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27 de Septiembre del 2022
Historias
Lectura: 17 minutos
27 de Septiembre del 2022
Redacción Plan V
Dos indicios y el rastreo de la señal del celular de Cáceres llevaron al cuerpo de María Belén Bernal
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El lugar donde fue hallado el cuerpo de María Belén Bernal está a 15 minutos de la Escuela de la Policía en auto. Germán Cáceres, acusado del femicidio, sigue prófugo. Fotos: Luis Argüello / PlanV, Cortesía y Policía Ecuador

 

Este es una reconstrucción sobre cómo se dio con el paradero del cuerpo de María Belén Bernal en el cerro Casitagua. Hubo acciones tardías: la búsqueda de la abogada y el rastreo de la señal telefónica de Germán Cáceres, acusado del femicidio, empezaron cinco y ocho días después de la desaparición de María Belén, respectivamente.



El Casitagua es silencioso. La vía lastrada que lo atraviesa luce desolada. Es viernes y casi no hay movimiento en este cerro, usado para el entrenamiento de los cadetes de policías. A dos días del hallazgo del cuerpo de la abogada María Belén Bernal aún había restos de la cinta amarilla que dejaron los equipos de investigación para impedir el paso hasta la zona del fatal hallazgo. 

El miércoles, 21 de septiembre, el ambiente era otro. El cerro recibió decenas de visitantes, entre periodistas, equipos forenses, agentes de la Policía y Fiscalía y los familiares de María Belén. Un día antes, un coronel afirmó a Elizabeth Otavalo, madre de la abogada, que habían encontrado indicios y que al día siguiente buscarían en el Casitagua. “¿Cuáles son esos indicios?”, le preguntó Elizabeth. Pero el oficial se negó a darle detalles. La madre reveló -en sus comparecencias en la Asamblea- que a la 01:00 de ese día hubo personal que fue al cerro, sin un miembro de la familia. 

Según la cronología de la Policía, a las 10:00 de ese miércoles, se hizo el levantamiento de esos indicios. Uno de ellos fueron dos cobijas dentro de una bolsa de basura. La Fiscalía publicó una fotografía de esos objetos. Los agentes abrieron las cobijas -que no fueron enterradas- en medio del bosque y observaron su estado. El otro, fue una toalla con manchas color marrón. Las dos evidencias fueron encontradas a metros del lugar donde estuvieron los restos de María Belén.  


Esta es una de las dos cobijas que los agentes encontraron a metros del cuerpo de María Belén. Estaban en una funda de basura. Foto: Fiscalía

Desde tempranas horas, el lugar estuvo fuertemente custodiado. La vía permaneció interrumpida por vehículos oficiales y un gran piquete de policías. Hasta allá llegó el exministro del Interior, Patricio Carrillo, quien salió de forma apresurada en una moto mientras hablaba por teléfono. Días después explicó que, por la falta de señal, debió salir para atender una llamada de la Presidencia. En una camioneta se vio salir Elizabeth Otavalo, madre de María Belén, y a pie lo hicieron sus abogados visiblemente conmocionados. 

Alrededor de 180 uniformados estuvieron en el Casitagua el día que fue hallado el cuerpo. Foto: Policía Ecuador


Foto: Policía Ecuador

El sector prácticamente está deshabitado. En las faldas de este volcán inactivo están la Escuela Superior de Policía “General Alberto Enríquez Gallo”, los barrios La Campiña, San Gregorio y otras urbanizaciones. De esta zona urbana nace una vía adoquinada hacia el cerro que luego se funde con el camino lastrado. En medio del trayecto, hay una solitaria casa campestre rodeada de algunos cultivos.

En las faldas del Casitagua, está la Escuela de la Policía (techos azules). También hay urbanizaciones.

Pero la mayor parte de ese trayecto, está rodeada de un bosque de eucaliptos. La hierba seca se retuerce y suena con cada pisada. Los zancudos son inclementes. Aunque el punto donde fueron abandonados los restos de María Belén está a 3.070 metros del nivel del mar, la temperatura en días soleados alcanza los 20 grados centígrados. 


La vía lastrada serpentea por toda la montaña hasta su cima. Foto: Luis Argüello / PlanV

María Belén fue hallada en una zanja a solo 20 pasos de la vía. La zanja es una formación natural, seca, que serpentea por la montaña. En uno de sus extremos, los equipos de búsqueda dieron con el paradero del cuerpo. 

El círculo muestra el lugar exacto donde fue enterrado el cuerpo de la abogada, en medio del bosque de eucaliptos. Fotos: Luis Argüello / PlanV


En la zanja donde se encontraron los restos de María Belén, existe una excavación de 1,5 metros.

El Casitagua está formado por suelo volcánico, con capas duras de arena, mejor conocidos como cangahua (o tierra estéril). Este tipo de suelo se erosiona fácilmente con el agua, que puede dar origen a grandes zanjas, explica Ramiro Garrido, experto en montaña. 

