Foto: Luis Argüello
Roque Sevilla, exalcalde de Quito y titular del Grupo Futuro, un emporio empresarial que incluye actividades turísticas, ambientales y de seguros.
El decreto ejecutivo 1116, firmado por el presidente Rafael Correa ha generado más de una polémica en la zona del desastre del terremoto del 16 de abril. Uno de estos sectores (el otro es Muisne) es Canoa. El decreto declaró zona de emergencia a Esmeraldas y Manabí y en su artículo 3 suspendió el derecho ciudadano a retornar a sus hogares, por estos tienen --supuestamente-- para su integridad física.
Para dirigentes de las personas afectadas por el sismo en Canoa, este decreto legitimó el nuevo proyecto de reconstrucción de Canoa, en el norte de Manabí, un plan que se hizo en tiempo récord y que -según ellos- tiene como objeto reurbanizar el poblado sin considerar a la gente que perdió sus viviendas y que se encuentra desplazada en albergues. Se trataría de un despojo de los ciudadanos en pos de un supuesto bien común.
Desde el 16 de abril la gente fue impedida de regresar a sus propiedades. Hoy, sobre esos terrenos se planificaron estructuras urbanísticas como un malecón, edificios para patios de comidas, áreas verdes, palmeras, estacionamientos y otros atractivos que suele ofrecer el turismo de alta escala.
Un vehículo aplastado en medio de los escombros. El sismo del 16 de abril destruyó el 85% de este balneario costero manabita. Reuters/Henry Romero
Con ayuda de un sistema de información geográfica (sig) se determinó que el poblado consolidado de Canoa se levanta en un área de 36,47 hectáreas y según los nuevos planos, exhibidos públicamente por el municipio, existirán cambios fundamentales en una extensión de 6,4 hectáreas del centro.
Los planos de la regeneración del pueblo fueron elaborados por Fundación Futuro, liderada por el ex alcalde de Quito Roque Sevilla, un empresario turístico y ambientalista que jugó papeles preponderantes en defensa de la naturaleza.
Además se planifica una intervención en otras 6 hectáreas en el perímetro del pueblo, más la creación de parques, canchas y estacionamientos en otras 11 hectáreas. Quiere decir que el 63% del poblado será intervenido a favor de un proyecto turístico.
El 13 de julio (cuatro días después de la visita del presidente a la zona), la alcaldesa Rosana Cevallos hizo público el proyecto de un malecón de 2000 metros cuadrados más un complejo de facilidades turísticas en que se concentrarán 60 locales en 2350 metros cuadrados de expropiación. “Ya tenemos la aprobación del presidente", dijo en su anuncio.
Los planos de la regeneración del pueblo fueron elaborados por Fundación Futuro, liderada por el ex alcalde de Quito Roque Sevilla, un empresario turístico y ambientalista que jugó papeles preponderantes en defensa de la naturaleza. Sevilla apareció, en una foto colgada en Facebook, junto a la alcaldesa Rosana Cevallos y detrás de ellos el polémico empresario Greg Guillian, propietario de uno de los hoteles más grandes del sector. “Al gringo Greg nadie lo quiere, famoso por racista, por no permitir el paso a su propiedad, ni a la paya que pasa por ella”, cuenta otro voluntario.
Sevilla fue objeto de acusaciones en las redes sociales, por la foto que se subió junto a la alcaldesa. Sectores vinculados a los voluntarios y pobladores de Canoa insinuaron que el exalcalde de Quito tenía segundas intenciones con esta colaboración, y que su interés de fondo era ponerse un hotel de lujo en la zona de Canoa.
Esta es su versión:
Roque Sevilla: no pienso tener un hotel de lujo en Canoa
"Sucedió el terremoto el sábado 16 de abril, y las 14 empresas que tenemos formamos un comité de emergencias, porque tenemos negocios en seguros y en turismo (tenemos un promedio de 1200 turistas todo el tiempo en todas partes del país).
"El domingo en la tarde nos reunimos y luego de verificar que ninguno de nuestros pasajeros estaba en problemas, luego de hacer un análisis de los impactos en los negocios de seguros (tenemos que pagar USD 83 millones en seguros y hasta ahora hemos pagado más de USD 50 millones) vimos lo que podíamos hacer.
