Augusto de La Torre preside la comisión que elaborará un proyecto de reformas al sistema de pensiones del IESS. Esta comisión fue conformada el 10 de enero del 2023. Foto: Presidencia de la República
El Fondo de Pensiones, FP, del IESS tiene en sus arcas un aproximado de USD 6000 millones. Ese dinero está colocado en préstamos hipotecarios y bonos del Estado (75% del dinero). Los expertos y autoridades reconocen que hay una mora grande en los hipotecarios y con lo que pagó el gobierno este año no alcanza para que el fantasma del déficit no crezca. El pago de pensiones cada año es de USD 5000 millones y lo que se recibe por aportes es USD 2500 millones. El fisco debe aún el equivalente de las pensiones del año 2022 (unos USD 2000 millones). Lo cual hace calcular, según Augusto De la Torre, que en un par de años el IESS se verá en serios problemas para pagar las pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte, la llamada IVM. Hay un déficit que no se ve por dónde va a cubrirse, cuya fórmula es simple: lo que entra al FP por aporte de los trabajadores, empresarios y Estado no alcanza para pagar los montos que el IESS tiene que pagar por pensiones. Hace unas semanas, por primera vez, el Seguro tuvo que echar manos de las reservas del Fondo, para pagar a los jubilados.
Hay otro fenómeno que se manifiesta. El valor promedio de la pensión por vejez ha sido, tradicionalmente, el más alto, pero en años recientes fue excedido por la pensión por discapacidad. En el 2014, el FP pagó USD 250 millones por discapacidad; en el 2019 pagó USD 550 millones, y en el 2021 pagó USD 747 millones. En la pensión por vejez, en los mismos años, el IESS pagó USD 560 millones, USD 660 millones y USD 688 millones.
El economista De la Torre fue ministro de Finanzas, funcionario del Banco Mundial y ahora coordina una comisión que, a pedido del presidente Lasso, presentará salidas a esta situación de las pensiones y su (in)viabilidad financiera. Su mandato no está encaminado a tratar el problema de los servicios de salud de la seguridad social del Ecuador, exclusivamente a recomendar salidas viables para sostener el Fondo de Pensiones.
Marzo del 2021. Los maestros jubilados se apostaron en la Plaza Rocafuerte, en el centro de Guayaquil. Foto: Christian Vásconez / Diario Expreso Archivo
la población es cada vez más vieja y los jubilados viven más. Hace más de 40 años, en 1980, un aportante que se jubilaba a las 65 años tenía un promedio de vida de 12 años adicionales. Ahora, ese mismo aportante tiene un promedio de vida de 25 años
Hay algunas razones para que se haya llegado a este punto. Una de ellas es de caracter demográfico: la población es cada vez más vieja, con más años de vida, y los jubilados viven más. Hace más de 40 años, en 1980, un aportante que se jubilaba a las 65 años tenía un promedio de vida de 12 años adicionales. Ahora, ese mismo aportante tiene un promedio de vida de 25 años. Esto, que resulta un avance de la calidad de vida y del progresos social, se convierte en un bumeran para el sistema de pensiones, porque a la par la cantidad de aportantes ha disminuido proporcionalmente a su cremimiento. Por el lado de los aportantes, también cambió el escenario: la edad promedio de los afiliados se redujo entre 2007 y 2022: la proporción por encima de los 50 años bajó en casi 10 puntos. Pero, además, hay un problema en el monto de los aportes: el 78% de los afiliados tenía ingresos laborales por debajo del ingreso per cápita nacional en 2021, comparado con el 62% en 2007. Es decir, la población se ha empobrecido y el monto de sus aportes indivduales ha bajado, en lugar de crecer. Esto ha hecho que para el 2022, la mitad de los pensionados tenga una pensión menor o igual al salario básico y el 80% no supere los dos salarios básicos. Aunque un salario promedio es de USD 600 dólares para cada jubilado (más alto que un actual salario básico), los jubilados que tuvieron altos ingresos reciben siete veces más de lo que aportaron.
