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31 de Agosto del 2021
Historias
Lectura: 19 minutos
31 de Agosto del 2021
Redacción Plan V
7 de cada 10 ecuatorianos que pasaron por México han sido detenidos
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El incremento de migrantes ecuatorianos que viajan con niños ha llamado la atención de autoridades y operadores turísticos en México. Foto: EFE

 

Más de 62.000 ecuatorianos han sido detenidos por la patrulla fronteriza de EEUU en 2021. Esto supone un aumento del tráfico de migrantes, cuyas redes incluyen agencias de turismo en Ecuador y México y agentes migratorios, según una fuente mexicana. En Ecuador, expertos opinan que la visa a México no detendrá la migración mientras las condiciones económicas y sociales no mejoren en el país.


El drama de la migración ecuatoriana hacia EEUU también se refleja en las detenciones y deportaciones. Según la Cancillería, entre enero y julio de este año, 62.040 ecuatorianos han sido detenidos por la Patrulla Fronteriza en los estados de Arizona, Nuevo México, California y Texas. En el mismo periodo, 88.696 ecuatorianos han viajado a México. Es decir, 7 de cada 10 ecuatorianos que pasaron por México fueron detenidos por las autoridades norteamericanas y regresados a territorio mexicano. O deportados desde EEUU: 3.880 en los siete primeros meses de este año.

También han desaparecido o fallecido en su intento. En lo que va de 2021, 19 ecuatorianos han desaparecido en esta ruta, de los cuales solo 12 ya han sido hallados. De esos 12, seis fueron encontrados sin vida. Aunque el tráfico de migrantes no es nuevo en Ecuador, su investigación y denuncia van a paso lento. En 2021, cuando la migración ha registrado un despunte, solo habían llegado 17 denuncias a la Fiscalía por tráfico ilícito de migrantes.

Pero este delito tiene diversas facetas. Una de ellas tiene que ver con los operadores turísticos. Según una fuente mexicana que trabaja en este sector y pidió el anonimato, la red incluye agencias ecuatorianas, mexicanas y agentes migratorios en los aeropuertos. “No sé si en Ecuador son ciegos, pero hay agencias y aerolíneas que se dedican a eso”, dice la fuente. Lo hacen independientemente de si los pasajeros pueden o no entrar a México.

“La agencia de Ecuador se conecta con la de México, estas ya tienen los contactos en el aeropuerto y por un pago dejan salir a los migrantes”, asegura. Mientras que las personas que se aventuran y no pagan coyoteros, seguramente son las que más regresan. Por México también están migrando colombianos y venezolanos, pero no en la cantidad que lo hacen los ecuatorianos, sostiene. Además, la mayoría es del sur del país.

En la salida donde los operadores turísticos reciben a los visitantes también están los coyoteros que, a decir de la fuente, son fácilmente identificables. Siempre los llevan a hoteles económicos, alejados de la zona turística y allí los tienen entre dos y tres días hasta que son trasladados.

El tráfico de migrantes se maneja de manera clandestina, pero a la luz de todo el mundo, describe la fuente. Le llama la atención el aumento del arribo de migrantes con niños.

En el caso de México, después de que los viajeros son ubicados como migrantes indocumentados, los llevan a un centro de detención temporal y las autoridades mexicanas llaman a las embajadas correspondientes, en este caso a la de Ecuador.

Francisco Carrión, nuevo embajador en México, dijo en una entrevista con PlanV que una de sus tareas más importantes será la de trabajar con las autoridades mexicanas y de EEUU para establecer mecanismos de regularización de los flujos migratorios. “En términos de política exterior y en términos de diplomacia, mi criterio es que debemos trabajar —y eso plantearé a las autoridades mexicanas— una suerte de arreglo tripartito con Estados Unidos, porque el migrante lo que quiere es llegar al sueño americano, y es legítimo que México no quiera complicarse la vida con Estados Unidos”, manifestó.

