

La relación con Turquía se fortalece con acuerdos para el banano y la entrega de concesiones.
Erdogan, que proviene de una corriente islámica moderada, lleva más de doce años en el poder, si se cuenta desde que asumió como primer ministro de Turquía. Su trayectoria muestra notables paralelismos con los gobiernos “progresistas” de América Latina. Comenzó con un proceso de modernización económica que puso a su país con un pie dentro de la Unión Europea. Pero hasta ahora, sólo uno.
Una de las exigencias europeas era llevar a cabo una profunda reforma política de democratización y resolver de manera pacífica el conflicto con la minoría kurda.
Nacionalista convencido, Erdogan se propone convertir a Turquía (80 millones de habitantes y una de las 20 mayores economías del mundo) en una potencia regional, un papel que hoy -junto a Arabia Saudita- se disputan con Irán.
Cuando parecía ir en esa dirección, el contagio de la “primavera árabe” y el estallido de la guerra civil en Siria provocaron que acentuara su sesgo autoritario. Tras conseguir una ampliación de sus poderes, ordenó reprimir con dureza las protestas estudiantiles, encarcelar periodistas y atacar con el ejército a las fuerzas kurdas.
Nacionalista convencido, Erdogan se propone convertir a Turquía (80 millones de habitantes y una de las 20 mayores economías del mundo) en una potencia regional, un papel que hoy -junto a Arabia Saudita- se disputan con Irán. Este dato no es menor porque explica buena parte de los alineamientos y conflictos de hoy en el mundo árabe.
Fuerzas especiales militares turcas en Diyarbakir, Kurdistán
Chiítas versus suníes
Turquía, como Arabia Saudita y las monarquías del Golfo, son mayoritariamente suníes. En Irán, Irak y Siria gobiernan sus rivales religiosos, los chiítas. La rebelión contra Bashar al-Asad en Siria fue encabezada por fuerzas políticas sunitas, que en la primavera árabe vieron la oportunidad para derrocar a su dictadura y tomarse el poder. Con la bendición de Occidente, Erdogan y las monarquías árabes les dieron su apoyo con armas y logística.
La guerra derivó en un proceso de disgregación territorial y fraccionamiento de las fuerzas combatientes, lo que fue aprovechado por ex militares de Sadam Hussein y los suníes más radicales para ocupar el norte de Irak y el este de Siria y formar ISIS (Estado islámico de Irak y Siria). Existen pruebas de que, al menos en un principio, ISIS recibió el apoyo del gobierno de Erdogan para detener una amenaza que considera más grave que el terrorismo suní: la posibilidad de que los kurdos de Turquía se unan a los de Siria e Irak para constituir su propio Estado.
Los kurdos libran hoy una lucha en dos frentes y son los que llevan la parte más dura de las batallas terrestres contra ISIS, tanto en Irak como en Siria. Sus aguerridas mujeres combatientes son ya legendarias y se han ganado la simpatía del mundo.
El “peligro” kurdo
Si los kurdos lograran expulsar a ISIS de una franja de cien kilómetros en la frontera turco-siria, unirían los territorios donde son mayoría y haría posible un Kurdistán independiente, lo que cambiaría profundamente el mapa de la región. Eso explica por qué los países occidentales y Rusia les han entregado armas con cuentagotas, a pesar de que los necesitan para contener a los fanáticos del Ejército Islámico.
Si los kurdos lograran expulsar a ISIS de una franja de cien kilómetros en la frontera turco-siria, unirían los territorios donde son mayoría y haría posible un Kurdistán independiente, lo que cambiaría profundamente el mapa de la región.
Y también es la razón por la que Erdogan ha roto las negociaciones que mantenía con los kurdos de su país para contentar a la Unión Europea. Desde julio del año pasado ha comenzado a bombardear sus bases, no sólo en Turquía, sino también en Siria, y ha declarado el estado de sitio en el Kurdistán turco. Se estima que unos 10 mil soldados, apoyados por tanques y helicópteros, han sido desplegados desde diciembre pasado en las principales ciudades. Un nuevo capítulo en una guerra larvada que el estado turco libra contra la minoría kurda y que desde 1985 ha causado al menos 40 mil víctimas.
Pocas son las voces que se han levantado para denunciar la represión. Los países occidentales y Rusia están apostando a una salida negociada para el conflicto sirio, y es muy probable que la negativa al derecho a la autodeterminación del pueblo kurdo sea parte de ese acuerdo. Una vez más.
Mujeres kurdas combatientes de las Unidades de Protección Popular
Los kurdos en 5 tips
1. Los cálculos más conservadores estiman que los kurdos suman 30 millones de personas repartidas en Siria, Irak, Turquía e Irán. Es la mayor nación sin Estado en el mundo.
2. El territorio que ocupan sus poblaciones suma casi 400 mil kilómetros cuadrados, un 40% más grande que el Ecuador.
3. Tras la Primera Guerra Mundial y la disolución del Imperio Otomano, se proyectó la creación de un Kurdistán independiente. Sin embargo, franceses e ingleses se opusieron a ceder parte del territorio que controlaban en Siria, Irán e Irak y pretendían que sólo ocupara el sudeste de Turquía. En 1923, un tratado trazó las fronteras actuales y los kurdos quedaron separados.
4. Los kurdos han protagonizado frecuentes rebeliones, en especial en Turquía e Irak. Entre 1988 y 1998 los kurdos iraquíes se levantaron en armas contra el régimen de Sadam Hussein que ordenó bombardear algunas poblaciones con armas químicas. La represión causó 180 mil muertes. En el 2003 jugaron un papel importante en la invasión estadounidense y el derrocamiento de Sadam.
5. En junio del año pasado, una alianza política pro-kurda (con el apoyo de muchos turcos), obtuvo una votación histórica que impidió a Erdogan obtener una mayoría absoluta en el Parlamento. El presidente turco convocó a nuevas elecciones, y tras endurecer su posición contra los kurdos consiguió la mayoría que necesitaba.
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