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23 de Julio del 2018
Historias
Lectura: 16 minutos
23 de Julio del 2018
Susana Morán
Basura: los números rojos de Ecuador

Foto: Mariana Verda

La producción de residuos per cápita en Ecuador es de 0,81 kg por habitante y por día. En la imagen, una voluntaria haciendo limpieza en las costas de Galápagos.

 

El pasado 13 de julio, la isla Floreana de Galápagos se convirtió en el primer territorio ecuatoriano libre de sorbetes. El archipiélago es la primera provincia del país que prohibió en mayo pasado el uso de ese material, además fundas tipo camiseta, envases de polietileno y botellas no retornables. Pero la basura en el Ecuador es un problema de larga data y que ahora alcanza las 61.000 toneladas de desechos semanales. Solo en Quito se producen 2.000 toneladas al día. Las costas y los mares sufren las consecuencias.

El ‘boom’ petrolero y el ‘boom’ de la basura

Bote la basura por la ventana”. La frase que puede sonar a una anécdota en realidad es parte de la historia de un problema que en Ecuador, según expertos, es desde hace muchos años una emergencia sanitaria. La expresión la recoge María Fernanda Soliz, catedrática de la Universidad Andina Simón Bolívar. Ella en su libro “Ecología política y geografía crítica de la basura en el Ecuador”, publicado en el 2015, explica que “bote la basura por la ventana” refleja uno de los tres momentos de la evolución del manejo de los desechos en el país. La autora dice que, hasta 1975, la basura no fue una preocupación estatal y era natural que esta sea arrojada en terrenos baldíos, ríos, quebradas, vías.

Pero con el ‘boom’ petrolero, el aumento de los desechos fue considerable y llegó un nuevo discurso: “bote la basura en su lugar”. Es así que en esa época se registran los primeros botaderos a cielo abierto sin mayor control municipal: en 1974 en Guayaquil, 1977 en Quito y 1980 en Cuenca. Pero el crecimiento de la cantidad de residuos continuó e hizo que el aseo urbano aparezca en las agendas municipales, según la investigadora. La preocupación creció y con ello surgió un tercer momento caracterizado por la creación de rellenos sanitarios y la clasificación de los desechos. “Bote la basura en cada lugar” es el discurso de este tercer período.


En Quito, cada día se botan 2.000 toneladas de basura. En la imagen, un contenedor abarrotado de desechos en el sector de La Mariscal. Foto: Luis Argüello

Pero la autora también ubica otro momento más y corresponde a la última década. En su texto, recuerda que en diciembre de 2012 el gobierno de Rafael Correa aumentó el salario básico de 292 dólares a 318 dólares. Un incremento histórico para la época, pero así mismo el consumo generado acarreó un nuevo ‘boom’ de basura. Así lo demuestra su investigación que la hizo entre 2010 y 2012 a partir de recorrer vertederos cantonales y entrevistas a funcionarios municipales a cargo del manejo de los desechos.

Sus resultados fueron en ese entonces alarmantes. Al 2012 en Ecuador se producían 61.117 toneladas de basura semanales. De esa cifra solo el 20% terminaba en espacios adecuados para su tratamiento, el resto iba a vertederos a cielo abierto, botaderos controlados, botaderos en vías, quebradas y ríos.

53%

de los cantones lleva sus residuos a botaderos de cielo abierto, según cifras de 2016.

Además mensualmente se recuperaban 4.788 toneladas de residuos. Menos del 10% del total nacional de desechos, según datos obtenidos por la investigadora. De ellos, el 53,9% era material orgánico, el 24,4% cartón y papel, el 10,9% plástico, el 6,5% metales y chatarra, y el 4,4% vidrio. 

Tras sus análisis, halló además que la producción de residuos per cápita en Ecuador era de 0,81 kg por habitante y por día. Los cantones con mayor población total son también los cantones con mayor producción diaria de residuos sólidos. “En el Ecuador, únicamente el 52% de los municipios realiza la recolección diferenciada de los residuos hospitalarios. De éstos solamente el 24% lo dispone en una celda especial; el porcentaje restante lo hace directamente en el relleno sanitario o en el botadero público”.

La investigadora apunta además en otra obra llamada “Salud colectiva y ecología política. La basura en Ecuador”, lanzada en el 2016, que el 53% de los cantones lleva sus residuos a botaderos de cielo abierto, el 23,3% a vertederos controlados, el 20% a rellenos sanitarios y el 4,1% a ríos o incineradores. Dice además que: “La región más crítica es la Costa, en donde apenas el 10% de los municipios dispone de un relleno sanitario, manual o mecanizado; en la región Sierra son 25%, y en el Oriente, el 24%”.

Según el Ministerio del Ambiente, en el Ecuador existen 144 botaderos a cielo abierto y 77 rellenos sanitarios. Su Programa Nacional para la Gestión Integral de Desechos Sólidos tenía previsto haber cerrado los botaderos al cierre del 2017. Plan V consultó con esa cartera si cumplió ese objetivo, pero aún no hay respuesta.


