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30 de Septiembre del 2019
Historias
Lectura: 15 minutos
30 de Septiembre del 2019
Redacción Plan V
El caso de supuesta mala práctica médica que enfrenta a una familia y a una clínica
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Fotos: PlanV

Carlos Iglesias y Catalina Yépez reclaman ante la justicia por el tratamiento que, consideran, puso en peligro la vida de su hijo. 

 

Han pasado ocho años desde que, el 30 de septiembre de 2011, un niño de nueve años fue internado en la Clínica Internacional con lo que parecía ser un cuadro de hepatitis. Pero tras una serie de exámenes y casi un mes de tratamiento, se descubrió que tenía otra enfermedad. Los padres se querellaron por daño moral, y la institución y los médicos han sido condenados en primera instancia al pago de USD 150 mil.

Carlos tiene ahora 17 años, se acaba de graduar del colegio y va a estudiar negocios internacionales. Pero cuando tenía nueve años, a fines de septiembre de 2011 y por consejo de su pediatra, al presentar lo que parecían síntomas de hepatitis, fue internado en la Clínica Internacional. Ahí empezó casi un mes de un tratamiento médico en el que los padres debieron pedir el criterio de varios galenos, mientras la situación del menor empeoraba de manera paulatina. La historia parece sacada de la serie Dr. House y aunque se ha vuelto entre algunos médicos recurrente el tópico de "la medicina no es una ciencia exacta", los padres insisten en su reclamo. 

Una vez que el niño fue internado por pedido de su pediatra, Graciela Maggi Triviño, el caso fue puesto en manos de un gastroenterólogo de la Clínica, llamado Luis Antonio Hayek Tohme. Hayek Tohme, quien hizo su especialización en España en los años 80, no cuenta con la especialidad de gastroenterología pediátrica, aunque su defensa ha señalado que las universidades ecuatorianas no realizan tal especialización. 

El médico dispuso una serie de exámenes, recuerdan los padres. El primero de octubre de 2011, Hayek dio su diagnóstico: "un quiste simple hepático derecho que era -según dijo, pomposamente- el segundo caso en el mundo”, dijeron los padres ante la justicia de la provincia de Pichincha, ante la que han llevado el caso. 

Los padres del joven, Carlos Iglesias Delgado y Catalina Yépez, ambos abogados de profesión, relatan que durante varios días su hijo empezó a mostrar un paulatino deterioro de salud, mientras los médicos de la Clínica cambiaban el diagnóstico y realizaban varios exámenes.

Los padres del joven, Carlos Iglesias Delgado y Catalina Yépez, ambos abogados de profesión, relatan que durante varios días su hijo empezó a mostrar un paulatino deterioro de salud, mientras los médicos de la Clínica cambiaban el diagnóstico y realizaban varios exámenes.

Los padres cuestionan que se hayan realizado exámenes dolorosos, como es el caso de punciones en el hígado, que, alegaron, pudieron haber sido suplidas con una colangioresonancia por resonancia magnética nuclear. Los días siguientes continuaron las pruebas médicas. En el hígado del niño encontraron "un litro y medio de bilis acumulada, por lo cual procedió a introducir un catéter y dejarlo a fin de que se siga evacuando el líquido biliar, por lo que se perdió el verdadero cuadro clínico", afirman los padres.

Otro examen que se practicó al niño fue una colangiografía retrograda endoscópica y papilotomía, y para el 11 de octubre "el doctor  Luis Antonio Hayek  dispone que le hagan a nuestro citado hijo un examen de sangre, obteniéndose como resultado al siguiente día un cuadro de porcentaje bajo en glóbulos rojos, es decir, se produjo una anemia aguda (existía sangrado interno, producto de las intervención a la papila a la que fue sometido, pues, estaba muriendo lenta y silenciosamente); ante esto el médico Luis Antonio Hayek dispone que en forma inmediata se realice una endoscopía, examen que se lo efectuó en horas de la mañana del jueves 13 de octubre del 2011", destacan los padres. 


La Clínica Internacional y el seguro Ecuasanitas han sido demandados en este caso. 

