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17 de Abril del 2017
Historias
Lectura: 18 minutos
17 de Abril del 2017
Susana Morán
Lava Jato o el desafío de la investigación periodística

Fotos: Susana Morán

El edificio de Folha de Sao Paulo tiene ocho pisos. Dos están dedicados a la redacción que tiene más de 200 periodistas. Cuenta con dos equipos para la sección Política: uno en Sao Paulo y otro en Brasilia. 

 

En Semana Santa, Brasil volvió a ser sacudido por el caso Lava Jato. Fue publicada la segunda lista de implicados en el caso de corrupción más grande la historia brasileña. A diferencia de Ecuador, la actuación de la justicia, la transparencia y el acceso a la información son los puntuales de la labor periodística brasileña. Pero esta sobreabundancia de información trae también retos. Flavio Ferreira, reconocido por Ipys por su investigación sobre una casa hecha por Odebrecht y usada por Lula, habló con Plan V sobre el momento periodístico que vive la prensa de su país.

Flavio Ferreira

Tiene 44 años. Es abogado y periodista con 14 años de experiencia. Trabaja desde el 2008 en Folha de Sao Paulo, uno de los periódicos más grandes de Brasil. Es capacitador en la Asociación Brasilera de Periodismo Investigativo (ABRAJI). Recibió una mención de honor en los premios IPYS Perú 2017.

Es Viernes Santo y feriado nacional en Brasil. Pero en la redacción de Folha de Sao Paulo hay un movimiento inusual. La última lista de altos funcionarios implicados en la Operación Lava Jato rompió la tranquilidad de la Semana Mayor en esa nación. La trama de sobornos y desvío de dinero de Petrobras tocó el pasado martes 14 de abril a ministros del actual mandatario Michel Temer, senadores, diputados, gobernadores, expolíticos. Brasil vivió una vez más un sacudón político. Las investigaciones empezaron en el 2013 y desde entonces se estima que hay aproximadamente 200 funcionarios de todos los rangos implicados. Dentro de este esquema, la brasileña Odebrecht ha sido una pieza clave en este entramado de sobornos. La califican como la empresa “exportadora” de este sistema a países de la región como Ecuador.

Pero a diferencia de Ecuador donde la información y las investigaciones son escasas, los periodistas brasileños no alcanzan a procesar toda la información divulgada por las autoridades. Por eso, el pasado viernes la sección Política de Folha estaba en plena efervescencia. Centenares de nuevos documentos y videos fueron revelados. El acceso a la información ha sido único y sin precedentes, en un país donde sus niveles de transparencia están en peldaños superiores al resto en la región. Por ejemplo, en Brasil, la página de la Cámara de Diputados permite ver cada gasto de sus miembros y hasta los recibos. En la Operación Lava Jato, el juez que lleva la causa, Sergio Moro, puede ordenar el mismo día de la operación la liberación de las pruebas.

Fuentes: Informe de ContraloríaInvestigación Plan VInforme de Contraloría.

Pero esta abundante información es otro reto para la prensa brasileña. Lo sabe muy bien Flavio Ferreira, abogado y periodista en Folha. En la última edición del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación recibió un mención de honor por su trabajo “La empresa Odebrecht pagó obras en una propiedad usada por Lula”. Ferreira visitó por varios meses Atibaia, en el interior de Sao Paulo, donde estaba una pequeña casa de cuatro habitaciones que era frecuentada por el exmandatario brasileño. Comerciantes y moradores del lugar corroboraron que esta obra fue adecuada por Odebrecht para Lula. Fue una investigación por fuera de las filtraciones de Lava Jato y de las versiones de los fiscales. Ahora cree que es necesario apostar por historias que eviten la vorágine de las declaraciones y las filtraciones. E ir por los hechos. 

El equipo de Folha ha trabajado en casos de corrupción conocidos como Mensalão y Castillo de Arena. ¿Lava Jato ha superado a todos?

Sí. Ocurre porque hay algunas características de esta operación que son muy diferentes. La primera es que en las otras operaciones, los jueces no eran ágiles, ni efectivos como el juez Sergio Moro. Las cortes también han sido menos complacientes con los políticos. Entonces el sistema judicial de Brasil está funcionando mejor.