Al fondo de la zanja, existen aún evidencia de una excavación. El cuerpo de la abogada había sido enterrado 1,5 metros, confirmó a PlanV el abogado de la familia, Galo Quiñones. Aún hay huellas de ese trabajo: las raíces de los árboles y plantas están cortadas. Posiblemente, el sospechoso usó una pala u otras herramientas, que deberán definir las investigaciones. 


En la zanja aún está la huella de la excavación y el corte de las raíces de los árboles del lugar.

El cuerpo de María Belén estuvo en el asiento trasero de su auto

El Comandante de la Policía, general Fausto Salinas, aseguró que el teniente Germán Cáceres llegó a ese lugar en el vehículo de María Belén. Ella dejó su auto en el estacionamiento de la Escuela de la Policía después de que le fuera permitido el ingreso hacia a las 01:12 del domingo 11 de septiembre. Salinas, en una entrevista con PlanV, contó que la abogada pasó para dejar comida a su esposo. Pero minutos después hubo una discusión. 

Según la versión de la cadete Joselyn S., hoy procesada por femicidio junto al policía, María Belén pidió a Cáceres que la soltara. Escuchó gritos y caer cosas por 20 a 25 minutos. Hasta que hubo un silencio de 10 minutos más. Después escuchó pasos y el arrastre de algo por las escaleras. “Ella fue masacrada”, describió Quiñones el estado del cuerpo de su colega y amiga. María Belén, después de ser golpeada, fue asfixiada y estrangulada con una llave alrededor de su cuello. Fue enterrada con una funda en su cabeza. Sus manos tenían lesiones causadas por sus intentos de defenderse. 

“Tuvieron la oportunidad de hasta arreglarle, su cuerpo enterrado, deformado por los golpes, y ahorcada”, relató casi sin aire Elizabeth ante los legisladores. Contó que fue hallada con su pijama y que posiblemente alguien le llamó para que acuda a la Escuela. “Imposible que haya sido una sola persona (la que la enterró). A mi hija la asesinan vilmente”, dijo quebrando su voz, pero reponiéndose rápidamente.

En la línea de tiempo, hay tres registros importantes sobre lo que hizo Cáceres el 11 de septiembre. Según las investigaciones, el crimen pudo haber ocurrido entre la 01:20 y la 01:40 de ese día en la habitación N. 34 de Cáceres. El policía sacó el cuerpo del dormitorio en circunstancias aún no claras. Después, lo habría colocado en el asiento trasero del vehículo de María Belén. En ese lugar del auto, las pruebas de luminol dieron positivo, es decir se encontró sangre. 


Las cámaras de la prevención de la Escuela de la Policía registraron los movimientos de Cáceres el domingo 11 de septiembre.

En un conversatorio con medios, una ex alta autoridad informó que Cáceres se habría descargado un manual para manejo de cadáveres. Gonzalo Matovelle, también defensor de la familia de María Belén, lo confirmó

El cuerpo pudo haber pasado en el vehículo desde la madrugada hasta la noche del domingo, dijo la misma ex alta autoridad. Después del femicidio, Cáceres usó tres veces el vehículo de su esposa, un Haval H6 gris. El primer registro es de las 12:05 del mediodía.  A esa hora salió del recinto policial y regresó 40 minutos después. La fuente presumió que, en ese lapso, el policía compró materiales como bolsas de plástico y tijeras. 

Cáceres, quien estaba de turno ese fin de semana, terminó su jornada laboral en la tarde del domingo y a las 19:45 dejó la Escuela. En ese momento, llevó el cuerpo al cerro Casitagua. El general Salinas explicó -en una entrevista en la radio FM Mundo- que Cáceres ingresó a esa área y estuvo allí durante dos horas y media aproximadamente. En ese lapso, el policía habría enterrado el cuerpo y regresado a la casa de ambos, en Conocoto, pero ya sin María Belén. 

Los rastreos y las preguntas 

¿Por qué no se pudo localizar pronto el cuerpo de María Belén? El abogado Quiñones considera que la búsqueda se volvió complicada porque el cuerpo estuvo enterrado 1,5 metros. Pero también fue un inconveniente las acusaciones mutuas entre la Policía y la Fiscalía que retardaron las investigaciones.

El general Salinas explicó que hubo un plan que fijó un perímetro de búsqueda, según la distancia que pudo haber recorrido en esas dos horas media después de terminar su turno en la Escuela de Policía. Cáceres, hoy prófugo, afirmó que dejó a su esposa en la avenida Simón Bolívar donde supuestamente ella habría tomado un taxi. Pero esa versión de los hechos fue contradictoria y levantó sospechas.

La primera vez que hubo una búsqueda fue el jueves 15 de septiembre, cinco días después de la desaparición de la jurista. Antes solo hubo un sobrevuelo por el sector. Lo primero que se hizo fue explorar los accidentes geográficos aledaños, donde también estuvo el general Salinas y los directores de la Dirección General de Investigaciones de la Policía y de la Dirección Nacional de Investigaciones de Delitos contra la Vida (Dinased).

