

Foto: P. Espín-IGEPN
Foto tomada desde la parte alta de Alaquez del 23 de agosto del 2015 21h20 de la parte Sur Occidental del volcán, donde se observa una emisión constante de ceniza.
A las cuatro de la tarde del lunes 24 de agosto de 2015, el Cotopaxi seguía emitiendo anchas columnas de ceniza de un inquietante color negro.
El informe del Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional alertaba por primera vez desde que empezó a la actividad del coloso de aumento en la sismicidad y grandes presiones que podrían significar "movimiento magmático". Es decir, un proceso de erupción en camino.
A esa hora las cuentas de Twitter a las que obligadamente la población debe remitirse para saber del volcán no habían emitido una sola señal de la preocupante columna de ceniza obscura ni del informe del Geofísico. A las 16:22 la cuenta @Seguridad_Ec emitió un mensaje:
Continúa emisión de gases con carga moderada de ceniza en dirección occidente - sur occidente #VolcánCotopaxi pic.twitter.com/oFTHu6q7OY
— Seguridad Ecuador (@Seguridad_Ec) agosto 24, 2015
Algo que a esas alturas todo Quito y Latacunga y sus alrededores ya sabía.
Para las señales del coloso, ha imperado la ley del silencio. El decreto de Estado de Excepción obligó a la censura previa en todo lo referente al volcán y nombró como únicos voceros al ministro coordinador de Seguridad César Navas y a la secretaria de Riesgos, María del Pilar Cornejo. Estos funcionarios han usado cuentas de Twitter para las informaciones, en un país donde el acceso a internet no solo que es limitado sino que el acceso de Twitter es de apenas el 5% de las cuentas activas.
La gente de los valles de Los Chillos, Machachi y Latacunga padece por la falta de información. Hay incertidumbre en las familias por saber cómo van a ser avisados en caso de erupción, sobre todo si esta ocurre en la noche o en la madrugada. Tampoco está claro en esas comunidades cómo actuar, ni cómo acceder a los refugios. Dos simulacros, en Latacunga y Los Chillos dejaron más dudas que certezas.
Y la información en los medios de comunicación no oficialistas no fluye. La noche del domingo 23 de agosto, al cierre del noticiero dominical de Ecuavisa, la presentadora anunció que el reportaje "El despertar de un gigante", sobre el Cotopaxi, que había sido anunciado por el programa Visión 360 no se iba a emitir porque la estación lo había sometido al régimen de censura previa y no habían recibido respuesta. El realizador del reportaje, el reconocido y premiado periodista Tomás Ciuffardi, había invertido tres meses en la producción del mismo. Al siguiente día, la cuenta de Facebook del periodista y documentalista tenía el siguiente mensaje:
"A mediados de Junio empecé a trabajar en un reportaje sobre el Cotopaxi que iba a salir al aire hoy a las 22h30... Era un reportaje de 30 minutos de duración que recogía muchas voces. Intenté entrevistar a la Secretaria de Gestión de Riesgos, Ma del.Pilar Cornejo, nunca contestaron el teléfono, pero finalmente conseguí su celular, se lo pedí directamente y me dijo que le mande un correo. Nunca contestó. Intenté hablar con el Ministro César Navas y me cancelaron la cita "por cuestiones de agenda". Aún así incluí las versiones oficiales tomando testimonios.de ruedas de prensa. Mi reportaje no criticaba al gobierno, de hecho reconocía el hecho de que en estos últimos 7 días se había hecho más que en los últimos cinco meses. Pero por respeto a la ley Ecuavisa envió mi reportaje para que sea aprobado por las autoridades (indignante!)... la única respuesta fue que no era apropiado que enviemos links de Youtube por medio de un smartphone. Finalmente, ante la posibilidad de que multen al canal e incluso que puedan seguir acciones penales, Ecuavisa decidió no transmitir el reportaje.
"Que no salga el reportaje me da tristeza, pero lo que yo sienta es lo de menos. Es más grave que nuestra sociedad solo esté expuesta a una información oficial que no es completa y que no responde a muchas dudas que existen en torno a este proceso eruptivo.
Si hoy no responden, esperemos que den la cara cuando erupcione ese volcán y miles de personas les miren a los ojos preguntándoles ... "y ahora?".
Efectivamente, el reportaje empezó a hacerse antes de las explosiones más graves, y antes también del decreto de Excepción. Para entonces, la actitud de las autoridades involucradas era como si lo del Cotopaxi fuera algo muy lejano.
El reportaje censurado de Visión 360 empezó a hacerse antes de las explosiones más graves, y antes también del decreto de Excepción. Para entonces, la actitud de las autoridades involucradas era como si lo del Cotopaxi fuera algo muy lejano.
