
Daniela Chacón dirige la ONG Tandem, un centro de investigación que genera acciones e ideas para impulsar la tranformación de las ciudades y promueve la participación de los ciudadanos para que colaboren en los problemas de su comunidad. Fotos: Gabriela Muñoz
Esta es una historia “a corazón abierto” y quizá una de las entrevistas más honestas de esta serie de perfiles de mujeres que desde sus espacios buscan hacer cambios, transformar, enderezar, incidir en este complejo y volátil país.
Y cuando una mujer decide participar activamente y llega al poder en la política ecuatoriana debe procesar y trabajar con lo que eso implica y cuesta.
Luego de siete años de que Daniela Chacón fuera designada vicealcaldesa de Quito (cuando tenía 32 años), reflexiona y hace una radiografía de su paso por el Municipio de Quito, con todos sus claroscuros.
“Estudié Administración Pública en la Universidad George Washington, había trabajado en un municipio de Estados Unidos. Llegué al país con muchas ilusiones y sueños. En esa época era ingenua. Toqué muchas puertas, hablé con un montón de políticos que no solo me pusieron techos de cristal sino de hormigón armado, hasta que el movimiento Suma, que era una organización nueva, aceptó que les ayudara a construir el plan de gobierno. Es lo que me ofrecían y como yo no era conocida, empecé así”.
En un inicio, su apoyo consistía exclusivamente en participar en la elaboración de las propuestas para cambiar Quito. Luego, poco a poco empezaron a escucharla más en la organización. Se debían armar las listas y el nuevo movimiento político la incluyó para que fuera candidata a la concejalía. No la ubicaron primera.
Hay un estudio que hace la investigadora y consultora para ONU Mujeres, Flavia Tello, sobre La Participación de las mujeres en los gobiernos locales latinoamericanos: barreras y desafíos para una efectiva democracia de género, que analiza los casos de las mujeres que quieren llegar a cargos en sus localidades.
En las elecciones del 2014 Daniela ganó las elecciones y su nombre fue postulado para que sea la vicealdesa de Quito, cargo que ocupó hasta el 17 de agosto de 2016 cuando presentó su renuncia.
Tello indica que son numerosas, y demasiado arraigadas, las barreras que obstaculizan el empoderamiento de las mujeres y su participación en los espacios de poder.
No se trata sólo de “querer estar” sino de “poder estar” presentes en la toma de decisiones que afectan la vida cotidiana de hombres y mujeres.
En esto, dice Tello, tienen mucho que ver los partidos políticos y la tradición que aún se mantiene en dicho ámbito a través del cual se promueve y facilita el liderazgo masculino, relegando la participación femenina a un plano secundario, basado en una estrategia de “apoyo moral”.
“Las mujeres están éticamente mejor valoradas que sus pares varones, lo cual da cierta confianza a los electores cuando éstas respaldan un proyecto de gobierno durante las campañas electorales. No obstante, los hombres son mayoritamente cabeza de las listas de candidaturas y las mujeres son ubicadas al final de dichas listas con el propósito de cumplir, por un lado, con las cuotas legalmente impuestas y, por otro, demostrar la apertura de espacios a ambos sexos”, argumenta la investigadora.
En las elecciones del 2014 Daniela ganó las elecciones y su nombre fue postulado para que sea la vicealdesa de Quito, cargo que ocupó hasta el 17 de agosto del 2016 cuando presentó su renuncia por “diferencias de fondo con la política local”, escribió ese día en su cuenta de Twitter. Sobre el tema hay en Google más de 100 páginas que analizan el por qué de su renuncia y su rompimiento con el alcalde Mauricio Rodas. Incluso hay una tesis que está en el repositorio de la Universidad Andina Simón Bolívar sobre cómo manejó su imagen pública. Todo un hit mediático.
En una cafetería en el norte de Quito, esta mujer de ojos grandes, que casi no se maquilla y que tiene una voz firme, me cuenta todo lo que pasó, lo que tuvo que procesar y reconocer: el egoísmo en política, los celos en la política, la violencia política y la corrupción.
Daniela en su hogar, donde, dice, ha encontrado paz para trabajar en temas que profundizan su experiencia política.