La endoscopia demostró que el examen anterior había provocado "un sangrado a nivel de la intervención de papilotomía" que debió ser corregida con otra intervención en el cuerpo del niño. A esa altura, los padres, cada vez más preocupados, se opusieron a esa nueva endoscopía. "Se evitó una intervención peligrosa que así también exponía la vida de nuestro hijo, evidenciando con ello -una vez más- la precaria y poca predisposición -siendo eufemistas- por parte del médico tratante Dr. Luis Antonio Hayek Tohme, quien no tomó en consideración en ningún momento -de un lado- la delicadeza del caso y el deterioro de nuestro hijo y -de otro- nuestra angustia y preocupación de parte de nosotros, siendo que pasaban los días y no se resolvía médicamente el caso de nuestro hijo hallándonos nosotros como testigos del deterioro paulatino en su salud", dijeron los padres en su demanda. La intervención fue realizada horas más tarde, luego de que el niño recibiera una transfusión de sangre. 

Los médicos continuaron con exámenes dolorosos, como es el caso de nueva punción en el hígado del niño, y descubrieron que seguía acumulando bilis. "A pesar de las intervenciones realizadas por los galenos de la Nueva Clínica Internacional, en lugar de mejorar la salud de nuestro hijo, él se encontraba deteriorándose cada vez más, lo cual se hizo más evidente por su estado general de desnutrición y adicionalmente luego de la intervención para detener el sangrado, sufrió una infección por salmonella" aseguran.

"A pesar de las intervenciones realizadas por los galenos de la Nueva Clínica Internacional, en lugar de mejorar la salud de nuestro hijo, él se encontraba deteriorándose cada vez más, lo cual se hizo más evidente por su estado general de desnutrición y adicionalmente luego de la intervención para detener el sangrado, sufrió una infección por salmonella", dijeron los padres ante la justicia. 

Mientras los médicos intentaban realizar una colangioretrógrada endoscópica para el mapeo de la vía biliar, en busca del sitio de dónde salía la billis, el niño sufrió una afección pulmonar, que llevó a una insuficiencia respiratoria, lo que obligó a demorar ese nuevo procedimiento.

En busca de otras opiniones

Desesperados, los padres decidieron recurrir a otros médicos, pues empezaron a desconfiar del criterio de la pediatra y el gastroenterólogo. Así "el 20 de octubre de 2011, le rogamos al doctor Patricio Vargas Acosta, cirujano pediátrico del Hospital Baca Ortiz se hiciera cargo del caso", y contaron también con el concurso de un médico del Hospital Metropolitano, el doctor Frans Iván Serpa Larrea, cirujano hepatólogo.

El 23 de octubre, los dos médicos externos operaron al niño y descubrieron un quiste en el colédoco, un pequeño canal en las vías billares, que era la causa de sus dolencias.

Cuando el niño mejoró, destaca el padre, la Clínica se negó a dejarlos salir sin que antes les firmaran una letra de cambio por USD 12000, a pesar de que, según el padre, ellos habían ofrecido inclusive llevarlo al extranjero de ser necesario. La letra nunca fue pagada por la familia e inclusive ha prescrito ya la acción de cobro, señala el padre. 

"Nuestro hijo soportó durante su estancia una anemia, un shock o deficiencia respiratoria, tratamientos invasivos, inútiles e inoficiosos como realizarle punciones, una papilotomia, entre otros, y una infección por salmonella (en la clínica), a más de sus sufrimientos y traumas provocados durante esos largos prácticamente veinte días que estuvo en manos de los médicos", dijeron los padres en su querella, en la que responsabilizaron a los médicos, a la Clínica y a la empresa Ecuasanitas, propietaria del seguro médico que opera la Clínica.

La Clínica se negó a pagar a los médicos externos que resolvieron el caso, dijeron los padres. "Tanto el doctor Frans Serpa Larrea así como el doctor Patricio Vargas Acosta, ingresaron sus facturas por los honorarios de sus intervenciones médicas, por el valor de dos mil trescientos dólares y dos mil ochocientos dólares respectivamente", por lo que fueron los padres quienes aseguran haber pagado a los médicos que salvaron la vida de su hijo. 


Carlos Iglesias asegura que la Clínica Internacional se negó a pagar a los médicos externos que resolvieron el caso y debió hacerlo él. 

El calvario judicial

Aunque Carlos se recuperó y pudo ser dado de alta, los padres decidieron demandar a los médicos y a la Clínica. El Ministerio de Salud analizó el caso y concluyó, el 27 de febrero de 2013, que los médicos de la Clínica "incumplieron elementales principios inherentes a su profesión, al haber realizado actos no apropiados, basados en la falta de un buen juicio clínico en el presente caso, por cuya causa se ocasionó un resultado dañoso que pudo haberse evitado con una actitud diligente, oportuna y adecuada", lo que provocó que tanto la pediatra cuanto el gastroenterólogo fueran multados, aunque el padre afirma que no hay constancia de que hayan pagado la multa. 

