

Fotos: Luis Argüello
El ex rector de la Universidad Andina cuestiona la supuesta mentalidad del Primer Mundo de la reforma universitaria de Rafael Correa.
Un Gobierno de académicos. De ciudadanos con doctorado en el extranjero que expresaban sus ideas con presentaciones en Power Point, con detallados estudios y cifras, con un incuestionable condumio ideológico, lejos de la frivolidad de políticos y periodistas. Esa era, al menos, la imagen que el Gobierno de Rafael Correa quiso presentar al país durante una década. Tan es así, que el ex presidente y muchos de sus seguidores consideran que las sabatinas, -espacio dedicado, para muchos opositores, a escarnecer a los disidentes en el Ecuador más que a rendición de cuentas- eran verdaderas cátedras semanales sobre economía, política y hasta historia patria.
Era apenas obvio que la situación del sistema de educación superior, entonces, se convertiría en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos-catedráticos en el poder, que se esforzaron siempre en marcar distancia de políticos y reporteros, a quienes censuraban sus supuestas falencias intelectuales.
Pero tras una década de reformas a la educación superior, varios sectores consideran que el balance es negativo. En un reciente documento, un grupo de trabajo que aglutina a docentes de la educación superior en las principales ciudades del país hace serios cuestionamientos sobre la situación del sistema de universidades.
Pero tras una década de reformas a la educación superior, varios sectores consideran que el balance es negativo. En un reciente documento, un grupo de trabajo que aglutina a docentes de la educación superior en las principales ciudades del país hacen serios cuestionamientos sobre la situación del sistema de universidades.
Se trata de la documento “Lineamientos de Políticas Públicas para la Educación Superior (2017-2022)”. "Elaborado en conjunto con docentes e investigadores, el documento tiene el propósito de poner en debate el modelo de universidad promovido en el país. Se identifican propuestas para avanzar hacia un sistema de educación superior más justo, más apropiado a nuestra realidad y más coherente con los principios de justicia y de igualdad. Se abordan algunas propuestas que implican cambios a la LOES, como un nuevo órgano rector del sistema de educación superior que sustituya al CES, mientras que otras propuestas pueden aplicarse sin necesidad de reformas legales, como un nuevo modelo de evaluación universitario, o una política explícita para la promoción de la ciencia y la tecnología. El documento propone fortalecer el ingreso universal al tercer nivel de la educación superior pública mediante una política vigorosa de bienestar estudiantil a favor de estudiantes provenientes de grupos históricamente excluidos desechando la prueba del ENES como mecanismo de ingreso. Proponen distinguir entre la acreditación y la evaluación de las instituciones de educación superior; la primera permite confirmar que las instituciones cumplen los requisitos que la ley establece para ser considerada una institución del sistema, lo que no requiere ningún ranking; la segunda permite examinar en profundidad cada caso, considerando mejor la función de docencia y una serie de mecanismos alternativos de evaluación de la investigación, considerando los objetivos y la pertinencia local de cada institución de educación superior", dijeron los promotores de la iniciativa, que se concretó en enero de este año.
A los críticos de la situación actual de la educación superior se suma el ex rector de la Universidad Andina e historiador, Enrique Ayala Mora, quien fue blanco de las sátiras de Correa en el marco de las "académicas" sabatinas. Ayala Mora, quien se mantiene en la Universidad Andina como profesor e investigador, explica por qué, en su opinión, el correísmo, que debe ser el Gobierno ecuatoriano con la más alta concentración de PhDs en la historia reciente, arremetió en contra de las universidades del país en forma que considera "ignorante" y ciertamente contraproducente.
¿Qué balance hace usted de la reforma universitaria del Gobierno de Rafael Correa?
Yo fui uno de los grandes luchadores de una reforma universitaria, pero cuando Correa aplicó su esquema totalitario y autoritario en laConstitución primero y luego en la Ley de Educación Superior, empezó el enfrentamiento con el correísmo. Se pensaron reformas orientadas a domesticar al sistema universitario, con rectores silenciosos, con profesores en un escalafón irracional, con estudiantes chantajeados por el miedo. El balance es negativo en el sistema de ingreso, en establecer un sistema de "capos" al eliminar las elecciones internas de decanos, se han hecho daños que tomarán años en corregirse.
"Se pensaron reformas orientadas a domesticar al sistema universitario, con rectores silenciosos, con profesores en un escalafón irracional, con estudiantes chantajeados por el miedo".
¿Cómo ve usted los anuncios del secretario Augusto Barrera sobre realizar una serie de reformas que permitan una mayor autonomía de las universidades?