¿Qué hecho marcó el cambio para que la justicia brasileña funcione mejor?

Es una situación que envuelve algunas personas. Una de ellas es el juez Sergio Moro que es eficiente y rápido, con una gran experiencia. Fue una fortuna que el caso fuera para él. Es además autor de libros sobre lavado de dinero. Esto fue fundamental. Otro punto es el uso de las delaciones premiadas (acuerdo entre el acusado y el Estado en el que a cambio de información relevante se pueden ofrecer a los procesados beneficios como la rebaja de la pena). En otros casos Sergio Moro ya las había usado. Pero no tantas como en esta operación. Tenemos 78 personas que están dando información y esta semana tenemos 80 más. Estamos hablando de 150 personas que están hablando. Es mucha información.

La operación Lava Jato es la mayor. Pero ¿cómo llega Odebrecht a ser involucrado?

Entre las firmas brasileñas involucradas están Odebrecht, Techint, Camargo Correa, Andrade Gutiérrez, Mendes Junior, Skanska, Queiroz Galvao, Engevix, Setal y Galvao Engenharia.

Todo empieza en Petrobras porque los contratos con esta empresa eran muy grandes, siempre eran de 1.000 millones de dólares, son obras muy grandes de infraestructura. Las empresas constructoras hicieron un cartel para conseguir los contratos. Pero para que este cartel funcionara tenía que haber un acuerdo con los directores de Petrobras. Pero los cargos de esos directores eran cuotas políticas. Entonces los políticos tenían una parte de los sobornos. Es decir las empresas pagaban sobornos en dos partes: una para los directores de Petrobras y otra para los políticos, sus padrinos. Y Odebrecht es la mayor empresa  de infraestructura de Brasil. En América Latina, Odebrecht exportó este mismo modelo para conseguir las obras. Era una empresa con un buen trabajo técnico, pero con un sistema de sobornos y coimas. En América Latina también sucede algo adicional. En Brasil tenemos el Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) para invertir en obras y en el gobierno de Lula este banco también financió obras de las constructoras brasileñas en Perú, Ecuador, Colombia. Había un paquete: la empresa brasileña y el dinero del BNDES. Entonces había pago de sobornos para la autorización del banco y pago en el país extranjero. Casi todas las obras de Odebrecht fuera del país tienen dinero de BNDES.

Además de Odebrecht hay otras constructoras implicadas...

Por un lado, había la corrupción de político y directores con Petrobras, pero por otro lado había un acuerdo de las empresas, los carteles, para dividirse las obras, siempre al precio más alto. No había competencia. El contrato era posible con un consorcio, entre tres y cinco empresas, que gana una licitación y luego otro consorcio gana otro. Habían reuniones periódicas y reglas de convivencia para que ninguna perjudique a otra. Pero para que este cartel continue era necesario sobornar. Las mejores empresas están involucradas como Camargo Correa, OAS, Andrade Gutierrez. Todas las empresas brasileñas que tienen obras fuera de Brasil con dinero del Banco de Desarrollo (como Ecuador) es muy probablemente que tengan pagos de coimas y sobornos.

¿Cuántas autoridades y funcionarios están involucrados?

Aproximadamente unos 200, desde el actual presidente Michel Temer hasta 4 expresidentes, gobernadores, congresistas...

¿Qué hizo Lula para que este mecanismo permanezca?

Lula perdió la oportunidad para cambiar todo. Más bien aprovechó esta situación para que haya acuerdos con las grandes empresas. Había un modelo: la empresa brasileña va a al exterior a hacer obras y consigue el dinero del BNDES con la aprobación del Gobierno. Él es responsable con eso porque tenía una relación muy personal con el dueño de Odebrecht. Estamos viendo en los correos que había una relación muy próxima. Es una pena porque fue un gobierno bueno en los aspectos sociales. Participó de este modelo como un personaje muy importante.

¿Odebrecht sigue funcionando en Brasil?

