Portada: PlanV. Fotos: Cortesía Municipios
Aunque en Ecuador la violencia se ha acelerado a escala nacional, existen ciudades que van en sentido contrario. Entre 2020 y junio de 2023, 30 de los 221 cantones del país no registraron ninguna muerte violenta en ese periodo. Estas ciudades, que pueden considerarse entre las más seguras, están en las cuatro regiones y van entre los 2.000 y los 44.000 habitantes.
Esto es llamativo en un país que ha duplicado su tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes desde el 2021. En el 2022 cerró con una tasa de 26,68, el doble de 2021 que fue de 13,89. Hasta junio de este año, Ecuador ya había llegado a 16,2. Es decir, si la tendencia se mantiene, el país cerrará con indicadores superiores a los del año pasado. Sin embargo, hay zonas donde ocurre lo contrario. Este es un detalle por región.
La Costa
En Costa, solo existen tres cantones sin homicidios desde el 2020. Se trata de Atahualpa, Marcabelí y Chilla, todos de El Oro. Esto a pesar de que, en el primer semestre de 2023, esta provincia alcanzó la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes más alta del país. El 6 de junio pasado llegó a los 34,27 homicidios por cada 100.000 habitantes y superó a Esmeraldas y Guayas, que en los últimos años se han ubicado en los primeros lugares.
En esta región, las muertes violentas se han acelerado en los últimos años. Plan V, en un reportaje anterior, reveló que existen cantones en Ecuador con tasas similares a las ciudades mexicanas más peligrosas. Este es el caso de Esmeraldas, la capital de la provincia del mismo nombre, que registró en 2022 una tasa de 139 muertes por cada 100.000. Esta cifra la ubica entre las tres ciudades más violentas no sólo de América Latina, sino del mundo.
Por eso, Atahualpa, Marcabelí y Chilla se han convertido en unas islas en toda la región costera. De hecho, los cantones aledaños como Huaquillas, Arenillas y Pasaje se encuentran entre los 10 más violentos en lo que va de 2023, con tasas entre 49 y 68 muertes violentas. Sin embargo, en estos pequeños cantones, que no superan los 6.000 habitantes, su tasa es de 0.
De los tres, el más pequeño es Chilla, con solo 2.187 habitantes. Está ubicado en la parte alta de la provincia de El Oro. Su población se dedica a la agricultura y ganadería. Produce, sobre todo, mermeladas, yogurt y quesos. “Aquí puede dejar la puerta de su casa abierta que no le roban”, asegura Víctor Manuel Nagua, alcalde de Chilla, quien describe a esta población como un lugar exento de sicariatos y de las ‘vacunas’ como se llaman ahora a las extorsiones. En Chilla es una población donde todos se conocen y, según el alcalde, las familias han enseñado a sus jóvenes a trabajar y a no involucrarse en vicios. Por eso, cree que los jóvenes no consumen drogas.
Chilla, uno de los cantones más seguros de El Oro, produce mermeladas, yogurt y quesos. Foto: Cortesía Alcaldía de Chilla
El único problema de este lugar son los asaltos en la vía y el robo de ganado por parte de personas que no viven en este cantón de El Oro. Chilla está aproximadamente a 60 kilómetros del cantón Pasaje, que registra una alta tasa de homicidios. Nagua dice que la violencia se concentra en la parte baja de la provincia. Chilla se conecta con Pasaje sólo por una vía de tercer orden.
Nagua, de 49 años, es originario de Chilla y afirma que nunca se ha dado una muerte violenta en esta población. Fue electo por el Movimiento Instauración y Desarrollo, que es agrupación política local, en alianza con el Movimiento Sur, cuyo líder es el actual prefecto de El Oro, Clemente Bravo Riofrío.
Chilla, sin embargo, tienen necesidades. Por ejemplo, requiere nuevos sistemas de agua potable y alcantarillado. El Alcalde dice que gestionan con el gobierno central el dinero para cumplir con esas obras. En la educación, la infraestructura también es limitada.
La Sierra
La mayoría de las ciudades con tasas de homicidio en 0, desde el 2020, se encuentra en la Sierra. Un total de 16 cantones no han registrado muertes violentas en los últimos cuatro años. Estos cantones se encuentran en las provincias de Azuay, Bolívar, Cañar, Carchi, Chimborazo, Loja, Pichincha y Tungurahua.
De la misma manera, son cantones pequeños. Por ejemplo, San Fernando, Guachapala, en Azuay; y Quilanga, en Loja, tienen un poco más de 3.000 habitantes. Otros cantones como Chordeleg (Azuay), Echeandía (Bolívar), Espejo (Carchi), Espíndola (Loja) y Pedro Vicente Maldonado (Pichincha) van entre los 13.000 y 17.000 habitantes. El cantón con la mayor población en este grupo es Guamote, en Chimborazo, con 44.382 habitantes.
Uno de estos cantones es Espejo. Es el tercero con más población de la provincia del Carchi. Su cabecera cantonal es la ciudad de El Ángel. Tiene 14.000 habitantes, que se dedican principalmente a la agricultura, la ganadería y al comercio. Ahora miran al turismo como otra fuente de ingresos pues aquí se encuentra la reserva ecológica El Ángel. Según Arnaldo Cuacés, alcalde de Espejo, han crecido las visitas de los turistas nacionales y extranjeros a esta zona a la que llaman ‘el Galápagos de la Sierra’.