A nivel local, en mayo pasado, Carlos Alberto Velastegui, viceministro de Relaciones Exteriores, dijo a PlanV que un comité interinstitucional, presidido por el Ministerio de Gobierno, analizaba la salida de ecuatorianos por el aeropuerto de Latacunga —que en pocos meses fue uno de los puntos de mayor salida de migrantes— para monitorear que los ecuatorianos viajen en condiciones que no afecten a su bienestar. Pero hasta el momento se desconoce el estado de esas investigaciones.

Desde Latacunga salieron 6.150 ecuatorianos entre enero y junio pasados, siendo mayo el mes con más vuelos hacia México. Pero la mayoría de ecuatorianos ha viajado desde el aeropuerto de Quito: 40.633 entre enero y julio. De esa terminal, salieron 10.648 ecuatorianos hacia México, el mayor número en lo que va del año.

También hay extorsiones, sobre todo por los agentes de migración en México, dice la fuente. Los migrantes deben pagar entre 100 y 200 dólares para salir. En una ocasión, un padre ecuatoriano con su hijo fue detenido por Migración en el aeropuerto de Ciudad de México. Le revisaron la maleta y lo acusaron de ilegal. Pero el agente le dijo ‘te podemos ayudar’. “Vamos a revisar la maleta, mete la mano y pones los 100 dólares”, fueron las instrucciones que recibió el ecuatoriano para no ser regresado, relata la fuente que fue testigo de ese hecho. Era un turista, no un migrante, afirma. Hay personas que han llegado por turismo real y los han regresado porque no ceden a las extorsiones.

El regreso de turistas ecuatorianos confundidos por migrantes ha sido algo recurrente en los últimos meses, coincide Santiago Yumbla, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Agencias de Viajes y Turismo (Asecut). Afirma que muchas veces son retenidos en el aeropuerto y hasta explicar su situación pierden sus conexiones o llegan tarde a sus actividades. Si un ecuatoriano que va como turista y es confundido como un migrante, el que paga es el pasajero. Pueden ser no admitidos en el país y con ello pueden usar su boleto de regreso. Pero si una persona logra ingresar y se queda más de 180 días, que es el plazo máximo para estar con estatus de turista en México, y lo detienen, será deportado y las autoridades mexicanas revisan si su boleto de vuelta es válido.


En esta imagen captada por la agencia internacional AFP en el temido río Bravo retrata las difíciles condiciones en las que migran los ecuatorianos. En este caso, una madre ecuatoriano con sus dos hijas buscaba asilo en EEUU, en marzo 2021. Foto: Ed JONES AFP

En una ocasión, un padre ecuatoriano con su hijo fue detenido por Migración en el aeropuerto de Ciudad de México. Le revisaron la maleta y lo acusaron de ilegal. Pero el agente le dijo ‘te podemos ayudar’.

En Ecuador, hay un solo vuelo directo Quito-México al día que lo opera la aerolínea Aeroméxico. También hay seis vuelos de Copa Airlines vía Panamá y cuatro vuelos más de Avianca vía Bogotá.

Ante la escalada migratoria, México anunció que, desde el próximo 4 de septiembre, los ecuatorianos que deseen visitar este país deberán presentar una visa. Roberto Canseco, jefe de Cancillería de la Embajada de México en Ecuador, sostuvo que siete de cada diez ecuatorianos que ingresaban a su país lo hacían para cruzar hacia EEUU.

Yumbla afirma que si bien han salido migrantes ecuatorianos, también ha existido un aumento de turismo real hacia México, sobre todo entre julio y agosto antes del inicio de las clases en la Sierra. Explica que hay tres tipos de grupos. El primero son ecuatorianos que aprovechan que México sea uno de los pocos destinos abiertos al turismo en pandemia. El segundo grupo está conformado por estudiantes. En México, las clases también se inician en septiembre, entonces hay alumnos ecuatorianos que compran un pasaje ida y vuelta —porque sale más barato— y usan el viaje de regreso para las vacaciones de diciembre. Y el tercer grupo que se ha reactivado es el corporativo. Aprovechan la vacunación en Ecuador y viajan para hacer sus cursos de capacitación, sobre todo en el sector petrolero. Estos grupos, agrega Yumbla, se ven afectados con la decisión de México de imponer de nuevo el visado.