En la última década, el número de pensionistas se duplicó mientras que el de aportantes solo aumentó en un 20%; como consecuencia, en el 2022 habían sólo cinco aportantes por cada pensionista, comparado con nueve en el 2012. En el 2022, el número de pensionistas llegó a 617,000. El 75% es beneficiario por vejez (jubilados) y la mayor parte el resto por montepío.
Hacia un cambio de parámetros
Una de las propuestas de la Comisión será el cambio de parámetros. Estos consisten en una tabla que determina los años de aporte y los años de edad de los aportantes. Si una persona de 60 años tiene 30 años de aporte, puede jubilarse con un monto de reemplazo del 56% de sus últimos cinco mejores ingresos reportados al IESS. Con 65 años de edad y 35 de aportes, el monto que se recibe es el 75% de sus cinco mejores ingresos. Y recibe el 100% de sus cinco mejores salarios si es que tiene 70 años de edad y 40 años de aportes. Pero hay una distorsión en esa tabla: una norma del IESS permite que una persona de 70 años pueda jubilarse con el 60% de sus cinco mejores salarios si ha aportado 10 años. Esto ha hecho que muchas personas de altos ingresos se afilien a los 60 años de edad, se paguen salarios altos y una década después reciban de por vida su jubilación. Esto perjudica a quienes han aportado por más de 35 años.
El otro elemento que interfiere en esa "justicia" en las pensiones son los regímenes especiales. Son cinco, entre ellos el seguro voluntario, el seguro campesino, y el seguro para los maestros. Esto, según un diagnóstico de la Comisión, rompe el principio de igualdad en el sistema de reparto, que se fundamenta en que los pagos de las pensiones se hace con cargo a los aportantes activos.
En la actualidad, el IESS tiene 3,4 millones de afiliados y 620 mil jubilados. Esto significan 5,4 aportantes por cada jubilado. El sistema de reparto es solvente si existen ocho aportantes por cada jubilado. Aunque la Comisión mantiene en reserva las recomendaciones que dará al Presidente de la República, se deja entrever que serán por el lado de incentivar las afiliaciones para aumentarlas; cambiar los parámetros de jubilación, tendiendo a eliminar los regímenes especiales así como las distorsiones de tiempo de aportes y edad de jubilación, para lograr la equidad horizontal, y crear un sistema que permita una pensión mínima igualitaria para todos más planes de ahorro individuales.
Edificio de la planta administrativa central de IESS, en Quito. Foto: Extra
En la actualidad, el IESS tiene 3,4 millones de afiliados y 620 mil jubilados. Esto significan 5,4 aportantes por cada jubilado. El sistema de reparto es solvente si existen ocho aportantes por cada jubilado.
Para la Comisión, "los problemas institucionales del IESS son serios y afectan su imagen y la credibilidad del sistema. Actualmente el Seguro carece de la credibilidad ciudadana. Se cuestiona su transparencia y eficiencia administrativa, la excesiva politización de las decisiones estratégicas y gestión del IESS, sus altos costos operacionales (con una planilla de más de 35.000 empleados en el IESS) y la calidad e integridad de la inversión de los fondos por parte del BIESS. Al usuario le preocupan los problemas de mala calidad, falta de celeridad y baja confiabilidad de los servicios de salud. También que los acuciantes problemas financieros del seguro de salud debiliten las finanzas del IVM
La Comisión tiene claro, además, que está pendiente la conciliación de la deuda no documentada del Ministerio de Economía y Finanzas, MEF, al IESS y un acuerdo sobre la modalidad de pago de esa deuda. Se cree equivocadamente —dice un documento de diagnóstico de la Comisión— que superando las deficiencias institucionales y reconociendo y pagando la deuda del MEF al IESS los problemas del IVM desaparecerían, pero "los problemas estructurales (inviabilidad financiera y fiscal e inequidad) del IVM subsisten y seguirán agravándose incluso si los problemas institucionales y de deuda se resuelven".