“Apenas me posesioné una persona me dijo que quién me iba a llevar la ‘caja’. Cuando hice la campaña para disminuir el acoso en el transporte público de Quito, empezaron los celos en el Municipio. Luego, cuando decidí denunciar la opacidad y la falta de estudios técnicos en un proyecto que impulsaba Rodas, se activó un ataque agresivo, feo que incluyó la difusión por redes sociales de una foto en la cual un hombre me tocaba la pierna. Esto llegó a tal punto que cuando iba a un evento público un grupo de gente mostraba esa foto impresa en tamaño grande y me gritaba. Donde iba, ahí estaba esa foto ampliada. Así era el hostigamiento. Pero yo me mantenía firme y alzando mi voz. No me callaron”.
El último estudio de ONU Mujeres y el CNE sobre la violencia política de género en Ecuador, publicado en 2019, en el cual se entrevistó a 41 mujeres candidatas, simpatizantes o militantes, indica que al 66% le han hablado con aires de superioridad o con diminutivos o palabras que las minimizan, 54% han sido desprestigiadas con rumores durante la campaña electoral, 40% han sido agredidas por ser mujer, 36% han sido perseguidas por sus opiniones políticas, 36% fueron ridiculizadas públicamente y 32% ha sido víctima de la difusión de una imagen denigrante.
“La visibilización de la violencia política está directamente conectada con la denuncia y la ruptura del silencio. Es preciso que las mujeres fortalezcan su voz para responder a la violencia política. No es adecuado establecer niveles de victimización, sino fortalecer la voz y la capacidad de reacciónfrente a los ataques y acosos”, recomienda ONU Mujeres.
Cuando terminó la concejalía en el 2019, Daniela Chacón empezó a construir su propia fundación con apoyo de organizaciones internacionales. Se llama Tandem, un centro de investigación que genera acciones e ideas para impulsar la tranformación de las ciudades y promueve la participación de los ciudadanos para que colaboren en los problemas de su comunidad. Uno de sus proyectos emblemáticos es el Manual Aplicativo de Ciudades para Mujeres, una herramienta para que la sociedad civil y los gobiernos locales generen propuestas contra la discriminación y violencia de género.
“También tenemos el observatorio Quito, cómo vamos, que trabaja con data pública. Sin cifras no puedes construir políticas públicas adecuadas. Hace falta data para saber el impacto del incremento de los pasajes en el transporte urbano, por ejemplo. Es muy lindo todo lo que vamos logrando. Empecé la fundación trabajando con dos personas y con un montón de expectativa. Ahora empleo a siete personas”.
Confesión personal: Daniela reconoce que en esos cinco años de vicealcaldesa y concejala postergó temas personales, como tener familia. Tras la concejalía se casó y hoy busca ser mamá. Respira profundo antes de conversar el tema. Ha probado con técnicas de fertilización y también ha empezado a visitar centros de adopción.
Daniela abre su corazón para mostrar todos los ángulos de cuando una mujer ingresa en la política. Para que las mujeres no tengan miedo y digan en voz alta lo que piensan.
Dice que está feliz porque encontró una pareja maravillosa y un bello perro rescatado, de pelaje blanco, llamado Churchil, que tiene cuenta en Instagram. Para dejar a un lado su capítulo Municipio de Quito empezó a escalar montañas, caminar por el bosque, a olvidarse los fines de semana de la ciudad. “Empecé nuevamente a reconectarme, a sanarme”.
Daniela abre su corazón para mostrar todos los ángulos de cuando una mujer ingresa en la política. Para que las mujeres no tengan miedo y digan en voz alta lo que piensan. Para que más mujeres se involucren en procesos que construyan igualdad de oportunidades y mejores condiciones de vida para las mujeres y en una conciencia de género en las sociedades actuales.
Las mujeres, no pueden, ni deben, estar ausentes de la construcción de sus ciudades.
@GabyMunoz777
[RELA CIONA DAS]
NUBE DE ETIQUETAS
[CO MEN TA RIOS]
[LEA TAM BIÉN]




[MÁS LEÍ DAS]



