

Fotomontaje referencial: PlanV
En la madrugada del pasado 10 de marzo, Carolina* bajó la velocidad de su vehículo en la Av. Simón Bolívar, a la altura del camposanto de Monteolivo. Un primo suyo se sentía mal. Se estacionó y enseguida observó que otro auto se acercó y se ubicó atrás suyo.
Cuando ya estaba muy cerca, Carolina intentó acelerar porque le pareció sospechoso, pero los asaltantes ya la habían abordado. Eran cuatro hombres con pistolas y navajas, que la amenazaron y abrieron las puertas de su vehículo. La obligaron a subirse en el asiento de atrás. Un quinto asaltante, que se quedó en el otro auto, los custodió.
Los hombres armados forzaron a Carolina y a su primo a que se sacaran los zapatos. Les rebuscaron completamente hasta quitarles todas sus pertenencias y les pidieron las claves de sus celulares. “Como te ponen una pistola en la cabeza, ¿qué haces? (...) Si no te acordabas una clave, te pegaban. Agradecí al cielo por haberme acordado todas las claves que tenía”.
Carolina tenía un IPhone al que accedía con reconocimiento facial. Los armados le acercaron el celular y lo desbloquearon. Enseguida buscaron la aplicación de la banca móvil y pidieron la clave a la joven. Carolina tenía allí dos cuentas. En una de ellas, tenía USD 4.000. Su primo, en cambio, contaba con USD 600.
Los asaltantes accedieron a las cuentas de ambos y empezaron a hacer transacciones desde la aplicación bancaria. Primero enviaron USD 1.000 de Carolina a la cuenta de su primo para sacar el dinero a través de cajeros automáticos. Mientras esto sucedía, en medio de la Ruta Viva pararon y trasladaron a las víctimas al otro vehículo implicado en el secuestro exprés. Y se llevaron el auto de Carolina.
Luego, siguieron usando la aplicación móvil. Los armados hicieron dos transferencias, una por USD 1.000 y otra por USD 500, a cuentas bancarias de dos menores de edad, domiciliadas en Los Ríos. Estas cuentas habían sido abiertas en línea, donde solo se necesita la cédula, ser mayor de 18 años y la cámara del computador o del teléfono para comprobar la identidad. En la cuenta de Carolina solo dejaron USD 500 para sacarlos por cajero automático. “Tenían todo fríamente calculado”.
El tiempo del secuestro exprés
Carolina cree que el tiempo de este tipo de secuestros depende de la cantidad de dinero que tienen las víctimas en sus cuentas bancarias. Entre más dinero, más tiempo se quedarán con la persona hasta vaciar sus ahorros. En el caso de Carolina, el secuestro duró cinco horas, entre las 02:00 y las 07:00. Cuando tuvieron todo el dinero, botaron a las víctimas en el sur de Quito.
Con esto coincide el coronel Wilson Zapata, jefe de la Unidad Nacional de Investigación Antisecuestros y Extorsión (Unase). Es un tipo de secuestro por un tiempo corto en el que los delincuentes tratarán de hacer los avances en efectivo máximos que les otorgan las tarjetas de crédito o de débito de sus víctimas, además de robarles todo lo que tienen en las cuentas bancarias.
La Policía llama a este tipo de secuestros como de "oportunidad". En el Código Orgánico Penal Integral (COIP) no existe el secuestro exprés, pero se lo trata como un secuestro extorsivo, que está tipificado en el artículo 162 de esta norma. El coronel Zapata manifiesta que este delito sí es extorsivo porque los delincuentes obligan a las víctimas a entregar su dinero a cambio de su liberación. En algunos casos ha sido investigado como un robo agravado, según cómo lo determine el fiscal.
El secuestro exprés o de "oportunidad" es una de las modalidades que ha empezado a proliferar en los últimos meses en el país, según el jefe policial. Se caracteriza porque le puede ocurrir a cualquier persona de cualquier estatus social. Una vez que los secuestradores retienen a la víctima, en ese momento hacen un estudio de cuánto dinero obtendrán de ella, tras revisar sus cuentas y tarjetas. Por lo general, en este secuestro no solicitan dinero a los familiares y ocurre en las noches, según Zapata.
Esta modalidad se diferencia del "secuestro selectivo", donde los grupos delictivos hacen un estudio previo de sus víctimas y su posición económica, y luego exigen a su familia un pago a cambio de su libertad.
Al revisar la evolución de los secuestros extorsivos (que incluye los selectivos y de oportunidad), el 2023 es el año con el mayor incremento. Sólo entre enero y el 10 de mayo, la Unase ha registrado 40 casos, una cifra igual a la que se reportó en todo el 2022.
Tras la liberación, Carolina pidió ayuda a la Policía. Un uniformado le prestó su celular para que ella pudiera cancelar sus tarjetas y bloquear sus cuentas. La llamada duró unos 20 minutos porque el banco le describió cada uno de los movimientos de sus cuentas, algo que molestó a la víctima por la llamada tan larga. Una vez que Carolina llegó a su casa, volvió a llamar al banco para terminar de informar sobre "las transacciones no reconocidas". El banco le devolvió la mayor parte de su dinero, menos lo que sacaron a través del cajero.
Ese fin de semana sucedió otro caso similar. Un día después del secuestro exprés de Carolina, la pareja de abogados, Mauricio Martínez y Vanessa Egas, también pasaron por una retención similar. En esa ocasión, nueve armados los asaltaron y se los llevaron hasta realizar retiros desde cajeros automáticos. En la banda, que fue capturada, había dos menores de edad. Un niño, de 13 años, estaba relacionado con el asesinato de un policía en Esmeraldas. La niña, de la misma edad, era la encargada de los retiros bancarios.