Pese a que se encuentra en la frontera norte, Espejo (arriba) es uno de los cantones menos violentos de la provincia del Carchi. En este sector se encuentra la reserva de El Ángel (abajo). Fotos cortesía Alcaldía de Espejo
Esta es una de las razones, según el burgomaestre, de la mejora de la seguridad porque los habitantes de este cantón tienen más trabajo. Cuacés, quien ganó las últimas elecciones por el movimiento oficial CREO, dice que han invertido $20 millones, por fuera del presupuesto, en regeneración urbana, vivienda y vialidad. Una de las obras más importantes, dice esta autoridad, fue el asfaltado de una vía que penetra a la reserva El Ángel. Esto ha generado mayores plazas de trabajo y ha incrementado la oferta de servicios turísticos. Por otro lado, el año pasado hubo un sismo fuerte en el cantón que devastó más de 500 viviendas. Según Cuacés, la reconstrucción también ha generado trabajo.
Reconoce, sin embargo, que en años anteriores sí ha habido muertes violentas, porque es un cantón fronterizo. Recuerda que el momento más crítico fue durante la migración de ciudadanos venezolanos, que fue masiva y se desbordó en el cantón, sobre todo en la ciudad de El Ángel. La migración ha disminuido, pero los venezolanos que se han quedado se han integrado a la comunidad, manifiesta.
Cuacés contó que, en Tulcán, hubo una reunión de autoridades en la Brigada de Infantería 31 Andes. En la cita se habló de los indicadores de violencia de la provincia y llegaron a la conclusión que los números del Carchi no están muy complicados en relación a las otras provincias de la frontera norte como Esmeraldas y Sucumbíos. Asegura que en el Carchi no tienen Grupos Delincuenciales Organizados (GDO), aunque históricamente ha estado cercana a grupos irregulares colombianos.
Amazonía
En la Amazonía, en cambio, están nueve de los 30 cantones más seguros del país. La mayoría se encuentran en Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Esta última provincia es un caso particular, pues tiene cantones seguros, pero también registra altos niveles de violencia. Según el INEC, Paquisha -cantón de esta provincia- se convirtió en el primer semestre de 2023 como uno de los lugares con la mayor tasa de homicidios. Entre 2020 y 2022, no hubo un solo muerto. Pero en lo que va del 2023, se han registrado 5 asesinatos en esta población de solo 5.615 habitantes. Eso da como resultado que su tasa sea de 89 homicidios por cada 100.000 habitantes, la más alta del país. Paquisha es una zona minera situada en la frontera entre Ecuador y Perú.
Por el contrario, en Zamora Chinchipe están Chinchipe, Yacuambi, Centinela del Cóndor y Palanda. Estos cantones no han registrado ninguna muerte violenta desde el año 2020. Su población va entre los 8.000 y 11.000 habitantes. De los cantones amazónicos más seguros, Logroño (Morona Santiago) es el más grande con una población de 13.044 personas. El resto tiene entre 3.000 y 8.000 habitantes.
El centro urbano de Aguarico, en Orellana, está rodeado de selva. Es uno de los pocos cantones de la Amazonía donde no se han registrado muertes violentas en los últimos cuatro años. Fotos: Alcaldía de Aguarico
Entre ellos se encuentra Aguarico, que tiene 6.918 habitantes, según el INEC. Se extiende por más de 700.000 hectáreas de territorio en la provincia de Orellana. El 60% de sus habitantes se dedica a actividades petroleras, pues este cantón está cerca de los bloques ITT, 43, 31 y 16. El resto labora en la agricultura, sobre todo en la producción de yuca y plátano para su propio consumo. También hay pesca y caza. Los sectores urbanos son mínimos y se reducen solo a Tiputini y Nuevo Rocafuerte, que tienen una extensión de 44 y 32 manzanas, respectivamente. Allí vive el 6% de la población que es mestiza, que no superan las 1.200 personas.
Más del 90% de la población de Aguarico es indígena. Estas comunidades no permiten delitos. Foto Alcaldía de Aguarico
Pero la mayoría de sus habitantes son kichwas y waorani, y habitan el extenso territorio selvático bajo sus costumbres ancestrales. Estas comunidades no toleran la violencia, dice Juan Carlos Orellana, alcalde reelecto de Aguarico, por Pachakutik. En este rincón del país, los principales incidentes han tenido que ver con maltratos o hurtos. Cuando esto ocurre, las comunidades han expulsado a estas personas o las han entregado a la justicia. El Alcalde explica que la actividad petrolera no ha ayudado a la seguridad porque llegan personas de otros lados del país. Pero la comunidad ejerce presión sobre ellos en caso de algún problema.
Orellana, quien vive 27 años en este lugar, dice que en Aguarico no han existido muertes violentas, sino por ahogamientos al cruzar el río. A este cantón solo se accede por vía fluvial, después de ocho horas de navegación. El recorrido inicia en el puerto de la Marina en Francisco de Orellana. En la comunidad kichwa Samona Yuturi, que está al inicio del cantón, existe otro control. Por eso, toda persona que ingresa a esta zona queda registrada, según el burgomaestre. Existe una pista de aterrizaje, pero solo la puede usar Petroecuador o las ambulancias aéreas. Orellana dice que en Aguarico el mayor reto es sobrevivir en la selva y el mayor riesgo es la picadura de una serpiente. “Pero si lo logra, es un sobreviviente seguro”.
En la lista de las ciudades menos violentas también se encuentran las islas de San Cristóbal e Isabela, de Galápagos. Tienen 6.765 y 2.210 habitantes, respectivamente, y junto a Santa Cruz, son las únicas islas que tienen colonos en el archipiélago. Ambas no registran un homicidio desde el año 2020.
[RELA CIONA DAS]
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