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10 de Febrero del 2020
Historias
Lectura: 27 minutos
10 de Febrero del 2020
Redacción Plan V
El estudio que le toma el pulso a la democracia ecuatoriana
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Fotomontaje: PlanV

 

Un reciente estudio analiza las tendencias electorales y políticas de los ecuatorianos y su valoración sobre el sistema político y la democracia. Persisten en el país el desencanto sobre el funcionamiento del Estado, la politización, una fuerte polarización y los valores conservadores sobre temas sociales y derechos de los homosexuales.

Una población desencantada de los políticos y del sistema y con fuerte persistencia hacia valores conservadores, en donde las redes sociales tienen mucha menos influencia de lo que algunos políticos creen. Ese es el retrato del ecuatoriano que el estudio titulado Cultura política de la democracia en el Ecuador y las Américas, tomándole el pulso a la democracia publicado por entre otros por Usaid, la Universidad de Vanderbilt, el Barómetro de las Américas y Participación Ciudadana, entre otros, plantea.

Varios autores han interpretado los resultados de una amplia encuesta sobre política, redes sociales y valores políticos y sociales, entre los que se encuentran Paolo Moncagatta, Arturo Moscoso, Simón Pachano, J. Daniel Montalvo, Elizabeth J. Zechmeister, entre otros. 

Portada del estudio, publicado por USAID. Ver el informe

Para Simón Pachano, "dos hechos configuran el contexto en que se divulga el informe del Barómetro de las Américas en Ecuador. El primero es la ola de protestas sucedidas en varios países de América Latina, que desencadenó la mayor convulsión vivida desde el inicio del período democrático, y que tuvo su expresión particular en el caso ecuatoriano. El segundo es el reiterado y frustrado intento del gobierno por aplicar medidas económicas que permitan sentar las bases no solo para la reactivación, sino para establecer un modelo que supere la dependencia de la exportación de materias primas y que se sustente en el tiempo. Ambos hechos, que están estrechamente relacionados, constituyen un desafío para el análisis de los resultados que arrojan las encuestas de LAPOP", que constituyen la materia prima del estudio.

Pachano agrega que "la lectura de los resultados de la encuesta del Barómetro de las Américas en el caso específico de Ecuador debe considerar que se trata de la primera encuesta realizada después de los diez años de la revolución ciudadana. Por consiguiente, esta medición puede ser tomada como una primera evaluación del gobierno de Lenin Moreno, pero también debe ser vista como una evaluación retrospectiva de los gobiernos de Rafael Correa. Las condiciones sobre las que se construyen las percepciones y evaluaciones realizadas por la ciudadanía consultada provienen tanto de las acciones impulsadas por el actual gobierno, como de la herencia del anterior. Incluso, más allá de esto, como se señaló antes, siempre hay una mirada retrospectiva, que lleva a la comparación con el tiempo presente. Si esa mirada está hecha desde un momento de deterioro económico –como es el actual- y se enfoca en un período de auge económico –como fue el del auge de la exportación de materias primas-, será muy probable que predomine el pesimismo".

Para Simón Pachano, "la lectura de los resultados de la encuesta del Barómetro de las Américas en el caso específico de Ecuador debe considerar que se trata de la primera encuesta realizada después de los diez años de la revolución ciudadana. Por consiguiente, esta medición puede ser tomada como una primera evaluación del gobierno de Lenin Moreno, pero también debe ser vista como una evaluación retrospectiva de los gobiernos de Rafael Correa".

Para Pachano, el pesimismo de la población y sus valores conservadores se evidencian en el estudio: "la visión general de los aspectos relacionados con percepciones y valores deja ver múltiples contradicciones y tensiones en las opiniones y preferencias de la población ecuatoriana. El ánimo predominante es moderadamente pesimista y los valores son tendencialmente conservadores y soportan una considerable carga de tradicionalismo", asegura.

El apoyo a la democracia está dismuyendo, sobre todo entre los jóvenes

El análisis de las encuestas realizados por el grupo de expertos señala algunos aspectos sobre el apoyo a la democracia en el Ecuador. Así, "Mientras que en 2014 el 66.7% de los ecuatorianos pensaba que la democracia era la mejor forma de gobierno, en 2019 ese porcentaje cayó a 54.4% (similar al 53.0% que reportaba apoyar la democracia en 2016). Los jóvenes de entre 16 y 25 años de edad apoyan a la democracia en menor proporción que las personas que se encuentran en el rango de 46 a 55 años de edad".

