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21 de Septiembre del 2015
Historias
Lectura: 12 minutos
21 de Septiembre del 2015
Socorro Ramírez. razonpublica.com
¿Torniquete de Ecuador y Venezuela contra Colombia?

Foto: Presidencia de la República

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro (Izq.), saluda desde el balcón del Palacio de Carondelet, a su arribo a la cita con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. 

 

Foto: Presidencia de la República

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió una artesanía al arribar al hangar presidencial del aeropuerto internacional Mariscal Sucre, para entrevistarse con su par colombiano.

 

Comparación necesaria y oportuna entre el manejo de las tensiones fronterizas por parte de Maduro y de Correa. Cómo aplicar las buenas prácticas entre Colombia y Ecuador a la ahora explosiva relación entre Colombia y Venezuela.

Los dos vecinos

Al mismo tiempo que buscaba el reconocimiento nacional e internacional de una elección lograda por estrecho margen y con muchas dudas, Nicolás Maduro ha tenido que enfrentar una grave crisis acumulada por los sucesivos gobiernos bolivarianos y ha postergado medidas urgentes por temor a sus costos políticos y sociales.

La inacción de Maduro ha agravado la situación, y ahora Venezuela vive una parálisis de la producción nacional en beneficio de importaciones de bienes básicos que el Estado distribuye junto con la gasolina subsidiada. Sin divisas y con un déficit elevado, desabastecimiento e inflación, la caída del precio del petróleo coincidió con el agotamiento de su economía y la pérdida de los avances ganados en la reducción de la pobreza.

Además, el contrabando pasa constantemente por la frontera colombo-venezolana, aprovechando tanto las diferencias de cambios y precios como la corrupción de ambos lados. No ha habido un esfuerzo binacional para revertir la grave situación de estas zonas, atrapadas en la economía ilegal ante la destrucción de emprendimientos legales de otras épocas, cuando cada país era el segundo socio comercial del otro.

Los cancilleres Elías Jagua y María Ángela Holguín acordaron medidas contra el contrabando, pero hace ya un año que Maduro ordenó cerrar en la noche los pasos fronterizos formales, frenar el envío de remesas de migrantes colombianos y continuar con su deportación.

El caso de Ecuador es distinto. Rafael Correa ha mantenido un manejo económico pragmático basado en el gasto público en infraestructura vial y social (mientras hubo altos precios del petróleo), y en restricciones a las importaciones para proteger la producción agrícola y de manufacturas, lo que suscitó reclamos de sus vecinos y socios andinos.

Para equilibrar la balanza comercial (Ecuador se convirtió en el tercer destino de las exportaciones colombianas con valor agregado, después de Estados Unidos y China), ambos países han tratado de crear alianzas empresariales que encadenen las exportaciones, aumenten su complementariedad y competitividad, estimulen y reorienten las inversiones colombianas en Ecuador hacia sectores prioritarios con líneas de crédito, establezcan un sistema bilateral de compensación de pagos, reduzcan costos del transporte terrestre, bajen las tarifas aéreas e impulsen el turismo.

Todo esto favorecía a Ecuador, hasta que la caída de precios del petróleo contrajo su economía, motivó recortes presupuestarios y abultó su deuda. La revaluación del dólar frente a las monedas de sus vecinos y socios (Ecuador es un país dolarizado) bajó la competitividad de sus exportaciones, elevó los precios locales y cambió la dirección de los flujos, lo cual afectó al comercio, al transporte y a la agricultura ecuatorianos. Entonces los consumidores pasaron la frontera para acceder a productos abaratados por la fuerte caída del peso colombiano.

Respuestas distintas

Maduro ha aprovechado un confuso ataque que dejó tres militares heridos para cerrar, militarizar y someter a estado de excepción a varios municipios fronterizos (de 5 pasó a 23 en un mes). Esto ha tenido altos costos humanitarios, sociales y económicos para ambos lados.


Reunión de las Cancilleres de Colombia y Venezuela en territorio ecuatoriano. Foto: Cancillería de Ecuador

Además, acusa a Colombia de la grave situación fronteriza acumulada durante años y anuncia su reformulación, desconociendo que en fronteras tan articuladas nada depende de un solo lado.

Correa ha apelado al patriotismo alegando que los colombianos “abarataron artificialmente sus productos”, exhortó a gastar los dólares en su país, declaró la frontera norte "zona deprimida" y triplicó el precio de los combustibles para los vehículos de carga con matrícula no ecuatoriana.

Colombia y Ecuador han atendido la agenda binacional y han tratado de satisfacer las demandas de su vecino.

Para reducir las importaciones y frenar la salida de dólares, Correa revivió y aumentó aranceles y sobretasas (vigentes desde marzo pasado) a bienes que ingresen a Ecuador por vía terrestre o aérea si estos hacen parte de las 2.961 partidas incluidas en las salvaguardias, y cuyo valor sea mayor de 2.000 dólares. Solo quedaron libres de tributos los bienes que por su escasa cantidad o valor son considerados como efectos personales no comerciales.

Los prefectos de Carchi, Sucumbíos, Imbabura y Esmeraldas, que integran la Mancomunidad del Norte en Ecuador, piden revisar los porcentajes de las salvaguardias, generar inversiones y líneas de crédito, no disminuir el presupuesto para la zona, cambiar la matriz productiva y negociar con Colombia canastas comerciales transfronterizas para vender al mismo precio en Ipiales y Tulcán.

