

En la Ecuarunari, mujeres líderes informaron sobre los territorios sagrados que están en riesgo por la minería a gran y pequeña escala. Ellas llegaron a Quito para reunirse con la Vicepresidenta.
En el extremo sur del Ecuador, en la provincia Loja, en el cantón Palta, las leyendas son parte de sus pobladores. Cuentan, por ejemplo, que entre los cerros Pisaca, Pisaquita y Pisaquilla hay una curiosa laguna que reacciona a las visitas. Permanece quieta cuando el forastero es de su agrado, caso contrario hierve en señal de rechazo a esa visita. La historia la contó Betty Acaro en su visita a Quito. Viajó más de 14 horas para estar en la reunión con la vicepresidenta, María Alejandra Vicuña, el pasado jueves 11 de enero. Ese día una delegación de mujeres indígenas cuyos territorios están en zonas mineras acudieron a la cita para informar sobre la situación de sus comunidades y denunciar amenazas a varias líderes.
Betty Acaro, dijo más temprano a Plan V, que esa laguna podría ser afectada por la minería que desarrolla la empresa Elipe S.A. que se ubica en el cantón. Pero no es el único lugar, ni la única minera. En el cantón Palta también se desarrolla el proyecto Chapadero G, catalogado como minería a menor escala. Acaro, quien es oriunda del sector de El Huato, aledaño a esa minera, cuenta la siguiente historia: “Hay una quebrada llamada el Arenal. En una ocasión me dio sed y fui a tomar agua en ese lugar. Tenía un sabor a óxido, la corriente era amarilla, como cuando se lava un tanque lleno de óxido”. La contaminación es una preocupación para su gente. “Los vecinos que han tenido que llevar agua de Catacocha (cabecera cantonal). La contaminación de Chapadero G es gravísima”.
Una investigación de la Universidad de Loja lo corrobora. En el documento se explica que la flora del sector ha sido afectada por la construcción de vías y de los campamentos para la actividad minera, lo que ha provocado la destrucción del hábitat de algunas especies. Según este estudio, las actividades que más daño han causado en la zona son el uso de explosivos, el barrenado (perforación de pozos), la ubicación de escombreras, la remoción y el apilamiento de la cobertura vegetal. En el barrio El Huato, al estar próximo a la concesión minera, “ha provocado que las personas que habitan en el sector no puedan consumir el agua las quebradas el Arenal e Higuerón”.
Betty Acaro da otros datos: “En Chapadero G hay vertientes que les han cortado todas la naturaleza y las cubren con tierra cuando van las autoridades. Con las mismas máquinas las cubren. Los animales mueren porque no encuentran donde tomar agua. Es una muerte lenta que nos dan a los seres humanos, a la plantas y a los animales”.
Elipe es una empresa tiene concesiones en casi todo el sur del país. La líder Betty Acaro agrega que esta minera ha abierto carreteros en el cerro Curula y estos trabajos han provocado que grandes piedras caigan a las viviendas.
Aunque sea considerada minería a menor escala, esta es una categorización arbitraria, sostiene Braulio Gutiérrez, miembro del colectivo Geografía Crítica y Acción Ecológica. “Esto no quita que no se pueda sacar miles de toneladas de material. Pequeño no significa que no dañe”. El activista afirma haber visto salir de Chapadero G al menos 50 volquetas en un solo día, cuando visitó la zona. De sus investigaciones han logrado establecer que esa minera, de capital ecuatoriano, lleva entre 10 y 13 años funcionando. “Pero el título de concesión se lo dieron recién en marzo de 2017”, sostiene Gutiérrez. En el Huato también inquieta la presencia de la empresa Elipe, subsidiaria de la minera canadiense Dynasty Metals. Elipe es una empresa tiene concesiones en casi todo el sur del país, recalca Gutiérrez. La líder Betty Acaro agrega que esta minera ha abierto carreteros en el cerro Curula y estos trabajos han provocado que grandes piedras caigan a las viviendas.
