalecimiento de la relación económica. Se trata solo de una postura reactiva frente a Estados Unidos.
¿En qué medida son distintas las políticas si estamos hablando de gobiernos autoritarios, que han relativizado la democracia liberal, y que se oponen a Estados Unidos?
La forma de ejercer el poder en Irán o Qatar son modelos autoritarios radicalmente distintos a lo que podemos tener en el contexto latinoamericano. Tomemos en cuenta que Irán es una teocracia controlada por un Consejo Supremo de Ulemas superior al Gobierno, cuyo sistema legal está basado en su visión de la ley islámica, mientras en Qatar hay una monarquía con restricción de libertades. No podemos comparar eso con la situación de nuestro país, si bien el liberalismo en nuestro país ha sido solo una realidad discursiva en donde el sentimiento democrático no ha cuajado. Pero eso no permite afirmar que hay una sintonía en la forma de hacer política. Vemos en los casos de Venezuela o Bolivia la ruptura con Israel, mientras al mismo tiempo el Uruguay sí se ha comprometido con el aspecto humanitario del conflicto sirio.
Ecuador se ha sumado a la agenda política y económica de China en la región, también hay acercamientos con Rusia ¿forma esto parte de la postura antiyanquista?
China se ha convertido en el mayor inversor en nuestra región, en algunos países está invirtiendo más que Estados Unidos. El presidente de China ha visitado la región en dos ocasiones. Ellos quieren invertir en infraestructura y minería, en el caso de Rusia, hay un gran peso político e ideológico. Rusia quiere reposicionarse como una potencia mundial, por lo que se ha convertido en el adalid del multilateralismo. Estas coyunturas explican la política exterior del Ecuador en estos momentos.
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