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2 de Marzo del 2022
Historias
Lectura: 18 minutos
2 de Marzo del 2022
Manuel Novik
Hidroeléctricas en Quito, entre la conservación y el desarrollo
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El río Alambi es una de las fuentes de agua de la reserva del Chocó Andino. La toma de agua del proyecto Palmira está operativa desde 2018. Estos pequeños proyectos hidroeléctricos alimentan la Red Energética Estatal. Fotos: Luis Argüello / Plan V

Al noroccidente de Quito, en una reserva de la biosfera conocida como el Chocó Andino, los proyectos extractivos y de desarrollo productivo se contraponen a la conservación de la biodiversidad. Plan V visitó la reserva, en donde pequeñas plantas hidroeléctricas se construyen en medio de disensos con las comunidades locales.

El agua de los ríos es una fuente de energía que convierten en electricidad las más de 70 centrales hidroeléctricas del país. El flujo de los ríos que van desde las montañas de la Cordillera hacia el Océano Pacífico sufre de contaminación, principalmente en Quito en la cuenca del Río Guayllabamba. Los ríos que nacen en los paramos de la Cordillera Oriental y Occidental y fluyen hacia el occidente se contaminan en la capital por la falta de un sistema de tratamiento de aguas. Según el Biólogo Inty Arcos, los últimos ríos limpios del Distrito Metropolitano de Quito están en el noroccidente, en el Chocó Andino. Estos ríos ayudan a disolver la contaminación hídrica que se genera en la capital y depuran parcialmente el agua en dirección a la Costa ecuatoriana.

Pero en el Chocó Andino, hay concesiones mineras metálicas y proyectos hidroeléctricos que se desarrollan en los límites ecológicos de la reserva de la biosfera y amenazan las funciones de depuración natural de los ríos, y su biodiversidad. En la zona existen hidroeléctricas a pequeña escala, pero que se estima que  podrían afectar las cuencas de los ríos. Hidroeléctricas como Manduriacu (65 MW) que recibe toda la contaminación de Quito, Palmira (10 MW) o un proyecto a futuro llamado La Maravilla (9 MW) se proyectan en el sector como alimentadores de la Red Eléctrica Estatal.


En la vía Nanegalito - Nanegal se ubicaría el proyecto La Maravilla. Unos 27 predios turísticos y agrícolas se verían afectados por el proyecto. 

La generación eléctrica prevista en los proyectos en la Biosfera del Chocó Andino es pequeña si se la compara con la mayor hidroeléctrica del país: Coca Codo Sinclair (1500 MW) o incluso del mundo, como la Presa de las Tres Gargantas en China (22.500 MW). La presa china está en el cruce de tres ríos y demuestra un fenómeno social que se repite en torno a estos proyectos: desplazamiento forzoso de comunidades, afectaciones a la biodiversidad, impacto sobre los ecosistemas hídricos y dinámicas hidrológicas o erosión hídrica de los bancos aluviales.

El fenómeno se repite ahora en Quito, específicamente en las Parroquias del Chocó Andino en el cauce del Río Alambi. Aquí un nuevo proyecto hidroeléctrico conocido como La Maravilla (9 MW) afectaría la cuenca del río, dejando a cerca de 30 predios alejados del curso original de las aguas. Uno de los moradores afectados es Edison Ortiz, que tiene un emprendimiento turístico en la zona. Edison trabajó por muchos años en la Bolsa de Valores en Quito. Tras muchos años de stress y un ritmo acelerado de vida decidió pasar sus años de retiro alejado del ruido.

El fenómeno se replica en el Chocó Andino el sector del río Alambi. Aquí un nuevo proyecto hidroeléctrico conocido como La Maravilla (10 MW) reencausaría la cuenca del río, dejando a cerca de 30 predios alejados del curso original de las aguas.

El proyecto La Maravilla impidió a este morador descansar. De darse el proyecto, la hidroeléctrica tendría que expropiar una parte de su terreno, y el de los otros vecinos, para poder conducir la tubería que va desde la toma de agua hasta la sala de máquinas. Pero ese es el menor de los problemas. Lo importante es que quedaría un 10% del río en la superficie y lo demás se conduciría por las tuberías. Si esto sucede, el atractivo turístico del río desaparecerá. Otros predios que tienen fines turísticos, ganaderos y agrícolas en la zona correrían con la misma suerte.

