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25 de Junio del 2018
Historias
Lectura: 22 minutos
25 de Junio del 2018
Redacción Plan V
Becario internacional del Senescyt busca empleo...

Foto referencial

Los becarios se fueron con esperanzas y regresan a una realidad muy dura: no hay empleo, les consideran faltos de experiencia o sobrevalorados, no hay un plan de inserción laboral...

 

Cientos de becarios internacionales, beneficiarios del programa de becas del gobierno de Rafael Correa, tienen graves dificultades para insertarse en el mercado laboral. La muy baja remuneración y la falta de fuentes de trabajo conspiran con la aspiración y el propósito original de que este ejército de la avanzada científica del Ecuador, pueda devengar y aportar con sus conocimientos al desarrollo del país y al cambio de la matriz productiva. ¿Una generación desperdiciada? Este es un primer informe, de dos previstos, donde se reporta el tema.

El sentimiento general es de arrepentimiento de haber dejado un buen trabajo en Ecuador por ir a estudiar una Maestría o Doctorado en el exterior. También hay decepción al enfrentar la realidad del país ya que muchos pensaban contribuir positivamente e influir en la mejora de las condiciones social y económica del Ecuador. O por lo menos encontrar un trabajo acorde a su preparación. A todos les embargan sentimientos de frustración, ya que todo el esfuerzo en cuanto a dinero, tiempo y hasta de salud para obtener un título de Posgrado no han sido retribuidos.

María Luisa cuenta su historia. Es quiteña y nutricionista de profesión. En agosto del 2015 se le notificó que se había ganado una beca para realizar estudios de cuarto nivel en España; beca cofinanciada Senescyt y la Universidad de Alcalá, correspondiente a Becas Globo Común. En septiembre del 2016 retornó al Ecuador e inmediatamente empezó a buscar empleo, pues en dos meses entraba en proceso de compensación por la beca recibida. En el mes de octubre de ese mismo año, una amiga cercana que laboraba en una universidad de la capital, le informó que estaban requiriendo de forma urgente un docente para la carrera de Nutrición Humana. Ese era su título de tercer nivel, y pues dado que ya habían empezado clases en la universidad y no había docente para cubrir una cátedra importante de la carrera, y ella tenía ya el cuarto nivel registrado en la Senescyt, la contrataron bajo la modalidad de “contrato emergente”. El pago era únicamente por las horas dictadas a la semana. Finalmente, en el mes de febrero del 2017, cuando terminan clases por el primer semestre de cada año lectivo, el contrato llegó a su fin y no fue renovado.

No la toman en cuenta porque no tiene la experiencia necesaria para estos puestos. Además le dicen que “solo es nutricionista” y ellos buscan alguien que haya estudiado Medicina. Ella se ve en una encrucijada, puesto que si busca empleo como nutricionista está "sobrecalificada".

Desde entonces ha buscado incansablemente trabajo, tanto en empresas públicas como privadas. No ha tenido la oportunidad de trabajar. Uno de los principales argumentos que esgrime el personal que la ha entrevistado —en los pocos casos que la han contactado, pues en la mayoría de ellos ni siquiera es considerada como candidata— es que está sobre calificada para la vacante ofertada, no solo por la experiencia que posee sino por el cuarto nivel. La oferta de trabajo es “solamente para una nutricionista con cierta experiencia”. Para ella resulta hasta ofensivo que se le ofrezca el sueldo básico después de haber estudiado el mismo tiempo que cualquier otra licenciatura y en su caso como muchos otros hasta tengan una especialidad de cuarto nivel, y que esa sea la excusa para no contratarla sobre todo en la empresa privada.

En el área pública la historia va por otro camino. De las tres vacantes que se abrieron en el año 2017 para nutricionistas, en la plataforma de Socio Empleo, en ninguna exigían cuarto nivel de estudios. En dos de estas, las personas ganadoras del concurso fueron parte de la institución que abrió la vacante. Tuvieron puntajes bastante altos, pero dejaron en tela de duda la veracidad de dicho concurso. En el otro concurso donde participó no hubo un ganador pese a que María Luisa quedó en el primer puesto del concurso. El argumento fue que no alcanzó el puntaje mínimo requerido. Apeló y solicitó recalificación, como dicen las normas, sin embargo nunca recibió respuesta alguna y se declaró concurso desierto.

En el caso de las ofertas bajo la modalidad de “contratos ocasionales del sector público”, ella ha aplicado a un sin número de ofertas dirigidas a puestos de dirección o coordinación de servicios de salud, puesto que su cuarto nivel es en Salud Pública y Medicina Preventiva. Pero no la toman en cuenta porque no tiene la experiencia necesaria para estos puestos. Además le dicen que “solo es nutricionista” y ellos buscan alguien que haya estudiado Medicina. Ella se ve en una encrucijada, puesto que si busca empleo como nutricionista está "sobrecalificada", pero si busco empleo en salud pública no la toman en cuenta por la falta de experiencia y a la desvalorización de su profesión.

