Foto: Presidencia de la República
La semana anterior, el presidente Correa recibió en Carondelet a integrantes de movimientos y partidos de izquierda de Hispanoamérica. Ellos participaron en el ELAP 2014.
Foto: Presidencia de la República
Eva Golinger ha ofrecido varias conferencias en Ecuador sobre injerencia extranjera en América Latina. Una de ellas, en 2012, habló sobre el papel de ciertas ONGs. La semana pasada (foto) estuvo en el ELAP 2014 y allí habló de la necesidad de crear un centro regional de inteligencia estratégica.
El discurso es de guerra. “Es necesario un frente unido para combatirlos; es importante estudiarlos y entenderlos para desarrollar mecanismos de defensa y contraofensiva”. Eva Golinger habló así en Quito.
La abogada venezolano-estadounidense, afín al chavismo, ofreció la semana anterior una conferencia en el Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP 2014), organizado por el movimiento oficialista Alianza País, y en ella habló de las amenazas que, según su visión, penden sobre los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Cuba y Nicaragua a los cuales califica de revolucionarios y progresistas.
¿Desde dónde llegan tales amenazas? En su lógica, desde Washington y las dimensiona como estrategias de subversión. De allí el llamado a una contraofensiva. ¿Cuál es el sustento? Golinger es una prolífica investigadora de los archivos estadounidenses relacionados con política hemisférica. La ley de acceso a la información pública es su herramienta para obtener documentos que le permiten apuntalar su versión.
Por ello expresó en Quito que EE.UU, desde 2009, entrega dinero a ONGs de la región para, en sus palabras, “destruir un proceso revolucionario”. De acuerdo con la abogada, esos recursos están socavando “los procesos que estamos intentando construir para lograr el buen vivir”… Al otro lado de este río, Golinger ve una repotenciación de la derecha, de los intereses de EE.UU. y de las transnacionales en conflicto con países con invalorables recursos naturales.
La Senain y la Cancillería organizaron la semana pasada un taller sobre inteligencia estratégica para los funcionarios del Servicio Exterior.
¿Qué hacer, entonces? Eva Golinger desempolvó en Quito una antigua expectativa: la creación de un centro regional de estudios estratégicos. De hecho, en Caracas, la abogada ha dado cuerpo a esta iniciativa bajo el nombre de Fundación Centro de Estudios Estratégicos (CESE) y de ella han surgido algunas publicaciones. La telaraña imperial, en coautoría con Roman Migus, es una de ellas: apareció en 2009 y allí se expone lo que la pareja cree que son las estrategias de injerencia y subversión de EE.UU.
En Quito, entre tanto, estos temas también tomaron forma en un taller en el cual la Secretaría Nacional de Inteligencia brindó ejes de análisis estratégico a funcionarios de la Cancillería. La información como el gran capital fue uno de los puntales de la cita académica. Saber identificar la información estratégica, sostuvo el ministro Ricardo Patiño, para tomar las mejores decisiones que precautelen los intereses del país y de la integración regional.
Plan V tuvo acceso a un documento en el cual se lee que desde el CESE se esboza la creación de un Centro de Investigaciones Regionales sobre Injerencia, Imperialismo e Integración. Sus pilares conceptuales concuerdan con las tesis de la conferencia que Eva Golinger ofreció el lunes anterior en el ELAP 2014.
En el documento se ofrecen dos correos y dos teléfonos de contacto: uno a Nueva York y otro con Caracas. Este medio solicitó por esas vías una entrevista con la investigadora Golinger. Mediante contacto telefónico, la abogada prometió responder el correo propuesto. La respuesta llegó la noche del martes 7 de octubre. En su texto, la señora Golinger dijo a Plan V: "La verdad es que es solo una propuesta que tiene más de diez años sin poderla hacer. Es un invento mío que intenté montar en Venezuela, pero nunca tuve apoyo para consolidarla. Pensaba que era algo que tal vez se podría retomar hoy en día, debido a que siguen sucediendo cosas parecidas como golpes suaves y diferentes acciones de desestabilización en la región. Ojalá a alguien le interesara para hacerla una realidad. Centros de estudio e investigación siempre pueden ser útiles para nuestra sociedad".
En el documento escrito se enumeran cinco objetivos principales de esta iniciativa. Uno: producir “inteligencia contundente que servirá para alimentar las estrategias de los altos gobiernos afectados en materia de defensa, política exterior y seguridad de Estado”. Dos: armar una biblioteca sobre imperialismo, injerencia e integración para estudiantes, funcionarios públicos y visitantes internacionales. Tres: profundizar esfuerzos en áreas de seguridad, defensa, amenazas e injerencia para elaborar información de acceso público que contribuya “al fortalecimiento de la defensa de la revolución”. Cuatro: establecer convenios y crear otros centros de investigación en Bolivia, Cuba, Nicaragua, Venezuela y otros países de la Alba”. Y en el quinto objetivo se lee lo siguiente: “Solo a través de la investigación y el análisis profundo podremos desarrollar una visión estratégica capaz de garantizar el avance de nuestras revoluciones”.