Tras conocerse el dictamen administrativo del Ministerio de Salud, los padres presentaron en 2013 una demanda civil por daño moral, pidiendo una indemización de un millón 350 mil dólares. Para 2017 obtuvieron una sentencia favorable en primera instancia, pero el caso está en apelación en la Corte Provincial de Pichincha desde hace dos años. 

Este portal intentó durante dos semanas, con llamadas y correos electrónicos, obtener la versión de la actual gerente de la Clínica Internacional, Beatriz Alvear, quien no concedió la entrevista hasta el cierre de este reportaje. Nos comunicamos también con el médico Luis Hayek, quien contestó vía Whatsapp que "por recomendación de mi abogado no daré ningún tipo de entrevista, gracias por su compresión".

Este portal intentó durante dos semanas obtener la versión de la actual gerente de la Clínica Internacional, Beatriz Alvear, quien no concedió la entrevista. Nos comunicamos también con el médico Luis Hayek, quien contestó vía Whatsapp que "por recomiendación de mi abogado no daré ningún tipo de entrevista, gracias por su compresión".

Sin embargo, en sus declaraciones ante la justicia, la pediatra Graciela Maggi sostuvo que la demanda en su contra le había ocasionado daños, por lo que contrademandó a los padres por USD 280 mil. De su lado, la Clínica, Ecuasanitas y el director médico de la Clínica dijeron no tener ninguna responsabilidad en los hechos motivo de la demanda. La justicia negó el pedido de Maggi. 

Por su parte, el médico Luis Hayek dijo en el proceso que "yo no he irrogado daño alguno al menor, por el contrario siguiendo todos los protocolos médicos he realizado el mayor esfuerzo profesional y técnico para brindarle la debida asistencia medica que todo paciente requiere". El médico declaró también que "no existe daño alguno causado al paciente ya que el mismo llegó a recuperar íntegramente su salud y los tratamientos que actualmente se practica obedecen a que el quiste de colédoco es una malformación crónica que si bien fue atendida quirúrgicamente a lo largo de la vida del paciente tendrá la necesidad de que el mismo sea controlado con pruebas de función hepática y ultrasonido, ya que la incidencia del cáncer u otras complicaciones es de 15 a 30 veces mayor que el resto de la población", explicó el galeno y agregó que "cualquier complicación posterior que se pueda presentar es el resultado de su propio cuadro clínico y no de los tratamientos aplicados".

Para el gastroenterólogo, debe destacarse que en el propio informe del Ministerio de Salud sobre el caso se mencionó que “El quiste de colédoco es una malformación rara”. La presentación clínica es la ecografía abdominal. (…) La presentación clínica de las malformaciones quísticas de la vía biliar es muy variable. Sólo el 20% de los pacientes afectados desarrolla la tríada clásica de ictericia, dolor abdominal y masa en hipocondrio derecho".

En su defensa, el médico explicó que la investigación del Ministerio de Salud tiene lo que considera un error fundamental: “El diagnóstico de biloma se sustentó exclusivamente en la imagen y no se prestó atención a la falta de antecedentes (traumáticos, cirugías, etc.) que lo fundamente. Estas afirmaciones son erróneas ya que se si existió un antecedente, tal como se ha demostrado a lo largo de la prueba, el niño un año y medio aproximadamente antes de esta atención médica, sufrió un traumatismo importante con golpes en diferentes partes del cuerpo y fracturas en los dos antebrazos, situación que fue biloma, lo cual no fue considerado por la Comisión Técnica, al momento de emitir su informe".

El juicio continúa

Luego de un proceso de casi cuatro años en la primera instancia, los padres obtuvieron una sentencia favorable. Se condenó a pagar USD 150 mil a los médicos Maggi y Hayek, así como a la Clínica Internacional y al seguro Ecuasanitas. Esta sentencia fue apelada por ambas partes y ahora, en una sala de la Corte Provincial de Pichincha, se espera que haya una nueva sentencia, en especial, tras la audiencia de estrados que tuvo lugar la semana anterior.

Los padres anunciaron que continuarán el proceso hasta la Corte Nacional de Justicia, pues el fallo es susceptible de casación. Mientras tanto, el joven Carlos continúa su vida normal.

 

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