
Para CREO, la caída de la página web del Consejo Nacional Electoral durante 18 minutos es la prueba de que se habría cometido un supuesto fraude informático.
Cuando el pasado sábado 1 de abril, un día antes de la elección para Presidente de Ecuador, eran alrededor de las 20:00, a una gran cantidad de tuiteros nos causó una gran extrañeza un trino de una hermana venezolana que decía textualmente:
@nayett: Mañana en #EcuadorElige2017 después de escrutar el 92% de los votos, seguro se va internet una hora, luego aparece @Lenin con 51% de los votos y fin.
Y si el sábado tuvimos una gran extrañeza por el trino, imaginen nuestras caras o expresiones al día siguiente, aproximadamente a la misma hora, cuando se cumplió letra por letra, palabra por palabra, todo lo que ese texto decía.
Entonces, ¿los venezolanos hacen futurología? ¿Son cartománticos? ¿Son los Nostradamus modernos? Y la respuesta lógica es que evidentemente no lo son. Simple y llanamente están ya acostumbrados (porque lo han vivido y además saben que es un producto de exportación, si no que lo cuenten los brasileños) al método Tibisay Lucena de fraude electoral, que se realiza a través de un apagón informático que revierte, en menos de una hora, una tendencia que sería imposible estadísticamente hacer si no pasa nada extraño.
El tema funciona así: mientras el escrutinio de las actas empieza, todo va resultando absolutamente normal y el candidato de oposición al Socialismo del Siglo XXI, con el apoyo de la mayoría de la población, va ganando la elección, de repente, de la nada y a pesar de que supuestamente el CNE de cada país de esa tendencia está perfectamente preparado, con un software de última generación que costó quién sabe cuánto a las arcas del Estado, se produce un shut down del sitio web y todos los internautas que están pendientes minuto a minuto (incluidas las organizaciones políticas) de la elección, se quedan totalmente sin acceso a los resultados que va generando el escrutinio de actas.
Y aquí comienza una larga serie de irregularidades que consumarán el posterior resultado que anunciará el consejo unas horas después, cuando ya está (para ellos) todo dicho o es simplemente "irreversible".
Y aquí comienza una larga serie de irregularidades que consumarán el posterior resultado que anunciará el consejo unas horas después, cuando ya está (para ellos) todo dicho o es simplemente "irreversible".
Lo primero es la velocidad con que, en los momentos del apagón, se escrutan las actas: si entre las 17:00 y las 19:00 el avance de los resultados era más bien lento y cauto, el momento en que nadie tenía acceso (excepto el CNE) se produce un notable incremento del tiempo que se tarda en subir la información que, cuando se vuelve a tener acceso, ya arroja más del 90% de los resultados y prácticamente declara un ganador que es anunciado a través de los medios de comunicación del país.
Lo segundo es buscar un apoyo, digamos independiente, para ratificar los resultados y la metodología utilizada. En este caso, se había firmado un contrato con la Politécnica Nacional, quienes, a través de una empresa pública especialmente creada para estos fines, garantizaban con la pomposa exposición de un experto matemático que los resultados eran genuinos y que el margen de error era prácticamente nulo (cosa que todo estadístico responsable sabe que no es posible).
Las protestas de los simpatizantes de CREO se realizan en varias ciudades del país. Foto: Luis Argüello
Sin embargo, y fruto de su mismo intento de transparentar el contrato, se supo a las pocas horas que habían omitido un pequeño detalle: la muestra con la que había trabajado la Politécnica había sido íntegramente entregada por el mismo Consejo Nacional Electoral. Una muestra que no garantizaba la independencia que un cálculo así de importante requiere.
Tercero, es un proceso intenso de acoso (las amenazas de muerte que recibió participación ciudadana), descalificación (los agravios que ha sufrido Cedatos y su principal, Polibio Córdova) y los medios de comunicación (cuando no) que habían recurrido a estas organizaciones para anunciar resultados de exit poll y conteo rápido que no habían fallado en 30 años de trayectoria.
Finalmente, anunciar, de manera arbitraria que uno de los dos candidatos ya había ganado sin respetar el período de impugnaciones que era evidente iba a ser el candidato opositor al verse perjudicado de acuerdo a su control electoral. Así se ponía rápidamente un poco de tierra encima del proceso y evitaba lo que desafortunadamente no previó el CNE en esta ocasión: la movilización ciudadana.
Como consecuencia de esto, la gente de CREO ha interpuesto una impugnación basada en dos argumentos básicos:
1. La inusual diferencia y estadísticamente inexplicable entre los dos candidatos (80-20) en el último 4,7% de las actas ocurrido, adivinaron, durante el apagón informático sucedido el día de la elección.
2. La contrastación de las actas que posee el control electoral de CREO, versus lo que está subido en la web del CNE. Aquí, el Presidente del Movimiento, César Monge denunció algunas perlas que maravillan a cualquiera: actas sin firmas del Presidente de mesa (inválida) donde gana Moreno, actas con firma de un Presidente de mesa en el acta de CREO y OTRO presidente de mesa en la web donde gana Moreno. Actas con inconsistencias numéricas donde hay 100 votantes y hay 180 votos a favor de Moreno. Actas invertidas en donde Lasso tenía 140 votos y Moreno 60 y en la web aparece 140 Moreno y 60 Lasso.
Luego de todo esto, y para que el país tenga el baño de verdad que se merece, es imperativo que el CNE abra las urnas para tranqulidad de los votantes y sobre todo para que Tibisay Lucena, sea solo un mal recuerdo para los ecuatorianos.
Alejandro Zavala Palacios es consultor político y asesor de la asambleísta reelecta de CREO Mae Montaño.
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