El estudio precisa también que "La idea de que los militares se tomen el poder a través de un golpe de Estado frente a mucha delincuencia o mucha corrupción cuenta con apoyo de una parte importante de la ciudadanía. En 2019, el 50.4% de los ecuatorianos justifica un golpe de Estado militar frente a mucha delincuencia, mientras que el 43.3% lo justifica frente a mucha corrupción. En ambos casos, esta justificación ha aumentado en comparación con 2014. Los jóvenes de entre 16 y 25 años de edad, las personas que tienen educación secundaria y las personas en el tercer quintil de riqueza son las que apoyan en mayor proporción los golpes de Estado militares".

En 2019, el 50.4% de los ecuatorianos justifica un golpe de Estado militar frente a mucha delincuencia, mientras que el 43.3% lo justifica frente a mucha corrupción. En ambos casos, esta justificación ha aumentado en comparación con 2014.

Por otro lado, "el apoyo a la idea de que el presidente puede disolver la Asamblea Nacional cuando el país enfrenta momentos muy difíciles aumentó 2.2 puntos porcentuales en 2019 en Ecuador respecto a 2016. En este caso, los jóvenes de entre 16 y 35 años de edad apoyan en menor proporción un posible cierre de la Asamblea Nacional por parte del presidente".

La fe de los ecuatorianos en el sistema está también decayendo de manera importante, según los investigadores: "La satisfacción de los ecuatorianos con la forma en que funciona la democracia en Ecuador disminuyó 13.4 puntos porcentuales en 2019 en comparación con 2016 y 30.1 puntos porcentuales en comparación con 2014. Estos niveles de disminución en la satisfacción con la democracia son los más pronunciados desde que el Barómetro de las Américas inició sus estudios en Ecuador. Hay menos personas en los quintiles de mayor riqueza (3-5) satisfechas con el funcionamiento de la democracia que en los quintiles 1 y 2. Así mismo, hay menos personas satisfechas en el grupo de entre 36 y 45 años de edad y con educación superior".

La conclusión de los investigadores sobre estas percepciones de la población, que vería con buenos ojos un golpe militar y que siente poca necesidad de defender el sistema democrático es contudente: "La tendencia decreciente en el apoyo a los principios de la democracia y los menores niveles de apoyo al sistema podría abrir la puerta a que amplios segmentos de la ciudadanía acepten líderes no democráticos que ofrezcan acciones en tiempos de crisis. Dada la conexión entre el estado de la opinión pública y la estabilidad democrática, el estancamiento del apoyo a la democracia en la región en general, y en Ecuador en particular, es preocupante".

La confianza en las instituciones

Otro elemento que analizaron los investigadores es la confianza institucional y el apoyo al sistema político ecuatoriano. En ese ámbito, encontraron que "Vivir en un contexto rural, ser joven y ubicarse en los quintiles más bajos de riqueza son los predictores demográficos y socioeconómicos positivos más fuertes del apoyo al sistema político ecuatoriano. El apoyo es menor entre quienes tienen mayor nivel de educación y de riqueza". Sobre la confianza en las instituciones, los datos del estudio evidencian que "Las instituciones ecuatorianas con el menor nivel de confianza, en promedio, son los partidos políticos (32.4 grados en una escala de 0 a 100)", mientras que "las Fuerzas Armadas reciben la valoración más alta (71.2 grados), y se colocan en primer lugar seguido por la Policía Nacional (55.0 grados)". Mientras tanto, "la confianza en el Presidente de la República (40.3 grados) disminuyó en Ecuador en 2019 13 grados respecto a 2016 (53.3 grados), cuando el expresidente Rafael Correa terminaba su mandato", lo que tiene directa relación con el ejercicio del poder del actual mandatario, Lenin Moreno y coincide con recientes estudios de opinión sobre la aprobación del presidente.

Al Poder Legislativo no le va mejor, pues el estudio determinó que "La confianza en la Asamblea Nacional del Ecuador también disminuyó de 49.0 en 2016 a 43.7 grados en 2019, en promedio".

"Vivir en un contexto rural, ser joven y ubicarse en los quintiles más bajos de riqueza son los predictores demográficos y socioeconómicos positivos más fuertes del apoyo al sistema político ecuatoriano. El apoyo es menor entre quienes tienen mayor nivel de educación y de riqueza".

Sobre la tolerancia política en nuestro país, esta se ha mantenido estable desde 2016. "Los ecuatorianos expresan más apoyo a garantizar el derecho a protestar pacíficamente de quienes critican el gobierno (61.6 grados), que a que los disidentes conserven el derecho a postularse como candidatos en elecciones populares (41.2 grados)". Los jóvenes son más tolerantes, al igual que las tienen educación superior. "Entre hombres y mujeres, lugar de residencia, nivel de educación y nivel de riqueza, no hay diferencias estadísticamente significativas en el nivel de tolerancia política".