"Nosotros tenemos un negocio que es el seguro de salud. Dentro de eso tenemos una parte del negocio que es Veris, que brinda los servicios médicos. Tenemos 700 médicos. Y nos propusimos financiar un voluntariado de médicos vinculados a esta empresa, les seguimos pagando el sueldo, y ubicamos 30 profesionales médicos con el proyecto de montar un hospital completo en tres días. Llamamos a la ministra de Salud y a la Vicepresidencia de la República y nos pusimos a las órdenes con nuestra propuesta. Nos asignaron la ciudad de Chone. La propuesta era que en tres días armamos todo, con planta de luz, agua potable, sistema de refrigeración, laboratorio, quirófano, el campamento, la alimentación para 30 personas… Y el jueves siguiente al terremoto ya estaría instalado.
"Estaban listos los camiones en Guayaquil para salir hasta Chone, entonces el presidente Correa, se nos dijo, decidió que a esa ciudad mejor debían ir unos voluntarios estadounidenses. Nos dejaron colgados, pero a las cinco horas nos llamaron del Ministerio de Salud y nos reasignaron a Canoa. Y por eso llegamos a Canoa. Sinceramente hubiera querido estar en Bahía de Caráquez, pero fue maravilloso estar en Canoa, porque el manejo fue mucho más razonable. Pero además nos pusieron en la cancha de fútbol, con base de cemento, y ahí armamos el hospital. El presidente Correa llegó el viernes y vio que estábamos atendiendo un promedio de 360 personas diarias. Casi se cae de espaldas. Fue una muestra del ejemplo de lo que se puede hacer: atendimos más de 5000 pacientes, dimos 70 000 recetas gratuitas con medicinas; hicimos 2000 exámenes médicos de laboratorio y estuvimos desde el 20 de abril hasta el 1 de julio. Nos retiramos porque estábamos atendiendo apenas a 20 pacientes diarios y esa cifra ya era manejable para el sistema de salud pública.
"Vinieron e hicieron la planeación. Pero les dije que debían ponerse de acuerdo con las autoridades del pueblo. El presidente de la Junta Parroquial y la alcaldesa de San Vicente": Sevilla.
"Ahí terminamos la misión médica. Pero en el ínterin vimos que el 85% del pueblo estaba en el piso. Por ahí un sobrino mío dijo que tenía unos amigos que habían estado en Puerto Príncipe, Haití, luego del terremoto, e hicieron unas planeaciones en pueblos pequeños. Cuatro arquitectos: un colombiano, dos ecuatorianos y dos estadounidenses, y que ofrecieron hacer ese trabajo para Canoa a un precio realmente bajo, unos 50 mil dólares. Es bajo porque significa dedicarse a tiempo completo al menos 15 días, escuchar a toda la gente y luego hacer los planos de una nueva ciudad.
"Vinieron e hicieron la planeación. Pero les dije que debían ponerse de acuerdo con las autoridades del pueblo. El presidente de la Junta Parroquial y la alcaldesa de San Vicente. Se le dijo que este equipo estaba dispuesto a hacer ese aporte. Ella es una mujer con mucho liderazgo, pero en ese momento, naturalmente estaba desbordada. Fui a verla un día y la conocí. Así que coordinamos para hacer una planeación urbana, pero con base en la consulta a la gente. Tema complicado, porque no todos van a estar de acuerdo, unos querrán una cosa, los otros otra… Y nosotros recogeríamos las inquietudes, y si había consenso se presentaban las opciones.
"Esto sucedió hace dos meses aproximadamente. Entonces llegaron estos arquitectos, se instalaron bajo carpas en mesas de plástico. Se reunieron primero con las autoridades para saber su opinión. Luego se reunieron con diversos sectores de Canoa. Yo fui a reunirme solo una vez con la alcaldesa. Cometí el gravísimo error de comerme un ceviche y ahí en la mesa estaba un gringo, al cual no le quieren, que es el dueño de un hotel, Canoa Beach… Pero bueno, llegó gente de todo lado, explicaron la metodología, estuvieron con la Fundación Futuro, y hablaron con todo la gente que opinaba, fueron a las escuelas, a los niños que respondieron lo que querían. Ellos querían árboles, palmeras en las calles, un centro que les enseñe a hacer tablas hawaianas y una fábrica para construirlas; ellos de grandes querían hacer tablas porque en Canoa, decían, están las mejores olas.
