

Foto: Gianna Benalcázar
El 23F, Rafael Correa aceptó que perdió Quito. Lo acompañaron los principales dirigentes del movimiento en la Capital.
Los líos internos en PAIS empezaron el mismo 23F. Al perder algunas de las capitales provinciales y prefecturas, varias de las células que lo componen mostraron su descontento hacia la dirigencia nacional y algunas provinciales.
El perder el Municipio de Quito significó para ellos la evidencia de varios problemas internos. En especial: que la dirigencia no escucha y no toma en cuenta a nuevas personas o ideas de los militantes.
Lo primero que hicieron fue pedir la salida de algunos dirigentes que, para ellos, son los responsables de tomar decisiones que ocasionaron la pérdida de varias ciudades, entre las urbes más importantes como Quito y Cuenca. Lo hicieron en sus conversaciones y en las redes sociales. Entre esos nombres están personas de confianza de Rafael Correa: Galo Mora, Betty Tola, Augusto Barrera, Luisa Maldonado, Virgilio Hernández, Ximena Ponce…
Precisamente, Luisa Maldonado, la directora provincial de Pichincha, reconoce que hay un rechazo. Aunque lo matiza. "Hay cierta inconformidad en algunos militantes, no son todos, no es la mayoría. Esa gente es inconforme porque no fue candidata o compañeros que perdieron siendo seleccionados. Ya es tiempo del cambio de las directivas en cuanto a la dirigencia nacional. Galo Mora está prorrogado más de un año y también la dirigencia nacional. Él hace rato manifestó la necesidad de los cambios", indica.
Pero todo se complicó aún más cuando Ramiro González se convirtió en un socio estratégico para el gobierno... El líder de Avanza, consolidada como segunda fuerza luego del 23F, incluso no ha descartado ser candidato presidencial en el 2017. Sin embargo, González genera rechazo en algunos de los más importantes militantes por las presuntas irregularidades en su paso por el IESS y porque ven, en él y su movimiento, una amenaza a la sobrevivencia de PAIS en un futuro cercano.
El líder de Avanza, consolidada como segunda fuerza luego del 23F, incluso no ha descartado ser candidato presidencial en el 2017.
Por eso, hay miembros de las bases que ya no confían en los dirigentes y han decidido tener contacto directo con Rafael Correa. Algunos militantes, que conversaron con Plan V, creen que el Presidente de la República y líder de esa agrupación política tiene los canales de comunicación cortados y quieren, a toda costa, llegar hasta él con las denuncias de las deficientes actuaciones de dirigentes de AP y de los principales miembros de Avanza en el manejo de fondos públicos. Detrás de esto también está una pugna entre el ala de personas cercanas a la izquierda y los integrantes de PAIS que son de centro derecha.
Sobre este punto Luisa Maldonado cree que los adherentes pueden denunciar sin pasar por la dirigencia. "Están en su derecho… No siempre usted puede convencer a todos ni todos están contentos con usted y su trabajo. Eso pasa en la vida. La dirigencia de Quito tiene 118 dirigentes. Yo soy la cabeza visible. La gente participa... pero hay que hacerlo más".
Hace dos semanas empezaron las reuniones para calmar los ánimos. Y concretar dos puntos más: saber cuáles son los reclamos y, sobre todo, quiénes son las personas que están detrás de todo. Sin embargo, los molestos militantes, según conoció Plan V, siguen con la intención de llegar directamente a Rafael Correa, sin intermediarios.
Maldonado conoce perfectamente todos estos problemas. Han sido discutidosen el interior del movimiento. "Hemos tenido algunos oportunistas que sólo han estado presentes en momento de elecciones. Que bueno que haya pasado esto para poder depurar; uno cuando es revolucionario está en las buenas y en las malas y no cambia de opinión y peor de camiseta. No quisiera dar nombres, algunos siguen y son los inconformes, los y las, y otros se han ido, incluso, antes del momento de selección de candidatos para las últimas elecciones".
El muñequeo dentro de PAIS durará hasta dentro de un par de meses. Primero, en mayo se cambian las autoridades nacionales, habrá nuevo secretario ejecutivo. Y en junio se realizará el cambio de las direcciones provinciales. Aunque algo que sí quieren en Pichincha, contaron los militantes, es que los próximos dirigentes se identifiquen ideológicamente con la izquierda. Para ellos es fundamental.
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