Uno de los orgullos propagandísticos del gobierno de Rafael Correa fue precisamente el programa de becas en el exterior. El objetivo era generar los cuadros tecnológicos y científicos, preparados en las mejores universidades posibles, en maestrías y doctorados.

Mientras tanto, además de su odisea para conseguir empleo fijo durante el 2017, le ha tocado hacer “chauchas” para poder sustentarse y devengar la beca de la cual fue adjudicataria.

Son centenares de casos. Uno de los orgullos propagandísticos del gobierno de Rafael Correa fue precisamente el programa de becas en el exterior. El objetivo era generar los cuadros tecnológicos y científicos, preparados en las mejores universidades posibles, en maestrías y doctorados, los cual se transformaría en transferencia de conocimientos y al cambio de la matriz productiva: la sociedad del conocimiento estaba a la vuelta de la esquina y el ejército de becarios era la avanzada para la transformación del país. Así, hasta el momento se ha dado un aproximado de 20 mil becas y unos seis mil han retornado. Los becarios firmaron un contrato con el Estado, en el cual se comprometían a buscar y conseguir empleo, durante un año a partir de que el título fuera reconocido por el Senescyt, o en su defecto devengar la beca. 

Y entre esos seis mil se ha presentado varios hechos que son comunes. Ellos lo han resumido así:

  • Los conocimientos y herramientas adquiridos en los estudios de cuarto nivel no son prioridad en las empresas públicas ni privadas.
  • En la mayoría de casos los estudios de cuarto nivel no son tomados en cuenta en las postulaciones laborales tanto públicas como privadas.
  • Las empresas privadas e instituciones públicas priorizan la experiencia sobre el nivel de estudios. Pese a ser jóvenes profesionales con estudios superiores muchas veces no contamos con la experiencia requerida.
  • Falta de apertura de las universidades publicas para aceptar a becarios como docentes para hacer efectiva la trasferencia del conocimiento
  • Al buscar y aplicar a ofertas laborables por concursos de méritos y oposición en instituciones públicas y universidades en plataformas como Socio Empleo o Ensamble no se ha obtenido ningún resultado positivo para los becarios. Existe una falta de transparencia en el manejo de los concursos y los becarios no son prioridad.
  • A pesar de aplicar a muchos empleos y participar en muchos concursos no se ha conseguido un trabajo estable, solamente se han encontrado trabajos temporales por cortos periodos de tiempo o pequeños proyectos personales.
  • Los becarios nos hemos visto en la necesidad de trabajar en empleos que no tienen relación con la profesión o con los conocimientos adquiridos en los estudios de cuarto nivel y percibiendo remuneraciones que empiezan desde el salario básico unificado.
  • Ofertas laborales escasas, remuneraciones bajas, perfiles sobrevalorados
  • Falta de apoyo institucional y económico para emprendimientos propios.
  • Por la necesidad de trabajo muchos han tenido que cambiar su ciudad de residencia.
  • Los becarios nos hemos acercado personalmente a las instituciones o empresas donde se pueden aplicar los conocimientos adquiridos, pero solo se ha recibido respuestas negativas.
  • La realización de emprendimientos propios a través de actividades de consultoría en diversos proyectos presentados ante organismos internacionales, ONG, municipios locales, entre otros. Sin embargo, cada propuesta presentada significó largas horas de trabajo, reuniones con los encargados, visitas técnicas, muchos de ellos fuera de la ciudad de residencia con gastos que no se recuperan y negativas ante la falta de presupuesto.

CRISTIAN C: "A más de un año de mi regreso no he conseguido nada estable".

Con las becas de SENESCYT me pareció que la oportunidad que está buscando finalmente apareció y decidí intentar y luego de un largo proceso me adjudicaron una beca. Aun cuando estaba saliéndome un poco del ámbito de mi formación académica y de mi experiencia laboral en negocios, decidí aplicar a un programa de maestría en temas relacionados con energía y sostenibilidad y fui aceptado en la Universidad de Coimbra en Portugal. Consciente de que me estaba embarcando en una empresa bastante difícil a principios de 2015 viaje decididamente a conseguir ese objetivo. Todo mi tiempo en Portugal fue una experiencia de esas que solo le pasan a uno una vez en la vida; bastante demandante en el ámbito académico, pero al mismo tiempo, enriquecedora en el lado personal.

En medio de todo esto tuve que seguir buscando opciones laborales, pero a más de un año de mi regreso no he podido conseguir nada estable. Con mucha dificultad he podido conseguir algunos trabajos muy puntuales...