Por su parte, la Federación de Cámaras de Comercio pide derogar las salvaguardias y apelar al diálogo sobre la libertad de expresión y de comercio frente a la propuesta del gobierno de diálogo por la equidad.

Las relaciones

Los problemas en ambas fronteras se agudizan por las complicadas situaciones en cada país:

Maduro ve amenazado su control sobre todos los poderes públicos si la oposición gana la mayoría de la Asamblea legislativa en las elecciones convocadas para el 6 de diciembre.
Correa enfrenta reiteradas y masivas protestas en las 24 provincias contra su control de los poderes, el recorte de libertades, el proyecto de quitar límites a la reelección y su política impositiva.

Estos dos gobiernos tienen una cercanía ideológica que no existe con el gobierno de Juan Manuel Santos. Como miembros del ALBA mantienen solidaridades, y practican un intenso  activismo regional. Pero la normalización de relaciones con Colombia ha sido diferente desde cuando aprovecharon la primera posesión presidencial de Santos para rehacer los nexos oficiales.

Chávez aceptó revivir los canales de comunicación pero solo con Santos y entre ministros. Fuera de ese diálogo de gobiernos centrales, la institucionalidad que existía para manejar la compleja relación binacional y fronteriza quedó anulada, entre otras cosas por el peso que ha tenido la oposición venezolana en alcaldías y gobernaciones de estados fronterizos con Colombia.

Por su parte, Maduro ha revivido cinco ingredientes explosivos, algunos de los cuales Chávez había ayudado a desmontar:

- El anticolombianismo,

- La fijación de límites marítimos que desconocen los derechos de Colombia,

- La triangulación de las relaciones bilaterales incorporando a Estados Unidos,

- La adopción de medidas fronterizas unilaterales, y

- Una diplomacia fustigadora a la que ahora se suman la canciller, el presidente de la Asamblea y los gobernadores militares fronterizos.

En cambio Colombia y Ecuador han atendido la agenda binacional y han tratado de satisfacer las demandas de su vecino, a través de encuentros presidenciales, frecuentes reuniones de cancilleres, sesiones conjuntas de gabinetes ministeriales de ambos países y el funcionamiento de la Comisión de Vecindad.
Por ejemplo, Santos le entregó a Correa copia de los computadores de las FARC por los que había sido denunciado de complicidad con las guerrillas. Correa levantó la exigencia del pasado judicial apostillado. Colombia le facilitó el acceso en línea a los antecedentes judiciales de los colombianos e indemnizó a Ecuador, que retiró las demandas por las fumigaciones y por la muerte de un ecuatoriano en el bombardeo del campamento guerrillero en ese país, y suspendió los juicios que de allí se adelantaban contra Santos y militares colombianos.

El plan Fronteras para la prosperidad y el buen vivir combinó los planes de desarrollo de Colombia y Ecuador, creó mesas temáticas sobre las distintas zonas (Amazónica, Andina y del Pacífico) con participación fronteriza, y puso en marcha proyectos conjuntos. Los dos gobiernos determinaron el punto de inicio del límite marítimo que estaba pendiente, ampliaron el puente de Rumichaca, y avanzan en acuerdos energéticos y en la gestión de las cuencas hidrográficas comunes.

La Comisión Militar Binacional Fronteriza (Combifron) puso en marcha el Plan Binacional de Seguridad Fronteriza, que ha aumentado el control territorial de cada lado y las acciones contra grupos irregulares y minería ilegal, narcotráfico y criminalidad transnacional ligada a contrabandos de personas, armas, precursores químicos y drogas.

Evitar el torniquete

Es de esperar que la confianza, el diálogo y la institucionalización del manejo de la vecindad que han construido los gobiernos de Ecuador y Colombia les permitan procesar los desfases económicos actuales y ayuden a la reunión entre Maduro y Santos (hecha posible por las presidencias pro tempore de la CELAC, que ejerce Correa, y de UNASUR, que ejerce Tabaré Vázquez, de Uruguay).

Correa puede mostrarle su experiencia a Maduro sobre cómo cerraron heridas con Colombia.

Correa puede mostrarle su experiencia a Maduro sobre cómo cerraron heridas con Colombia, y lo útiles que fueron los diez pequeños pasos que la mediación del Centro Carter le pidió dar a él y a su par colombiano, que empezaban por guardar silencio sobre el otro país mientras enviaban señales de buena voluntad, levantar las mutuas sanciones y poner en manos de expertos y organismos internacionales los temas más sensibles.

Así procesaron, en lugar de represar, asuntos de seguridad (como el de paramilitares y guerrilleros actuando en su suelo), comercio (contrabando) y migración. Para avanzar en este último asunto, la ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones facilitaron el retorno o traslado de colombianos a otros países, así como la atención a desplazados y refugiados que quisieran permanecer en Ecuador.


El Presidente de Ecuador, Rafael Correa. Foto: Agencia de Noticias Andes 

Estos organismos ahora podrían ayudar a precisar algunas cifras, pues Maduro alega que su país está desbordado con tantos colombianos, que están llegando más que los que tratan de entrar a Europa, pero sus datos no corresponden con los censos ni con los registros oficiales de allá ni de aquí.

Un torniquete contra un vecino solo puede llevar a que el contrabando y la criminalidad llenen el vacío que dejan los Estados. Es hora de diferenciar situaciones, asumir responsabilidades y propiciar acuerdos.

Socorro Ramirez: Cofundadora de Razón Pública. Para ver el perfil de la autora, haga click en este enlace.

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