El campamento de Canoa, con 680 personas, cuya situación aún no se define.
"Se diseñaba la idea de una ciudad ordenada. Es decir, por ejemplo, por dónde van las vías. En los fines de semana y feriados todo el mundo mete los carros hasta la playa, hasta el mar, no hay cómo acceder a la playa, es un despelote, todo queda bloqueado. Necesitamos un sitio para que parqueen los carros -decían- y tener una vía de salida y una de entrada, y hacer una vía tipo malecón, que era un pleito de la alcaldesa. Ella me dijo: quiero que salgan los señores que están en la playa, que son unos chozones, unas son discotecas y comederos. Y me dijo que vaya a ver a San Vicente, cómo les sacó a todos, a patadas. Le dije que era mejor negociar. Yo negocié en Quito la salida de más de seis mil vendedores ambulantes, pero no hice lo que me dio la gana. Tuve construir centros comerciales buenos y baratos. Hay que negociar. ¿Dónde los iba a poner? Con ellos comenzaron a ver dónde se podían poner estos locales, que en lo posible no fuera en la playa. Pero tenían que expropiar, y parece que el gobierno ofreció el dinero para la expropiación, para que los chozones se colocaran detrás de la vía y no sobre la playa.
"En Canoa se hizo todo el levantamiento topográfico para saber cómo se iban a tratar las aguas negras y cómo se iba hacer el abastecimiento de agua potable. Cosas básicas que si tienes que levantar el 85% del pueblo hay que aprovechar y hacerlo".
"En una cosa estuvieron todos de acuerdo. No querían vivir en la parte plana, porque en caso de maremoto eso desaparecía del mapa. Todos quisieron vivir en la loma, y en la parte plana toda la parte turística. Además de facilidades de vías, parqueaderos, centro médico, bomberos, para terminar el caos. Un problema que se repite en todas las ciudades de la zona. En Canoa se hizo todo el levantamiento topográfico para saber cómo se iban a tratar las aguas negras y cómo se iba a hacer el abastecimiento de agua potable. Cosas básicas que si tienes que levantar el 85% del pueblo hay que aprovechar y hacerlo. Hasta ahí llegó nuestra colaboración. Hasta la planeación y los planos, y la alcaldesa nos ha pedido que le apoyemos con alguien de turismo que les pueda asesorar en la materia. Y nosotros hemos pedido en nuestra empresa a una persona que colabore y se va jueves y regresa los domingos. Cosas como poner agua con filtro en los restaurantes, por ejemplo. Y hay algo más que aún no se concreta. Me invitaron a la conferencia del famoso arquitecto japonés Shigeru Ban y una amiga me lo presentó. Estaba con un amigo, compañero del colegio, que fabrica tubos de papel, y le dije que propongamos al japonés que haga el diseño de un centro de comunitario para Canoa, vos pones los tubos a precio de costo y yo financio la construcción, propuse. Y el arquitecto nos dijo que sí. Luego avanzamos en algo con la asignación del lugar. Un centro es necesario porque un joven voluntario de Naciones Unidas nos dijo que lo más importante era un centro para que la gente se pusiera de acuerdo, para que funcione la comunidad. El había estado en Haití.
"Así que oficialmente él hará el diseño y tendremos 200 metros cuadrados de un centro comunitario, que, si se concreta, este arquitecto debe ser de lo más famoso del mundo. Si llega el diseño tendremos un centro de papel.
"Toda esta planificación queda en manos de la alcaldesa, del concejo y de la comunidad. Espero que lo hagan, porque está bien pensada. Evidentemente a alguien le va a afectar. Porque probablemente hay intereses, como en todas partes, pero era aplicarle la más elemental de la lógica a un pueblo, que como muchos de la Costa, tenía una serie de problemas. Se ha ganado, primero un diálogo participativo de la comunidad, luego una decisión que me parece sabia, que es vivir en la parte alta. En unos 20 años tal vez habrá otro de estos golpes de la naturaleza. Y si todos se ponen de acuerdo, este modelo de ciudad puede servir para otras comunidades de la Costa ecuatoriana. Porque lo que me encantó es que no fue un modelo que se hizo en una oficina sino consultando a la gente.