¿Qué tenía el reportaje? El alcalde de Latacunga fue entrevistado justo el día de la erupción y dijo cosas sorprendentes pero muy francas, muy humanas... reconocía que una erupción iba a ser una tragedia... pero además habían datos sobre el costo que se iba a generar por la destrucción, la falta de un sistema de alerta temprana, de capacitación, los efectos post erupción como pérdidas de empleos, infraestructura (la flamante cárcel, poliductos, aeropuerto, carreteras, hidroeléctricas). Todo esto con el contexto histórico de las últimas erupciones. Habia datos preocupantes sobre la falta de planificación de las autoridades municipales y nacionales, los graves riesgos de la población carcelaria: casi 5000 presos -y sus familias- en la nueva cárcel de Latacunga, entre otros.
Se trataban de dos reportajes de 15 minutos. El estado de excepción sorprendió a Ciuffardi al final de la producción y se vio obligado a incluir la versión oficial, para cumplir con la ley. El ministro Navas había aceptado una entrevista pero a última hora la cancelaron porque el Cotopaxi amaneció despejado y la autoridad responsable aprovechó para hacer un sobrevuelo. Luego no pudieron agendarlo y el realizador tenía que cerrar la edición. En todo caso, Ciuffardi incluyó declaraciones del ministro Navas y de la secretaria Cornejo en ruedas de prensa. En realidad, el reportaje no contenía nada que pudiera molestar al gobierno, pero el abogado del canal fue de la opinión de enviar el reportaje al ministro de Seguridad, para cumplir con el decreto de censura previa, a pesar de que la ley de Comunicación la prohibe expresamente. Eso fue el miércoles anterior a la emisión del programa, pero Ecuavisa nunca recibió una respuesta a tiempo. Pasadas las seis de la tarde del domingo, la responsable de Comunicación del ministerio Coordinador de Seguridad dijo al director del programa que no habían tenido oportunidad de revisar los 33 minutos de programa, los cuales habían sido enviados por teléfono con los links internos de Youtube. Esto no le pareció adecuado a la funcionaria, quien además agregó que había un comité institucional que estaba revisando las noticias que otros medios habían enviado. Mejor dicho, Ecuavisa tenía que ponerse a la cola y probablemente el miércoles siguiente se habría agendado una reunión para ver los videos.
Eso, a criterio de sus directivos, puso al canal y al realizdor en situación de riesgo porque no sabían si iban a usar el decreto para tomar alguna acción, incluso penal, en contra de la televisora.
¿Qué dice la historia?
El Cotopaxi es, después del Chimborazo, el segundo nevado más grande del Ecuador, y –a casi seis mil metros de altura– uno de los volcanes activos más altos del mundo. Desde 1940 ha permanecido silencioso, hasta que, hace un par de meses, ha presentado las típicas explosiones de un estratovolcán: erupciones explosivas y efusivas periódicas; o, como explica el Instituto Geofísico, “el Cotopaxi ha presentado cinco grandes periodos eruptivos: 1532-1534, 1742-1744, 1766-1768, 1853-1854 y 1877-1880. Dentro de cierto rango, todos los episodios han dado lugar a fenómenos volcánicos muy peligrosos, y no hay duda de que episodios similares volverán a repetirse en el plazo de las décadas.”
El “Programa Global de Vulcanismo” del Smithsonian, recuenta la historia de la erupción de 1877 junto con evidencias fotográficas actuales del terreno. En una de las fotografías, con el Cotopaxi de fondo, posan los vulcanólogos Minard Hall y Patty Mothes delante de una roca de 7 metros que, concluyen, fue arrastrada por lahares en la erupción de 1877. Se denomina lahar a un flujo de sedimento y agua que se origina en las erupciones de los volcanes. En el caso del Cotopaxi, que es un nevado, el deshielo provocado por la erupción produce gran cantidad de agua que arrastra sedimento.
Los lahares son los procesos más destructivos que conlleva una erupción, pues arrasa con todo lo que está a su paso. En otra de las fotografías se ve, en primer plano, el suelo erosionado y de sustrato volcánico de un valle al norte del Cotopaxi. El pie de foto explica –por evidencia geológica–, que en la erupción de 1877 el material piroclástico fluyó por todos los lados del volcán, hasta que los lahares se encausaron en el río Guayllabamba, alcanzando después el Océano Pacífico, a 225 kilómetros de distancia. Cabe aclarar que, por pruebas históricas y físicas, esta fue una de las erupciones más fuertes que el volcán haya sufrido en más de cien años (una de similar magnitud habría ocurrido en 1768). Así mismo, se debe señalar que la fuerza de las erupciones no disminuye –o aumenta– en virtud del tiempo de la erupción que la antecede.
El Cotopaxi es, después del Chimborazo, el segundo nevado más grande del Ecuador, y –a casi seis mil metros de altura– uno de los volcanes activos más altos del mundo. Desde 1940 ha permanecido silencioso, hasta que, hace un par de meses, ha presentado las típicas explosiones de un estratovolcán.