Las redes sociales y la política

Un tópico de especial interés para políticos y académicos en la región es la influencia de las redes sociales en la política. 

"Facebook es la red social más usada en Ecuador. El 66.9% de la población en edad de votar (16 años o más) usa esta red social. En segundo lugar, el 60.2% usa WhatsApp. Para la región, el 64.4% de los adultos usa WhatsApp y el 56.2% usa Facebook. Es decir, el Ecuador está por encima del promedio regional en el uso de Facebook y ligeramente por debajo del promedio regional en el uso de WhatsApp", determinaron los investigadores.

La red social preferida de los políticos, Twitter, tiene escasa penetración en el grueso de la población y de los votantes: "Twitter se usa con menos frecuencia en América Latina y el Caribe: el porcentaje más alto de usuarios de Twitter se registra en Argentina con 13%. En Ecuador 11.2% de las personas en edad de votar usa Twitter".

"Twitter se usa con menos frecuencia en América Latina y el Caribe: el porcentaje más alto de usuarios de Twitter se registra en Argentina con 13%. En Ecuador 11.2% de las personas en edad de votar usa Twitter".

"El usuario típico de las redes sociales en Ecuador es joven, residente urbano, con mayor nivel de educación y riqueza", destaca el estudio, mientras que "entre los usuarios de redes sociales de Ecuador, WhatsApp es utilizado con mayor frecuencia: 82.3% de los usuarios de WhatsApp usan la plataforma a diario, comparado con 54.7% en el caso de Facebook y 31.4% de Twitter".

Las redes sirven para informarse de política, pero no en la medida que parecen creer algunas autoridades: "en Ecuador, alrededor de 1 de cada 3 usuarios de WhatsApp reporta ver información política en la plataforma algunas veces a la semana o a diario. En Twitter y en Facebook, 57.1% y 61% reportan lo mismo, respectivamente".

Según el estudio "Los usuarios recurrentes de redes sociales en la región son más tolerantes políticamente y apoyan un poco más la democracia en lo abstracto, pero también expresan un mayor cinismo: están menos satisfechos con la democracia y confían menos en las instituciones políticas más importantes".

¿Las redes forman la opinión política?

Las conclusiones del estudio sobre la influencia de las redes sociales desmitifican buena parte de algunas de las estrategias comunicacionales oficiales de los últimos tiempos. 

"Las redes sociales son usadas ampliamente en Ecuador. El 66.9% de los adultos en Ecuador usa Facebook y el 60.2% usan WhatsApp. Sin embargo, Twitter, una plataforma común en otras partes del mundo, no es usada tan ampliamente en Ecuador (11.2%)", se destaca.

Sobre quiénes están en las redes, "el usuario promedio ecuatoriano de redes sociales es más joven, vive en las zonas urbanas, tiene más riqueza y mayor nivel educativo, en comparación con la persona promedio que no usa redes sociales".

No es verdad, tampoco, que los usuarios de las redes estén permanentemente enchufadas en ellas: "entre los usuarios de redes sociales, también hay diferencias importantes en la frecuencia con las que usan las redes y con su uso para acceder a información política. La mayoría de los usuarios de WhatsApp y Facebook usan estas plataformas con frecuencia, mientras los usuarios de Twitter tienden a usarlo con menos frecuencia".

No es exagerado afirmar, también que las clases sociales más altas son las que más pendientes están de las redes: "En Ecuador, los usuarios frecuentes de redes sociales tienden a tener un mayor nivel de riqueza en comparación con los usuarios no tan frecuentes. Los usuarios en Ecuador tienden a usar WhatsApp con mucha frecuencia, pero no tanto para ver contenido político. Los usuarios de Facebook y Twitter tienen más probabilidad de reportar haber visto contenido político con regularidad en esta plataforma. Son también principalmente los hombres, los más jóvenes, los más educados y las personas con más riqueza quienes ven con más frecuencia contenido político en las redes sociales".

En Ecuador, el uso frecuente de las redes sociales no parece tener un efecto exclusivamente positivo o negativo en las actitudes políticas, dijeron los autores.