"Sé que hay un grupo de personas, que estaban en la playa, que no estuvieron ni están de acuerdo con que se les retire. Porque ese era terreno de nadie, terreno público, que estaban posesionadas de una playa que pertenece a todo el mundo. Ahora, si aceptan, si deciden o no, es asunto de la comunidad y la alcaldesa. Nosotros hemos financiado ese estudio y hemos enviado varias personas para posibilitar el diálogo comunitario y que se puedan sentar a dialogar.
"Y hasta ahí llego. Y no pienso hacer un hotel cinco estrellas en Canoa".
Hablan los voluntarios
Los pobladores que vivían cerca del mar serán reubicados hasta un kilómetro fuera del pueblo. El portal MilHojas.is consultó a cuatro voluntarios que laboran en ese poblado en los procesos de reactivación, aseguran que los habitantes siempre brindan la misma respuesta: el Gobierno o el Municipio no dan paso a las actividades económicas. Además les infunden temor: “Una noche luego de una película que pasamos para los niños muchos adultos se acercaron a preguntarme si vendría un maremoto, que la playa era área de riesgo y que no podrían regresar por su seguridad. Les pregunté de dónde sacaban eso y la respuesta fue Gestión de Riesgos y el Ministerio de Inclusión Económica y Social”, contó una voluntaria que pidió mantener su nombre en reserva porque una declaración pública le impediría volver a trabajar en la zona.
“Nos piden que vayamos al campamento, que el resto es inseguro para nosotros y que es orden del Gobierno en ningún lado se puede reconstruir nada. No nos dejan parar nada”, añadió.
Según reportó el portal, "a cuatro meses del terremoto los campamentos albergan a cerca aproximadamente 680 personas. El mayor de ellos es llamado China Town, formado por sendas carpas azules, donadas por el gobierno de China. En todos esos espacios existe la misma condición que mengua el espíritu de los damnificados y les lleva a aceptar cualquier tipo de trato que las autoridades les propongan. Son familias enteras, muchas no se conocían y sin afinidad se ven obligadas a permanecer allí compartiendo camas, una junto a otra, sin autonomía, sin independencia, sin actividades.
"Es el mayor problema: la ansiedad por la falta de ingreso económico, por la prohibición por parte de las autoridades de volver a sus terrenos, de reconstruir sus casas y negocios. La actividad es poca, cuatro meses después del terremoto".
"Es el mayor problema: la ansiedad por la falta de ingreso económico, por la prohibición por parte de las autoridades de volver a sus terrenos, de reconstruir sus casas y negocios. La actividad es poca, cuatro meses después del terremoto, a pesar de los varios lugares que pudieron activarse comercialmente, solo dos restaurantes volvieron al trabajo, las ventas informales eran mínimas y apenas tres hoteles estaban abiertos.
"Los negocios de playa sentados en bohíos fueron anulados, deben esperar órdenes del Municipio, hablan de un gran hotel que está por construirse, pero la distribución realizada en los planos hace pensar más en un nuevo proceso de lotización.
"La poca organización de la sociedad de Canoa, su división y toma de posiciones a favor y contra de quienes toman decisiones y tienen el poder jugará en su contra: los pobres serán reubicados lejos de los predios en que se asentaron sus hogares, sus actividades, siempre ligadas al mar y el turismo no dependerá ya de ellos sino de las asignaciones municipales.
"Canoa es un espacio de silencio, en que los perjudicados parecen negar su situación, llenos de miedo no olvidan la fuerza que azotó sus vidas y el mensaje de todos esos servidores públicos que les recuerda lo peligroso que es vivir frente al mar. Mientras los días pasan verán cambiar el rostro de su pueblo y ellos, hasta ahora, no son los protagonistas del nuevo desarrollo".
¿El turismo es la solución?
Roque Sevilla, en su calidad de empresario turístico, al ser consultado sobre las percepciones y dichos de autoridades de que el turismo es la solución para levantar al sector, dice:
"Eso de decir que el turismo es la panacea y la solución de todo no es cierto. El turismo tiene una cantidad de factores extremadamente buenos, pero trae consigo consecuencias, que si no se las considera es sumamente peligroso.