La página web del Instituto Geofísico presenta, además de un informe diario, datos comprensivos de la red de monitoreo del Cotopaxi. Puede observar secuencias diarias en vídeo desde diferentes perspectivas del volcán, aquí. Además puede adentrarse en la información técnica, consultando el glosario que el IG ha puesto a disposición del público. Y si el vulcanismo le atrae, puede leer esta publicación que el IG ha puesto en su página web con información extremadamente detallada de una posible erupción del Cotopaxi. Se puede estar agradecido del trabajo minucioso que realiza el Instituto Geofísico monitoreando al coloso. Tarea que, en resumen, se realiza con más de una docena de sismómetros, igual número de AFMs o medidores acústicos de fluido para controlar los lahares, GPS para observar el cambio topográfico y espectómetros para la detección de gases.
Datos recientes advierten de la existencia de alrededor de 100 pequeños temblores diarios; las emisiones de dióxido de azufre son cinco veces mayores que la media (o referencia) de aproximadamente 500 toneladas diarias. La columna de vapor ha alcanzado el kilómetro de altura. Estos datos demuestran que el volcán se activa, pero no una erupción inminente. Es probable, incluso, que el volcán lentamente se estabilice.
El Instituto Geofísico ha publicado un mapa de riesgos indicando las posibles afectaciones que una erupción del Cotopaxi causaría. Se refiere especialmente a Latacunga, Salcedo, Sangolquí, San Rafael, Tumbaco, e incluso a Esmeraldas como zonas de riesgo. El volcán Cotopaxi presenta otra particularidad; sufre dos tipos de explosión; la una, llamada andeasítica, es de baja magnitud y los daños causados son mínimos. Las erupciones peligrosas se llaman riolíticas, cuyos flujos piroclásticos han llegado hasta Rumipamba, al norte, y Lasso al sur, a través de sus afluentes, los ríos Pita y Cutuchi, respectivamente. A 5 kilómetros a la redonda del Cotopaxi habitan alrededor de 250 personas; a 10, 7000; a 30, 150 mil; a 100 kilómetros, al rededor de 3 millones y medio.
Los informes diarios del Instituto geofísico se publican a las seis de la mañana con datos específicos de la actividad del volcán. Aunque el único organismo facultado para emitir información es el ministerio de seguridad –que ha habilitado la página web volcancotopaxi.com–, se puede acceder sin restricción a los informes del IG. El hipervínculo a los informes desde dicha página han dejado de ser actualizados desde el 21 de agosto, y los boletines de prensa del Ministerio de Seguridad no concuerdan específicamente con los del IG. En concreto, no se menciona en ninguno la actividad sísmica del volcán, al que el IG se refiere particularmente. Tratan, sobre todo, de información general indicando la dirección de las nubes de ceniza y el incremento (o no) de la actividad volcánica.
El IG usa una medida base del estado usual del volcán (previo al incremento de actividad, en junio), mientras el Ministerio parece usar como referencias los días anteriores. Otra crítica que se observa entre los usuarios de redes sociales tiene que ver con el uso del espacio para reportar, hasta en un 80% del boletín, las actividades que realizan las dependencias gubernamentales, tales como capacitaciones, simulacros, o sobrevuelos.
¿Epílogo?
Dos días después de publicada esta nota, el secretario de Comunicación, Fernando Alvarado resolvió, por sí mismo, que el reportaje de Ciuffardi no aportaba en nada. La Secom había emitido un comunicado titulado: Respuesta del Secretario Nacional de Comunicación al periodista Tomás Ciuffardi. En este. Alvarado decía:
"@tomasciuffardi he vixto con atención los reportajes que enviaron para aprobación. No voy a calificar la calidad del trabajo, pero no aporta en nada en informar a la población sobre qué hacer en caso de un eventual aumento de actividad del volcán.
"Lo que busca el decreto/estado de excepción es lo contrario a lo que propone su producción, y es orientar.
"Con todo respeto, no tiene derecho a llamarnos censuradores, cumpla con la ley y deje a las autoridades hacer su trabajo".
La respuesta de Tomás Ciuffardi en su cuenta de Facebook fue esta:
"Amigos y conocidos, hoy a través de Twitter, el Secretario de Comunicación Fernando Alvarado decidió que mi reportaje del Cotopaxi no aportaba nada. Él y solo él tomó esa decisión, no permiten a ustedes, al público, a juzgar por su cuenta. También dice que mi reportaje no orienta y que no tengo derecho a llamarlos censuradores.
"Bueno, el decreto dice literalmente CENSURA PREVIA, así que si ellos la ejercen, no veo otra manera en que se los pueda llamar.
"No me interesa ser parte de un juego político de oposición, ni tampoco me interesa victimizarme, solo quiero decir a quienes se sientan afectados por el Cotopaxi que no depositen sus vidas en manos y en voces que proclaman ser la única verdad. Investiguen lo que hizo el volcán en el pasado y prepárense para lo que puede pasar en el futuro. Exijan a las autoridades mayor información ya que ellos son los únicos que pueden proveerla... y en cuanto a mi, seguiré haciendo lo mío sin odios ni agendas...".
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