Carmen Zuquilanda, de la comunidad Yanzatza (Zamora Chinchipe), habló sobre los desalojos y los territorios sagrados afectados por la minería.
La situación de El Huato es uno de los casos emblemáticos que halló el proyecto “Chaskiwarmi” de la Ecuarunari en alianza con el colectivo Geografía Crítica. Son mujeres indígenas que tienen la misión de informar en sus comunidades sobre la situación de la minería en sus territorios. Estas mensajeras (o chaskis) reúnen a sus comunidades y comparten la información que la dirigencia de Ecuarunari les ha dado sobre las afectaciones y el avance de las concesiones mineras en Ecuador. Para ello, la Ecuarunari y Geografía Crítica visitaron 38 comunidades durante seis meses. Todas en las zonas de influencia de actividades mineras en las provincias de Zamora Chinchipe, Morona Santiago, Loja y parte de Azuay.
Betty Acaro (izquierda) dice que en el Huato (cantón Palta) la minera está dañando el hábitat de su comunidad.
Esta iniciativa permitió a las comunidades redescubrir su territorio. Los organizadores llevaron mapas a escalas para que los participantes reconozcan los ríos, cerros y bosques. Cuando había luz proyectaban el mapa, sino llevaban el material impreso. Hubo gente que conocía su territorio como si fuera un pájaro, a otros se les dificulta ubicarse. Sobre estos mapas, las comunidades supieron cuán cerca estaban los proyectos mineros. Braulio Gutiérrez recuerda que los participantes reaccionaban con asombro a esa información. Lo que además confirma que estas concesiones ingresaron sin una consulta previa, como lo establece la ley. “Hay una violación a ese derecho”, manifiesta Gutiérrez.
El colectivo Geografía Crítica ubicó decenas de territorios sagrados, es decir aquellos sitis donde las comunidades ejercen su vida cotidiana y que podrían ser afectados por la creciente actividad minera.
Los talleres consistieron primero en explicar lo que las organizaciones ambientalistas llaman el “festín minero”. Se refieren a la convocatoria que hiciera el Ministerio de Minería el 23 de de mayo de 2016 para el proceso de subasta y remate para el otorgamiento de concesiones mineras con extensiones entre 500 hectáreas a 5.000 hectáreas. En esa fecha, el Ministerio abrió el catastro minero, que fue catalogado por el oficialismo como “una nueva época de concesiones”.
Una vez concluida esta exposición, durante los talleres los asistentes y líderes de cada comunidad identificaban los lugares sagrados que estaban en zonas mineras. Así el colectivo Geografía Crítica ubicó decenas de territorios sagrados (mapa 1), es decir aquellos donde las comunidades ejercen su vida cotidiana, son sus espacios de esparcimiento y alimentación, de vivienda y rituales. Los ubicaron en un diámetro de entre 5 y 7 kilómetros.
Mapa 1. La Ecuarunari y Geografía Crítica mapearon las zonas ancestrales que podrían verse afectadas por los megaproyecto mineros y también por nuevas concesiones. Para realizarlos se basaron en los mapas del Catrasto Minero.
En esta exploración conocieron del avance del proyecto minero a cargo de la empresa Fortescue Metals Group y su filial Ecuador Fortescue S.A.. Aseguran que es titular de 36 concesiones en 9 provincias por un total de 149.805 hectáreas. Tiene 17 concesiones en los límites entre Zamora Chinchipe y Morona Santiago, que están en fase de exploración inicial. Según Gutiérrez, una empresa no puede tener más de 4.000 hectáreas en concesión, según la ley. La presencia de esta minera preocupa más porque se ubica cerca a los proyectos mineros emblemáticos Mirador y Fruta del Norte. “Es un cuadro de total asesio a los pueblos Shuar y Saraguro”, sostienen.
En el mapa del pueblo Palta (mapa 2), en la provincia de Loja, además del Huato, hallaron otros sectores que podrían ser afectados. Uno de ellos es Amaluza, específicamente en los territorios de la comuna Cangochara donde hay concesiones mineras en trámites. A este sector lo consideran ancestral y contiene la laguna Canuta grande, donde naces riachuelos para formar cascadas y regar parte del territorios, según la investigación.