Luego de casi dos años bastante intensos de estudio finalmente termine mi maestría a finales de 2016 y era tiempo de volver a mi ciudad. Yo estaba consciente de que a mi vuelta tenía que empezar en foja cero laboralmente ya que tenía experiencia en temas comerciales y de construcción, pero no en temas de energía y sostenibilidad. De cualquier forma, tenía que intentar aplicar mis conocimientos ganados fuera ya en el ámbito de nuestro país. La primera opción que me apareció en Cuenca y que me permitía trabajar en algo verdaderamente aplicado a mi formación de postgrado fue una pasantía como asistente de investigación voluntario en un laboratorio de energías renovables que pertenece a una de las universidades de la localidad. Para decidir si empezaba o no con un proyecto de investigación que el director de ese laboratorio me planteo fui al IFTH a consultar sin esa actividad me serviría en el periodo de compensación a lo que me respondieron (de forma informal por supuesto) que sí. Entonces empecé a trabajar en ese proyecto de investigación con miras a publicar un artículo científico, pero meses después cuando fui a presentar los reportes académicos en el IFTH, la nueva analista me dijo que por ciertas regulaciones existentes el trabajo no remunerado o como voluntario no sirve para devengar la beca y que mi actividad laboral no tenía que ser relacionado con mi formación de postgrado y que yo era libre de trabajar en lo que quisiere, pero con remuneración.

En medio de todo esto tuve que seguir buscando opciones laborales, pero a más de un año de mi regreso no he podido conseguir nada estable. Con mucha dificultad he podido conseguir algunos trabajos muy puntuales que me han permitido emitir algunas facturas para ganar dinero y poder completar los formularios de seguimiento y compensación. Finalmente, confió la experiencia que he ganado como asistente de investigación voluntario durante casi un año pronto me permita encontrar alguna opción de trabajo que me permita aplicar mis conocimientos y cumplir de forma cabal con mis obligaciones como becario.

Otros problemas comunes están en el ámbito del Instituto de Fomento al Talento Humano, IFTH, que ejecuta y financia las becas. Uno de los temas más sensibles que enfrentan los becarios es lo que ellos consideran maltrato de la burocracia, falta de respeto a su integridad y dignidad. 

Pero en cuanto a lo operativo: no existen procesos estandarizados para la liquidación y periodo de compensación. Además, no existen procesos de socialización entre todos los analistas del IFTH a escala nacional, causando interpretaciones y confusiones constantes tanto de becarios como de los mismos analistas. 

Entre los problemas principales de los becarios, dice Karla Rodríguez, coordinadora del grupo de becarios retornados, está el tema de liquidaciones de becas y el tema de compensación.

Según explicó Karla Rodríguez, una profesional cuencana que coordina el Grupo de Becarios Retornados, se organizaron empezando por una conversación entre algunos becarios para conocer quienes estaban en una situación similar para conseguir trabajo a nuestro retorno, por el tema de compensación, cambio de analistas, liquidaciones, etc. Hay un Instructivo de Compensación y Seguimiento que determina el proceso de la beca, la cual inicia en la adjudicación de la beca y termina una vez que el becario haya compensado el doble de tiempo de lo que su beca fue financiada trabajando en el Ecuador.

Entre los problemas principales de los becarios, dice Karla, está el tema de liquidaciones de becas y el tema de compensación, "mismo que se determina por el tiempo que se trabaja en el país, y por ejemplo no se consideran como tiempo compensado si el becario retornado no encuentra empleo, o si tiene emprendimientos, consultorías, u otros en los cuales no factura. Lo que ha dado lugar a que varios becarios se autofacturen, se autoafilien, facturen un valor mínimo (USD10), entre otros mecanismos usados como escape a esta situación, y como un medio de evitar amenazas de terminación unilateral del contrato, o hasta en su defecto, que se deba devolver la beca completa".

CRISTINA M: "Somos pilotos de Fórmula Uno, pero no tenemos auto"

Desde muy joven tuve mucha afinidad por el Derecho Internacional Público y la Política Internacional. Empecé mis estudios en el IAEN, en el programa de Estudios Internacionales con mención en Política Exterior, los cuales no culminé porque fui aceptada por la Universidad de Pécs - Hungría para un programa de contenidos más amplios, pero en la misma línea. Soy beneficiaria del programa de becas globo común, segunda convocatoria del año 2015.

Somos de los pocos profesionales jóvenes que poseemos conocimientos y experiencias vivenciales en Europa del este, pero desde el momento que regresé al Ecuador en julio de 2017, no he encontrado más que realidades adversas para poder aplicar mis conocimientos.

En Ecuador pusimos nuestras esperanzas, muchos de nosotros fuimos guiados por un espíritu cívico de poder contribuir positivamente e influir en la mejora de las condiciones sociales y económicas del país...