Conozco a Barrera y creo que tiene una actitud de apertura que ya la está aplicando, al preparar un proyecto urgente de reforma de la Ley. Espero que Barrera se pueda sobreponer al feroz aparato de control sobre el sistema universitario que dejaron Correa y Ramírez. Hay que cambiar la concepción de la relación de la Universidad con el Estado. No puede haber un ministerio que dispongan qué hacen las universidades, actualmente no hay un sistema autónomo ni organismos que lo represente. Esperamos que se pueda romper el difícil cerco de corrupción y autoritarismo correísta.
¿Qué cambios cree usted que se deben hacer al actual esquema?
Los cambios son inmensos. Puedo mencionar muchos y aún así van a quedar pendientes. En primer lugar, hay que tirarse abajo ese mamarracho, ese adefesio llamado Código Ingenios, que lo que ha hecho es burocratizar y estatizar la creación científica, pues es una barbaridad, un acto fascista de ignorantes, de gente obsesionada por el poder, el haber puesto ese ámbito bajo control del Estado. Eran gente sin idea de cómo funcionan ni la ciencia ni el sistema educativo.
En segundo lugar, se necesita una reforma urgente de la Ley de Educación Superior, y con el tiempo crear una nueva Ley de Educación Superior. Se debe cambiar la integración de los organismos del sistema, los miembros del Consejo de Evaluación y Acreditación deben ser independientes, con concursos con independiencia y calidad. No puede seguir nombrando el Ejecutivo a tres integrantes. En el Consejo de Educación Superior debe tener la representación de las universidades, la idea de que uno no puede ser juez y parte es estúpida, pues ese criterio aplica solo para el ámbito de lo judicial. Las universidades tienen el derecho de formar parte del organismo que las regula. Se debe reducir la influencia de la Senescyt, para que no se comentan abusos, debe regular las titulaciones, pero no hasta el contenido de los programas. Otro cambio es la clasificación de las universidades, crearon un sistema inaplicable que las clasifica por el número de doctores que tienen, que es una barbaridad que solo se les pudo ocurrir a gente que no vio una universidad de calidad en su vida, y se debe mejorar la evaluación, porque se ha vuelto un sistema burocrático que no evalúa contenidos. La Universidad Andina, que es la única internacionalmente acreditada, pudo presentar a la comisión que la evaluó las tesis de sus graduados para probar su calidad.
"En el Consejo de Educación Superior debe tener la representación de las universidades, la idea de que uno no puede ser juez y parte es estúpida, pues ese criterio aplica solo para el ámbito de lo judicial. Las universidades tienen el derecho de formar parte del organismo que las regula".
Se hizo una reforma a la Ley de Educación Superior para perjudicar a la Andina y a algunas universidades privadas, para que dejen de recibir dinero del Estado. Eso se debe eliminar, pues son disposiciones discriminatorias e inconstitucionales.
En el tema del ingreso, hay que cambiar la Ley, lo que implica un cambio en la concepción del bachillerato, el ministerio de Educación debe volver a controlar los normales. Estos señores dijeron ser alfaristas y destruyeron el normalismo. El normalismo estaba en todo el Ecuador, y se ampliaba la oferta alternativa a la educación superior. Lenin Moreno ha hablado de crear institutos superiores, pero se debe evaluar los que ya existían, que estaban vinculados a los colegios técnicos. En Imbabura, por ejemplo, grandes institutos superiores de calidad fueron suprimidos, como el Daniel Reyes y el Luis Ulpiano de la Torre, eliminados con una ignorancia digna de Judas Iscariote. Se cargaron al normal de San Pablo, elogiado por la Unesco. Yo siempre he luchado contra el relajo del libre ingreso, pero debemos recuperar nuestras grandes instituciones.
Usted ha hablado de una reforma de "ignorantes". Pero el correísmo siempre presumió de una mentalidad de Primer Mundo y de que mientras más PhDs que estudiaran en el extranjero tuvieran nuestras universidades mejores serían. ¿Cómo se explica esa aparente contradicción?
En 1982 obtuve mi doctorado en una de las mejores universidades del mundo, la de Oxford. A mí no me pueden acusar de tener una formación de pacotilla. Yo he producido más de 28 libros, mi vida académica es dedicada, sé de lo que estoy hablando. En dos años escribí más libros que Correa en toda su vida, y tengo más artículos indexados que todos los Ramírez juntos. Ellos vendieron al país un supuesto modelo de universidad del primer mundo, y su modelo era realmente unas universidades de dudosa categoría de Corea del Sur. El Ecuador necesita una universidad ecuatoriana de calidad, no una modernización refleja. No se trata de tener un Harvard, aquí necesitamos una universidad de calidad mundial pero destinada al Ecuador. Supuestamente han apoyado el doctorado, pero no hicieron nada, dieron becas a troche y moche, pero muchos fueron a estudiar cosas que no debían, no terminaron y nadie les controló. Trajeron profesores jubilados españoles a decir lo que les da la gana y a eso le llamaron "viejos sabios", sin mencionar el Yachay.