¿Cómo se relaciona el uso de las redes sociales con las actitudes y evaluaciones democráticas? se preguntan los expertos y concluyen que "Aunque los usuarios frecuentes de redes sociales son más tolerantes y apoyan más la democracia en abstracto, están menos satisfechos con la forma en que funciona la democracia en su país, y confían menos en las instituciones políticas. En Ecuador, el uso frecuente de las redes sociales no parece tener un efecto exclusivamente positivo o negativo en las actitudes políticas".  "Es muy probable que la expansión continua de las redes sociales dará forma a la política en Ecuador y la región, pero sus efectos en las actitudes democráticas en este momento son ambiguos", aseguran.

Una población politizada y polarizada

El paso de Rafael Correa por el poder marcó un importante aumento de la politización de la población ecuatoriana, que ahora tiene una definición ideológica mucho más clara. "Se distingue un importante proceso de politización entre los ecuatorianos durante la segunda década del siglo XXI, que coincide con el mandato de Rafael Correa. En el año 2008, a inicios del gobierno de Correa, un 34.2% de los entrevistados no emitió respuesta alguna a la pregunta sobre posicionamiento ideológico. Ese porcentaje fue constantemente decreciendo hasta llegar a su valor mínimo de 6.8% en el 2019".

No solo hay politización, sino una evidente polarización, similar a la que tuvo lugar en otros países de la región. 

"Al mismo tiempo, se distingue un fuerte proceso de polarización ideológica en Ecuador, que tuvo lugar durante el mandato de Correa. Tanto la izquierda como la derecha, que habían mantenido relativa estabilidad en valores de entre el 13% y el 15%, ascienden a números de casi un cuarto de los entrevistados en las últimas rondas de encuestas (2016 y 2019)".

El apoyo a las derechas y las izquierdas en el Ecuador es similar: "Con relación a la izquierda, se ve un aumento gradual en la proporción de ciudadanos que se identifica con esa tendencia desde el año 2006 (antes de la llegada de Correa al poder), con un 9.8% de la población, hasta alcanzar su punto más alto en el 2016 (coincidiendo con el término del mandato de Correa) con un 22.5%. En cuanto a la derecha, se ve un gran salto entre el 2014 (año en que el gobierno de Correa entra en crisis), cuando un 13.7% de ecuatorianos se identificaba con esa tendencia, y el año 2016, cuando alcanzó su valor máximo de 23.2%".

Por otro lado, el análisis de las tendencias políticas establece que "La categoría ideológica de “centro” es la que -sin excepción- ha demostrado incluir al grupo mayoritario de entrevistados en las rondas de encuestas a lo largo del tiempo. Dentro de esta categoría también se distingue un importante incremento desde el año 2008, cuando el 38.4% de los ecuatorianos se identificaban con esta posición ideológica, hasta el 2019, cuando un 52.7% lo hace". Lo curioso es que en el estudio "No se encuentra una relación entre el posicionamiento ideológico de los ecuatorianos en términos de la semántica izquierda-derecha y sus posturas sobre el rol del Estado en la reducción de desigualdades económicas en la sociedad".

No se encuentra una relación entre el posicionamiento ideológico de los ecuatorianos en términos de la semántica izquierda-derecha y sus posturas sobre el rol del Estado en la reducción de desigualdades económicas en la sociedad.

En este tema, los investigadores concluyen que "cabría la pregunta de si el proceso de polarización encontrado en Ecuador está ligado a retrocesos en su sistema democrático, o si podría ser visto como una muestra de lo que parece una fractura social latente en el país, que exacerba las posiciones políticas de los ciudadanos. En este sentido, se podría relacionar el creciente nivel de polarización visto en Ecuador con las recientes protestas sociales de octubre 2019, en que movimientos sociales de izquierda (sobre todo indígenas) reaccionaron violentamente ante medidas de corte neoliberal".

Progres versus conservadores en Ecuador

El estudio dedica un capítulo a analizar lo que considera son indicadores de progresismo y conservadurismo en la población ecuatoriana. 

Pone su atención en la postura de la población encuestada sobre la homosexualidad y los derechos de los homosexuales. Y los resultados evidencian la persistencia de un rechazo significativo de la población.

"La población ecuatoriana en 2019 se decanta por rechazar los derechos políticos y sociales de los homosexuales. Por una parte, el 36.4% se encuentra en desacuerdo con que los homosexuales puedan postular a cargos públicos, mientras que 51.3% desaprueba que las parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio", esto a pesar de la reciente aprobación del matrimonio igualitario en el país, medida tomada por la Corte Constitucional. Adicionalmente "el 36.0% no aprueba ni desaprueba el derecho de los homosexuales a postular a cargos públicos; mientras que el 25.7% se muestra también ambivalente respecto del matrimonio igualitario". El estudio concluye también que "únicamente el 27.6% de los ecuatorianos aprueba los derechos políticos de los homosexuales; mientras que el 23% está a favor del matrimonio entre parejas del mismo sexo".