El Chocó Andino es una reserva de la biósfera declarada por la UNESCO en 2018. En su zona núcleo no es posible realizar ninguna obra de infraestructura o actividad extractiva. Las empresas de distintas industrias hacen trabajos en las zonas de transición, aunque como en el caso de la hidroeléctrica se la quiera implantar en el área de amortiguamiento de la zona núcleo de la biosferaAbajo se ven las tuberías que conducen el agua del río de forma subterránea.


 

Entre Nanegalito y Nanegal se proyecta la construcción de la central  La Maravilla. La obra está a  cargo de la Prefectura de Pichincha, a través de la empresa pública Hidroequinoccio. El proyecto se concesionará a un inversionista privado para la construcción y operación. Visitamos la zona y conversamos con los  moradores sobre el futuro de esta pequeña hidroeléctrica y sus consecuencias en el medio ambiente. Además, consultamos sobre las afectaciones de la hidroeléctrica Palmira, operativa en la zona desde 2018.

 

 

La comunidad exige beneficios

Para el Biologo Inty Arcos, que vive en el Chocó Andino, los proyectos hidroeléctricos como Palmira, ubicada ya en el área, no respetan el caudal ecológico del Río Alambi . “En La Palmira mandan toda el agua por el azud y el río prácticamente se queda seco en el verano”. Según Arcos, esto afecta a la fauna ictiológica y a la flora de la zona, además de las dinámicas ecológicas del río. En esta pequeña hidroeléctrica que ya opera, Arcos advierte que se está afectando la “capacidad de tampón del río, el río tiende ha restablecer la calidad del agua mediante la dinámica de su cauce, sin embargo al interrumpir el flujo, y al no haber suficiente agua en su cauce el río pierde su capacidad de disolución y depuración" advirtió.

David Ortiz, hijo de Edison Ortiz. se vería afectado por el proyecto la Maravilla en el río Alambi. Ortiz tiene un emprendimiento turístico en la zona que depende en gran medida del río. 

Edison Ortiz, quien tiene un atractivo turístico al borde del río, ha conformado el colectivo Defensa del Río Alambi. Junto a su colectivo han encontrado una serie de reparos al proyecto La Maravilla, cuya construcción estaría aguas arriba de la central Palmira.

El primer reparo de Ortiz tiene que ver con la zona en la cual se desarrolla el proyecto. Según los estudios de su colectivo, La Maravilla afectaría la zona núcleo de la reserva del Chocó Andino, en donde no se puede hacer ninguna obra. La Prefectura de Pichincha disiente con este argumento. Según el gerente de Hidroequinoccio, Richard Tapia, los ríos están en la zona de transición.

Por otro lado, el colectivo de defensa del Alambi ha denunciado que no hizo la socialización del proyecto, la forma en que se obtuvo el título habilitante y la supuesta inexistencia de estudios de impacto ambiental respecto a la cercanía del proyecto con la zona núcleo de la reserva. Sumado a esto, en 2019 la Defensoría del Pueblo exhortó al Ministerio de Ambiente a realizar estudios ambientales y recomendó revocar el registro ambiental obtenido por Hidroequinoccio en 2016.

El abogado defensor de la causa, Fred Larreátegui, dijo en una entrevista con Plan V que solicitaron información de índole ambiental y financiera del proyecto, a lo que no obtuvieron respuesta. A pesar de que la información es pública, Larreátegui es escéptico de que la entreguen, “ponen trabas, es la típica actitud en estos casos”. Se solicitó específicamente información sobre el registro ambiental y los cálculos y proyecciones financieras del proyecto.

Al ser un proyecto de 9W, La Maravilla se considera un proyecto de pequeña escala que no requeriría de licencia ambiental: “las afectaciones son prácticamente cero” según Tapia de Hidroequinoccio. Solo se necesita un registro ambiental que es un proceso más simple. Según el gerente, ya actualizaron el registro ambiental que fue pedido por el Ministerio de Ambiente. Para Richard Tapia, el cuestionamiento de la Defensoría del Pueblo ya fue solventado. “Está todo en regla, tenemos todos los permisos en orden”, enfatiza.