Los desechos de hospitales y domésticos tóxicos como pilas y aceites no son colocados en recipientes diferenciados y van a los botaderos. En la imagen el botadero a cielo abierto de Playas, en Guayas. Foto: El Universo

Pero dentro de los hogares hay desechos más contaminantes. Estos son las pilas y los aceites. Según Soliz, que cita la encuesta de prácticas ambientales del INEC de 2010, el 67,3% de los hogares desecha las pilas con el resto de la basura. Lo mismo ocurre con el aceite: el 44,9% lo junta con el resto de la basura, cuando debe ser colocado en recipientes diferenciados. Una práctica muy lejana aún en las familias ecuatorianas, pues según la misma encuesta, a nivel nacional más del 80% de los hogares ecuatorianos no clasificaba ni desechos orgánicos, ni plásticos, ni papel. ¿Qué consecuencias trae esto?

Los mares, el botadero común

De acuerdo con el estudio de 2016 de la investigadora en temas de salud, María Fernanda Soliz, un 4,1% de los cantones bota su basura a los ríos. Cuando ello ocurre, los desechos pueden viajar cientos de kilómetros y llegar hasta el mar. Luis Suárez, director ejecutivo de Conservación Internacional-Ecuador (CI), explica que el problema más grave es que los desechos como el plástico se desintegren y lleguen a la cadena alimenticia, lo cual afecta la salud de las especies. Según sus cifras, el 95% de la contaminación marina es microplástico, un tóxico que es ingeridos por el plancton, peces y otras criaturas marinas que luego son ingeridas por el ser humano.

De esta contaminación han sido testigos miles de voluntarios que cada año acuden a las costas ecuatorianas para limpiarlas. De enero a marzo pasado, en ocho áreas marinas y costeras protegidas, un total de 2.398 voluntarios recogieron 29.974 kilos de desechos, de los cuales el 73% fueron levantados solo en la reserva marina de Galápagos. CI fue una de las organizaciones participantes.


Esmeraldas (foto) fue una de las provincias donde se realizó la iniciativa Limpieza Costera. Foto: Juan Reece

Luis Suárez recordó que el programa cubrió 25 sitios de las provincias de Esmeraldas, Manabí, Santa Elena y Guayas. En Galápagos los recorridos se hicieron en 15 islas tanto pobladas como remotas. En esta limpieza, por ejemplo, encontraron una enorme cantidad de cepillos de dientes y zapatos. En las playas continentales se encontraron con que el 44% de los desechos era plástico y en segundo lugar, muy lejos, estuvo el vidrio presente en un 26% y después desechos orgánicos, papel y metales.

29.974

kilos de desechos fueron recolectados de las costas de Galápagos y de 25 puntos de cuatro provincias, entre enero y marzo de este año. 

Al hacer un desglose por cada uno de esos tipos de desechos, se encontró que se encontró que en plástico la mayoría eran envases contenedores de comida o bebidas, sorbetes, cubiertos, fundas, fragmentos de cuerdas, etc. Según el informe de la iniciativa, también había fragmentos plásticos. “Aunque por peso no pareciera mucho, el volumen de este elemento era lo que más llenaba los sacos recolectados”. En vidrio lo que más abundó fueron envases de bebidas alcohólicas (tipo cervezas), y fragmentos de vidrios.

Al revisar el enorme perfil costanero de Galápagos, incluidas sus islas remotas y sin población, han encontrado enorme cantidad de basura. Por ejemplo, en las seis islas más remotas se encontraron con botellas plásticas, restos de objetos de plásticos, tapas de botellas, cuerdas, pero la gran mayoría (76%) fue restos de objetos. En las islas más cercanas también se encontraron sobre todo con botellas plásticas.

Los organizadores de la recolección de basura además hicieron un desglose por marcas y tipos de bebidas. El 36% fueron envases para agua, el 21,3% para bebidas hidratantes, el 24,9% para gaseosas, el 13,7% para bebidas como yogurt, leche, jugo, y el 3,6% para energizantes. En Cerro Ballena, en la isla Isabela, estas botellas en un 40% procedía de China, un 38% de Perú, un 18% de Ecuador y después de varias naciones que incluían Reino Unido, Chile, Argentina, Nicaragua, México, Japón, Panamá y Hong Kong.

De su experiencia, Luis Suárez cree que en los municipios costeros hay mucho esfuerzo de limpieza de las playas, pero el manejo de los desechos sólidos es uno de los problemas más graves a nivel nacional. “Parte de la basura que nos llega al mar viene de municipios serranos donde mucha gente bota basura en los riachuelos y eso va al mar”. Por eso considera que el ejemplo de Galápagos debe llegar a ser una política nacional. 

Pero el hallazgo de botellas de China o Reino Unido en Galápagos es un síntoma de que el manejo de la basura es un problema que debe ser tratado con estrategias locales, nacionales, regionales y globales. “Las corrientes marinas arrastran basura y por más esfuerzo que hagan los municipios locales no será suficiente”.