A nivel local también hubo un cambio de las normas que rigen a las agencias de viaje. Se trata del Reglamento de Intermediación Turística, expedido el pasado 3 de mayo por la entonces ministra Rosi Prado de Holguín, a días de la salida de Lenín Moreno del poder. Yumbla recuerda que antes de este reglamento había agencias de viaje operadoras, mayoristas y duales (agencias de viaje y operadoras). Pero la nueva norma dice que todas son agencias de servicios turísticos. “Antes no podía comprar un tour o un paquete turístico a una agencia, porque esta debía comprarlo a su vez a una mayorista. Antes las mayoristas no podían vender al público sino solo a las agencias. Con el cambio, ahora todos pueden vender todo”.

Aunque el representante de la Asecut apoya este cambio porque antes había mucho monopolio, también manifiesta que estos cambios abrieron las puertas a una mayor informalidad en el sector turístico y posibles estafas. Es decir, una persona cualquiera puede publicar por redes sociales estos servicios.

Yumbla dice que los migrantes no solo compran pasajes en las agencias de viajes sino también en las aerolíneas y en las páginas web. La visa, en su opinión, no soluciona el problema, pues la gente seguirá viajando en condiciones más riesgosas.

Aunque el representante de la Asecut apoya este cambio porque antes había mucho monopolio, también manifiesta que estos cambios abrieron las puertas a una mayor informalidad en el sector turístico y posibles estafas. 

Por la ley de sigilo profesional, los operadores turísticos no preguntan qué harán las personas en el destino. “Mi papel es darle el servicio que me solicita”. Afirma que falta entrenamiento a los operadores turísticos para informar sobre las regulaciones en los países de destino.

Cuestiona que los organismos de control no digan nada respecto a las agencias que se han dedicado a ofrecer viajes específicos para migrantes. “Sabiendo que existen, no les hacen una supervisión para ver si están en las oficinas donde dicen estar, si han declarado impuestos o si tienen permisos de funcionamiento”.

Para poder operar en Ecuador, las agencias deben tener un espacio físico para sus actividades comerciales y administrativas. Es decir locales, más no viviendas. Asimismo, el 30% del personal debe tener un título profesional en turismo; y el 20% del personal debe acreditar conocimientos en un idioma extranjero.

Pero, ¿quién controla a las agencias? Yumbla dice que es un tema complicado porque en principio debería ser el Ministerio de Turismo. “Pero con la ley de descentralización entran a jugar también los GAD provinciales. Y si hablamos de Quito, es el Distrito Metropolitano, entonces además entra Quito Turismo”. Dice que hasta tres instancias podrían tener la facultad de revisar la legalidad de una empresa turística.

    PUNTO DE VISTA   

‘Es un Estado que se ha dedicado a ‘chupar’ de las remesas de los migrantes’

Soledad Álvarez, investigadora postdoctoral de la Universidad de Houston y miembro del Colectivo de Geografía Crítica de Ecuador

Soledad Álvarez, miembro del Colectivo Geografía Crítica.

La salida de ecuatorianos, que la estamos viendo como una tercera ola migratoria, arranca más atrás de la crisis por la pandemia. En el trabajo reciente que hicimos en el Colectivo de Geografía Crítica, analizamos los saldos migratorios de los ecuatorianos en las dos últimas décadas para entender qué estaba pasando en la emigración. Encontramos que entre las distintas olas —la primera en los años 80, la segunda en 2000— después de ese pico vino una desaceleración entre 2008 y 2013. En esos seis años bajó el número de ecuatorianos que salían del país, porque mejora sus condiciones migratorias y porque hay la crisis financiera inmobiliaria en los países de destino.

Pero en 2014, cuando cayó el precio del crudo y Ecuador comienza a entrar en una recesión económica, se incrementa la salida de ecuatorianos al extranjero, mayoritariamente hacia EEUU. Este último movimiento migratorio tiene al menos siete años. Ahora el pico enorme que vemos en este año es por efecto directo de la pandemia. En 2018, México levanta el visado y eso supone que entre 2018 y hasta este año ha habido un incremento muy grande de ecuatorianos que van a México.