El río Alambí se ve bastante crecido en épocas de lluvia. El proyecto La Maravilla dejará un afluente menor en un 90% en épocas de verano.  

Pero el proyecto La Maravilla está estancado. Hidroequinoccio no ha conseguido llegar a un acuerdo con los locales a los que se debe expropiar para conducir la tubería de la central hidroeléctrica. El gerente de Hidroequinoccio aseguró que la expropiación de los terrenos es mínima en relación con el tamaño de los predios. “La propia gente pide que se abran caminos, que tienen más afectación, pero no quieren hidroeléctricas” dijo Tapia.

Sobre la socialización con las comunidades, Tapia declaró que al no necesitar licencia ambiental la ley no prevé socialización. Según Tapia, igualmente han socializado el proyecto por voluntad propia. “A la gente de la zona no le preocupa, este tipo de proyectos dan trabajo en la zona. La gente del pueblo trabaja en el proyecto” dijo el gerente de la empresa pública.

Según Hidroequinoccio, estos proyectos son una fuente laboral. Además, el 30% del remanente sería destinado para hacer obras en las comunidades. “La gente no ve a futuro y ve muy lejos quince años” dijo Tapia.

Un acta de compromiso fechada en diciembre de 2017 entre Hidroequinoccio y el GAD Parroquial de Nanegal refleja los siguientes ofrecimientos de parte de la empresa pública sobre el proyecto Palmira: una planta de tratamiento de aguas residuales valorada en USD 500 mil, un aporte especial de USD 2000 para reforestación, el 3% de los excedentes que se generen en el proyecto Palmira, un tratamiento de higiene bucal para la comunidad y una motoniveladora para la pavimentación de la vía Nanegal – San Lorenzo.

Plan V acudió a la zona y consultó al actual presidente del GAD Parroquial de Nanegal, Darwin Morales, sobre estos ofrecimientos. Morales contó que no hay un rechazo generalizado en su comunidad a las hidroeléctricas pero destacó que los ofrecimientos que se hacen en estos proyectos no se cumplen.

Darwin Morales, presidente del GAD de Nanegal, realiza trabajos de pavimentación en vías locales. 

En el proyecto Palmira, que está operativo, Morales, del GAD de Nanegal, declaró que ninguno de los ofrecimientos se ha cumplido. “Hicimos los reclamos de ese 2%, Hidroequinoccio nos dijo que eso solo sería en caso de existir un sobrante. Ellos dicen que hay trabajo, pero traen empresas que vienen con su gente. La economía tampoco se mueve, traen todo de afuera. En el trabajo es un por tiempo y se acaba” dijo el presidente del GAD.

La Maravilla, el nuevo proyecto que sigue estancado

Tal como Palmira, La Maravilla es una hidroeléctrica de pequeña capacidad que se proyecta en el río Alambi. El proyecto La Maravilla se adjudicó a Green Oil en la administración de Gustavo Baroja, ex prefecto de Pichincha. Es la empresa privada la que se encargará de la construcción, estudios, financiamiento y operación.

El modelo público-privado conforma una compañía de economía mixta durante unos 30 años. En los primeros 12 años se pagará una deuda de unos USD 25 millones al inversionista. Los ingresos provendrán de la venta de esa energía al Estado. Durante los siguientes 15 años el excedente se reparte en un 52% para el actor público y un 48% para el privado. A partir del año 30 la propiedad pasaría directo al Estado.

Debido a la falta de consenso con los moradores, Hidroequinoccio pidió la suspensión del proyecto. La incertidumbre ha creado inseguridad en el inversionista, que busca garantías. “Un problema social retrae a los financistas” declaró Tapia de Hidroequinoccio.

Según el gerente de Hidroequinoccio, Richard Tapia, el objetivo de proyectos como La Maravilla es el de generar recursos que permitan el desarrollo de proyectos sociales como ofrecer servicios de vivienda a bajos intereses, también a cargo de esta empresa pública. Hidroequinoccio se maneja tanto en la gerencia de energía como de infraestructura. La Maravilla será un nuevo punto de alimentación que iría a la Red Energética Nacional.