"La población ecuatoriana en 2019 se decanta por rechazar los derechos políticos y sociales de los homosexuales. Por una parte, el 36.4% se encuentra en desacuerdo con que los homosexuales puedan postular a cargos públicos, mientras que 51.3% desaprueba que las parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio".

La actitud de los encuestados sobre los extranjeros también fue motivo de análisis: "Casi la mitad de los ecuatorianos (49.2%) está de acuerdo con que el gobierno ofrezca servicios sociales, como por ejemplo asistencia de salud, educación o vivienda a los extranjeros que van a trabajar o a vivir en Ecuador. No hay diferencias significativas si es que el extranjero es venezolano, español o inmigrante en general. Por otra parte, el 38.3% está en desacuerdo con que el gobierno ecuatoriano ofrezca servicios sociales a los extranjeros, mientras que el 15.5% se muestra neutral en relació con este tema".

Sobre la situación de la mujer, el estudio encontró que "Únicamente el 23.2% de las personas en edad de votar en Ecuador cree que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres. El resto (76.8%) está en desacuerdo con dicha afirmación". Esta percepción, destaca el estudio, se mantien igual por lo menos desde 2008. 

La edad es un elemento clave en las respuestas sobre estas temáticas: "El factor más poderoso a la hora de explicar estas actitudes es la edad. Los jóvenes aprueban en mayor medida los derechos de los homosexuales y de los inmigrantes que las personas mayores. Así mismo, los jóvenes están menos de acuerdo con la idea de que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres. Otros factores relevantes, pero con menor poder explicativo son la educación, la situación económica, el lugar de residencia, la religión y la tolerancia". Para los investigadores, "la generación Z (o centenial) es la más progresista de todas, seguida por los milenials. Adicionalmente, a medida que pasa el tiempo, la brecha intergeneracional con respecto a la aprobación a los derechos de los homosexuales y el rechazo a la idea de que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres va en aumento".

Estos datos llevan a los investigadores a afirmar que "a partir de evidencia de 2019, se observa que Ecuador es un país con valores sociales más bien conservadores antes que progresistas. En un análisis ideológico también se encuentra que, en promedio, el país se encuentra hacia el centro de la escala izquierda - derecha. Por este motivo, se concluye que Ecuador se pueden categorizar como un país “conservador de centro”.

Ecuador es un país con valores sociales más bien conservadores antes que progresistas. En un análisis ideológico también se encuentra que, en promedio, el país se encuentra hacia el centro de la escala izquierda - derecha. Por este motivo, se concluye que Ecuador se pueden categorizar como un país “conservador de centro”.

"En definitiva, los datos analizados muestran que la mayoría de ecuatorianos tiene valores conservadores, con una oposición mayoritaria a los derechos políticos de los homosexuales, al matrimonio igualitario y en menor medida, a los derechos de los extranjeros, configurando una cultura mayormente conservadora en el país. Sin embargo, los datos también indican que se está produciendo un cambio cultural en el que cada vez hay mayor cantidad ciudadanos con valores progresistas, sobre todo entre los más jóvenes, lo que poco a poco, pero cada vez de forma más marcada, está cambiando la cultura del país", concluyeron los investigadores.

¿Los políticos son corruptos?

Las percepciones sobre corrupción en el Ecuador dejan malparada a la clase política local. Según los datos del estudio, "La percepción de corrupción política en el Ecuador es muy alta: cerca de cada dos de tres entrevistados opinan que “más de la mitad” o “todos” los políticos están involucrados en actos de corrupción".

No solo se cree que son corruptos en abstracto, sino que esa corrupción de la clase política ha afectado a los ciudadanos: "Ecuador está entre los países con más altos niveles de victimización por corrupción: un 26.6% de los entrevistados reportó haber sido víctimas de algún acto de corrupción de algún tipo", pero a pesar de ello, el sistema corrupto y sus reglas de juego parecen ser justificadas por un porcentaje importante de los encuestados: "Se ve una relación fuerte en Ecuador entre la victimización por corrupción y la tolerancia de la misma: quienes han admitido ser víctimas de al menos un acto de corrupción, tienen probabilidades significativamente más de justificar el pago de sobornos que quienes no han sido víctimas. En Ecuador los más jóvenes tienden a justificar más el pago de sobornos o coimas que los ciudadanos mayores", concluye el estudio. 

 

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El estudio que le toma el pulso a la democracia ecuatoriana
 


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