Esta es una respuesta social que los ecuatorianos y ecuatorianas han dado para resistir a la desigualdad económica profunda en nuestro país. Es una respuesta histórica que se registra desde los años 60. Esto dice también que hay generaciones y generaciones de migrantes. Las familias que están saliendo tienen vínculos con parientes, vecinos y comunidad que han estado saliendo por décadas. Hay una exacerbación de las condiciones de precarización.

Este último movimiento migratorio tiene al menos siete años. Ahora el pico enorme que vemos en este año es por efecto directo de la pandemia.

En política interna, el Estado ecuatoriano ha sido totalmente ausente de una respuesta sostenida a lo largo del tiempo frente a la diáspora migratoria. Si bien en la época dorada del correísmo hubo un interés en crear la primera institución que respondiera a la dinámica migratoria tan compleja de Ecuador, después de los primeros años todo este proyecto de política migratoria integral se ha ido desarmando. Ahora el país no tiene una política migratoria, lo que tiene son respuestas tremendamente coyunturales a las situaciones que se dan a las personas que están llegando al Ecuador.

Si es un país de seis décadas de migración, debería tener programas para hijos a los migrantes que se han quedado en las comunidades de origen, para las cuidadoras (familiares sobre todo mujeres) que se quedan con ellos y para las comunidades que se quedan huérfanas. Tampoco hay asistencia psicológica. Es un Estado que hipócritamente se ha dedicado a ‘chupar’ de las remesas de los migrantes porque ellos no han dejado de enviarlas. Inclusive ni en el tráfico de migrantes -que es una preocupación de seguridad nacional y de lucha de crimen transnacional- el Estado ha logrado implementar un programa de investigación y resolución de casos.

En política exterior, la imposición del visado de México es una crónica de una visa anunciada. La salida de ecuatorianos por este país era tan grande que era evidente que iba a reimponer el visado. México es un operador de la política migratoria de Estados Unidos. La manera que responde México frente a un país latinoamericano es re imponiendo el visado para que la gente no entre a EEUU. De hecho, esa fue la respuesta de las autoridades mexicanas sobre por qué imponen visado, dijeron que 7 de cada 10 ecuatorianas van a EEUU. A partir del 4 de diciembre, los ecuatorianos que tengan visa a EEUU, Japón, Canadá o a la Unión Europea podrán entrar a México. Ese es un gran ejemplo de cómo opera una política exterior de control a la migración totalmente intervencionista.

México es un operador de la política migratoria de Estados Unidos. La manera que responde México frente a un país latinoamericano es re imponiendo el visado para que la gente no entre a EEUU.

La visa del presidente Guillermo Lasso es una visita en un momento en el que México, Ecuador y Colombia comienzan a alinearse a EEUU para recibir a refugiados afganos, para convertirse en un país de tránsito. Además de alinearse a la política de seguridad norteamericana y no es la primera vez. Es una manera sobre cómo EEUU externaliza su política de control hacia las Américas. Es una pieza ajena. Por un lado, se abren las puertas a los refugiados afganos sin resolver su propia crisis frente a la población venezolana y la diáspora de ecuatorianos.

La competencia del Estado no es restringir el derecho que tienen las personas a movilizarse. El fracaso ha sido su incapacidad de generar cualquier tipo de transformación de las condiciones de vida y de mínimos derechos económicos y sociales. Ecuador hasta la fecha, de los 60, no ha logrado transformar las condiciones de vida, mayoritariamente del campo ecuatoriano. Es un país que sigue expulsando a su propia población.

¿Quiénes son las personas que se están yendo? Muchos de ellos posiblemente son hijos de migrantes que crecieron solos o que crecieron en medio de comunidades migrantes, donde sus padres y abuelos ya migraron. En esta ola algo nuevo que estamos viendo es la salida de mujeres, madres solteras que viajan con sus hijos, de familias enteras que se están yendo y la salida de niños y adolescentes no acompañados.

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7 de cada 10 ecuatorianos que pasaron por México han sido detenidos
 


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