Sí, con muchas dificultades. Está vendiendo una parte muy grande de sus activos, pero es una empresa con muchas actividades en el exterior. En África sus actividades van a continuar, porque los gobiernos son muy corruptos. Angola y Mozambique seguramente les darán amnistía.

¿Cómo se han preparado periodísticamente para cubrir Lava Jato?

Hay un equipo de la sección Política que tradicionalmente cubre estos casos de corrupción y están todos dedicados a este tema. Pero todos los colegas (de otras secciones) que pueden colaborar en este asunto lo hacen. Es la prioridad máxima del periódico. Este feriado (de Semana Santa ) todos estuvieron convocados a trabajar.

¿Cómo recibieron la nueva lista con 80 pedidos para investigar a ministros del gobierno del presidente Michel Temer, diputados y senadores, etc?

Ya había una expectativa de que eso iba a ocurrir. Estábamos preparados con un equipo de nuestra sección Política y teníamos conocimiento que había 300 procesos que se iban a divulgar en el sitio de la Corte Suprema. Teníamos los números y habíamos dividido grupos de procesos para cada reportero. Pero creímos que esto sería el 20 de abril (y se divulgó el martes 14 abril). El primer periódico que lo publicó fue nuestra competencia, Estado de Sao Paulo. Así que fue muy malo. Horas después fue divulgada la lista en la web de la Corte Suprema. Ese día llegué a casa a las 03:00. Toda esta semana ha sido muy difícil. Tenemos documentos en pdf y videos porque todos los testimonios fueron grabados.

El testimonio de Marcelo Odebrecht fue uno de los videos divulgados por las autoridades brasileñas. Aquí más videos de las delaciones premiadas publicados por Poder 360

¿Eso también está en la página de la Corte Suprema?

No en la página, pero la asesoría de prensa de la Corte carga toda la información en un disco duro. Son como 300 videos.

¿Pero el acceso a la información es grande?

En todos los noticiarios de la TV siempre hay imágenes de señores hablando, ellos son todos los delatores. Así que es mucha información.

Entonces, además de la acción eficaz de la justicia, ¿existen altos niveles de transparencia?

Es sin precedente la transparencia de los procesos. Hay un sistema de la justicia de Paraná, donde Moro trabaja, donde usted puede acceder a todo el contenido después de que todas las investigaciones y operaciones de incautación son terminadas. Todo el material incautado es publicado, así como los documentos fiscales de las personas (su divulgación es discutible). Están todas las pruebas, todas las decisiones.

¿En qué momento del proceso se libera esta información?

Después de que termine la investigación previa. Tenemos muchas fases en Lava Jato. Cada situación en la que hay prisión e incautaciones es una fase diferente y recibe un nombre como "Juicio final". Estamos en la fase 39. Todas las fases fueron autorizadas por Moro. Por ejemplo, hay un sistema en el que la Policía va a las 06:00 a los sitios donde están las pruebas y hacen las incautaciones. A la 10:00 hay una rueda de prensa con los fiscales y a las 11:00 Moro autoriza la divulgación de las pruebas que justificaron las medidas. Entonces en un día usted puede tener entre 100 y 200 documentos para revisar.

¿La lista de esta semana fue una fase más?

No, esta no fue una fase. La 39 ocurrió la semana pasada y fue pequeña. La más importante fue la séptima fase, en noviembre de 2014, cuando los dueños de todas las constructoras más grandes (menos Marcelo Odebrecht) fueron presos. Esta fase se llamó “Juicio final”.

¿Qué papel ha jugado la prensa en casos como Lava Jato?

"Todas las empresas brasileñas que tienen obras fuera de Brasil con dinero del Banco de Desarrollo (como Ecuador) es muy probablemente que tengan pagos de coimas y sobornos". 

Después del año 2.000 han existido muchos casos de corrupción. La prensa siempre ha estado atenta publicando las información. Su papel ha sido muy importante. Pero mi preocupación es más con el volumen de información. Los periódicos están cada vez con equipos menores por la crisis del sector. Además tenemos una grave crisis económica. No tenemos tiempo para chequear todo lo que es divulgado por la Policía y la Fiscalía. Nosotros sabemos que estas instituciones tienen sus agendas, que no necesariamente es la agenda de los hechos. Mi preocupación es que estamos siempre corriendo detrás de las declaraciones, pero no logramos el chequeo de los hechos y la profundización.