"Lo positivo: que la incorporación de la población para brindar servicios turísticos es de la mayoría de las industrias, la más fácil de lograr. Un individuo que ha vivido en medio de la selva y que se transforme en un bartender en cuestión de tres meses es absolutamente posible. Un gran ejemplo de que hemos hecho en ese sentido es Mashpi. El 65% del personal que trabaja ahí, de 78 personas, es de la zona. Y habla inglés perfectamente bien, y son trabajadores excepcionales; la mayoría con instrucción primaria, algunos con secundaria y están felices haciendo ese trabajo.
Sin duda eso genera riqueza. Si es un destino apetecido que tiene continuidad en el servicio la cosa es muy positiva. En el turismo la gente está de vacaciones, del lado de la diversión, y de ese lado hay cosas muy buenas y cosas muy malas. Hay que saber manejar eso, para que no se te vaya por el lado de la droga, la violencia, la prostitución de menores... Del lado positivo es un generador de trabajo para miles de personas, porque no solo están los trabajadores de los centros turísticos, sino sus proveedores, los transportadores, la guianza...
"Sin embargo, en el turismo hay que tener cuidado de los agujeros de flujo. Entonces, hay que buscar una composición de la estructura de flujo, de tal manera que haya flujo todos los días de la semana y no solo en vacaciones sino todo el tiempo. Eso mantiene el negocio en el largo plazo, porque si no, tienes lleno en Semana Santa pero al día siguiente es un vacío total. Eso demanda un trabajo que está ligado a la facilidad de llegar al sitio: líneas aéreas, acuáticas o terrestres, pero eso tiene que estar disponible todo el tiempo. Si queremos que Canoa y Bahía salgan adelante, es fundamental que rehabiliten al aeropuerto Los Perales. Está ahí y funcionó para sacar a los heridos. Hay que pensar en una preparación de los que brindan los servicios, porque no es nomás de hacer un ceviche y con eso ya está. Son miles de cosas ligadas al proceso. Cuando hay cambios importantes en el flujo de turistas tienes problemas en la calidad de los alimentos. Es decir tú compras para cien pasajeros y te llegan tres. Entonces qué haces con esos alimentos, cuánto tiempo en refrigeración, si hay corriente eléctrica constante.
"Hay que hacer un trabajo muy fuerte de salubridad pública. El problema para atraer a los turistas es que tienes que reducir el riesgo de enfermedades vectoriales y de las bacteriales, estas últimas a través del manejo del agua": Sevilla.
"No hay que limitarse al turismo estrictamente, sino al abastecimiento de la cadena turística. Hacer una serie de fincas para proveedores de frutos, de los productos que consume el turismo. Entonces la cadena se riega. Si se entiende por turismo todo eso, entonces sí. Hay una cantidad de actividades que conduce a que se multiplique la actividad económica en torno al turismo. Me parece que esto sí puede funcionar en gran parte de la Costa.
"Hay que hacer un trabajo muy fuerte de salubridad pública. El problema para atraer a los turistas es que tienes que reducir el riesgo de enfermedades vectoriales y de las bacteriales, estas últimas a través del manejo del agua. Sin el adecuado manejo del agua nunca va a funcionar. Los gringos no van a ir porque a la semana están con la venganza del Moctezuma. Y en las vectoriales tenemos el dengue, el sika, la fiebre amarilla... Hay que hacer un tratamiento adecuado en las zonas donde están presentes los turistas. El último complemento son servicios médicos básicos, que te den un grado de garantía de que el turista va a ser atendido razonablemente bien. Se entiende que sea atención primaria y luego se pueda transportar a un hospital más grande.
"Si no hay agua todo se complica, y si no se controla las descargas de las aguas pasará lo que en Cancún, donde el gobierno hizo una promoción brutal de hoteles y todo botaban al mar. Yo fui a bucear allá por el año 73 y ahora no hay un pez. No hay nada, porque no separan aguas negras de aguas grises, porque descargan todo a la bahía. Por eso era tan importante ese modelo en Canoa, quizá se lo haga, y ojalá se pudieran hacer sistemas dobles de alcantarillado, donde por un lado tienes las aguas grises y las negras, que van a la planta de tratamiento. No puedes enviar todo al mar sin más trámite".
[RELA CIONA DAS]
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