Elizabeth cuestionó desde inicio estas primeras búsquedas porque se hicieron sin equipo y sin una ruta trazada. “Vamos a buscar ahí porque, al parecer, él conocía, se iba con los cadetes a dar instrucciones”, le dijeron los primeros días. Sus reclamos llegaron hasta el viceministro del Interior con quien habló personalmente. “Señora ya le estamos dando (un equipo)”, le dijo. Esto lo recordó en su comparecencia en la Asamblea. Tras sus exigencias, se formaron quipos con policías, bomberos y personal del Municipio de Quito.

El viernes 16 de septiembre, hubo una llamada.  Al 1800 Delitos, de la Policía, una ciudadana denunció que María Belén podría estar ‘en el árbol solitario de la Escuela Superior de Policía’. Por esa llamada, la denunciante habría recibido amenazas

En realidad, el árbol solitario al que se refiere era una antigua referencia cerca al cerro de la montaña. Estaba solo, pero ahora existe un bosque en ese lugar. En Google Maps aparece su ubicación exacta, pero está 2,5 km en línea recta o a 40 minutos en auto del lugar donde fue hallado el cuerpo de Bernal. Ese día, hubo la orden de realizar búsquedas en las quebradas del sector San Gregorio, en Pomasqui, y en San Antonio de Pichincha. La Fiscalía confirmó que uno de los grupos de búsqueda se había dirigido hacia allá.

El 18 de septiembre, ocho días después de la desaparición de Bernal, hubo una reunión entre el director de la Dinased y analistas para verificar las rutas telefónicas. El policía Cáceres había entregado su celular a la Fiscalía cuando rindió su versión antes de darse a la fuga. Ese mismo día, técnicos confirmaron que las celdas a las que se conectó el celular de Cáceres cubrían la parte superior de una quebrada arriba de la urbanización San Gregorio. 

Los investigadores pudieron rastrear la ruta que marcó su celular, según la red a la que se conectó. El celular es como una radio que busca la antena más cercana para funcionar. Cuando hubo conexiones a 2G entendieron que era una zona rural como el cerro Casitagua. Se conoce que Cáceres apagó en ciertos tramos de la ciudad su celular. 

También ese domingo, se obtuvo el registro de una cámara del ingreso de Cáceres en el vehículo a la urbanización San Gregorio, que está en camino hacia el Casitagua. El 20 de septiembre, las búsquedas llegaron a la quebrada de Tacsana, también el sector de San Gregorio, hacia el sur y solo a 13 minutos de la zanja donde fue hallado el cuerpo de María Belén. La búsqueda estaba llegando a su fin. 

El camino del cadete

El Casitagua ofrece una gran oportunidad de entrenamiento para los cadetes. En un recorrido de poca distancia, pueden ganar altura y fortaleza física, explica Garrido. El viernes pasado, un grupo de cuatro aspirantes a policía bajaban del cerro con su uniforme y fusiles. Todos jóvenes. Se ofrecieron a ayudar a un taxista varado en el camino lastrado. Después, desaparecieron por un camino dentro del bosque. 

Esa ruta que cruza la montaña se la conoce como el ‘camino del cadete’. Los aspirantes a policías y sus entrenadores conocen muy bien el sector, como Cáceres quien era instructor en la Escuela Superior de Policía. 

Pero esta no es la primera vez que el Casitagua es protagonista de una fatal historia. Tras el femicidio de Bernal, usuarios en Twitter han recordado las declaraciones del teniente Hugo España, un exagente del extinto Servicio de Investigación Criminal (SIC-10) de la Policía y uno de los testigos de la tortura de los hermanos Restrepo en instalaciones policiales. 

En una entrevista para Ecuavisa, en 1996, España se refirió al Casitagua. Dijo que en la montaña que está tras la Escuela de Policía había supuestamente un cementerio con los cuerpos de los investigados por el SIC-10. “Cinco o seis compañeros subían con dos o tres personas que estaban muertas, envueltos en saquillo, envueltos como en palanquetas”, dijo a los periodistas Rolando Panchana y Carlos Vera. Pero no hay registro de que esto se haya confirmado. 

¿Qué ocurrió en el Casitagua y en la Escuela de la Policía? Elizabeth tiene claro que esa respuesta no la tendrá si agentes de esa misma institución son parte de las investigaciones. En la Asamblea, pidió políticas correctas “que nos salven” porque ahora le tocó a ella, pero mañana puede ser cualquiera. Eso le quedó claro en el velorio de su hija. La madre, según relató, carga en su espalda el dolor que le dejaron los apretones y palmadas que recibió de decenas de personas que hicieron fila para darle el pésame. Muchas mujeres le susurraron al oído: “a mí también”.

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Dos indicios y el rastreo de la señal del celular de Cáceres llevaron al cuerpo de María Belén Bernal
 


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