Tratando de hacer una aproximación muy aventurada, ¿cuánto se ha revisado y cuánto falta por revisar en los documentos de Lava Jato?

Es muy difícil. No sé, quizá el 10% ha sido revisado e investigado. Se reproduce mucho el discurso de las autoridades, de la Fiscalía, de la Policía. Ellos están haciendo un trabajo muy eficiente. Pero nosotros no estamos consiguiendo hacer investigaciones independientes de las autoridades. Este reportaje sobre el sitio usado por Lula (construido por Odebrecht) fue un ejemplo de que nuestros editores pensaron en que es importante ese esfuerzo y apostaron por eso. Pero no siempre nos podemos dedicar de forma exclusiva a un tema y estar libres de la cobertura del día a día.

¿Es posible el periodismos de investigación en Brasil?

Sí y cada vez es más importante para cambiar la corrupción que hay en nuestro país. Ahora estamos viendo por los testimonios que realmente era una cultura. Es muy impresionante que Odebrecht creara un sector especializado para el pago de coimas. El dueño de Odebrecht dice que no hay político en Brasil que no haya recibido dinero ilegal para las campañas electorales. Yo que estoy trabajando mucho tiempo en estos temas, este es el momento más importante para el periodismo de investigación en Brasil. No podemos contentarnos con lo que dicen los delatores, debemos tomarlos como una pauta y un inicio para nuestras las investigaciones. Tenemos un material enorme.

¿Cuáles son los principales desafíos de esta cobertura?

El volumen de datos. También el coraje para hacer críticas a las autoridades y a las grandes empresas. Mi periódico tiene una posición muy independiente, incluso con las autoridades.

¿Han recibido presiones, amenazas?

El periódico es muy grande, así que no creo. Pero yo nunca recibí ninguna presión, ni mis jefes. Estoy muy tranquilo. Folha busca el equilibrio y hay siempre este esfuerzo, pero muchas veces es criticado.

Como brasileños, ¿qué sabor les deja este caso?

En nuestros países que están en desarrollo debería haber colaboración para intercambiar experiencias positivas, pero Brasil está exportando corrupción. Es una vergüenza porque hay una tecnología de corrupción que está siendo exportada. Odebrecht es una empresa con calidad técnica y pudo ser un buen camino para el desarrollo.

Y el Estado también...

Los gobiernos brasileños tuvieron una gran oportunidad para cambiar este proceso. Lula da Silva tenía una gran aprobación popular para hacer cambios. No lo aprovechó. Por el contrario aumentaron los sistemas de pagos. Cuando Dilma Rousseff llegó esto ya estaba instalado, pero no hizo nada para cambiarlo. Todos dicen que ella no tienen ningún provecho personal.

¿Cuánto tiempo más estará el caso Lava Jato en la vida de Brasil?

Yo que estoy trabajando mucho tiempo en estos temas, este es el momento más importante para el periodismo de investigación en Brasil. 

Tenemos otras empresas más que están negociando las delaciones premiadas como OAS, Andrade Gutiérrez, Camargo Correa. Ahora hay investigaciones que van a iniciar a partir de los testimonios que se están divulgando. Tenemos este caso por tres años más. También están pendientes las situaciones fuera de Brasil. La Fiscalía de Brasil tiene un acuerdo con Odebrecht de no pasar las pruebas a otras fiscalías hasta junio. Esto porque hay expectativa de que Odebrecht llegue a acuerdos con los gobiernos de cada país para pagar una multa, pero que continúe trabajando. Tienen la idea de que la empresa tenga una oportunidad de seguir operando.

También se ha visto solidaridad de la prensa brasileña para compartir información con colegas de otros países…

Pienso que debemos aprovechar este caso para hacer colaboraciones con otros colegas porque hay patrones de corrupción en Brasil que podrían repetirse en otros países. Es parte del  periodismo colaborativo, que ya lo hemos visto en los Panama Papers. Nosotros tenemos que abrir esta oportunidad.

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