En Ecuador se fundó en 1871 la primera Politécnica de América, pero en lugar de potenciarla, fueron a hacer en Imbabura un proyecto inviable, hecho por ignorantes que pueden tener todos los PhDs que tengan pero ni siquiera vivían aquí. Vinieron a hacerse el agosto en el Ecuador, a dar clases por Skype, gente a la que no le interesa el país, como que no hubiera ecuatorianos de calidad. En la Andina hemos hecho una gran institución, y hay otras como la Central, la Politécnica, la de Cuenca, y en lugar de eso se sacaron de la manga cuatro adefesios llamados "universidades emblemáticas" que solo le quitaron plata a la Universidad ecuatoriana. Esta gente que no fue nunca ni presidente de curso se puso a dirigir el sistema de educación superior.
Ellos se pusieron a intervenir universidades, a imponer un escalafón absurdo, de todo eso debemos salir.
Hablando de Yachay, se ha despedido a los académicos extranjeros, pero, ¿qué debe hacerse con Yachay? ¿Este supuesto MIT criollo tiene futuro?
Se debe hacer una evaluación en serio. No conocemos lo que sucede ahí. Han tenido cuatro o cinco rectores despistados, no han respondido del proyecto, van a tener que demoler un edificio mal construido. Expropiaron cuatro mil hectáreas que ahorra arriendan de manera ilegal.
Se debe preguntar a las instituciones que funcionan en el Ecuador si pueden hacerlo mejor. Estoy seguro que la Politécnica puede ofrecer mejores doctorados con menos costos. No necesitamos un señor de la Nasa que gane 16 mil dólares por dar clase por Skype, y cuando le trincan, se pone bravo y se va.
"Se debe preguntar a las instituciones que funcionan en el Ecuador si pueden hacerlo mejor. Estoy seguro que la Politécnica puede ofrecer mejores doctorados con menos costos. No necesitamos un señor de la Nasa que gane 16 mil dólares por dar clase por Skype, y cuando le trincan, se pone bravo y se va".
La Universidad de las Artes de Guayaquil también se debe evaluar. Siempre he pensado que, si se trata de un centro especializado, debe denominarse "escuela superior", como es el caso de las politécnicas. De todas maneras, mi opinión es que Guayaquil necesita otra universidad pública, la que alguna vez se pensó establecer con el nombre de José Joaquín de Olmedo.
En Cañar pusieron un pegote para estudiar Educación en pregrado, cuando debieron producir profesores en los normales y en las facultades de Educación. Otro ejemplo de que esta gente es ignorante y no sabía qué hacer.
Todo lo invertido ahí habría producido mejores resultados en el sistema de educación superior.
El correísmo tenía una suma de ideas contradictorias: por un lado un confeso antiyanquismo y por otro una cierta fascinación por la academia extranjera en general y norteamericana en particular. ¿Cómo entender esto?
Correa primero dijo que no era antiimperialista, que creía que era un anacronismo. Luego se fue a abrazar de esa sarta de criminales que han destruido Venezuela a nombre de un socialismo que no es tal. Esa contradicción habría que preguntarle a Correa, pero una cosa es tener una buena relación con la academia extranjera y otra tener una suerte de complejo, como el de Correa, que buscó doctorados honorarios donde no pudo ser profesor efectivo. Debemos tratar de igual a igual a los colegas extranjeros, en América Latina no estamos retrasados en Ciencias Sociales, ni en algunos aspectos en ciencias exactas y naturales, lo que nos falta es recursos. Ver a lo externo como lo mejor, y querer parecerse a universidades de medio pelo de Corea del Sur nos ha llevado a esto. Correa gobernó diez años y deja el país en quiebra. A pretexto de reforma universitaria destruyeron la educación superior, pero el balance es negativo. Hay más estudiantes sin universidad que cuando llegaron. Se sabía que hay un explosión demográfica e iba a haber más alumnos, y lo único que hicieron fue crear un embudo. Han subido el número de doctores, pero hay personas con doctorados sin nivel. En vez de potenciar el doctorado para que sean investigadores de punta, los convirtieron en administradores. Volvieron al doctorado una alcahuetería, un requisito para ser autoridad y no un eje de la investigación. El rector de la Universidad de Oxford no tiene título de doctor actualmente.
Se deben reformar políticas de Estado: bachillerato, sistemas de ingreso, entre otros temas. No puede ser que el examen para validar el bachillerato sea el sistema de ingreso, es otra barbaridad. Se desliga a los estudiantes de sus familias, se desconoce la autonomía de las universidades al controlar los ingresos. El daño es tan grande que no va a haber resultados inmediatos, tomará años componer nuestro sistema universitario y ponerlo en el curso que todos esperamos.
[RELA CIONA DAS]



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