Foto: Santiago Arcos
La extrema pobreza en el Ecuador agrupa a cerca de 1,3 millones de personas, la mayoría del sector rural y con baja escolaridad.
En la lucha contra la pobreza los programas de transferencias monetarias condicionadas han sido ampliamente extendidos en América Latina, Ecuador no es la excepción gracias al Bono de Desarrollo Humano. No obstante si se analiza a la población pobre extrema por ingresos, solamente el 40.22% de los hogares de ese estrato son beneficiarios de dicha transferencia, de acuerdo a un informe especializado al cual tuvo acceso este medio.
Los incrementos de cobertura a dicha población y la aplicación de montos variables del BDH logran reducir la extrema pobreza por ingresos hasta en 3 puntos porcentuales, lo que implica que hasta medio millón de personas dejan dicha condición en caso de efectuarse.
Dichas medidas son alicientes de la pobreza extrema por ingresos en el corto plazo por lo que es necesaria la aplicación de política pública que mejore las destrezas y la realidad laboral de los individuos que se encuentran en dicha condición de privaciones. El anterior Registro Social (2008) tenía un mejor grado de focalización –hasta el 68.83% de hogares pobres extremos como beneficiarios- que el utilizado actualmente (2013), por lo que es importante mejorar el actual mecanismo en pro de mejorar los niveles de bienestar de dicho segmento poblacional.
La cifra oficial de pobreza por ingresos en el Ecuador se radica en el 23, 28% de la población; es decir 3,2 millones de personas. Mientras que la pobreza extrema se sitúa en 8,45%, unas 1,18 millones de personas.
1,3
millones de personas están en la extrema pobreza en el Ecuador.
El especialista consultado dice que el hecho de que el 60% de las personas en extrema pobreza no recibe el bono de desarrollo humano, cuando debiera recibirlo, se debe a errores en la focalización, que es el Registro Social 2013, ya que, tal como se presenta la cifra de receptores, existe una gran parte de beneficiarios que no se encuentran en condiciones de pobreza extrema por ingresos, mientras que un gran segmento de pobres extremos no son receptores de dicha transferencia. Si bien la forma de calcular e identificar a un potencial beneficiario del BDH no toma en cuenta la condición de pobreza por ingresos es importante tomar en cuenta que ambas medidas deberían poseer un alto grado de convergencia entre pobres (o pobres extremos) por ingreso y receptores del BDH, dice el documento publicado en Foro Económico Ecuatoriano.
Una de las principales razones que motivaron esta investigación que se revela aquí era analizar el nivel de precisión que tiene el actual instrumento de focalización del BDH. En diciembre del 2015 tan solo el 40.22% de los hogares pobres extremos son beneficiarios de la transferencia; sin embargo con el anterior mecanismo de focalización (Registro Social 2008) la asignación de la transferencia a los hogares pobres extremos por ingresos era mejor, tomando en cuenta los años 2009, 2010, 2011 y 2012 el porcentaje de hogares pobres extremos por ingresos que recibían el bono era de 62.3%, 60.87%, 64.82% y 68.83% respectivamente
Los problemas de focalización con el actual Registro Social no solo se dan dentro de la población pobre extrema por ingresos, dice el informe. Si se analiza los hogares por decil de ingreso, se evidencia que la cobertura del BDH en los hogares del decil 1 fue de 58.71%, 57.38%, 66.33% y 71.33% en los años 2009, 2010, 2011 y 2012 respectivamente mientras que para el año 2015 la cobertura de dicha transferencia en los hogares pertenecientes al mismo decil fue de tan solo 39.92%. Esto implica problemas serios en la focalización del actual Registro Social y un mejor desempeño del Registro Social del 2008.
Las campañas del Miess se presentan en los enlaces ciudadanos del Presidente de la República. Foto: Flickr Presidencia
US$ 131
es el monto máximo del Bono de Desarrollo Humano para una familia hasta con tres niños menores de cinco años.
Otro punto que es importante mencionar es que a partir del año 2014 se inició un proceso de depuración de los beneficiarios del BDH, que de acuerdo a los datos mencionados puede haber afectado a hogares que realmente necesitan la transferencia.