Mapa 2. Sobre las concesiones en territorio palta.
En Zamora Chinchipe (mapa 3), hay cerros, cascadas y ríos amenazados. Por ejemplo, en el cantón Nangaritza está el cerro Cunguimi, los ríos Chinapintza y Herradura; en el cantón Yantzatza está la montaña sagrada Mirador, allí se encuentra el proyecto minero Fruta del Norte. También está el río Chicaa que en su trayecto se une con el río Zamora y es fundamental para el ecosistema de la zona. En la parroquia de los Encuentros, en la montaña del Mirador, existe la pantera negra, los sajinos, los tucanes, las ardillas. Pero sitúan al cantón Yacuambi como la más afectada en las concesiones porque es una zona que se encuentra en plena cordillera y está rodeada de cascadas y montañas; es la parte que conecta a la Sierra con la Amazonía.
Mapa 3. Detalle de las concesiones en las provincias de Morona Santiago y Zamora Chinchipe.
El último mapa es sobre Saraguro (mapa 4). Allí ubican al lugar sagrado conocido como Fierro Urki, un cerro que contiene oro, plata, zinc, aluminio y cobre. Está localizado en el un páramo virgen donde habitan animales como el venado, el oso achupillaero, el león, el tigre, la danta, etc. A su alrededor hay lagunas en donde los maestros de ceremonias hacen sus baños y rituales de purificación. Otros lugares ancestrales son las lagunas Pampabrava, Ramos Loma, Celén, Chinchilla, Puglla y las cascadas de Chorrera Blanca.
Mapa 4. Detalle de las concesiones en territorios saraguros.
TESTIMONIOS
“A la minería la ven como un proyecto de muerte”
Blanca Chancoso, dirigente de la Ecuarunari
Fue un espacio donde estuvieron mujeres, hombres, niños y mayores dialogando e intercambiando preocupaciones sobre la situación de las comunidades frente al extractivismo. Este chaski ha hecho caminar la palabra y los mensajes de todos y todas. Ha sido un intercambio de opiniones. Recién conocieron que su territorio o parte de su territorio están siendo concesionados. A la minería la ven como un proyecto de muerte. ¿Cual sería una alternativa? Conocemos que la minería no es una garantía de desarrollo económico en el país. Hay propuestas como empujar más la actividad agrícola e impulsar el turismo comunitario.
“La empresa china desalojó brutalmente en Tundayme”
Carmen Zuquilanda, comunidad Yanzatza (Zamora Chinchipe)
Somos afectadas por la llegada de las empresas transnacionales. Hemos visto prejuicios, han terminado con nuestras viviendas, nos han desalojado. La empresa china desalojó brutalmente a nuestros compañeros de Tundayme. Han perdido sus territorios, sus animales, su producción.
“Como saparas no aceptamos las compañías”
Nema Ushigua, pueblo Sapara (Pastaza)
Soy la presidenta de la nacionalidad Sapara. Estamos dialogando entre mujeres de siete nacionalidades para defender nuestro territorio y que no entre la compañía minera. En territorio sapara tenemos montañas, ríos, lagunas. Las comunidades se alimentan de selva. Como saparas no aceptamos las compañías.
“Tenemos problemas entre comunas”
Betty Acaro, pueblo Palta (Loja)
Las empresas Chapadero G. y Elipe nos afectan. Tenemos problemas entre comunas y comunidades. Hay división, porque los jóvenes se van a trabajar y dicen que les pagan bien, pero no es verdad. Les dan un contrato de pago por día y la alimentación es pésima. Es una explotación. Ellos no han socializado la minería, ingresaron mintiendo, que van a dar trabajo a todos. Pero ahora ellos llevan la máquina y reemplazan la mano de obra. Es un engaño y dicen que están apoyando a la comunidad.
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