Regresé a vivir en la ciudad de Cuenca, esperando poder transferir conocimientos en las Universidades locales, pero lamentablemente se han vuelto estructuras burocráticas imposibles de permear sin tener conocidos que ayuden con “palancas”.

Desde julio, a más de buscar trabajo, he tratado de integrarme en redes académicas, con la esperanza que se abran espacios y oportunidades laborales. Creamos redes académicas “civiles” que nos permitan al menos podernos vincular con la gente que desee investigar. Todo por cuenta propia.

Desde octubre, por necesidad tuve que dedicarme al ejercicio profesional como abogada, área en la cual no aplico en plenitud mis conocimientos adquiridos en el extranjero.

Campos como las ciencias políticas, la diplomacia, asuntos exteriores, derecho internacional y herramientas como la cooperación internacional están siendo reducidos en su importancia, porque simplemente podrían ser elementos transformadores en el desempeño de IES, instituciones u organismos en general, no se diga a nivel académico. Cada día es tiempo perdido en detrimento de nuestro país.

En Ecuador pusimos nuestras esperanzas, muchos de nosotros fuimos guiados por un espíritu cívico de poder contribuir positivamente e influir en la mejora de las condiciones sociales y económicas del país. El desamparo está liquidando las esperanzas de jóvenes profesionales. Somos pilotos de fórmula uno, pero no tenemos auto.

DANIEL F: "Llegaron con un proyecto de reguetón y pagaron dos millones de dólares"

Soy un guitarrista-compositor-investigador con 12 años de experiencia, desempleado (1 año 3 meses) y que se ha formado en varias instituciones dentro y fuera del país, incluyendo un master en París (becado) y actualmente me encuentro terminando otro en investigación musical. Regresé en octubre del 2016 con muchas expectativas para emprender, para compartir el conocimiento, la experiencia y decidido a cambiar varias cosas del sistema de educación musical del país, que no están bien. Mi ego me hizo pensar que al volver, después de haber estudiado en una ciudad insigne en el mundo, donde mejor se cultiva el arte, el trabajo o las oportunidades no me iban a faltar. En vista de que no existen concursos de méritos y oposición para docentes de música (solo uno se abrió en todo este tiempo), opté por ir a conservatorios, institutos, universidades para dejar mi hoja de vida donde sí están interesados, pero de eso no pasa. Lamentablemente lo que prima es el compadrazgo o palancas —y no los méritos— para obtener un trabajo. Viendo que no hay plazas, por necesidad busco en cosas que puedan tener alguna relación con mi profesión, aplico en la plataforma de Socio Empleo donde para un solo puesto existen 300 aspirantes y donde no importa el título de cuarto nivel, solo hay que ajustarse a lo que propongan: pudiste haber trabajado en Harvard pero si la institución pide experiencia con menores de 18 años, entonces no es válido tu currículum, absurdo. Además, no comprendo cómo es que otras personas llegan estudiando las pruebas técnicas si se supone que nadie las debería conocer?

Presenté mi propuesta al Ministerio de Turismo con la intención de hacer un proyecto audiovisual que promocione al país, pero me dijeron que no hay fondos...

En fin, llevo un año y tres meses sin encontrar absolutamente nada.

Felizmente en mi campo de la música me ha ido “bien”. Soy compositor también y en el 2017 hubo dos festivales de música contemporánea (Cuenca y Quito) a los cuales concursé para que mis obras se presenten dentro de los festivales y gané. Por cada presentación me pagaron $200, es decir, mi ingreso total en el 2017 fue de $400.

Además, yo, como amante de mi país, compuse, grabé con recursos propios y ayuda de amigos músicos (sin pagarles) una obra musical donde se recoge y describe a todo el Ecuador a través de sus ritmos populares. Presenté mi propuesta al Ministerio de Turismo con la intención de hacer un proyecto audiovisual que promocione al país, pero me dijeron que no hay fondos; al cabo de un tiempo surgió la misma idea de otra persona,  pero con música de reguetón (música que no nos representa) y pagaron más de 2 millones de dólares. ¿Que no había plata? A mi me hubiesen pagado mucho pero mucho menos por algo que si nos representa (si alguna autoridad lee esto, aún tengo guardada la música). Finalmente, me he dedicado este año tres meses a la investigación, también sin plata. Rescato, describo y analizo sonoridades ancestrales que nunca se ha hecho y “nadie las conoce”. En fin, así como yo muchos tenemos buenas intenciones de aportar al país pero si este no nos brinda las posibilidades de nada, no se que como terminaran estas historias.

PRÓXIMA ENTREGA: MÁS TESTIMONIOS DE BECARIOS. LAS RESPUESTAS DE LAS INSTITUCIONES. CUÁLES SON LAS SOLUCIONES.

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