Aclara que este no es un tema solo del Estado sino de cada ciudadano. “En lo que consumimos, escogemos. Separar los residuos en casa, mucha basura puede ser usada en generación de abonos y energía. En este último año han llegado más de 1.800 voluntarios para recolectar basura en las costas. Cada una de esas personas entra con una actitud y sale con otra respecto a la limpieza de la basura y el reto que significa”. De ahí que considera que como gran paso el ejemplo de Galápagos de prohibir los sorbetes, fundas tipo camiseta, envases de polietileno y botellas no retornables, y espera que esta sea una política pública nacional.

El aumento de la basura en Quito

701.994

toneladas de basura se recolectaron en el 2017. Esto representa un aumento si se compara con el 2010 cuando se recogieron 579.447 toneladas. 

En Quito, al día se recogen entre 2.000 y 2.200 toneladas de basura. Al mes, el promedio supera las 61.000 toneladas.  Según cifras proporcionadas por Emaseo, en los últimos ocho años hay un incremento de los desechos sólidos en la capital. En 2010 se registraron 579.447 y en 2017 esta cifra llegó a 701.994 toneladas. En la capital no hay rellenos a cielo abierto, sino un relleno sanitario en el sector de El Inga.

Para la secretaria de Ambiente de Quito, Verónica Arias, aún falta que el quiteño entienda la importancia del reciclaje. Entre los objetivos de esa administración está bajar de 2.000 toneladas a 1.800 toneladas diarias al 2030 “con la proyección que la ciudad crezca. Eso consta como política ambiental que tiene que cumplir las empresas competentes”.

Menciona, por ejemplo, que en los centros comerciales hay contenedores de color rojo para los desechos peligrosos que son parte del programa “Quito a reciclar”. Informa que esta iniciativa arrancó hace un año y medio, y la cifra de recolección llega a los 2.000 kilos. Sobre otros productos reciclables, afirma que en 4 años se ha incrementado de 8% a 12% el material reciclado.

¿Cuál es el tipo de basura que más produce el quiteño? De acuerdo al programa Quito a Reciclar, de enero a mayo de 2018, se han recuperado 1.186,60 toneladas de material reciclable. De esta cifra, el cartón ocupó el 56%, el papel 15%, el plástico 8%, materiales de polietileno (PET) 4%, el vidrio 10% y la chatarra 7%. Para esta actividad, existen aproximadamente 3.000 recicladores. La institución municipal no cuenta con datos sobre el total de residuos que se generan diariamente en Quito.


En los últimos ochos años se ha registrado un aumento de la basura en la capital. Las autoridades prevén implementar una ordenanza para prohibir de forma paulatina sorbetes y fundas. 


Consultados sobre cuáles son los principales problemas que han detectado en Quito por la basura, Emaseo explicó que estos se deben a la falta de atención a las rutas y frecuencias de recolección, así como el desconocimiento de las responsabilidades ciudadanas establecidas en la Ordenanza Metropolitana 332 que se refiere al manejo de desechos sólidos en la capital.“Nos gustaría que los 2 millones de habitantes de Quito reciclen, pero es un proceso paulatino”, asegura la funcionaria. En marcha también está una iniciativa como la de Galápagos. En 20 restaurantes de la Floresta se empezó una campaña para el no uso de sorbetes. En mercados también se incentiva el no uso de fundas plásticas. Están trabajando también con patios de comida para retirar los materiales de espuma flex y que usen vajilla reusable. “Se está trabajando en una ordenanza para una restricción paulatina sobre el uso de fundas plásticas y prohibición de los sorbetes”, dice Arias. En su opinión, Galápagos al tener un régimen especial, puede implementar esas prohibiciones rápidamente y es más fácil manejarlo porque tiene menor cantidad de gente.


En Quito existen 3.000 recicladores, según Emaseo. Foto: Luis Argüello

Otro problema que provoca daños en la maquinaria y afecta al cumplimiento de frecuencias, según Emaseo, es la presencia de escombros y materiales voluminosos que algunos ciudadanos mezclan con residuos comunes, los depositan en espacios públicos o en los contenedores. “Es importante señalar que Emaseo tiene la capacidad operativa para la recolección exclusiva de residuos domésticos, no para materiales como escombros, mobiliario, residuos de jardinería, electrodomésticos, etc”, respondió a Plan V en un correo electrónico. Para este tipo de desechos, los ciudadanos todos los domingos, desde las 08:30 hasta las 16:00, los ciudadanos pueden trasladar sus residuos voluminosos a los centros de operaciones ubicados en la Av. Occidental y La Forestal, sin costo.

Por otra parte, los ciudadanos pueden trasladar sus residuos a las escombreras: Oyacoto (antes del peaje de Oyacoto a 3,9 km desde la Panamericana Norte); El Semillero (Comunidad de Cocotog, a 4 km del redondel de Gualo al norte de Quito); y Luis Tamayo (calles L y A, en el barrio de Santa Ana en la parroquia La Merced, a 2,67 kilómetros al sur del relleno sanitario de Quito).

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Basura: los números rojos de Ecuador
 


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