Debido a la falta de consenso con los moradores, Hidroequinoccio pidió la suspensión del proyecto. La incertidumbre ha creado inseguridad en el inversionista, que busca garantías. “Un problema social retrae a los financistas” declaró Tapia de Hidroequinoccio.

La parroquia rural de Nanegal tiene unos 4500 habitantes. Esta parroquia depende en gran medida de la agricultura, de aquí salen productos como caña, panela o cacao. 

“La empresa pide las garantías necesarias para invertir” dijo Tapia. Según Hidroequinoccio, en mayo se deberán solventar los problemas con la comunidad, advierten que de no llegar a un acuerdo tienen la ley de su lado, “las expropiaciones son con una notificación forzosa, no vamos a ponernos de acuerdo con los propietarios, que es lo que hemos buscado”.

Palmira, cuestionamientos a su rentabilidad

La Maravilla está en un congelamiento por los problemas sociales. Pero Palmira, una hidroeléctrica con casi la misma capacidad (10 MW), ya opera desde hace cuatro años cerca de Nanegal. Edison Ortiz, morador del sector, analizó los archivos financieros de Palmira y afirma que al  financiar el proyecto La Maravilla de la misma forma, habría  pérdidas para Hidroequinoccio.


La central Hidroeléctrica Palmira se considera de pequeña capacidad ya que genera 10 MW de potencia. Este proyecto también se beneficia del caudal del río Alambi.

El costo final de Palmira habría sido de USD 31 millones. Según Ortiz, el costo de este proyecto está por sobre los costos de otros proyectos hidroeléctricos, “si se divide el costo para los 10MW de capacidad, da un costo de USD 3.2 millones por cada MW, cifra que se encuentra por encima de proyectos que rondan los 30MW, que bordean los USD 2,3 millones”.

Otra irregularidad que señala Ortiz es en el capital inicial, que fue de USD 10 mil, “en el ámbito de financiamiento de proyectos se usa la relación capital aportado/endeudamiento de 30/70 o hasta de 20/80” dice Ortiz, en este caso los USD 10 mil representan un mínimo porcentaje respecto a los USD 32 millones. Por lo tanto, casi la totalidad del financiamiento será a través de deuda.

Según Ortiz, la gran cantidad de deuda se pagaría en unos 18 años. A una tasa de interés del 12,5%, Hidroequinoccio tendría que adeudar unos USD 3.5 millones durante ese periodo, generando pérdidas en el proyecto. “Son tres años seguidos de pérdidas, a eso hay que sumarle el pago de intereses por construcción por el valor de USD 452 mil por cinco años” dice Ortiz. Según los análisis del directivo de este colectivo, el negocio de este proyecto refleja pérdidas de USD 150 mil anuales, “la razón principal de la pérdida es el esquema y monto de pago de capital e intereses de la deuda con Constructora Nacional (empresa a cargo de esa concesión)”.

El financiamiento para proyectos de alianza privado pública se da, por un lado, mediante un banco que presta a Constructora Nacional los USD 32 millones, al plazo de 18 años, a una tasa de interés de aproximadamente entre un 9,25% - 9,75% anual. Por otro lado, según confirmó Ortiz, Constructora Nacional presta a Hidroequinoccio los USD 32 millones a 12% de tasa de interés”.

Ortiz cuestiona que el proyecto La Maravilla se financie de la misma forma que Palmira, “no se puede vislumbrar que La Maravilla va a tener ni siquiera iguales, peor mejores resultados que Palmira. Palmira es un ejemplo de un mal acuerdo entre accionistas, no le asegura un ingreso a largo plazo a la comunidad, como estaba acordado” concluyó.

Estos dos proyectos hidroeléctricos son considerados de pequeña escala por su capacidad de generación eléctrica. Sin embargo, su construcción traerá consecuencias en las comunidades locales, que reclaman que no se afecte su relación con los ríos y que se cumplan con los ofrecimientos.

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