La Comisión también cuestiona que los problemas del Fondo de Pensiones se resolverán cuando el Estado pague la deuda al IESS. Puede dar un respiro, pero los problemas persistirán. De hecho este Gobierno ha pagado parte de esa deuda, pero este medio conoció que el Ejecutivo quiere primero hacer la reforma de la seguridad social, un cambio radical en el IESS, para hablar de pagar el saldo. Sin embargo, la Comisión entiende que el fisco "ya no puede hacerse cargo del creciente déficit básico del IVM, el cual, para complicar las cosas, excede cada vez más a la contribución fiscal del 40% de las pensiones".
EL IESS tiene 620 mil jubilados. Foto referencial. Archivo
La Comisión cuestiona que los problemas del Fondo de Pensiones se resolverán cuando el Estado pague la deuda al IESS. Puede dar un respiro, pero los problemas persistirán. De hecho este Gobierno ha pagado parte de esa deuda,pero prefiere primero hacer la reforma de la seguridad social, antes de tener un plan de pagos.
En números: en el 2022, el déficit básico del IVM fue mayor a USD 2500 millones, mientras que el 40% de las pensiones representaba alrededor de USD 1950 millones (una diferencia de USD 550 millones). En el 2025, el déficit básico se estima en USD 2800 millones, mientras que el 40% de las pensiones se estima en a USD 2250 millones (una diferencia de USD 750 millones)
Al peso fiscal proveniente del déficit básico del IVM habría que sumar las transferencias que fisco tiene que hacer para cubrir los déficits en IESS-salud, ISFFA e ISSPOL. Sin una reforma al IESS y al sistema de pensiones, el fisco no podrá absorber el déficit básico del IVM y el fondo del IVM (Invalidez, Vejez y Muerte) estaría condenado a desinvertir agresivamente.
La Comisión se refiere a que en mayo del 2020, el valor en libros del fondo del IVM estaba en torno a los USD 6.000 millones, pero la mayor parte de sus activos eran ilíquidos, estaban colocados en préstamos hipotecarios y en el IESS.
El fondo IVM se drenó pronunciadamente de USD 9.577 en el 2016 a USD 6.961 en el 2018 debido a un cambio legal introducido en el 2015 que suspendió las transferencias del MEF al IESS, pero que fue declarado inconstitucional en el 2018. Fue una pérdida de USD 2.616 millones, la más significativa de su historia y de la cual no se ha recuperado.
El fondo IVM se drenó pronunciadamente de USD 9.577 en 2016 a USD 6.961 en 2018 debido a un cambio legal introducido en el 2015 que suspendió las transferencias del MEF al IESS, pero que fue declarado inconstitucional en el 2018.
La desinversión agresiva del fondo del IVM causaría fuertes estragos en el mercado de crédito, especialmente el hipotecario. Tomando en cuenta las limitaciones fiscales, se estima que la liquidez del fondo IVM se agotaría en menos de dos años. A mayo de 2020, el valor en libros del fondo del IVM está en torno a los USD 6.000 millones, pero la mayor parte de sus activos son ilíquidos.
El fondo IVM se drenó pronunciadamente de USD 9.577 en 2016 a USD 6.961 en 2018 debido a un cambio legal introducido en el 2015 que suspendió las transferencias del MEF al IESS, pero que fue declarado inconstitucional en el 2018. La desinversión agresiva del fondo del IVM causaría fuertes estragos en el mercado de crédito, especialmente el hipotecario. Así, tomando en cuenta las limitaciones fiscales, se estima que la liquidez del fondo IVM se agotaría en menos de dos años, lo cual obligará a que la gran mayoría de los aportantes jóvenes se verá obligada a aceptar pensiones aún más chicas que las actuales.
[RELA CIONA DAS]
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