Los esposos Mauricio Martínez y Vanessa Egas fueron secuestrados en la Ruta Viva, el 11 de marzo. En la banda que cometió el delito participaron dos menores de edad. Foto: El Universo
La Unase ha liberado a 58 ciudadanos en lo que va del 2023 y ha detenido a 74 personas involucradas en secuestro extorsivo. En el mismo periodo del año pasado, esta unidad especializada de la Policía ayudó a 13 personas y capturó a otras 15.
Dos cuentas bancarias, una de las recomendaciones
Carolina, tras su experiencia, dice que ahora ya no sale de su hogar después de las 21:00. Y sugirió a su familia no llevar consigo documentos innecesarios como las tarjetas de crédito, no tener dinero en una sola cuenta y usar una cuenta secundaria solo para los gastos diarios. También descargó la aplicación bancaria, pero esta vez en un dispositivo que no lo saca de su casa.
Expertos en seguridad digital, consultados por Plan V, coinciden con algunas de estas recomendaciones. Por ejemplo, Pablo Arcuri, experto en seguridad digital de la organización internacional Internews, dice que lo primero es asegurarse que la aplicación bancaria esté instalada en un teléfono libre de virus y que no sea usado para descargar juegos o aplicaciones innecesarias. Coincide en que el ciudadano puede tener esta aplicación en un teléfono distinto al que se usa regularmente.
La estrategia de tener dos cuentas separadas es otra posibilidad. Por ejemplo, pedir al banco una cuenta —donde el usuario pueda tener la mayor parte de su patrimonio— que no tenga acceso a canales digitales. O en su defecto que esté vinculada a un celular o correo electrónico más privados, que los pueda usar en su casa. Esto con el fin de que los atacantes, al revisar el correo electrónico más público en el celular robado o durante el secuestro, no sepan que existe una cuenta privada.
Foto referencial
Mientras que, en una segunda cuenta, el ciudadano puede tener montos de hasta tres cifras para los gastos más urgentes y esta sí podría estar conectada a su número y correo electrónico más usados. Otra opción es tener el dinero en pólizas, a plazo fijo.
El coronel Zapata también recomienda el uso de dos cuentas. “Es necesario no tener el dinero de sus ahorros en una sola cuenta. Si es víctima de secuestro exprés, que en otros países se conocer como paseo millonario, cuando revisen su cuenta solo vean el dinero que tiene disponible para su consumo diario. A menos que vaya a realizar una compra, no porte las tarjetas de crédito sino solo su tarjeta de débito”.
En Ecuador, la mayoría de bancos tienen el servicio de aplicación móvil. Pero los expertos recomiendan a los usuarios no tenerla en un dispositivo tan vulnerable como el celular. Los usuarios no solo pueden sufrir secuestros exprés, sino también robos. Los asaltantes tienen conocimientos tecnológicos que podrían vulnerar sus contraseñas.
Si la persona necesita hacer transacciones en línea, los expertos surgieren hacer a través de la banca web en su casa, que es un espacio seguro. O hacerlo a través de la aplicación móvil, que también esté en un celular o iPad que solo lo tengan en su hogar.
Pero hay quienes prefieren no tener ninguna aplicación bancaria. Una usuaria, que prefirió el anonimato, contó a Plan V que una vez solicitó a su banco que bajo ningún concepto se cree un usuario para banca electrónica y que no quiere tener la aplicación móvil en su teléfono. Pero le informaron que no podría ingresar a ningún lado sin el generador de claves que tiene la aplicación. “Tuve que ir a demostrar que no tenía teléfono inteligente para que me manden un código por teléfono”. Ella cree que tener o no tener banca electrónica debería ser una decisión del usuario y no del banco.
Sugerencias para prevenir o proceder en caso de secuestro
- Si en la noche su vehículo se daña en medio de la carretera, puede llamar al 911 para que una patrulla pueda resguardarlo hasta que llegue la grúa o la ayuda mecánica, recomienda el coronel Zapata.
- Si ya se produjo el secuestro, llamar al 911 para denunciarlo y obtener ayuda la Unase, especialista en el manejo de este tipo de situaciones. En el caso de los secuestros selectivos, nada garantiza que hacer un pago para la liberación de un familiar, este se cumpla, dice el coronel Zapata. O que este sea el único pago requerido.
- Estar alertas cuando hay movimientos extraños cerca a los cajeros bancarios para evitar robos o estafas.
Sugerencias para su banca móvil
- No ingresar a su banca móvil o web desde ciber cafés o redes públicas como las que tienen los aeropuertos.
- Al ingresar a la web, siempre asegurarse que es la página oficial del banco y no una página falsa para evitar lo que se conoce como ‘phishing’, que es un tipo de estafa que tiene como objetivo obtener a través de internet datos privados de los usuarios, especialmente para acceder a sus cuentas o datos bancarios.
- Arcuri recomienda activar la autentificación de dos pasos, en lo posible que no sea a través de mensajes de SMS que podrían ser capturados o intervenidos. La mejor opción, asegura, es que esos códigos lleguen al correo de la persona.
- También podría instalarse en el celular una aplicación para cambiar el ícono de su banca web y de esa manera esconderla. Pero hay que tener cuidado con esas aplicaciones porque pueden tener virus. Arcuri sugiere la aplicación Microsoft Launcher, que está disponible en Android. En este link está un manual.
*Identidad protegida
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