Con el objetivo de analizar los efecto de la universalización de la transferencia del BDH en los hogares pobres extremos, para este informe se trabajaron tres simulaciones: i) entrega de BDH a todos los hogares en extrema pobreza por ingresos; ii) entrega de BDH variable a los hogares pobres extremos por ingresos que actualmente reciben la transferencia; y, iii) entrega de BDH variable a todos los hogares pobres extremos por ingresos.
El BDH variable consiste en una transferencia adicional a los US$ 50 mensuales que se asigna actualmente y entrega US$ 30 mensuales si el hogar tiene un niño menor a cinco años. En el caso que el hogar tenga dos niños menores a cinco años se asigna US$ 27 adicionales y si el hogar tiene 3 niños se asigna un adicional de US$ 24. Esto representa un ingreso de US$ 80, US$ 107 y US$ 131 si el hogar tiene 1, 2 o 3 niños menores de cinco años respectivamente. En el caso de que el hogar tenga hasta 3 niños de entre 5 y 17 años se asignan transferencias de US$ 10, US$ 9 y US$ 8.1, con lo que el hogar pasaría a recibir US$ 60, US$69 y US$77 mensuales. Tomando en cuenta que existen hogares con miembros menores de 5 años y entre 5 y 17 años existen valores variables que se ajustan al número de miembros en dichos rangos etáreos.
La ampliación de cobertura y el incremento de la transferencia mensual tienen impactos financieros para el programa. Según datos de la Encuesta Nacional de Empleo Desempleo y Subempleo, el costo total de la trasferencia es de US$ 545 millones anuales, mientras que para cada una de las simulaciones el presupuesto de la asignación debería aumentar en US$ 99, 44 y 181 millones para las simulaciones 1, 2 y 3 respectivamente.
US$ 545
millones anuales es el monto de transferencia para los casos de extrema pobreza.
Actualmente la población que vive en condiciones de pobreza extrema asciende a 1.3 millones; en el caso de aplicar una cobertura universal del BDH a toda este grupo poblacional, el número de individuos que dejaría la condición es de 285 mil aproximadamente.
En el caso de aplicación del BDH variable a los actuales beneficiarios, aproximadamente 141 mil personas dejarían de ser pobres extremos; finalmente el caso de cobertura universal con BDH variable, 498 mil personas abandonarían la pobreza extrema situando a la población en condición de pobreza extrema en 872 mil personas aproximadamente.
Las condiciones laborales
La PEA que vive en pobreza extrema (los cálculos que se detallan en esta sección es para población de 18 años y más) registra profundas deficiencias y asimetrías en términos de escolaridad e ingreso laboral. A nivel nacional, la escolaridad promedio se ubica en 9.48 años mientras que la escolaridad promedio de la PEA en pobreza extrema es solamente de 6.84 años; comparando con los individuos que no son pobres extremos existe una diferencia promedio de casi tres años de escolaridad (9.64 años).
En el caso del ingreso laboral, las asimetrías son mucho más profundas, el ingreso laboral mensual promedio a nivel nacional se ubica en US$ 488 mientras que en el caso de los pobres extremos este rubro es de tan solo US$ 91; los individuos que no son pobres extremos registran un ingreso laboral promedio de US$ 510.
60%
de personas en extrema pobreza trabaja en el sector rural.
El empleo adecuado es casi inexistente entre los pobres extremos, mientras que 9 de cada 10 individuos de este estrato socio económico tiene empleo inadecuado y el individuo restante se encuentra desempleado.
La crítica situación laboral de los individuos que viven en extrema pobreza tiene como reflejo los altos niveles de informalidad en los que éste estrato poblacional se desempeña. Ocho de cada 10 individuos trabaja en sector informal de la economía, tan sólo uno labora en el sector formal y el individuo restante trabaja en el servicio doméstico. Comparando con los individuos que no son pobres extremos, la diferencia es abrumadora ya que de dicho grupo 5 de cada 10 individuos labora en el sector formal mientras que tres de cada 10 personas lo hace en el sector informal (de igual manera en los promedios nacionales).
[RELA CIONA DAS]
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