Los ochos ojos y oídos de la Revolución
En el borrador de la iniciativa se observa que el Centro propuesto ejecutará, además de informes periódicos, una Red de Combate Mediático y Solidaridad Internacional. ¿Para qué? Para ser una “herramienta de combate y lucha contra la desinformación y guerra mediática”.
Asimismo, el Centro haría textos bajo pedido, entre ellos perfiles e informes sobre personas y entidades que “representan amenazas a los países revolucionarios y progresistas de América Latina. También se publicarán informes trimestrales de inteligencia estratégica “con recomendaciones de acciones sobre temas relacionados con seguridad, defensa e inteligencia global”.
Para llevar a cabo estos propósitos, en el documento se destaca que el Centro, catalogado como los “ojos y oídos de la Revolución”, tendrá ocho campos de acción.
1. Análisis, investigación y estudios nacionales. Esta división se encargará de solicitar y desclasificar documentos del Gobierno de EE.UU. sobre sus actividades en la región. Para ello se investigará acerca del financiamiento a varias organizaciones en la región. En esta línea se ubica a la NED, Usaid, Freedom House, CIA, etc. En este campo también se proyecta investigar las relaciones entre el Gobierno estadounidense y las FF.AA. de cada país, así también con los municipios y gobiernos departamentales.
2. Análisis, investigación y estudios regionales. Esta sección se encargaría de intercambiar información estratégica entre los países integrantes de la Alba, la Unasur y la Celac. También se postula la posibilidad de establecer cooperación con centros de estudios regionales de Bolivia, Cuba, Nicaragua, Ecuador y Venezuela. Entre otros fines, la idea es investigar sobre los actores involucrados en la desestabilización regional.
3. Análisis, investigación y estudios globales. De acuerdo con el escrito, desde aquí se analizará las técnicas y estrategias de intervención e inteligencia del imperio en varios países. Se identificarán a los principales think tank del capitalismo neoliberal. Y esta búsqueda también incluye a políticos, empresarios, empresarios, instituciones transnacionales.
4. División de operaciones. En este ámbito la principal responsabilidad seria el monitoreo y seguimiento de los funcionarios del Gobierno de EE.UU. en los países de la Alba. Esto supone indagar nexos desde las respectivas embajadas, la Development Alternatives Inc., el Instituto Republicano Internacional, la SAIC, Freedom House, la NED, el Instituto Demócrata Nacional, el Albert Einstein Institución y el International Center for Nonviolent Conflict.
5. División de Comunicación. En el planteamiento del CIRIII, aquí hay mucho trabajo por hacer. Esta división diseñaría la estrategia de información que se socializaría con los centros afines de los países de la región, con los entes estatales pertinentes, con los medios de comunicación afines y con los movimientos sociales, las organizaciones políticas y los “militares revolucionarios” del subcontinente. Para ello se alimentaría una página web y un periódico multilingües. Y se formaría un equipo de combate mediático internacional. Para reforzar académicamente estas acciones, el plan contempla la organización de encuentros regionales e internacionales con intelectuales de la comunicación y el pensamiento crítico.
6. División de formación. Tres objetivos se contemplan en esta parte de la iniciativa. El principal es la organización de talleres de formación para “militares revolucionarios, sindicalistas, estudiantes, activistas políticos, líderes sociales, campesinos, etc”. Esto se canalizará mediante la edición de cuadernos pedagógicos y con la formación de analistas especializados en los temas de atención de este proyecto.
7. División de documentación. Biblioteca, videoteca, recursos multimedia serán algunos de los insumos en torno a un horizonte editorial macro: sistematizar la historia de la injerencia de EE.UU. en América Latina.
8. División de seguridad. El propósito, en este punto, es ambicioso, pues la idea apunta a vincular las acciones del Centro con las organizaciones sociopolíticas y los cuerpos de defensa e inteligencia “para crear un anillo de protección y vigilancia permanente” de las instalaciones y activos del proyectado centro de inteligencia de los gobiernos progresistas.
Como no cultivar la desmemoria de los pueblos
El Encuentro Latinoamericano Progresista 2014 concluyó con la Declaración Latinoamericana por la Segunda Emancipación. Dicho documento reúne nueve considerandos y 24 resoluciones. Algunos puntos guardan relación con las tesis de la lucha contra la injerencia.
En uno de los considerandos se lee lo siguiente: "Que en varios de nuestros países, la derecha ha combinado la lucha directa confrontacional y violenta con el uso ilimitado del poder económico para el sostenimiento
de frentes mediáticos y de acción electoral, buscando refrescar su imagen mediante sofisticadas estrategias de marketing político, tratando de confundir a la ciudadanía a través de un discurso supuestamente apolítico y recurriendo a la desmemoria de los pueblos".
Frente a esta reflexión, en el ELAP 2014 se resolvió: "Alertar del peligro inminente que supone una contraofensiva de derecha o restauración conservadora para los cambios emprendidos durante estos últimos años en la región e identificar los proyectos regionales que amenazan la integración y la unidad latinoamericana". Y también se habló de "fortalecer la lucha en contra de los abusos del gran capital, la banca y las transnacionales, en vista de que vulneran la soberanía de nuestros territorios y los derechos de nuestros ciudadanos".
[RELA CIONA DAS]
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