

1,8 millones de ecuatorianos dejaron de tener los ingresos de antes de la pandemia y pasaron a la pobreza. Foto: Luis Argüello / PlanV
La Comisión Económica para América Latina, CEPAL, proyecta la caída del PIB para Ecuador, en el 2020 del 9%. Un poco más que la caída proyectada para la América Latina, que es del 8,5%. De todas maneras, hay países con peores proyecciones que Ecuador: Venezuela (-28%), Perú (-13%), Argentina (-11,5%), Panamá (-11%).
En cuanto al índice de pobreza y pobreza extrema por ingresos, el Ecuador, hasta el 2019 estaba en la "mitad de la tabla" de los países de América del Sur, países que presentaban tasas de probreza alrededor del 20% de la población, lo cual en el caso del país, a diciembre del 2019, representaba unas 3,5 millones de personas, en una población de 17 millones. Pobre en el Ecuador es el individuo que reporta ingresos mensuales menores a USD 84. Y pobre extremo es la persona que reporta ingresos menores a USD 47 dólares mensuales. Pero la medición de un año después, ya como un impacto directo de la pandemia, elevó la cifra de la pobreza, a diciembre del 2020, la pobreza se había hubicado en el 32% de la población, es decir unos 5,3 millones de personas, mientras que la extrema pobreza había superado el 14%. Del periodo de Lenín Moreno, cortado por la estadísitica desde diciembre del 2017 a diciembre del 2020, se puede decir que pasó del 23,4% en el 2017, al 25,3% en el 2019 y al 2020 se disparó al 32%.
No es un drama solo del Ecuador. En cuanto a la región (15 países de Sudamérica) la CEPAL proyecta que, en 2020, la tasa de pobreza extrema alcanzaría el 12,5% y la tasa de pobreza el 33,7%. Ello significaría un total de 209 millones de personas pobres a finales de 2020, 22 millones más que el año anterior. De ese total, 78 millones de personas se encontrarían en situación de pobreza extrema, 8 millones más que en 2019.
En términos de tasas de pobreza, dice el informe de la CEPAL, es necesario remontarse hasta 2008 para encontrar una tasa similar (33,5%), lo que implica un retroceso de 12 años para la región. Este retroceso es aún mayor en el caso de la pobreza extrema, pues se debe retroceder 20 años, hasta 2000, para encontrar una tasa similar (12,4%). El número de personas en situación de pobreza proyectado para 2020 se ubica en un nivel similar al de 2005 (210 millones).
Especialistas en el tema de empleo y pobreza, consideran que la pérdida del empleo está directamente relacionado con el incremento de la pobreza por ingresos. Es decir que, por la pandemia y otras condiciones del mercado laboral ecuatoriano, 1,8 millones de personas dejaron de tener los ingresos de antes de la pandemia y pasaron a la pobreza. Entre el 2014 y el 2019, Ecuador fue el segundo país de América del Sur, después de Brasil, con mayor incremento de la pobreza. La razón, en el país, fue que los ingresos laborales cayeron en 2,2% en ese periodo (antes de la pandemia). En ese mismo periodo, Ecuador fue el país, entre otros 14 países de la región, de mayor caída en los ingresos salariales (-2,5%).
De cifras y siglas no sabe Ángelo C., pintor, maestro albañil, fontanero, electricista... Aunque siempre fue contratista e independiente, su ocupación más regular consistía en dar mantenimiento y pintura a las antenas de transmisión de las comunicaciones del Comando Conjunto de las FFAA. Trabajo delicado por la reserva del caso, pero sobre todo riesgoso. Subir a más de cien metros de altura por una escalerilla metálica, no es para cualquiera. Durande varios lustros, Ángelo y su equipo lo hicieron, mientras hubo presupuesto. Así anduvo por todo el Ecuador. Pero la crisis económica obligó a la institución a espaciar los tiempos para el mantenimiento. Finalmente, Ángelo y su equipo perdieron ese contrato y tuvo que dedicarse a su oficio principal: pintar y mantener casas y edificios. Sin embargo, los contratos de pintar edificios y luego casas completas empezaron a escasear, sobre todo luego del 2015. Antes pintaba unas ocho a diez casas al año, ahora su logra dos contratos es mucho. Por lo pronto se mantiene con pequeños trabajos, instalaciones, espacios pequeños para pintar, puertas metálicas, gasfitería, electricidad... Procuró mantener sus ingresos, pero estos cayeron, y aunque siempre pudo, incluso en la pandemia, llevar comida a su casa, fue a costo de triplicar sus esfuerzos, perder los días de descanso y demabular más que nunca en busca de una "chaucha".
El mercado de trabajo se empezó a deteriorar en el Ecuador, al igual que en el resto de América Latina desde el 2015, coincidiento con la caída de los precios de los recursos naturales; el petróleo en el caso ecuatoriano. Esto provocó un primer fenómeno: el aumento de la inserción en sectores de baja productividad, con mayor incidencia en las zonas rurales y entre los trabajadores con educación primaria incompleta.
En el 2019, dice la CEPAL, más de 122 millones de trabajadores de un conjunto de 15 países latinoamericanos, entre ellos Ecuador, se insertaban en sectores de baja productividad, caracterizados por bajos ingresos laborales, escasa protección social y gran inestabilidad laboral, situación que los hacía particularmente vulnerables a los efectos de la crisis del COVID-19. De ellos, 68 millones eran trabajadores independientes sin calificación profesional o técnica, 32,8 millones eran asalariados sin calificación profesional en microempresas, 11,7millones se dedicaban a trabajos de servicio doméstico y 9,8 millones eran microempresarios.
Los indicadores en el Ecuador tuvieron esa misma tendencia. Respecto a la Población Económicamente Activa del Ecuador, que son 7,6 millones de personas, la tasa de empleo adecuado fue, en marzo del 2019, al inicio de la pandemia, el 37,9%. Es decir, 2.88 millones de personas tenían un empleo adecuado. Para septiembre del 2020, la tasa había caído a 32%. Mientras que la tasa de subempleo pasó de 18,7% en marzo del 2019, a 23,4% en septiembre del 2020. Para diciembre del 2020, la tasa de empleo adecuado había caído al 30% y la informalidad, entre subempleo y "otro empleo no pleno" había aumentado al 51%.
Hay otra categoría en el análisis laboral. Los ocupados ausentes se definen como aquellas personas que no trabajaron durante la semana de referencia de una encuesta de condiciones de vida, pero siguen teniendo un vínculo laboral con un trabajo o negocio, por razones que incluyen la naturaleza típica del trabajo, licencias de enfermedad, licencias de maternidad o paternidad, continuidad de percepción de ingresos y pronto regreso. En Chile, el Ecuador, México y la República Dominicana, la participación de los ocupados ausentes en el total de ocupados aumentó considerablemente en el segundo trimestre de 2020. En Ecuador, esta tasa pasó de 1,4% en junio del 2019 al 23% en junio del 2020.
Lea en la segunda parte: Cómo fue la protección laboral y social durante la pandemia.
[RELA CIONA DAS]




NUBE DE ETIQUETAS
[CO MEN TA RIOS]
[LEA TAM BIÉN]




[MÁS LEÍ DAS]


